Túnez
Presidente.- Esta visita a Túnez tiene por objetivo subrayar el respaldo al proceso de cambio democrático que se está produciendo en este país y que se está produciendo en otros países del mundo árabe; que empezó aquí, en Túnez, y que ha sido un proceso de contestación social pacífico.
Ahora, en plena fase de transición, he querido trasladar al Presidente y al Primer Ministro, como lo haré con el conjunto de representantes de la sociedad civil a continuación, el apoyo de España. Hemos venido a escuchar, a ayudar y a construir conjuntamente con Túnez un futuro democrático, de dignidad y de libertad.
Estamos viviendo un momento histórico, no sólo para Túnez, no sólo para todos los países árabes, sino también para el mundo y para las relaciones internacionales en este arranque del siglo XXI.
Expreso, pues, mi satisfacción por estar aquí. Creo que los españoles quieren que su Gobierno esté apoyando los cambios democráticos en el mundo árabe desde el primer momento. Por eso estoy aquí.
A partir de aquí, estoy ya disponible para sus preguntas.
P.- Presidente, usted antes ha expresado su convencimiento de que esta corriente se va a extender. Me gustaría saber si cree usted que esta corriente puede prender y fructificar en países como Argelia y en países como Marruecos.
Presidente.- Que ha prendido y se ha extendido es un hecho ya. Empezó en Túnez, se ha extendido a Egipto, se ha consolidado el cambio en Egipto y ha avanzado, en gran medida, en Libia. Pero el papel de un país como España y de Europa en su conjunto ha de ser el de apoyar y estimular, allí donde la sociedad promueva, los cambios democráticos hacia la libertad y darles todo el respaldo y todo el impulso.
Creo que nadie debe hablar en nombre de otros países o de otras sociedades. Nadie puede interpretar ni debe interpretar que actuamos con una especie de voluntad de injerencia, que sería contraproducente; pero sí estamos dispuestos y preparados para apoyar los cambios y las reformas democráticas en todos los países. Por supuesto, España lo está. E insisto en la idea de que queremos estar desde el primer momento y queremos ser del grupo de países que apoye con más determinación lo que está pasando en el mundo árabe.
P.- Señor Presidente, en primer lugar, España está pidiendo a los Gobiernos una ayuda concreta. ¿Hay precisiones sobre la ayuda que va a aportar España a Túnez? ¿En qué sentido? ¿Hay ya cifras?
En segundo lugar, querría saber si Madrid apoyaría una intervención militar en Libia.
Presidente.- Madrid y todos los países europeos debemos respetar la Carta de las Naciones Unidas y las reglas que hay en cuanto a posibles intervenciones en países soberanos. Saben que ésta es una cuestión que compete al Consejo de Seguridad.
Dos, estamos comprometidos con el Gobierno de Túnez a dar la máxima ayuda para que afronte la cuestión de los refugiados en la frontera, de los refugiados que provienen de Libia. España es el país que ha enviado el primer avión, con treinta toneladas de ayuda humanitaria. Está disponible, con carácter inmediato ya, un nuevo avión, tanto para ayuda humanitaria, como para posibles traslados, y también podemos disponer de buques para traslados de personas. El Ministerio de Asuntos Exteriores está coordinando esa tarea con el Gobierno tunecino, con el Ministerio de Asuntos Exteriores de Túnez.
Por último, sobre qué puede hacer España, he dicho anteriormente que lo que queremos es escuchar y ayudar. Hay una cosa en la que Túnez ya supone un gran ejemplo, y es que ha habido un gran cambio pacífico, lo cual es fruto de esa profunda conquista que la sociedad tunecina ha ido logrando en las últimas décadas, que son sus altos grados de nivel educativo y el papel de sus intelectuales; una extensión de la cultura, que, sin duda, ha contribuido al cambio pacífico.
Cada país hace su historia, cada pueblo construye su democracia y lo que espera un pueblo de los otros pueblos amigos es comprensión y ayuda. No vamos a decir nada que suponga dar una lección, pero vamos a dar todo aquello que nos pidan para que los tunecinos se sientan libres, ganen su dignidad democrática y vivan en una sociedad plural, en un Estado de Derecho garante de los derechos fundamentales. Nada vamos a enseñar, pero todo estamos dispuestos a ofrecer y a dar.
P.- El otro día usted hablaba de la necesidad o de la idea de impulsar, para Túnez y los países del norte de África, un plan de inversión privado que ayude a la recuperación económica de esta zona. No sé si en las reuniones que ha mantenido a lo largo de esta mañana ha recibido alguna estimación del Primer Ministro o del Presidente sobre qué inversión sería necesario impulsar para reflotar la economía de este país.
Luego, si me permite, quería hacerle una pregunta también sobre una cuestión española, que es el paro, cuyos datos han salido esta mañana, con un aumento de 62.000 personas, lo que sitúa al paro por encima de las 4.300.000 personas. Quería una valoración de esta cifra y de si va a haber un cambio de tendencia pronto o no.
