Entrevista al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en el servicio de televisión de la Agencia EFE

10.1.2012

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Madrid

Alex Grijelmo.- Señor presidente, buenas tardes. Muchas gracias por recibir a la Agencia EFE en el Palacio de La Moncloa, en su despacho.

El Partido Popular dijo antes de las elecciones que no subiría los impuestos. ¿No teme que los ciudadanos dejen de creer en su palabra?

Presidente.- Antes que nada, muy buenas tardes y muchísimas gracias.

Efectivamente, yo dije en la campaña electoral que no era nuestra intención subir los impuestos; lo dije después de la celebración de las elecciones y, en concreto, un mes después, en el Debate de Investidura, lo dije en las Cortes, y allí advertí de que, si la previsión del déficit público era del 6 por 100, que era lo que se nos había comunicado, no íbamos a subir los impuestos. Además, no soy partidario de subir los impuestos.

Ésta es una medida solamente para dos años, para los años 2012 y 2013, y hemos tenido que tomar esta medida porque nos encontramos --yo lo supe el día 27 de diciembre-- con que el año pasado nos habíamos gastado veinte mil millones de euros más de lo previsto; es decir, una cantidad muy importante, porque hablamos de más de tres billones de las antiguas pesetas.

En esa situación era urgente actuar y, por tanto, decidimos tomar medidas en dos direcciones: por una parte, hacer un recorte fuerte del gasto, nueve mil millones de euros, y recortamos la práctica totalidad de las partidas del Presupuesto, salvo la atención a las personas que están en el desempleo y salvo la partida de pensiones, que la subimos para el año que viene; y decidimos también una subida del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, lógicamente más elevada para aquellas personas que tienen más recursos.

Esto era fundamental para la credibilidad de nuestro país y esto era fundamental para poder financiarnos fuera, porque el año pasado nos gastamos noventa mil millones de euros más de lo que ingresamos, casi quince billones de pesetas, y ese dinero hay que pedirlo fuera.

Por tanto, para mí era una decisión dura y dolorosa. No nos gustaba tomarla, pero era absolutamente imprescindible para detener la espiral en la que podíamos caer. Es verdad que es una decisión desagradable y es verdad que a mucha gente no le gusta. Yo creo que no quedaba otra opción, aunque podíamos haber hecho otras cosas. Podíamos no haber subido las pensiones o bajar las partidas dedicadas al desempleo; pero intentamos ser justos, equitativos y pedir un esfuerzo a aquellas personas que tenían más recursos económicos. Insisto, para dos años.

A. Grijelmo.- En efecto, el Partido Popular, cuando ha llegado al Gobierno, se ha encontrado un déficit superior a lo que esperaba. Sin embargo, gran parte de este déficit procede de las Comunidades Autónomas, en muchas de las cuales gobierna también el PP. ¿No tenían información propia sobre estos datos?

Presidente.- Yo conocía la situación en la que estaban algunas Comunidades Autónomas y, de hecho, después de las elecciones del 22 de mayo me reuní con todas ellas para pedirles que hicieran un esfuerzo de reducir su gasto público. Es decir, no podíamos gastar lo que no teníamos porque, además, había muchas dificultades para conseguir crédito fuera y eso era muy caro. Y las Comunidades Autónomas hicieron un gran esfuerzo en los últimos seis meses de ese año, después de las elecciones del pasado 22 de mayo.

Ahora bien, nosotros no teníamos los datos exactos. Incluso los de las Comunidades Autónomas hoy no están cerrados de manera definitiva, aunque sí hay un cierre aproximado. Los datos exactos yo los conocí cuando me los dijo la Intervención General del Estado, siendo yo ya presidente del Gobierno, el 27 de diciembre. Nos dijo que nos habíamos gastado más dinero del previsto y que tanto la Administración Central del Estado, como la Seguridad Social, como los Ayuntamientos, como las Comunidades Autónomas, se habían excedido en su gasto y habían gastado mucho más de lo que ingresaron. Lógicamente, eso fue lo que nos obligó a adoptar esas medidas.

A. Grijelmo.- ¿Nos puede precisar cuál ha sido el déficit de las distintas Administraciones --central, autonómica y local-- en el año 2011?

