Conferencia de prensa del presidente del Gobierno después de la reunión del Consejo Europeo

11.3.2011

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Bruselas

Presidente.- Buenas noches. Antes de referirme a las dos importantes citas que hemos tenido hoy en Bruselas, tanto el Consejo Europeo para abordar la situación en los países del Mediterráneo, como la Cumbre del Eurogrupo, quiero referirme a Japón, al pueblo de Japón, para expresar, en nombre del Gobierno de España y de todos los españoles, nuestro pesar y nuestra cercanía ante este terrible terremoto y posterior tsunami que tiene todas las trazas de haber constituido una gran catástrofe humana y de destrucción. Hemos transmitido ya al Gobierno de Japón nuestra disponibilidad para el apoyo en todas aquellas tareas que puedan ser de utilidad, al igual que ha hecho en el día de hoy la Unión Europea.

Esta mañana, como saben, hemos celebrado una larga sesión de trabajo en la que, fundamentalmente, hemos analizado en el seno del Consejo Europeo la situación en Libia, de manera singular y especial, y también, en general, la situación en los países de la ribera sur del Mediterráneo.

El Consejo Europeo, en primer lugar, ha querido expresar su solidaridad con la población libia y con las víctimas que se están produciendo en ese país. De manera contundente, ha instado a Gadafi y a su régimen a cesar los ataques contra la población civil, y a poner fin de una vez por todas a ese viaje a ninguna parte que protagoniza el régimen libio, sin sentido, sin horizonte y sin salida; sólo para recorrer un camino de destrucción y dolor.

Gadafi, como ha afirmado hoy el Consejo Europeo, ha perdido la legitimidad política y, por ello, el Consejo de la Unión ha acordado respaldar todas las opciones posibles, más allá de la presión política y de la ayuda humanitaria, para proteger a los ciudadanos libios; opciones que, en su caso, deberán contar con la adecuada base legal internacional y con el apoyo de la región, tal como textualmente aparece en las Resoluciones.

Además, como saben, el Consejo Europeo ha decidido convocar una Cumbre con la Liga Árabe, Unión Africana y Unión Europea para profundizar en el análisis, valorar medidas conjuntas y, desde luego, sumar esfuerzos en pro de una pronta solución a la situación de Gadafi y, en general, a lo que es la evolución en los países del Mediterráneo.

Quiero también destacar el apoyo expreso que el Consejo Europeo ha dado a los procesos que se viven en Túnez y en Egipto. He tenido la ocasión de informar a mis colegas europeos de las impresiones, después de mi viaje a Túnez, del convencimiento de que la transición democrática en Túnez va a tener un horizonte favorable y del convencimiento de que es imprescindible el apoyo de toda la Unión Europea, tanto al proceso de Túnez, como al de Egipto.

Por último, el Consejo Europeo, a propuesta de Francia y España, ha saludado el anuncio, positivo, de reforma constitucional realizado por el rey de Marruecos; reforma constitucional que supone un paso en la buena dirección y que supone avanzar en un proceso de democratización que, sin duda, deseamos para Marruecos, igual que para todos los países de la zona.

Paso ahora a informarles de la sesión de la tarde, de la "breve" sesión de la tarde que hemos celebrado los líderes de la Eurozona.

Nos hemos reunido en un momento clave. Saben que en este primer semestre de 2011 nos corresponde concretar, materializar, todos los elementos de la estrategia de respuesta para garantizar la estabilidad económica y financiera de la Eurozona. Los Consejos Europeos de diciembre y de febrero establecieron la "hoja de ruta", y hoy hemos dado un paso relevante de concreción, que se plasmará de manera definitiva en el Consejo Europeo de los próximos 24 y 25 de marzo.

Hoy hemos vuelto a adoptar acuerdos con una determinación y un mensaje claro e inequívoco a todos los agentes económicos, a los empresarios, a los ciudadanos y a los inversores sobre la fortaleza, la solidez y la determinación de estabilidad de ese proyecto común que es el euro.

En primer lugar, por ir a los acuerdos de manera concreta, hemos garantizado la capacidad de financiación, tanto del actual mecanismo temporal, conocido como Facilidad Financiera, como del Mecanismo Permanente de Estabilidad que funcionará a partir de 2013. Hemos acordado, para ello, aportar las garantías que sean precisas para hacer efectivos los 440.000 millones de euros en el caso de la Facilidad y hemos refrendado la decisión adoptada por los ministros de Finanzas el pasado 14 de febrero al dotar con 500.000 millones de euros el futuro Mecanismo Permanente.

