Sanidad y Política Social

Sanidad

31.12.2017

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El Sistema Nacional de Salud

El Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad ostenta las tareas de coordinación del Sistema Nacional de Salud y de diseño de las estrategias globales de equidad, calidad y eficiencia, actuando como un instrumento básico de cooperación que facilita las iniciativas regionales. Además, es competencia exclusiva la sanidad exterior; las relaciones y los acuerdos sanitarios internacionales; las bases y coordinación general de la sanidad; la legislación sobre productos farmacéuticos; y la obtención, expedición y homologación de títulos de posgrado profesionales. A la Dirección General de Cartera Básica de Servicios del Sistema Nacional de Salud y Farmacia le corresponde resolver sobre su inclusión o no inclusión en la prestación farmacéutica del SNS, así como fijar los precios de los productos farmacéuticos.

La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios es el órgano encargado de evaluar los medicamentos a efectos de su registro y autorización. La Organización Nacional de Trasplantes (ONT) es el organismo coordinador de carácter técnico encargado de desarrollar las funciones relacionadas con la obtención y utilización clínica de órganos, tejidos y células.

El Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS) es el órgano permanente de coordinación entre las Comunidades Autónomas y la Administración General del Estado y tiene como finalidad promover la cohesión del Sistema Nacional de Salud a través de la garantía efectiva de los derechos en todo el territorio.

El presupuesto del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad para este año 2017 se incrementa en 161,34 millones de euros, un 7,97%, respecto al del 2016, llegando a los 2.184,6 millones. Es por lo tanto el mayor incremento del presupuesto de este ministerio desde el año 2011.

Las Comunidades Autónomas

Las Comunidades Autónomas son competentes en materia de sanidad e higiene y en la asistencia sanitaria de la Seguridad Social, a excepción de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, en las que las competencias las asume el Instituto de Gestión Sanitaria, organismo dependiente del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Al amparo de lo previsto en la Ley General de Sanidad, las diferentes Comunidades Autónomas han ido aprobando sus respectivas normas, en las que, manteniendo los principios básicos de la ley, establecen la ordenación de sus recursos y la estructura de su Servicio Autonómico de Salud. Dentro de esta organización, la ubicación de los recursos asistenciales responde, básicamente, a una planificación sobre demarcaciones demo-geográficas delimitadas, llamadas áreas de salud, que establece cada Comunidad Autónoma teniendo en cuenta factores de diversa índole pero, sobre todo, respondiendo a la idea de proximidad de los servicios a los usuarios. El Sistema Nacional de Salud se organiza en dos niveles o entornos asistenciales, en los que la accesibilidad y la complejidad tecnológica se encuentran en relación inversa:

Atención Primaria: Los servicios sanitarios de primer nivel se caracterizan por su accesibilidad y capacidad para abordar íntegramente los problemas de salud más frecuentes. La Atención Primaria se presta en los centros de salud, donde trabajan equipos multidisciplinares integrados por médicos de familia, pediatras, personal de enfermería y personal administrativo, pudiendo disponer también de trabajadores sociales, matronas, fisioterapeutas y farmacéuticos. Dada su disposición en el entramado de la comunidad, se encomienda a este nivel las tareas de promoción de la salud y de prevención de la enfermedad.

Atención Especializada: El segundo nivel cuenta con los medios diagnósticos y/o terapéuticos de mayor complejidad y coste dentro del sistema, cuya eficiencia es muy baja si no se concentran y a los que se accede por indicación de los facultativos de Atención Primaria. La atención especializada se presta en centros de especialidades y hospitales, de manera ambulatoria o en régimen de ingreso. Tras su conclusión, el paciente y la información clínica correspondiente retornan nuevamente al médico de atención primaria, quien, al disponer del conjunto de los datos de su biografía sanitaria, garantiza la visión clínica y terapéutica global.

Los Centros Servicios y Unidades de Referencia (CSUR): Estos centros se encargan de la atención de patologías complejas, poco prevalentes o que requieren un alto nivel de especialización tecnológico y profesional. Deben dar cobertura a todo el territorio nacional y atender a todos los pacientes en igualdad de condiciones independientemente de su lugar de residencia. Cualquier Centro o Unidad que se proponga para ser CSUR debe contar con la autorización sanitaria de funcionamiento y ser presentado como candidato por la Comunidad Autónoma donde está ubicado.

Prestaciones cubiertas

Prestaciones básicas:

Atención Primaria: La atención primaria comprende la asistencia sanitaria de medicina general y pediatría, así como los programas de prevención de las enfermedades, promoción de la salud, educación sanitaria y rehabilitación. Los equipos de Atención Primaria desarrollan estas actividades de acuerdo con su «cartera de servicios» planificada según las necesidades asistenciales de la población que tienen asignada (atención a la mujer, atención a la infancia, atención al adulto y anciano, atención a la salud bucodental, atención al paciente terminal, atención a la salud mental).