Presidente.- Aproximadamente, pero ya con cifras bastante ciertas --datos, insisto, de la Intervención General de la Administración del Estado--, el déficit de la Administración Central del Estado, del Gobierno de España, para entendernos, está ligeramente por encima del 5 por 100; el del conjunto de las Comunidades Autónomas es, aproximadamente, el 2,7 por 100, y, luego, la Seguridad Social y los Ayuntamientos ya son unas cifras muy menores.

En cualquier caso, lo importante es cómo se han desviado respecto de la previsión inicial: la Administración Central del Estado se ha desviado en 3.000 millones, es decir, ha gastado 3.000 millones más de lo previsto, un déficit de 3.000 millones más; la Seguridad Social se ha desviado en 5.000 millones y estaba previsto un superávit de 4.400 millones de euros, por lo que hubo un déficit de 600 millones y hablamos, por tanto, de una desviación de 5.000 millones; los Ayuntamientos, unos 1.500 millones y las Comunidades Autónomas, alrededor de unos 15.000 millones.

Ésa es la situación, según los datos de la Intervención General del Estado, a fecha de hoy. Lo del Estado y lo de la Seguridad Social ya es mucho más seguro, y lo de las Comunidades Autónomas ya lo sabremos al detalle, al céntimo, por decirlo de una manera entendible, aproximadamente en el mes de febrero.

A. Grijelmo.- El programa electoral del Partido Popular se planteaba conseguir "un sistema tributario más equitativo". Sin embargo, las medidas aprobadas llevan a una mayor aportación de las rentas del trabajo en relación con las rentas del capital, por ejemplo. ¿Cómo se encajan estas dos ideas, la que figuraba en el programa electoral y lo que ha ofrecido la realidad?

Presidente.- Es que yo no estoy de acuerdo con que así sean las cosas. Nosotros hemos tomado una decisión pidiéndoles un esfuerzo mayor a aquellas personas que están en condiciones de hacer un esfuerzo mayor, aunque ya se les pide mucho esfuerzo. Eso es verdad, yo lo reconozco y sé que es duro; pero hay gente a la que ya es imposible pedirle ningún esfuerzo. Nosotros podíamos no haber subido las pensiones o incluso bajarlas, o podíamos haber reducido las aportaciones a las personas que están desempleadas, o podíamos haber subido el IVA.

Lo que pasa es que, claro, la subida del IVA, aparte de que iba a suponer una subida de los precios, afectaba a todos por igual. Un café paga el mismo IVA lo tome una persona con una renta que otra persona con una renta infinitamente superior. Y por eso optamos por el IRPF, rentas del ahorro y también rentas del capital. Pero dentro del IRPF no tratamos igual a todos los contribuyentes. Hay, aproximadamente, dieciocho o diecinueve millones de personas en España que pagan IRPF, hay seis millones a los que esta subida no les afecta para nada, hay otros seis millones a los que les afecta muy poquito y hay siete millones de personas, las de rentas más altas, a las que les afecta más.

Por poner un ejemplo, a una persona casada que gana 20.000 euros brutos al año, aproximadamente unos 1.400 o 1.500 euros al mes, contando las pagas extraordinarias, esto le va a suponer 27 euros al año y, sin embargo, a una persona que, en lugar de ganar 20.000, gana 200.000 euros al año, también casada y con dos hijos, eso le va a suponer unos 8.500 euros al año, unos 700 euros al mes. Es decir, que es equitativo y aquellas personas con menos recursos, evidentemente, van a pagar, como es lógico, menos que aquellas personas que tienen más recursos.

Y lo mismo ocurre con las rentas de capital: si a usted de su cuenta bancaria le dan doscientos euros de dividendo al año, va a pagar cuatro o cinco euros de más; si usted recibe 6.000 euros de dividendo, va a pagar unos 280 o 300 más y, si recibe más de 20.000, las cantidades son mucho mayores.

Por tanto, es una subida que no es agradable, que es dura, que, insisto, es por dos años; pero creo que sí es justa y creo que sí es equitativa.

