Discurso del Presidente del Gobierno en la continuación de la sesión de investidura a la Presidencia del Gobierno

11.4.2008

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Congreso de los Diputados

Señor Presidente, señoras y señores Diputados,

Comparezco de nuevo ante Sus Señorías, de acuerdo con lo previsto en el artículo 99.3 de la Constitución, para solicitarles la confianza a mi candidatura a la Presidencia del Gobierno y al programa político que pretendo desarrollar los próximos cuatro años.

Quiero llevar a la práctica una idea de España que, aunque defendida autónomamente por el Partido Socialista, considero que puede compartir la mayoría de esta Cámara. Es la idea de una España en continuado crecimiento económico, que en esta fase atienda inmediatamente a los ciudadanos y se encamine pronto hacia tasas más intensas de progreso y bienestar.

Es una España de amplias y robustas políticas sociales; una España con más empleo, más cualificado, más estable; una España de instituciones fuertes y Administraciones eficaces; una España habituada a integrar su diversidad por medio del respeto, la cooperación y el diálogo; un país seguro y política y socialmente unido contra la amenaza y la violencia terrorista; una nación con voz propia en el mundo, defensora de la paz y profundamente solidaria, y una España de ciudadanos más libres, mejor formados y más cultos que nunca en nuestra historia, dispuestos a triunfar frente a los retos del mundo nuevo que vivimos.

Para avanzar resueltamente en esta idea de España defendí ante Sus Señorías las prioridades políticas y los proyectos normativos y de gestión que guiarán la acción del Gobierno para cumplir los compromisos que he asumido ante todos los españoles.

Quiero ahora subrayar tan sólo las que entiendo más relevantes.

El Gobierno responderá, no lo duden, a los efectos de la crisis mundial sobre la economía española. Lo hará con urgencia, con medidas de alcance coyuntural y con reformas y medidas a más largo plazo destinadas a dotar a nuestro país del capital humano, físico y tecnológico que necesitamos.

Convencido de que sólo progresan las reformas acordadas, promoveré un diálogo inmediato e intenso con empresarios y sindicatos para buscar un gran acuerdo que se extienda a cuanto determina la competitividad de nuestra economía, incluido el mercado de trabajo.

Mi Gobierno volverá a tener una indiscutible personalidad social: atenderá preferentemente a quienes más lo necesitan, desarrollará la atención a la dependencia y apoyará a la familia y a quienes especialmente buscan vivienda, a los jóvenes.

Mi Gobierno se identificará con las aspiraciones de igualdad de los españoles, no descansará hasta que nunca más una mujer sufra la violencia machista, se confrontará con toda forma de discriminación, adecuará la inmigración a las circunstancias de nuestro mercado de trabajo y velará porque la Ley reconozca a todos los que vivimos en nuestra tierra las mismas obligaciones, servicios y derechos.

Para asegurar un Estado eficaz y bien dotado que cumpla sus funciones con los ciudadanos reformaremos el Gobierno, la Administración General del Estado y la Justicia, y actuaremos en cooperación leal con las Comunidades Autónomas y Ayuntamientos.

El Gobierno pondrá sus mejores recursos para que España desarrolle un papel relevante en la Comunidad Internacional. En Europa, ante todo; pero también en América Latina y África. Quiero que el nombre de España se identifique, ya para siempre, con la paz y la legalidad internacional, con la lucha contra el hambre y con la ayuda al desarrollo.

La España de 2020, la de nuestros hijos, nos exige que les preparemos desde ahora con un nivel de excelencia para que puedan entenderla, disfrutarla y dirigirla. Esto significa educación, formación, investigación, infraestructuras, energías limpias y compromiso contra el cambio climático.

Señorías,

Tengo una convicción bien arraigada y que siempre he procurado practicar: la España democrática, pluralista y diversa, la España de hoy, sólo se puede gobernar bien con diálogo, con actitud permanente de explicar los planteamientos propios y de escuchar los ajenos, de buscar el acercamiento de posiciones y de intentar acuerdos.

Ésta será mi pauta esencial de comportamiento. Haré del diálogo social un elemento estratégico de la política económica y social; practicaré con la máxima lealtad y respeto el diálogo institucional, en particular con todas las Comunidades Autónomas; ejerceré el diálogo político para reforzar mayorías y llegar a acuerdos en los asuntos de Estado con todos los grupos, en especial con el principal partido de la oposición.

El Partido Socialista dispone de una mayoría de 169 escaños y ha recibido de los ciudadanos el mandato de construir sobre ella y sobre su programa político el futuro Gobierno de España. Pero no es una mayoría suficiente. Buscaré siempre el respaldo de otros Grupos. Hay muchos escenarios de encuentro posible con los que han preferido abstenerse e, incluso, con quienes han votado en contra. Vamos a cultivar esos lugares de encuentro, sin descartar cauces de colaboración estable y predecible.

Tengo el deseo y el compromiso de procurar el acuerdo con todos en cuestiones en las que, por su contenido y entidad, nuestra democracia gana siempre con la puesta en común de ideas y voluntades, y pierde siempre con la confrontación partidista. Son cuestiones que llaman a la inclusión de todos, pero requieren la colaboración singular de la primera fuerza de la oposición.

A ella me dirijo, en primer lugar, para trazar y apoyar una estrategia de lucha antiterrorista compartida por todos para terminar con ETA, para acordar una pronta renovación de los órganos constitucionales, para preparar la Presidencia española de la Unión Europea de 2010 y para consensuar las bases de la reforma de la Administración de Justicia.

Señorías,

He defendido un programa de gobierno al servicio de una determinada idea de España, progresista e integradora, próspera y justa, solidaria, eficiente, diversa y cohesionada, comprometida con la paz. Es posible compartir esa idea con las fuerzas políticas aquí representadas.

Agradezco de nuevo, con emoción, el aliento y el apoyo que me prestan los diputados del Grupo Socialista, agradezco también la abstención de los grupos que se han decidido por ella y manifiesto mi respeto por la principal fuerza de la oposición y los demás diputados que van a votar en contra de mi investidura.

Muchas gracias.