Además, hemos dotado de más flexibilidad a estos mecanismos y a los términos de concesión de ayuda a los Estados que se han acogido a la financiación. En concreto, a Grecia --aunque no ha estado estrictamente en el mecanismo de financiación, ha tenido, como saben, un programa de apoyo y de préstamo--, fruto de los esfuerzos y de los compromisos que ha adquirido en el Consejo va a haber una rebaja de cien puntos básicos en los tipos de interés de los préstamos que le hemos hecho para asegurar, para mejorar, la sostenibilidad de su deuda, y una ampliación del plazo del préstamo de cinco años a siete años y medio.

Además, como saben, esta reunión de líderes del Eurogrupo, junto a abordar la parte relativa a la Facilidad Financiera y al Mecanismo Permanente para garantizar la estabilidad de la zona euro, abordaba y ha acordado el conocido como Pacto de Competitividad; un pacto que persigue una convergencia mayor entre los países de la zona euro, una convergencia a través de la coordinación de políticas económicas para garantizar que la Unión Monetaria esté más integrada y sea más competitiva.

En el próximo Consejo Europeo los países de la Eurozona y todos aquellos que, no siendo de la Eurozona, quieran sumarse al Pacto de Competitividad, asumiremos compromisos concretos de reformas económicas en cuatro áreas, que son las cuatro áreas del Pacto: competitividad, empleo, sostenibilidad de las finanzas públicas y refuerzo de la estabilidad financiera. Ese compromiso de reformas será para un período de un año, para los próximos doce meses.

Debo resaltar sobre el Pacto de Competitividad que no es una declaración de intenciones, no es Lisboa. Es un compromiso político para dar pasos adicionales en áreas donde las competencias son principalmente nacionales, pero que tienen una incidencia para la competitividad de la zona euro en su conjunto.

Será, pues, un ejercicio continuo de exigencia de competitividad de las economías de la zona euro. Cada año se revisarán los compromisos y los avances, y, por supuesto, se podrán incorporar nuevos compromisos.

Debo resaltar que para el desarrollo de esos compromisos es, a juicio del Gobierno de España, muy necesaria la implicación de los agentes sociales. Ése es el rumbo que va a seguir el Gobierno de España en el desarrollo de las reformas del Pacto de Competitividad. Por la relevancia de los contenidos del Pacto y por las materias que aborda --competitividad y empleo-- es imprescindible que se inserten en el proceso de diálogo y de acuerdo social; e, igualmente, que a nivel europeo se redoblen los esfuerzos en el ámbito del diálogo social para desarrollar el Pacto de Competitividad.

Éstos son los aspectos esenciales. Se lo he hecho lo más resumido posible, dada la hora en la que estamos, y, en justa correspondencia. espero que sus preguntas sean también breves.

P.- Yo le quería preguntar por Libia y por la posición española. Ha dicho usted, si no me equivoco, que el Consejo ha decidido respaldar todas las acciones posibles para proteger a la población civil con la adecuada base legal. No hacen ustedes referencia a una resolución de Naciones Unidas que entiendo, por lo que usted ha dicho en otros momentos, que es imprescindible para España esa resolución. Me gustaría que me lo confirmara.

Presidente.- Es la base legal. La base legal para cualquier tipo de intervención en el Derecho Internacional es una resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

P.- ¿Es imprescindible para España, entendemos?

Presidente.- Absolutamente.

P.- Me gustaría saber también por qué algunos países no consideran todavía que hay que entender al Consejo Nacional de la Transición en Libia como interlocutor válido y representante del Gobierno de Libia, como ha hecho Francia, por ejemplo. ¿A qué hay que esperar?

También me gustaría saber cuándo se va a reunir la Liga Árabe con la Unión Europea y si van a esperar mucho, viendo lo que está pasando en Libia.

Presidente.- En relación con la primera cuestión, creo que la Resolución del Consejo habla de interlocutores políticos, que lo son, que lo van a ser y han sido reconocidos. Cuestión distinta es el reconocimiento a la representación de un país o a un Gobierno. Eso tendrá que tener su desarrollo y, en consecuencia, habrá que contemplarlo con más prudencia.