A. Grijelmo.- Ya que está usted hablando de impuestos, ¿va a subir este Gobierno el IVA?

Presidente.- Si nosotros hubiésemos pensado que era absolutamente imprescindible subir el IVA, lo habríamos hecho. Nosotros pensamos que era imprescindible, necesario y, además, urgente subir el Impuesto de la Renta y por eso lo hicimos. Por tanto, si hubiéramos pensado que era preciso subir el IVA, no nos habría temblado la mano a la hora de hacerlo. Y luego, evidentemente, se lo íbamos a explicar a la gente.

No lo hemos hecho por dos razones: primera, porque el IVA afecta por igual a todo el mundo; y, segunda, por una razón que también es muy importante: que una subida del IVA supone inmediatamente un aumento de los precios, supone inmediatamente un aumento de la tarifa de la luz, por ejemplo, y un aumento de todos los productos que consumen los ciudadanos.

No nos parecía lo más justo ni lo más equitativo. Sabemos que hay gente que opina de diferente manera y que cree que hay que subir el IVA, bajar las cotizaciones sociales, no tocar el Impuesto de la Renta... Hay muchas opiniones. Nosotros, como es natural, lo pensamos, le hemos dado vueltas y creíamos que lo mejor para la economía y, sobre todo, lo que era más justo y equitativo era hacerlo.

Por tanto, no está en nuestras previsiones subir el Impuesto sobre el Valor Añadido.

A. Grijelmo.- ¿Qué aportan usted y su Gobierno a los mercados y a dirigentes como Obama, Merkel o Sarkozy que no aportara con sus medidas el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero?

Presidente.- Nosotros, mi Gobierno, yo creo que aportamos una historia, en primer lugar. Nosotros llegamos al Gobierno la primera vez que estuvimos --me refiero a mi partido, el Partido Popular-- en el año 1996 y había un déficit público en España muy elevado; no tanto como ahora, pero muy elevado, casi del 7 por 100. Teníamos que entrar en el euro y para eso teníamos que reducir el déficit público al 3 por 100. La sociedad española hizo entonces un gran esfuerzo y logramos entrar en el euro. Y, al final, cuando abandonamos el Gobierno, dejamos las cuentas públicas en equilibrio: no gastábamos más de lo que ingresábamos, que es el objetivo al que hay que tender y que vale para un gobierno, para una familia, para una empresa y para cualquiera. Por tanto, aportamos nuestra historia.

Aportamos convicción. Nosotros reducimos el déficit público no porque lo mande Europa, sino porque hemos entrado en el euro y hemos pactado en Europa que no se puede gastar lo que no se tiene. Yo creo profundamente en eso. Es decir, no es normal que nosotros en el año pasado, en 2011, hayamos gastado --¡es que es mucho dinero!-- quince billones de las antiguas pesetas, noventa mil millones de euros, más de lo que nosotros ingresamos. Así no se puede vivir mucho tiempo, porque llega un momento en que no puedes devolver lo que debes y en que no te prestan. Por tanto, aportamos también convicción. Creemos que eso es fundamental.

Y luego creo que aportamos a los mercados, y al resto de países, a todos los que nos tienen que financiar nuestra deuda; aportamos una mayoría sólida, que los españoles han apoyado, que es para cuatro años. Y la estabilidad política es muy importante para que la gente recupere la confianza económica en nuestro país.

Yo creo que eso es lo que aportamos.

Pero si me dice "lo más importante", nuestra firme y decidida voluntad de ir a un modelo en el cual las Administraciones públicas no gasten lo que no tienen.

A. Grijelmo.- ¿Por qué no ha nombrado un vicepresidente económico, o vicepresidenta?

Presidente.- Ése es un asunto sobre el que, efectivamente, se ha hablado mucho. Se lo voy a decir con meridiana claridad: el objetivo fundamental en España, no para este año ni para el que viene, sino para este año, para el que viene y para el que viene y para el que viene, es terminar con esa terrible cifra detrás de la cual se esconden muchos seres humanos: más de cinco millones de españoles que quieren trabajar y no pueden.