Presidente.- En relación con lo primero, sí, Túnez y los países del Magreb necesitan un proceso de apoyo financiero, que, en mi opinión, tiene que tener un ámbito de apoyo público de las instituciones europeas, a través de sus entidades financieras, y un ámbito privado, a través de una concertación de grandes empresas, con presencia o con voluntad de apoyo al cambio democrático y económico.
Por tanto, una gran coalición de empresas privadas para generar inversiones, que hay que movilizar, que estamos dispuestos a movilizar; y, por otro lado, nuevas facilidades financieras a través del Banco Europeo de Inversiones, del BEI, que ya tiene una línea importante de facilidad financiera para todos los países del Mediterráneo, que me parece que asciende en diversos programas y en diversos tipos de ayudas a algo más de diez mil millones de euros. Y, en concreto, España está dispuesta a concertar una línea de trescientos millones de euros con el Banco Europeo de Inversiones para facilitar el proceso de recuperación económica.
Por tanto, facilidades financieras desde el ámbito de la Unión Europea. Cada país tiene que hacer su compromiso, y nosotros estamos dispuestos a este compromiso, para los próximos tres años. Y, dos, movilizar una coalición de grandes empresas transnacionales que tengan intereses y presencia en Europa, en África, en los países del Magreb, y que puedan ser una palanca importante para el cambio.
También he comentado a las autoridades de Túnez la posibilidad de, en este período de transición, lograr un acuerdo económico y social entre empresarios, sindicatos y Gobierno de Túnez para generar más confianza. En definitiva, hay experiencias en esta dirección. Sabemos que uno de los problemas fundamentales tiene que ver con el empleo y, por tanto, puede ayudar a dar confianza.
Paso a la pregunta española. Saben que es conocido y esperado que el mes de febrero es un mes no bueno para los datos de paro registrado. Por tanto, no es un buen mes ni es un buen dato. Es verdad que es un dato menos malo que el que tuvimos el año pasado y, por supuesto, que el que tuvimos hace dos años.
Sí, la economía debe y empezará a generar empleo. Hemos situado el segundo semestre como el momento de generación de empleo. Las cifras, las expectativas en cuanto a crecimiento económico, que es la clave para que se pueda empezar a generar empleo, van en la línea prevista por el Gobierno en lo que supone el arranque del año, estos dos primeros meses del año, y seguro que también en el primer trimestre.
En consecuencia, ahora lo que tenemos que hacer es aprovechar todas las palancas de reformas, que, o bien han entrado en vigor, o bien están a punto de culminarse, para que esa recuperación del empleo, que es la gran aspiración nacional y la gran necesidad social, se pueda culminar cuanto antes.
Pero digamos que el dato de hoy como tal no modifica lo que es la evolución que esperamos para los próximos meses.
P.- Señor Presidente, usted está de regreso de un viaje a los países del Golfo. ¿Está usted preocupado por los movimientos revolucionarios en esta región que representa un interés crucial para la economía, sea la de Estados Unidos o la de Europa en general?
Una segunda pregunta se refiere a la Unión por el Mediterráneo. ¿Existe todavía hoy ese proyecto? ¿Puede definir el lugar de Europa en el mundo árabe que está cambiando? ¿Ve usted al mundo árabe en crisis? Para nosotros es un despertar para los pueblos que han estado durante mucho tiempo gobernados por dictaduras.
Presidente.- Son varias cosas en una misma. España, junto con otros países, ha puesto siempre el énfasis en la mirada al Sur, al Mediterráneo, en la política exterior de cooperación de la Unión Europea. El Proceso de Barcelona fue la primera fase y ahora estamos en la Unión por el Mediterráneo.
Los cambios que se están produciendo en los países del mundo árabe, que, como antes comentaba, en mi opinión, se van a extender, van a fortalecer ese proyecto de la Unión por el Mediterráneo; deben de fortalecerlo. ¿Por qué? Porque pienso que la mirada de futuro y la mirada modernizadora de los países del Magreb es una mirada hacia el norte, es una mirada hacia Europa. Y la mirada de Europa para ser relevante, más relevante, en el orden internacional y cumplir más fielmente con sus valores, que son la extensión de la democracia, las garantías de los derechos fundamentales y la cooperación, tiene su ámbito de realización más nítido y más cercano ante las sociedades que han padecido falta de libertades, y que padecen, y grandes necesidades sociales.
Europa será más Europa si se compromete más con el Sur, con el Mediterráneo, con el Magreb y con las aspiraciones de la libertad.
Siempre cabe hacerse la pregunta de si se podía haber hecho antes, si Europa llegó tarde y si Europa miró para otro lado. Bien, dejémoslo a los historiadores. A los Gobiernos, a Europa, nos corresponde estar a la altura de las circunstancias cuando este movimiento se ha producido con tanta intensidad. Ha nacido desde el corazón del pueblo aquí, en Túnez, en Egipto y en Libia, y es uno de los momentos, seguramente, más importantes que vamos a vivir las generaciones vivas. Su alcance puede tener tanta dimensión como los cambios que vivimos hacia la democracia en la Europa del Este.