Sí, éste ha sido un elemento de debate. Es verdad que ha emergido desde hace muy poco tiempo una representación que la consideramos como interlocutor político; pero parece prudente, a juicio de la gran mayoría del Consejo Europeo, esperar a dar los pasos necesarios para ver cuál es la conformación alternativa a lo que hoy es un régimen que está cometiendo hechos absolutamente intolerables y en una franca decadencia.

En relación con la Cumbre, imagino que no estará a estas horas fijada la fecha. La voluntad del Consejo es celebrarla cuanto antes. Puede ser en los próximos días o en las próximas semanas, en las semanas inmediatas, porque consideramos fundamental que la eficacia de cualquier actuación tiene mucho que ver con la capacidad que tengamos de compartir al máximo reflexión, valoración y toma de iniciativas con la Liga Árabe y con la Unión Africana.

P.- En una carta ha pedido alinear salarios y productividad. Parece que los sindicatos se han sentido un poquito presionados, por lo que quería saber si podría especificar qué papel cree que debe jugar la inflación en este alineamiento y si va a presentar la reforma de la negociación colectiva en la próxima Cumbre del día 24.

Una segunda pregunta. Quería saber si nos podría detallar la flexibilización del Fondo del Euro, cuáles son las opciones que finalmente han prosperado y si los países que se beneficien de esa flexibilización y accedan al Fondo tendrán que comprometer esfuerzos de austeridad extraordinarios.

Presidente.- En relación con lo primero, hay un proceso de negociación sobre la negociación colectiva en estos momentos entre empresarios y sindicatos. Deseamos que haya un acuerdo. Sería extraordinariamente positivo. La negociación colectiva necesita reformas en España que prácticamente no se han producido en las últimas décadas y, por la información que tenemos, se están empleando con el máximo interés, tanto empresarios, como sindicatos. Por supuesto, lo que atañe a la negociación colectiva es una de las partes importantes del Pacto de Competitividad, en tanto en cuanto busca adecuar la evolución salarial a las condiciones económicas.

Sobre la indexación de los salarios a la evolución de la inflación y sobre el papel que la productividad debe jugar en la fijación de los salarios, hay muchas fórmulas. Es muy reduccionista hablar de salarios o productividad, o de salarios o inflación. Hay países donde para contar la inflación en la evolución de los salarios se tiene en cuenta sólo la evolución de una parte de los precios, no de todos los precios del país, que determinan la inflación. Y las fórmulas de incorporar la productividad también son variables. De hecho, en nuestra negociación colectiva se tiene ya en cuenta, en parte, la productividad.

Por tanto, el debate, como casi siempre pasa, es más rico con los modelos que conocemos y esto lo saben mejor que nadie los empresarios en España, y los sindicatos también. Yo estoy convencido de que se puede llegar a un acuerdo equilibrado, que favorezca la productividad y la competitividad de la economía, y que tenga en cuenta todos los factores; pero que lógicamente atienda, ante todo, el factor de la competitividad, porque es clave para nuestro futuro.

Por supuesto, insisto, éste sí será un elemento fundamental.

Flexibilidad. Hay dos aspectos fundamentales: uno ya lo he descrito, que es la capacidad efectiva del Fondo, para lo cual todos los países vamos a tener que incrementar las garantías del Fondo provisional; segundo, se permite al Fondo la adquisición de deuda en el mercado primario con, en efecto, determinadas exigencias y condiciones. O sea, hay dos flexibilidades importantes.

P.- Quería preguntarle, al margen de las reformas en marcha anunciadas, ya aprobadas, y de la negociación colectiva, si la aplicación del Pacto de Competitividad en España puede exigir nuevas medidas o nuevas iniciativas por parte del Gobierno, por ejemplo, para controlar déficit o deuda.

Presidente.- Vamos a hacer una evaluación a fondo. Es probable que haya nuevas iniciativas.

En lo que atañe a la sostenibilidad fiscal, como saben, en alguna ocasión me habrán oído hablar de la posibilidad de reforzar la Ley de Estabilidad Presupuestaria. Éste es un tema importante. Saben que había diversas posiciones, diversas iniciativas, para que el Pacto determinara que esto se llevara a nivel constitucional. Ha quedado más abierto, ha quedado abierto a la legislación de cada país. Tampoco hay una fórmula estricta. Cada país, pues está dentro de su marco de soberanía, como es natural, puede dar pasos, modificar su legislación, para fortalecer los compromisos de cumplimiento estricto del déficit en el marco fiscal, en el marco del Pacto. Es una de las opciones que, desde luego, vamos a evaluar y que vamos a dialogar con otras fuerzas políticas.