Por tanto, la economía es lo más importante y yo he querido dar una señal, dentro de España y fuera de España, de que aquí hay un presidente del Gobierno que va a dar la cara y que no se va a esconder, y, por tanto, asume la presidencia de la Comisión Delegada de Asuntos Económicos del Gobierno, donde se toman las grandes decisiones, y, además, hay un secretario que es el jefe de la Oficina Económica de la Presidencia del Gobierno.

Ésa es la razón fundamental y, además, he querido nombrar un equipo muy económico. Yo tengo un ministro de Economía que es una persona experta, que conoce bien los mercados, que se ha movido mucho por el mundo y que fue en su día secretario de Estado de Economía, hace algunos años. Tengo un ministro de Hacienda y Administraciones Públicas que fue ministro de Hacienda en su día y que también fue en su día secretario de Estado de Economía, eurodiputado y que conoce muy bien cómo funcionan los resortes económicos. Tengo una ministra de Trabajo que lleva varios años en el Parlamento nacional, llevando temas económicos y laborales. Tengo un ministro de Industria que es un técnico comercial del Estado, que también ha estado destinado fuera de España y que conoce muy bien cómo funcionan las cosas. Tengo un ministro de Asuntos Exteriores con un perfil absolutamente económico, que es un inspector de Finanzas del Estado y una persona que lleva más de diez años en el Parlamento Europeo donde es portavoz de Economía del Partido Popular

Yo quiero que este Gobierno sea, sobre todo y ante todo, un Gobierno que responda al reto más importante que tiene España en estos momentos que es crear empleo, que haya crecimiento económico y que mantenga el Estado del Bienestar.

A. Grijelmo.- La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, dijo que estamos "en el inicio del inicio" en cuanto a medidas económicas se refiere. ¿Qué otras medidas nos esperan?

Presidente.- Dijo bien: estamos en el inicio del inicio. Hemos tomado unas primeras medidas, cinco días después prácticamente de llegar al Gobierno, el 30 de diciembre, muy importantes, pues estamos hablando de quince mil millones de euros, de dos billones y medio de las antiguas pesetas, y hemos resuelto algunos temas que estaban pendientes desde hace mucho tiempo, como la "Ley Sinde" o como el emplazamiento nuclear. Hemos tomado ya algunas decisiones importantes. Todo esto era necesario hacerlo, pero todo esto no es suficiente. Y en los próximos tiempos sí hay que tomar algunas medidas.

Voy a intentar resumirle algunas cosas que queremos hacer.

La primera, tenemos que seguir reduciendo el déficit público. Ésa es una prioridad capital si queremos que nos den dinero fuera porque, si no, corremos el serio riesgo de que no nos lo den o tengamos que estar pagando unas cifras astronómicas. Por tanto, en los Presupuestos Generales del Estado, que los presentaremos antes del 31 de marzo de este año, en el primer trimestre, volveremos a hacer una reducción del gasto público.

Pero, además, vamos a reunir pronto, este mes, en el Consejo de Política Fiscal a las Comunidades Autónomas, y también nos reuniremos con las Corporaciones Locales, a los efectos de decirles que todos tienen que apretarse el cinturón, como ya lo han hecho en España las familias y las empresas.

Vamos a presentar, en el plazo máximo de un mes desde el día de hoy, una Ley de Estabilidad Presupuestaria que fije techo de gasto y de endeudamiento que no podrán sobrepasar ni el Estado, ni las Comunidades Autónomas.

Por tanto, ésas van a ser las primeras para atajar el déficit público, recuperar credibilidad y poder financiarnos.

En segundo lugar, en este primer trimestre presentaremos también una reforma del mercado laboral español, una reforma estructural muy importante, con el objetivo de crear empleo.

En tercer lugar, en este primer trimestre --pero esto pronto, antes del 15 de febrero-- nosotros vamos a establecer un plan para la reestructuración del sistema financiero; un plan que va a obligar al saneamiento de las entidades financieras, a su transparencia y a un nuevo proceso de fusiones de entidades financieras en España para que las que haya sean de buen tamaño, sean solventes, y, sobre todo, para que vuelvan a dar crédito a las pequeñas y medianas empresas y a las familias, sin lo cual no habrá recuperación. No habrá un "banco malo" en España y estableceremos un procedimiento que no sea gravoso para el contribuyente.

