El 9,3% del alumnado recibió apoyo educativo específico en el curso 2020-21

25.4.2022

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Este alumnado incluye a los estudiantes con necesidades educativas asociadas a discapacidad o a trastorno grave -unos 227.979 el curso pasado, el 30,5% del total- y a los alumnos y alumnas con otras necesidades específicas, como trastornos del aprendizaje o altas capacidades -520.075 el curso pasado, el 69,5% restante-.

En total, el 84,7% del alumnado que recibió algún tipo de apoyo estaba matriculado en las enseñanzas básicas: el 46,1% en Primaria, el 33,4% en ESO y el 5,2% en un centro de Educación Especial.

Por sexo, los hombres representan el 63% de este alumnado, un porcentaje que sube hasta el 69,9% en el caso del alumnado con necesidades especiales asociadas a discapacidad o trastorno grave.

Por comunidades autónomas, las que presentan mayor porcentaje de alumnado que recibe apoyo educativo por necesidades específicas son Navarra (21,9%), Islas Baleares (17,2%) y Murcia (15,3%).

Dentro del alumnado que recibe apoyo educativo por una necesidad asociada a trastorno grave o a discapacidad, las discapacidades más frecuentes son la intelectual (27,4%), los trastornos generalizados del desarrollo (26,4%) y los trastornos graves de conducta (24,6%). Siguen la discapacidad motora (6,4%), la plurideficiencia (5,9%) y las discapacidades sensoriales auditiva (4,2%) y visual (1,7%).

La gran mayoría de estos estudiantes, el 82,9%, está integrado en un centro de educación ordinaria, y el 17,1% está escolarizado en un centro de Educación Especial, dedicados exclusivamente a este alumnado. Los mayores porcentajes de integración en centros ordinarios se encuentran entre los estudiantes con trastornos graves de conducta o de personalidad -el 98,4% está escolarizado en un centro ordinario-, con discapacidad auditiva -el 95,2%- y la discapacidad visual -el 95%-.

Entre los alumnos y alumnas que reciben apoyo educativo por otro tipo de necesidades específicas, las más frecuentes son los trastornos de aprendizaje (38,1%), como la dislexia o la disortografía; las asociadas a situaciones de desventaja socioeducativa (26,3%); los trastornos del lenguaje y la comunicación (14,6%); y el alumnado con altas capacidades intelectuales (7,9%). También se presta apoyo a los estudiantes por desconocimiento grave de la lengua de enseñanza (5,6%) y por retraso madurativo (4,1%).

Las medidas de apoyo educativo para estos alumnos y alumnas son variadas y abarcan desde adaptaciones curriculares hasta profesorado de refuerzo y programas especiales, entre muchas otras iniciativas.

En este sentido, el MEFP distribuye a las comunidades autónomas los fondos del Programa PROA+, destinados a los centros con un número importante de estudiantes con dificultades educativas. El programa cuenta con una financiación de 360 millones de euros para el periodo 2021-24, de los cuales 320 millones provienen del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia y 40 millones de los Presupuestos Generales del Estado.

Para complementar esta iniciativa, el MEFP ha puesto también en marcha el Programa de Cooperación Territorial de Unidades de Acompañamiento y Orientación personal y familiar del alumnado educativamente vulnerable.

Dispone de un presupuesto de 124,7 millones de euros entre 2021-24, financiados con los fondos europeos, y prevé la creación de unas 2.570 unidades en centros sostenidos con fondos públicos de Primaria, de Educación Secundaria Obligatoria y de Bachillerato.