Conferencia de prensa del presidente del Gobierno después de su reunión con el primer ministro del Reino Unido

8.4.2013

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La Moncloa, Madrid

Presidente.- Señoras y señores, como ustedes saben, hoy ha estado en España el primer ministro británico, David Cameron. Hemos tenido una reunión en la cual hemos constatado --luego les haré algunas explicaciones sobre los temas que hemos tratado-- el magnífico estado de las relaciones bilaterales y también hemos hablado sobre lo que está sucediendo en la zona euro y en la Unión Europea.

A lo largo de la reunión, como ustedes también conocen, ha llegado a nosotros la noticia del fallecimiento de Margaret Thatcher. En nombre del Gobierno español yo quisiera expresar mi más profundo pésame por el fallecimiento de Margaret Thatcher, auténtica referencia en la historia política europea del siglo XX. Primera ministra entre 1979 y 1990, Margaret Thatcher dirigió el Gobierno del Reino Unido en un momento histórico clave. Su inquebrantable compromiso con la libertad, la democracia y el Estado de Derecho, así como su firme determinación reformista, constituyen un legado valiosísimo para los actuales gobernantes europeos que, a semejanza de lo ocurrido en los años 80, en que le tocó gobernar a Margaret Thatcher, se enfrentan a complejísimos desafíos que requieren grandes dosis de ambición y de coraje político.

El Gobierno español honra su memoria y comparte el dolor de los ciudadanos británicos en esta jornada triste para Europa en su conjunto.

Ahora voy a darles cuenta de lo tratado en la reunión que hemos mantenido hoy el primer ministro británico, David Cameron, y yo mismo.

No se producía una visita oficial de un primer ministro británico a España desde el año 2006. Aun así, nuestros encuentros han sido numerosos, desde mi viaje a Londres de febrero de 2012, prueba de que ambos concedemos gran importancia a nuestra relación estratégica.

Aunque ésta sea su primera visita oficial como primer ministro, me consta que el señor Cameron nos honra regularmente con su presencia en nuestro país, y en eso coincide también con los millones de británicos que nos visitan todos los años. Este último año hemos tenido el honor de recibir a casi catorce millones de británicos en nuestro país y, sin duda, este hecho contribuye a reforzar los lazos entre nuestros dos países, que son muchos y muy importantes.

Desde el punto de vista económico, nuestros vínculos son muy estrechos y trabajamos para reforzarlos. Valga como ejemplo la importante presencia de empresas españolas en el Reino Unido y de empresas británicas en España. De hecho, el Reino Unido es el segundo inversor bruto en España y el cuarto receptor de inversión directa bruta desde nuestro país.

Además, son muchos los valores y los intereses que nos unen. Así, nuestra condición de socios europeos y de aliados en la relación trasatlántica, nuestra visión compartida del mundo y la determinación de cooperar estrechamente por la paz y por la estabilidad globales, eso nos anima a estrechar aún más nuestros lazos y a trabajar juntos para asegurar la prosperidad y el bienestar de nuestros ciudadanos.

En lo que se refiere a nuestro principal diferendo, el contencioso de Gibraltar, he trasladado al primer ministro Cameron nuestra absoluta disposición al diálogo sobre todas las cuestiones que nos separan y nuestra voluntad de encontrar juntos un nuevo marco efectivo para tratar de todas ellas.

Respecto a la Unión Europea, hemos abordado el debate que el primer ministro Cameron ha abierto en el Reino Unido sobre el futuro de la Unión Europea y la posibilidad de que su país decidiera no seguir en ella. Le he transmitido al Primer Ministro que observamos este proceso con respeto y me alegra, y así se lo he dicho también, que el primer ministro Cameron se haya manifestado claramente partidario de la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea.

El Reino Unido es un gran socio europeo con el que España comparte intereses y posiciones comunes en políticas claves como el mercado único, el comercio internacional o el vínculo transatlántico. Unidos somos más fuertes.

Le he transmitido el primer ministro que estoy persuadido de que sabrán encontrar, sin necesidad de privilegios y manteniendo sus obligaciones como socio, la forma de continuar siendo uno de los principales socios europeos, tanto por el interés estratégico del Reino Unido y de los ciudadanos británicos, como por el interés de Europa en general.