Por tanto, ésas son las medidas que tenemos en marcha ahora, que haremos todas en el primer trimestre.

Y también rápidamente, y desde luego antes de que termine este período de sesiones, es decir, en el primer semestre de este año, haremos una norma para ayudar a las pequeñas y medianas empresas, a los emprendedores, que dan trabajo al 80 por 100 de las personas que trabajan en nuestro país, para que las cosas les sean más fáciles. Ahí sí vamos a hacer algunas cosas desde el punto de vista fiscal para ayudarles a que creen empleo y generen bienestar y riqueza.

Ésas son las prioridades más importantes. Hay muchas más, pero ésos son los compromisos para los próximos tres meses.

A. Grijelmo.- ¿Está en peligro el Estado del Bienestar tal y como lo hemos conocido hasta ahora?

Presidente.- No. Y le voy a dar mi opinión: yo creo profundamente en el Estado del Bienestar, yo creo en un sistema de pensiones como el que hay --ocho millones de pensionistas hay hoy en nuestro país--, creo en un sistema sanitario como el que tenemos en España: universal, público y gratuito, y creo en un sistema educativo como el que tenemos, pero creo que hay que mejorarlo. Pero creo que podemos estar orgullosos de nuestro sistema de pensiones, de nuestro sistema sanitario público y de nuestro sistema educativo.

Lo que pasa es que para poder mantener eso, que cuesta muchísimo dinero, se necesita que el Estado tenga ingresos. La sanidad pública cuesta mucho, y la educación, y las pensiones... Es la primera partida del Presupuesto con una gran diferencia. Para eso se necesita dinero y para eso se necesita que haya crecimiento económico y empleo.

La clave es generar empleo porque, si hay mucha gente trabajando, hay mucha gente que paga el Impuesto de la Renta y esa gente que trabaja, consume y, por tanto, paga IVA y paga impuestos especiales; y esa gente que trabaja cotiza a la Seguridad Social y por eso hay más dinero y, por tanto, se puede mantener y mejorar el sistema de pensiones.

Por eso la clave es crear empleo y, por eso, para mantener el Estado del Bienestar y mejorarlo es fundamental otra política económica con los pilares a los que antes hice referencia: primero, no gastando lo que no tienes, el déficit; y, segundo, haciendo reformas como la laboral y como la energética, que también la vamos a poner en marcha con la mayor celeridad posible --ahí, en la energía, tenemos una deuda de más de veinte mil millones--, o como la reforma educativa, la reforma de los emprendedores o la reestructuración del sistema financiero.

Por tanto, el Estado del Bienestar no está en peligro, pero para mantenerlo y para mejorarlo tenemos que crear empleo y hacer una política económica distinta, que es lo que hemos planteado a los españoles a lo largo de estos años.

A. Grijelmo.- ¿Qué expectativas tiene usted, señor Presidente, sobre la reforma laboral y las conversaciones entre los sindicatos y la patronal que se están produciendo en estos días?

Presidente.- Yo quiero una reforma laboral por acuerdo entre las partes, la quiero. De hecho, yo llamé después de ganar las elecciones y antes de ser presidente del Gobierno, a los empresarios y las organizaciones sindicales, y me reuní por separado con todos ellos. Me reuní con el secretario general de la UGT, con el secretario general de Comisiones Obreras y con los representantes de la CEOE, y les pedí que hicieran un esfuerzo para que en los primeros quince días de enero nos dieran su opinión y buscaran un acuerdo sobre una serie de puntos, que yo se los expliqué, que a mí me parecían capitales.

Yo agradezco el esfuerzo porque, además, eran épocas de Navidad, de Fin de Año y de fiestas. Yo no sé en que terminarán esas conversaciones. Supongo que llegarán a algunos acuerdos en algunos temas y en otros, no. Yo tendré en cuenta los acuerdos a los que lleguen las organizaciones empresariales y sindicales, porque creo en ese procedimiento; pero también tengo que decir que en aquellos temas en los que no haya acuerdo el Gobierno hará aquello que crea que es mejor para el interés general de los españoles y, sobre todo, para la mayor prioridad que tiene en este momento nuestro país, que es la creación de empleo.