Atención Especializada: La atención especializada comprende todas las especialidades médicas y quirúrgicas. Existe también un dispositivo para la Atención Sanitaria de Urgencias y Emergencias Médicas, que se presta durante las veinticuatro horas del día. La asistencia sanitaria es gratuita en el momento del uso. Para homogeneizar la provisión de servicios de las Comunidades Autónomas se trabaja en la actualización y concreción de la Cartera Común de Servicios en algunos aspectos concretos, como han sido por ejemplo la creación de un catálogo común de implantes quirúrgicos y la unificación de criterios para llevar a cabo el cribado poblacional para enfermedades endocrinometabólicas neonatales y para cáncer de colon, mama y cérvix.Prestaciones suplementarias: Comprende las prestaciones farmacéuticas, las ortoprótesis, el transporte sanitario no urgente y los tratamientos dietoterápicos.

Financiación y gasto sanitario

La sanidad en España es una prestación no contributiva, cuya financiación se realiza a través de los impuestos y, desde 2002, está incluida en la financiación general de cada Comunidad Autónoma.

En el Presupuesto de 2017, el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, ha sido el que más ha crecido respecto a 2016, un 8%. Su cifra total asciende a 2.184,59 millones de euros. De esa cantidad, le corresponde a la Secretaría de Estado de Servicios Sociales e Igualdad el 82,73% del presupuesto del Ministerio. Con respecto a 2016, supone un incremento del 9,07%. Los números demuestran el compromiso del Gobierno con las políticas sociales asentadas sobre los principios de solidaridad y cohesión social.

Las cuentas públicas para 2017 contemplan una apuesta decidida por la Infancia y la Familia, cuyas políticas son las que se benefician del mayor incremento con casi 26 millones de euros. Dentro de ese incremento, hay que destacar la nueva partida dedicada a Servicios Sociales y Pobreza Infantil, "Protección a la familia y atención a la pobreza infantil. Prestaciones básicas de servicios sociales".

Otra de las apuestas es el apoyo a nuestros mayores y a la dependencia: 102 millones más destinados a Dependencia. Un incremento de 2,5 millones de euros en la lucha contra la Violencia de Género y el de 1,98 millones de euros en políticas de Juventud y el mantenimiento del esfuerzo presupuestario de todas las políticas sociales en los capítulos destinados a atender las necesidades de los sectores más necesitados.

Retos de futuro

El Sistema Nacional de Salud español, al igual que ocurre en el resto de los países desarrollados de nuestro entorno, se enfrenta al reto de mejorar la calidad de las prestaciones que ofrece a los ciudadanos sin poner en peligro la sostenibilidad del actual modelo sanitario. El envejecimiento de la población, que está teniendo un fuerte impacto en las pautas de enfermedad y de consumo de los servicios sanitarios, junto con la aparición de nuevas tecnologías de diagnóstico y tratamiento y la mayor exigencia de los ciudadanos, son factores que determinan un importante crecimiento del gasto y fuerzan a su vez la puesta en marcha de políticas que mejoren la eficiencia y efectividad de las actuaciones sanitarias.

El objetivo de mejorar la salud de la población está detrás de las líneas estratégicas que caracterizan la actual política sanitaria diseñada tanto por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad como por las Comunidades Autónomas. Entre ellas, cabe destacar las siguientes:

  • El fomento de las políticas de prevención de la enfermedad y de protección y promoción de la salud.
  • El impulso a la investigación sanitaria, tanto básica como aplicada.
  • El desarrollo de la estrategia de abordaje de la cronicidad, reforzando el papel estratégico de la Atención primaria de Salud.
  • La mejora de la gestión de las organizaciones sanitarias, fomentando una mayor integración entre niveles asistenciales y favoreciendo la extensión de la gestión clínica, la gestión por casos y la medicina basada en la evidencia.
  • Continuidad de las políticas y medidas de gestión de racionalización de la prestación farmacéutica, que contribuyen al uso racional de los medicamentos y productos sanitarios. Implementación de nuevos criterios de financiación para el acceso a medicamentos de última generación.
  • Uso prudente de los antibióticos y la lucha contra las resistencias a los antimicrobianos.
  • La introducción de criterios de evaluación de las tecnologías y procedimientos diagnósticos, terapéuticos y el desarrollo de las garantías de seguridad, calidad y eficacia de los productos sanitarios.
  • Utilización eficiente de las tecnologías de la información y comunicación tanto para mejorar la atención a los pacientes, como para implantar en todo el sistema, la historia clínica y la receta electrónica interoperables, basadas en el sistema común de identificación a través de la tarjeta sanitaria existente en el sistema sanitario español.
  • La planificación de las necesidades de profesionales sanitarios a medio y largo plazo. Esta planificación se llevará a cabo con los datos recogidos en el Registro Estatal de Profesionales Sanitarios.
  • El nuevo modelo de formación sanitaria especializada que, mediante la introducción de criterios de troncalidad, permitirá mejorar la ya excelente formación de los profesionales sanitarios españoles.

Finalmente, cabe destacar los esfuerzos del Gobierno de España, la Generalitat de Catalunya y el Ayuntamiento de la capital para impulsar la candidatura de Barcelona como sede de la Agencia Europea del Medicamento.