Intervención del presidente del Gobierno en el acto de inauguración del Hospital Universitario de Melilla

2.6.2025

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Hospital Universitario de Melilla

INTERVENCIÓN DEL PRESIDENTE DEL GOBIERNO, PEDRO SÁNCHEZ

Buenos días, en primer lugar, presidente de la Ciudad Autónoma de Melilla, querida ministra, personal del Hospital Universitario de Melilla, delegada del Gobierno, señoras y señores.

Quisiera comenzar esta intervención recordando que, precisamente ayer, se cumplieron siete años de gobierno progresista en España, y creo que es un buen momento para reflexionar y tomar conciencia de todo lo que ha representado esa fecha para nuestro país.

Aquel 1 de junio de 2018 marca un antes y un después en la apuesta por reforzar el Estado del Bienestar, tras años de recortes y desmantelamiento de servicios públicos. Marca un antes y un después en la lucha contra la precariedad laboral, con más y mejor empleo, pero también con más dignidad laboral y salarial y con una subida acumulada del 61% del salario mínimo interprofesional. Y marca un antes y un después en la defensa de nuestras pensiones, clave de bóveda de ese sistema de bienestar, porque donde hubo congelación y pérdida de poder adquisitivo, hoy hay revalorización conforme al coste de la vida. Y marca un antes y un después, como ha dicho antes la ministra, también en el compromiso con nuestro sistema de salud, porque donde hubo despidos masivos y se cerraban plantas enteras de atención sanitaria, hoy se abren hospitales públicos como este aquí en la Ciudad Autónoma de Melilla.

Esta es la España de hoy, un país que lidera y que es motor de crecimiento económico de toda la Unión Europea; que crea más de cuatro de cada diez nuevos empleos en Europa; un país que inspira como referente en derechos y libertades en progreso, cohesión social y cohesión territorial. Ese es el resultado de estos siete años en los que España no ha dejado de avanzar por adversas que hayan sido las circunstancias, como todos tenemos en nuestra mente y en nuestros recuerdos, singularmente la pandemia. Por eso es bueno mirar hacia atrás para tomar conciencia de todo lo hecho durante estos años, pero sobre todo para tomar impulso pensando no solo en lo que queda por hacer, si en lo que, sino lo que vamos a hacer desde el gobierno durante los próximos años.

Antes lo ha dicho la ministra -y yo lo comparto-. Creo que hoy estamos en un día histórico para Melilla y para sus ciudadanos y ciudadanas. Hoy inauguramos una inversión, la más cuantiosa que haya hecho la Administración General del Estado en esta ciudad: más de 150 millones de euros -como refleja bien el cartel- que dan forma a este nuevo hospital universitario dotado nada más y nada menos, que con 256 camas (si los datos no me fallan) y más de 45.000 metros cuadrados de superficie asistencial.

Hablamos, por tanto, de la incorporación -como ha dicho la ministra- de nuevas especialidades de UCI Pediátrica, de unidades de Hemodiálisis, de equipamiento de última generación como el robot quirúrgico Da Vinci. Pero también, y esto es importante y se me ha dicho antes por parte de algunos de los profesionales, de investigación y de enseñanza para nuestros profesionales sanitarios, porque este hospital universitario debe ser, y va a ser, un centro de referencia en toda España en el ámbito de la formación.

Pero por encima de todo, este hospital es la concreción de un compromiso firme y rotundo con uno de los principales pilares de nuestro Estado del bienestar, como es ese tesoro llamado sanidad pública universal. Soy consciente de lo que ha costado llegar hasta este día. Recuerdo las palabras del presidente Zapatero en el año 2006, cuando se anunció la construcción de este hospital. La imagen de grúas paradas y el esqueleto inacabado de este hospital acreditan que aquí, también en la ciudad Autónoma de Melilla, se dejó huella ese cirujano de hierro de los recortes en Sanidad y una respuesta equivocada por parte del neoliberalismo a la crisis financiera. Recortes que pagamos con creces. Hemos tenido que esperar más de una década para poder poner fin a esta obra… que pagamos con creces, por tanto, cuando tuvimos que enfrentarnos a una pandemia de la COVID 19 devastadora que dejó el sistema en los huesos tras una década, como he dicho antes, de tijeretazos al gasto sanitario.

Abrir las puertas, por tanto, de este hospital supone saldar una deuda histórica con los melillenses. Reparar una injusticia que, afortunadamente ya hemos superado, como lo son también los recortes, los despidos de profesionales sanitarios, la infamia de querer liquidar la universalidad del sistema por la puerta de atrás. Eso, afortunadamente, es pasado, porque en España hoy se invierte casi un 30% más en Sanidad que en el año 2018. En la España de hoy se apuesta por la sanidad de vanguardia, con un proyecto estratégico llamado PERTE específico, dotado con más de 1.800 millones de euros, una apuesta, por tanto, sin precedentes por hacer de España un referente en los ensayos clínicos que ya somos, por ejemplo, en la lucha contra el cáncer. En la España de hoy se oferta casi un 50% más de plazas MIR que hace siete años y aún nos queda mucho por hacer hasta llegar a la cifra récord de 11.943 en la última convocatoria y que, por cierto, han sido adjudicadas en su totalidad, es decir, al 100%. Y en la España de hoy los compromisos de inversión se cumplen. En 2018 retomamos este proyecto que hoy estamos inaugurando, lo rediseñamos, lo ampliamos y lo mejoramos para que al fin hoy sea una realidad.