Como no podía ser de otra forma, hemos tratado extensamente de la crisis económica y, como no, de la inestabilidad de la eurozona. Aunque, como saben, el Reino Unido no forma parte del euro, como principal centro financiero de Europa, y debido a los estrechos vínculos que nos unen, la salud de su economía está íntimamente ligada a la salud de las economías del resto de los países de la Unión Europea, incluidos los de la zona euro. Por ello, la estabilidad del euro y de nuestras respectivas economías nacionales es un tema de gran importancia para ambos.

En este sentido, ambos Gobiernos estamos embarcados en un ambicioso programa de reformas y de medidas de ajuste del déficit público. Ésta es la aportación que los Estados miembros de la Unión Europea debemos hacer para asegurar la vuelta al crecimiento sostenido, sostenible y generador de empleo. Tenemos la confianza de que los frutos de estas políticas no tardarán en producirse. Mientras tanto, coincidimos en que estas medidas deben acompañarse de políticas incentivadoras del crecimiento y de acceso a la financiación de nuestras empresas; medidas en las que la Unión Europea en su conjunto tiene un papel fundamental, como ustedes saben.

Finalmente, hemos tratado también de la situación en Mali y Siria. Tanto España como el Reino Unido están cooperando en la restauración de la paz, de la integridad territorial y de la estabilidad en Mali, así como en la erradicación de los focos terroristas que operan en ese país, vital para la estrategia de la zona del Sahel. Vemos con gran preocupación la evolución de la situación en Siria, de consecuencias cada vez más graves en el ámbito humanitario y regional. Hemos acordado seguir trabajando en el seno de la Unión Europea para adoptar los mecanismos que faciliten alcanzar una solución política a la crisis, así como incrementar nuestros esfuerzos por ayudar a alcanzar la cohesión de la oposición.

Señoras y señores, España y el Reino Unido son dos grandes y antiguas naciones, plurales y diversas, con una gran historia detrás y un gran futuro por delante como socios, aliados y amigos. Me he despedido hace escasos momentos del señor Cameron. Ha lamentado no poder estar en esta conferencia de prensa, así como el haber tenido que suspender la visita que esta tarde iba a hacer al presidente Hollande en el Palacio del Elíseo.

Señoras y señores, muchas gracias por su atención y estoy a su disposición.

P.- Querría saber si, en el marco de la conversación que ha mantenido sobre la Unión Europea, han analizado la situación general en Portugal con la decisión de su Tribunal Constitucional; en todo caso, quería saber su opinión. ¿Considera que la Unión Europea debería flexibilizar las condiciones para la devolución del rescate por parte de Portugal? ¿Teme que en España pueda ocurrir algo similar, debido a que hay también recurridas al Tribunal Constitucional algunas de las medidas de ajuste?

Por otro lado, quería preguntarle si no considera llegado el momento de modificar los estatutos del Banco Central Europeo para que tenga una mayor libertad de actuación, que sea una actuación similar, por ejemplo, a la del propio Banco de Inglaterra o la Reserva Federal de Estados Unidos, ante el hecho de que persiste la recesión en la zona euro.

Presidente.- En relación con Portugal, sí, éste es uno de los temas que ha surgido en la conversación que hemos tenido el primer ministro británico y yo mismo. Es un tema muy actual y, además, es un asunto muy importante, desde luego, para Portugal y también para el conjunto de la zona euro, y, de manera muy particular, para España.

Yo tengo que decir que, exactamente igual que si hubiera ocurrido en España, respeto la decisión que ha adoptado el Tribunal Constitucional portugués y, por tanto, no tengo nada más que añadir a esta afirmación que acabo de hacer.

Sí quiero hacer un elogio del pueblo de Portugal, pueblo que yo conozco bien; un país que he visitado en muchísimas ocasiones por vivir durante muchos años de mi vida muy cerca de Portugal. El pueblo de Portugal está sufriendo una situación muy dura, muy difícil, y lo está sobrellevando con una enorme dignidad. Por tanto, mi solidaridad y mi afecto.