La reforma laboral es hoy una necesidad. La piden todos, particularmente todas aquellas personas que pueden crear empleo y generar bienestar y riqueza; la demandan todas aquellas personas que no encuentran un puesto de trabajo en España, más de cinco millones, y nos la piden todas las instituciones en España y fuera de España. Y la haremos, como le he dicho, en el primer trimestre de este año. Me gustaría que con el mayor acuerdo posible.

A. Grijelmo.- ¿Cuál será su primer viaje al extranjero en visita bilateral?

Presidente.- Yo voy a ir el 30 de enero, pero eso ya no sé si calificarlo de viaje al extranjero, a Bruselas. Allí tenemos un Consejo Europeo, donde vamos a tratar algunos de los temas... Vamos a ver cómo cumplen los países sus requisitos de déficit público, vamos a explicar las reformas y vamos a hablar del crecimiento económico y del empleo, y de las medidas que hay que tomar a esos efectos. En fin, eso no sé si es una visita.

Va a venir Sarkozy aquí, a España, el próximo lunes 16. También va a venir la Presidencia actual, la Presidencia semestral, de la Unión Europea, que es la presidencia de Dinamarca. También Van Rompuy, el presidente del Consejo Europeo, a venir a vernos a España. Y, en principio, si le podemos llamar visita oficial, creo que la primera visita --ya estamos hablando con las autoridades de ese país-- que voy a hacer va a ser a Marruecos, en cuanto las agendas se logren casar; pero supongo que será en un período de tiempo relativamente breve.

A. Grijelmo.- Se mantiene la tradición...

Presidente.- Pues sí, señor.

A. Grijelmo.-Los accidentes de tráfico han descendido drásticamente en los últimos años en España. Estamos hablando de la vida de miles de personas. ¿Va a usted a cambiar al director general de Tráfico?

Presidente.- Para serle franco, no está entre mis prioridades cambiar al director general de Tráfico y ni siquiera me lo he planteado. Los equipos, al final, los tienen que hacer los ministros y los traen al Consejo de Ministros, y, por tanto, será el ministro del Interior quien tenga que tomar esa decisión. Pero es verdad lo que usted ha dicho: los accidentes han disminuido mucho en los últimos años y el director general de Tráfico no ha hecho una mala labor, como todo el mundo reconoce, y yo también. Pero esto es algo que corresponderá al ministro del Interior. De momento, ahí está y no ha sido una persona que, efectivamente, haya hecho una mala gestión.

A. Grijelmo.- Finalmente, ¿cuáles serán sus prioridades en las relaciones con América Latina?

Presidente.- Lo primero, América Latina es una prioridad. España está en Europa, ahí ya estamos; pero para mí es una prioridad capital, a la que no voy a renunciar nunca, América Latina por razones que todos conocemos: porque tenemos el mismo idioma, porque tenemos la misma historia, la misma cultura, y porque hay muchísimos españoles que a lo largo de su vida y en sucesivas etapas de nuestra historia se han ido allí.

Yo soy gallego y todos tenemos parientes que han vivido allí. Yo y mi mujer, también. No conozco a ningún gallego que no haya tenido a alguien que no haya estado en Venezuela, en Colombia, en la República Dominicana o en México, y ya no digamos en Buenos Aires, a la que algunos califican como la quinta provincia gallega.

España, además, es el segundo país del mundo inversor en Iberoamérica y yo quiero tener las mejores relaciones con Iberoamérica. Creo que podemos hacer muchísimas cosas juntos, en un mundo cada vez más abierto, cada vez más global, donde hay países como China, 1.400 millones de habitantes; la India, con 1.000 millones o Estados Unidos, con el 25 por 100 de la riqueza mundial. Europa es muy importante, pero España puede también hacer con Iberoamérica muchas cosas conjuntamente en beneficio de nuestros ciudadanos. Para mí, Iberoamérica --fue lo primero que le dije al ministro de Asuntos Exteriores-- es una prioridad de las primeras que tiene este Gobierno.

A. Grijelmo.- Muchas gracias, señor Presidente.

Presidente.- Muchas gracias. Ha sido un placer.