Así se cuida y se protege nuestra Sanidad pública. Y merece la pena porque los retornos que nos da esta apuesta creo que son únicos y todos somos muy conscientes de ello, como lo ha hecho también el país al ver cómo avanza la esperanza de vida en la Unión Europea hasta situarse en uno de los mayores rankings. Algo, si no todo, tendrá que ver nuestro modelo de sanidad pública gratuita y universal. Un modelo en el que nadie tiene que pedir, como ha dicho antes la ministra, un crédito para afrontar una cirugía cardiovascular; esto que consideramos aquí un derecho en otros muchos países, desgraciadamente, no lo es. Un modelo en el que ninguna familia ha de elegir entre pagar una terapia o la mensualidad de la hipoteca o el alquiler. Hay lugares, y no precisamente lugares menos desarrollados que España, donde esto ocurre. Lugares donde una familia termina en la bancarrota para poder salvar a un familiar. Lugares donde la sanidad es un nicho de negocio y donde vivir o morir depende de tener o no un seguro privado.

Es verdad, nuestro sistema no es perfecto. Claro que no. Queda mucho por hacer para mejorar la atención que merecen nuestros conciudadanos y todos deberíamos tenerlo presente, empezando por quienes hace poco votaron contra, por ejemplo, la creación de la Agencia Estatal de Salud Pública, una herramienta fundamental para anticiparnos y prevenir futuras pandemias y emergencias sanitarias. Por eso, creo que es crucial seguir avanzando e incorporar nuevas prestaciones a nuestro sistema.

La pasada semana, querida ministra, sin ir más lejos, asumimos el compromiso de financiar, a partir de este mes de septiembre, las gafas y las lentillas con una ayuda de hasta 100 € para nuestros menores de 16 años. Y también hemos impulsado el primer acuerdo estatal para que los menores de seis años reciban atención temprana de calidad, con la garantía de ser intervenidos antes de 45 días si así lo requieren. Por tanto, que nadie lo dude. Vendrán muchos más avances para seguir haciendo más robusto y más equitativo a nuestro sistema.

Señoras y señores, yo creo que la apertura de este nuevo hospital es el mejor ejemplo de ese compromiso con la robustez del sistema y creo que deberíamos darle la relevancia que merece algo así, a abrir un nuevo hospital con todo lo que está cayendo en el mundo.

Un tiempo en el que la televisión abre a diario con la imagen de hospitales en ruinas, destruidos por las bombas, como está ocurriendo en Gaza. Hace unos días fue desmantelado el último hospital del norte de la Franja de Gaza y que seguía operando gracias al coraje de un puñado de profesionales. Cientos de médicos y enfermeros y enfermeras han muerto en Gaza por no dejar atrás a sus pacientes. Han muerto literalmente abrazados a los civiles que pretendían salvar hasta el final.

Por eso, hoy más que nunca, con emoción, creo que es necesario honrar su memoria en este acto que tiene lugar a orillas del mismo mar que une Palestina con España. Así que yo también, presidente, apelo a las palabras del Papa. Por humanidad, por decencia, por justicia, hay que parar esta barbarie.

Concluyo y concluyo con una mención especial, como ha hecho antes la ministra, a quienes serán, a quienes seréis, si me permitís que os tutee, el alma de estas instalaciones y del resto de centros de la Ciudad Autónoma de Melilla. Los más de 1100 profesionales del Sistema Nacional de Salud en Melilla. Pronto serán más cuando se cubran las 252 nuevas plazas comprometidas para este centro hospitalario, Vendrán a trabajar a una tierra extraordinaria, llena de historia, de historia española, de encanto, una ciudad que ha sido la primera de toda España en cubrir todas sus plazas MIR. Algo tendrá. Y donde la tasa de fidelización de médicos y de médicas que terminan la residencia es, nada más y nada menos, que del 100%. Ese dato, a mi juicio, más que ninguno, habla del compromiso, del arraigo, del cariño por esta ciudad única en España.

Porque quien conoce la Ciudad Autónoma de Melilla, quien trabaja aquí, quien vive aquí, quiere quedarse. Y este extraordinario hospital universitario será un incentivo más para elegir esta tierra. Una tierra llena de historia, como decía, pero sobre todo llena de oportunidades y de un extraordinario futuro. Así que enhorabuena a todos y a todos los melillenses y melillensas.

Nada más y muchas gracias.

(Transcripción editada por la Secretaría de Estado de Comunicación)