Quiero también manifestar mi apoyo y mi admiración hacia la labor que está haciendo el Gobierno portugués. Créanme que no fácil para un gobernante el tomar según qué tipo de decisiones e ir superando una a una las dificultades que surgen en el camino. Ayer compareció ante las cámaras de su país el primer ministro de Portugal y manifestó su firme voluntad y decisión de cumplir con los compromisos que había asumido. Creo que es una decisión valiente, creo que es una decisión que le honra y estoy absolutamente convencido de que esa decisión y otras similares que ha adoptado a lo largo de los últimos meses, al final, tendrán sus frutos y Portugal volverá a la senda del crecimiento sostenido y estable, y a la creación de empleo.

En relación con ese asunto, me gustaría añadir algo más. No es suficiente con lo que hacen los Estados nacionales de la Unión Europea; es muy importante, pero no es suficiente. Portugal ha hecho un enorme esfuerzo de reducción del déficit público y lo ha conseguido; Portugal ha puesto en marcha un sinfín de reformas estructurales, algunas, insisto, muy dolorosas y difíciles de tomar; pero creo que Europa debe hacer un esfuerzo mayor y en este momento es urgente, primero, que, al igual que se hacen reformas por los Estados nacionales, se haga un esfuerzo en el conjunto de la Unión Europea para hacer reformas europeas. En segundo lugar, creo que es necesario e imprescindible, que es más que necesario, el seguir trabajando por la integración europea.

Yo sólo voy a darles mi opinión sobre un asunto: si en Europa hubiera una unión bancaria, tal y como pensamos los presidentes de los distintos países de la Unión, en Chipre no se hubiera producido lo que ha ocurrido, y nos hubiéramos evitado muchos problemas.

En el Consejo Europeo de junio del año pasado hablamos de la unión bancaria, hablamos de la unión fiscal, hablamos de la unión económica… Yo espero que haya avances nítidos, claros y que se actúe con la determinación y la voluntad suficiente para que así sea.

Por tanto, hay que hacer reformas y avanzar en el mercado único; hay que seguir avanzando en la integración europea y hay que resolver los problemas de liquidez de algunos de los países de la Unión, particularmente los países del Sur de la Unión Europea.

Con eso enlazo con la respuesta a la segunda pregunta que usted me ha planteado, que es, sin duda, una pregunta de calado. Usted ha mencionado a la Reserva Federal y ha mencionado también al Banco de Inglaterra; pero usted, estoy absolutamente convencido, tampoco olvida la decisión que ha adoptado el Banco Central japonés hace escasos momentos y que, sin duda alguna, supone un cambio muy importante respecto a la posición que había adoptado en los últimos años.

Yo creo que el Banco Central Europeo ha hecho un esfuerzo muy importante, que hay que reconocerlo, a lo largo de estos últimos meses --insisto, un esfuerzo muy importante;, pero creo que en Europa entre todos debemos plantearnos si el Banco Central Europeo debe tener las mismas competencias que el resto de los Bancos Centrales del mundo o las que tiene en estos momentos. Creo que éste es uno de los temas de los que habrá que hablar, igual que habrá que hablar de unión fiscal, de unión bancaria y de otros muchos temas a lo largo de los próximos meses y años en Europa.

Pero Europa, que es un proceso que se ha ido haciendo poco a poco, porque ya el Tratado de Roma data de hace más de cincuenta años, creo que está ahora en un momento decisivo en el que hay que fijar con claridad las reglas de juego y, en mi opinión, esas reglas de juego, y es mi apuesta, son la de una mayor integración europea. En un mundo cada vez más global, más abierto, más competitivo, necesitamos los europeos ser fuertes, necesitamos ser flexibles y necesitamos dotarnos de los instrumentos con que cuentan otras regiones del mundo.

P.- Dijo la semana pasada que España iba a crecer claramente en 2014; sin embargo, desde hace varios días hay un número creciente de institutos de análisis económico que pronostican que la recesión podría seguir el año que viene. Lo ha habido en Alemania y en Francia, y esta mañana creo que el banco inglés HSBC. Todos pronostican que la recesión podría seguir. Quería saber, en los próximos días, cuando España mande sus pronósticos económicos actualizados a Bruselas, si se ratificará en un crecimiento claro para 2014. Se había hablado, por ejemplo, de una recesión del 1 por 100 este año y de un crecimiento del 0,4 por 100 el año que viene. ¿Era a eso a lo que se refería cuando dijo que España crecería claramente?