En definitiva, en el mundo de la globalización, que no es sólo económica, sino que también va a ser política, porque la aspiración a la libertad y a la democracia prende con tanta fuerza como la aspiración al comercio; en este tiempo de globalización política y económica lo que se ha iniciado en Túnez puede cambiar el mapa de hoy de la relación de fuerzas económicas y políticas del mundo en los próximos años.
P.- Presidente, yo quería preguntarle qué escollos piensa usted que se van a encontrar estos países en su camino hacia la democracia y si tienen que ver, por ejemplo, con la religión o con el papel de las mujeres.
Luego, si me permite, una pregunta que tiene que ver con la recuperación económica. Usted insiste en que ya en España se está iniciando esa recuperación, que se debe mantener; pero ¿qué papel cree usted que pueden jugar la crisis de Libia y el precio del petróleo, y todos estos asuntos que están haciendo crecer la inflación, en esa incipiente recuperación económica en nuestro país?
Presidente.- En todo proceso de nacimiento a la democracia hay cuestiones que una sociedad debe decidir, que son trascendentales. Hay algunas que son más importantes para un país y otras son más importantes en otro país. Por ejemplo, para España sabemos que la cuestión llamada "territorial" era clave para nuestra transición democrática.
Aquí, en Túnez, sin duda, religión y Estado es un tema fundamental, y va a ser un tema fundamental. Y en los países árabes con influencia islámica, también. La Constitución la van a redactar los tunecinos y yo me voy a limitar a dar mi opinión. Mi opinión es clara: la religión es la religión y debe estar en el ámbito de lo privado; el Estado debe ser aconfesional. Esto hace duradera la democracia y la hace más auténtica.
Dos, Túnez conoce uno de los mayores desarrollos del mundo árabe en cuanto a los derechos de la mujer. Sus normas de familia son avanzadas. Estimo que aquí no va a haber ningún posible retroceso, sino que habrá un mayor avance. Solamente ratificar, y lo saben bien las mujeres tunecinas, que, en la medida en que un país garantice más la igualdad entre hombres y mujeres, en la medida en que un país evite y elimine de su ordenamiento cualquier discriminación, será un país más democrático y más auténtico, y una democracia, más fuerte.
Junto a ello, habrá cuestiones muy decisivas en los procesos constituyentes, Sobre la Ley Electoral he insistido al Primer Ministro y al Presidente sobre la conveniencia, más que conveniencia, necesidad, de que las reglas electorales tengan el máximo consenso. Esto es la garantía primaria de un buen resultado en cuanto a la transición democrática: Ley Electoral y separación de poderes. Luego ya el sistema podrá ser más parlamentario o más presidencial. Es una cuestión importante, pero no afectará a la fortaleza y a la sostenibilidad del sistema democrático.
Por último, me he limitado a decirles, pensando en España, que tenemos la transición reciente. Cuando empezó la transición en España yo tenía quince años y cuando votamos la Constitución yo tenía dieciocho años, y puedo entender muy bien la emoción que tienen tantos jóvenes en Túnez por ver la democracia ya funcionando.
Hubo una cosa fundamental en nuestro país para lograr el éxito y es que hubo un consenso de fondo para mirar, ante todo, al futuro; un gran consenso para mirar al futuro y una encomiable actitud de tolerancia.
En esta primera fase debe haber efervescencia democrática y debe haber una radical defensa del pluralismo. Cuantas más voces, mejor se expresen en el debate democrático en Túnez, en el proceso de transición, en el proceso constituyente. Nadie puede quedar excluido de dar su opinión y de formar un grupo, una alianza, un partido. Tiene que haber una gran efervescencia democrática. Luego, las urnas. Siempre serán los ciudadanos los que digan quiénes tienen una gran representación o una menor representación.
Pero, en todo caso, yo les he transmitido que es bueno que haya partidos políticos fuertes y liderazgos fuertes. Da solidez a la democracia. Eso lo hacen los ciudadanos, lo harán. Y en esta primera fase, movilización y efervescencia.
Sobre las consecuencias que estamos viviendo en el impacto económico de la crisis de los países del mundo árabe, lógicamente, el incremento de los precios energéticos y su consecuencia en la inflación no ayudan. Entendemos que pueden y deben ser temporales. También es cierto que hay otros factores, en otros ámbitos de la economía, que van a tener una consecuencia favorable, como es el turismo. Lo sentimos por los países afectados, pero hay un efecto indirecto.
En cualquier caso, salvo circunstancias que no son previsibles de una gravedad máxima en la evolución de los factores que afectan al precio de la energía, la recuperación económica está en marcha. Es lenta, pero está en marcha y se está asentado sobre bases sólidas. ¿Por qué? Porque estamos saneando las cuentas públicas, reduciendo el déficit; estamos saneando, reestructurando, el sector financiero, y estamos saneando los sectores económicos no productivos, como era el exceso del sector inmobiliario, y permitiendo que otros sectores tomen el relevo. ¿Es difícil y duro? Sí. ¿Es lento? Sí, pero es el camino seguro y cada mes que pase y nos acerquemos al final, a la última etapa, de 2011, la sensación de confianza irá incrementándose; y, por supuesto, en 2012 será algo ya vivido y seguro por la sociedad española.
Gracias.