Una buena parte de las reformas que se derivan del Pacto de Competitividad están en marcha: están las referidas al empleo, están las referidas a la sostenibilidad financiera, al sector financiero, y están las referidas a la sostenibilidad fiscal. Hay temas relativos a la Investigación, Desarrollo e Innovación que también necesitarán una evaluación. Y, por supuesto, todo lo que afecta a la competitividad está en el ámbito de la negociación colectiva, básicamente, y en el mercado laboral.

En definitiva, una buena parte de las reformas que suponen el Pacto de Competitividad están en marcha, pero seguramente haremos algunas más y, por supuesto, las concretaré en el Consejo Europeo del próximo 24 de marzo.

P.- Un par de cuestiones; las dos, relacionadas con Libia. La primera es sobre la ambigüedad de la base legal, que no queda definida ni por supuesto en el ámbito europeo, ni en el ámbito aliado. Todos los países, en los dos clubes, hablan de base legal sin hacer referida explícita, que podrían hacerlo si quisiesen, al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. De hecho, hoy el presidente Sarkozy ha dicho que, si no hay Resolución de la ONU y los países de la vecindad --pensaba en la Liga Árabe-- lo piden, se podría intervenir. En Hungría los ministros de Asuntos Exteriores y, en su nombre, el presidente de turno, el ministro de Asuntos Exteriores húngaro, ha dicho que los europeos estamos esperando a que la Liga Árabe nos pida una intervención para intervenir sin necesitar la opinión y el aval de Naciones Unidas. En ese caso, ¿España intervendría, sin Consejo de Seguridad de Naciones Unidas?

Segunda cuestión en relación con Libia. Puesto que se trata de aislar al régimen económicamente hablando, y España es un cliente de su gas, ¿está España dispuesta a prescindir del gas libio para asfixiar económicamente a Gadafi?

Presidente.- En relación con la primera cuestión, he asistido a la reunión del Consejo Europeo con el máximo interés en todo lo que afecta a esta parte del debate sobre la situación en Libia y las posibilidades de actuación o de intervención. La interpretación de cualquiera que haya estado allí conduce a que la base legal, en el conjunto de las intervenciones, es una resolución de Naciones Unidas. Ésa es mi conclusión. Dos, es también mi posición. Para eso está el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y sabemos por experiencia que otros marcos, otras iniciativas, si no tienen el respaldo de Naciones Unidas, tienen una debilidad muy fuerte.

Pero añadiré una cosa: la Unión Europea, la Liga Árabe, la Unión Africana y la Comunidad Internacional tienen una gran capacidad de presión política y económica para poner fin a un régimen que está cometiendo los actos que está cometiendo; tienen capacidad. Y, por supuesto, la presión económica y todas las medidas y sanciones que ya se han aplicado --en España también, como es natural-- están produciendo efectos en el régimen. No tenga ninguna duda. Y van a producir más efectos. Como he dicho en alguna ocasión, España y todos los países europeos hemos adoptado decisiones en el ámbito económico, y en el ámbito de las sanciones, contundentes. Las vamos a llevar hasta las últimas consecuencias y van a producir efectos. Ya los están produciendo.

P.- ¿No hace falta prescindir del gas?

Presidente.- No es porque prescindamos o no del gas. Es también un objetivo, como no puede ser de otra manera, para nosotros el tener una graduación, igual que para todos los países, a la hora de adoptar las sanciones: las que son mucho más directas, las que son más eficaces y las que producen un deterioro económico más claro al régimen libio. Permítame que no sea más explícito, por razones evidentes.

P.- ¿Los términos para reducir los tipos de intereses para Grecia se aplican también a Irlanda?

Presidente.- Para Grecia sólo.

P.- Sólo para Grecia. ¿Y para Irlanda no ha habido…?

Presidente.- Irlanda no ha suscrito el acuerdo que se le pedía, que tenía que ver con la coordinación de la política fiscal --y sabemos de qué estamos hablando: sobre todo, de la imposición a los beneficios de las empresas o del Impuesto de Sociedades--, y, por tanto, no se le aplica la reducción.

Muchas gracias.