Por otra parte, ¿a qué medidas específicas se refiere cuando habla de políticas de crecimiento? ¿Qué medidas específicas en Europa se necesitan para crecer?

Presidente.- Quiero comenzar la respuesta a su pregunta con un recordatorio histórico, aunque sea de la historia reciente: nuestra primera previsión de crecimiento para el año 2012 fue -1,7 por 100 y, al final, el cierre fue, como usted a buen seguro recuerda, de -1,4 por 100. Previsiones hay muchas y, además, para todos los gustos. Hay, efectivamente, y la hemos conocido hoy, la previsión del HSBC. La conozco, pero hay otras muchas previsiones. La media de las apuestas, que en el fondo es que lo que es una previsión, aunque con algunos fundamentos, está entre un crecimiento de un 0,7 y un 0,8 por 100 en el año 2014.

Me pregunta usted: cuando remitamos a la Unión Europea nuestra actualización del Plan de Estabilidad y del Plan de Reformas, ¿qué vamos a decir ahí? Desde luego, vamos a decir que en el año 2014 habrá en España crecimiento económico. No le quepa la menor duda. Es evidente que esto depende de muchos factores; entre otros, también de las decisiones que se vayan adoptando en la Unión Europea. Pero creemos que la política que ha hecho el Gobierno español de contención del déficit, la política que ha hecho el Gobierno español de reformas estructurales, que van a seguir manteniéndose a lo largo de lo que resta de Legislatura, y algunas decisiones, como las del BCE a las que antes he hecho referencia, nos permiten afirmar hoy que en el año 2014 va a haber en España crecimiento económico y creación de empleo.

Dice usted que yo especifique cuáles son las medidas de crecimiento que se pueden adoptar en la Unión Europea. Las medidas de crecimiento son el conjunto de todas las medidas de política económica. Aunque algunos no lo quieran entender así, el control del déficit público es bueno también para el crecimiento y las reformas que hemos hecho en España a lo largo de los últimos meses son buenas para el crecimiento: la reforma laboral es buena para el crecimiento y la reestructuración del sector bancario o las reformas del sector energético. Y el próximo día 26 nosotros presentaremos nuestro segundo Plan de Reformas para el presente año 2013.

En la Unión Europea yo creo que son necesarias dos cosas. Yo recuerdo que en el mes de febrero del pasado año 2012 algunos países --lo recordábamos hoy en la conversación que tuvimos con el primer ministro británico-- remitimos una carta al Consejo Europeo, a su presidente, y también a la Comisión Europea haciendo ver la necesidad urgente de reformas, particularmente la ampliación del mercado único en la Unión Europea. Hablábamos entonces del mercado único en el sector energético y del mercado único digital, hablábamos de las redes transfronterizas… Yo creo que en todas esas cosas había que avanzar pero, sin duda alguna, hay otro tema que es importante, al que antes me he referido, aunque sólo fuera de pasada, que es la necesidad de acabar con las actuales dificultades de financiación que tienen muchos países.

Es verdad que España, como consecuencia de las políticas que se han hecho a lo largo de estos tiempos, se está financiando hoy mucho mejor que, por ejemplo, el pasado año; mucho mejor: en el bono a dos años la financiación es mejor, incluso, que en el año 2010; en muchas subastas ya hemos estado en momentos anteriores o, por lo menos, hemos estado en las cifras a las que nos financiamos en el año 2010. Pero en este momento lo más importante a efectos de crecimiento es mantener las políticas que hemos hecho y que haya liquidez en el mercado para que las empresas, y también las Administraciones, pero sobre todo las empresas, puedan financiarse.

P.- Presidente, yo quería plantearle un tema que resulta evidente desde hace meses para muchos ciudadanos y es que en España existe una crisis institucional. Las últimas encuestas hablan de que los dos grandes partidos hoy no llegarían juntos ni siquiera al 50 por 100 de los votos y la Monarquía también está atravesando un período de baja popularidad. Me gustaría saber qué puede hacer el Gobierno para intentar revertir esta situación de descrédito y qué mensaje lanzaría usted a los españoles sobre este tema.

También, en relación con su encuentro con el señor Cameron, me gustaría saber si han hablado ustedes de los movimientos independentistas que hay en los dos países y si cree usted que el referéndum de Escocia y su resultado pueden ser un precedente decisivo para lo que suceda aquí, en Cataluña.

Presidente .- En relación con la primera pregunta, lo que yo voy a hacer es trabajar para recuperar la confianza. El Partido Popular tuvo un número de apoyos muy significativo en las últimas elecciones generales. Yo soy consciente de que hemos tenido que tomar --antes me refería al caso de Portugal, pero también en España-- decisiones duras, decisiones complejas y difíciles; hemos tenido que tomar decisiones que incluso no iban en nuestro programa electoral, y algunas incluso contradecían lo que figuraba en nuestro programa electoral.

Pero, al final, la decisión más importante que tiene que tomar un gobernante es si está dispuesto o no a hacer lo que hay que hacer para afrontar la crisis, en este caso, y para volver al crecimiento y al empleo. Ésa es la decisión más importante y nosotros hemos tomado la decisión de hacer todo aquello que sea preciso para conseguir el gran objetivo que es el crecimiento, el empleo y mejorar los niveles de bienestar.

Esto no es fácil. No es fácil ni tomar las decisiones ni es fácil que esas decisiones produzcan efectos ya. Es muy difícil. Llevamos en España cinco años de crisis largos; se han perdido muchos puestos de trabajo, como todos saben. Yo creo que, de lo que ha hecho el Gobierno, ya hay algunos efectos positivos. Es verdad que no llegan a los ciudadanos, a las personas, pero llegarán; hay efectos positivos. La evolución del sector exterior es un dato magnífico; es decir, que hoy España exporte más a la zona euro de lo que importe es un dato magnífico y revela que la competitividad de la economía española ha mejorado. La reducción del déficit es también un dato muy importante. Que los inversores extranjeros vuelvan a comprar deuda pública española es un dato también de una enorme relevancia, porque revela la confianza en nuestro país.

Por tanto, hay ya datos positivos. La competitividad y la economía han mejorado, y mucho. Es verdad que lo que tiene que llegar ahora es que empiece a ser percibido por las personas. Esto aún llevará su tiempo. Pero, si me dice "¿qué vamos a hacer?", seguir trabajando, mantener una política que creemos que es la que hay que hacer y estoy absolutamente convencido de que, al final, vamos a recuperar la confianza.

Yo quiero decir que la Monarquía española es una institución que cuenta con un apoyo muy mayoritario en la sociedad española. El papel que ha tenido el Rey en la transición española y después, cuando se produjeron acontecimientos indeseados y que no nos gustaría, y que nunca jamás se van a producir, que se volvieran a producir nunca, como ocurrió el 23 de febrero del año 1981, demuestran quién es el Monarca, demuestran la pujanza de la Institución y, desde luego, creo que una gran mayoría de españoles siguen apoyando una institución que ha sido muy útil y muy provechosa para nuestro país.

En relación con la última pregunta, Escocia, no se ha hablado de este asunto, ni una palabra. Éste es un asunto que no ha salido. Esto son realidades distintas. El primer ministro británico y su Parlamento han tomado la decisión que han estimado oportuno y conveniente tomar, de acuerdo con las Leyes --eso es muy importante, no se pueden tomar decisiones que vayan contra las Leyes--, y aquí haremos exactamente lo mismo.

En cualquier caso, mi posición ya no sé si hace falta que la recuerde; pero yo, desde luego, estoy con la Constitución española, creo en la nación española, la nación más antigua de Europa, con más de quinientos años viviendo juntos, con un futuro por delante indiscutible. Hemos hecho juntos muchísimas cosas y no me parece justo privarles a muchísimos ciudadanos que viven en Cataluña de que también puedan disfrutar de su condición de españoles, que sigan en la Unión Europea y que sigan con todos los Tratados internacionales que ha suscrito en este momento nuestro país.

Por tanto, situaciones absoluta y totalmente diferentes, y tema que no ha sido objeto de tratamiento en la reunión.

Señoras y señores, muchas gracias por su atención.