Jornada previa a la 4ª Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo de Naciones Unidas

29.6.2025

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Sevilla (España)

INTERVENCIÓN DEL PRESIDENTE DEL GOBIERNO, PEDRO SÁNCHEZ

Muchas gracias, amigos, compañeros, y, por supuesto, muchas gracias, Moisés, por organizar este evento tan importante.

Es un gran placer unirme a vosotros en este encuentro organizado por Global Citizen Now. Gracias por traer voces jóvenes y frescas a Sevilla.

Como todos sabéis, la Cuarta Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo es una cumbre que se celebra una vez cada diez años. Una oportunidad única para reafirmar y renovar nuestro compromiso con el multilateralismo, especialmente en esta coyuntura internacional crítica. Por eso, España, mi país, se siente especialmente orgullosa y honrada de acoger esta Conferencia.

Porque estamos plenamente comprometidos a apoyar el esfuerzo global para redefinir cómo financiamos el desarrollo, cómo trabajamos juntos como socios y cómo superamos las barreras a las inversiones urgentes necesarias para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

A pesar de la situación que atraviesa el mundo, hoy quiero compartir con vosotros un mensaje de esperanza.

Esperanza de que podamos acabar con la pobreza. Esperanza de que podamos lograr un desarrollo sostenible. Esperanza de que podamos contener la emergencia climática. Y esperanza de que podamos construir sociedades más justas. Escribidlo en negrita y en mayúsculas: ESPERANZA.

El mero hecho de que se celebre esta Conferencia -al mismo tiempo que varios conflictos causan estragos en todo el mundo- es un motivo para la esperanza. Que más de cincuenta jefes de Estado y de Gobierno, y decenas de líderes de organizaciones internacionales, empresas, y la sociedad civil, hayan acudido a la capital de Andalucía, Sevilla, para trabajar por un sistema más justo y eficiente, a pesar de una temperatura de 40 grados, debería, sin duda, ser un motivo de ánimo.

La esperanza es importante, y la acción hace que esa esperanza se materialice. Tenemos que arremangarnos y hacer el trabajo que exige la esperanza.

Porque el desarrollo sostenible, todos lo sabemos, está en riesgo.

Falta financiación. Los recortes en la ayuda han sido drásticos, sobre todo este año. Dos de cada cinco habitantes de la Tierra viven en países que gastan más en el servicio de la deuda que en servicios públicos.

En este contexto desfavorable, esta Conferencia es una llamada a la acción. Frente a un presente desalentador, ponemos sobre la mesa nuestro coraje y la visión del futuro que queremos construir. Y empezamos hoy.

Debemos movilizar más y mejores recursos para el desarrollo sostenible.

Debemos promover iniciativas para reducir el déficit de financiación anual de 4 billones de dólares para lograr los ODS. Y debemos reformar la arquitectura de la financiación internacional de modo que pueda responder a las necesidades del desarrollo y a los desafíos globales, como la desigualdad, la igualdad de género y, por supuesto, el cambio climático.

Este es uno de los pocos foros en los que donantes, destinatarios de las donaciones y sociedad civil se reúnen en pie de igualdad. Porque es el momento de cambiar el rumbo. Y creo, realmente lo creo, que tenemos la voluntad, y también tenemos los medios, para hacerlo.

Mi país, España -Hugh lo dijo antes-, se ha comprometido a alcanzar el objetivo de destinar el 0,7% del PIB a ayuda al desarrollo. Pedimos a nuestros socios que hagan lo mismo.

También trabajamos por una financiación para el desarrollo más justa, previsible y sostenible.

Algunos de nuestros objetivos son:

En primer lugar, garantizar que los países en vías de desarrollo participen en la toma de decisiones financieras internacionales.

Segundo, reducir la presión de la deuda mediante iniciativas como el centro de canje de deuda por inversiones y la alianza para las cláusulas de suspensión de la deuda en momentos de catástrofes o crisis.

Tercer, desbloquear los flujos de financiación pública internacional a través de bancos de desarrollo más receptivos y mejor coordinados.

Y cuarto, crear un sistema fiscal más justo, progresivo y transparente, en el que las grandes fortunas y corporaciones contribuyan más. Desgraciadamente, no recibimos las mejores noticias desde el G7 la semana pasada.

Garantizar a las mujeres un mayor acceso a la financiación para reforzar su papel en el desarrollo sostenible. Este, por supuesto, será uno de nuestros principales objetivos.

Amigos, estoy seguro de que podemos lograr estos objetivos. Y estos son solo algunos. Hay mucho más por hacer.

En estos tiempos de profunda incertidumbre, de creciente tensión geopolítica, debemos reafirmar nuestro compromiso. Nuestro compromiso con el multilateralismo, nuestro compromiso con la cooperación y con la responsabilidad compartida.

Esta Conferencia no es una reunión más. No debería ser una reunión más. Es el momento de la verdad. Una oportunidad para demostrar que es precisamente en los momentos más oscuros cuando tenemos que mantener viva la llama de la esperanza. Cuando tenemos que alzar aún más la voz y decirle al mundo que no nos rendiremos y que tampoco claudicaremos. Que seguiremos trabajando y luchando por un mundo mejor.

Amigos míos, queridos compañeros, no es sencillo. Pero juntos podemos estar a la altura de los retos a los que nos enfrentamos.

Si actuamos con determinación y unidad, podemos lograr avances reales.

Podemos reforzar la confianza en nuestros sistemas e instituciones multilaterales.

Podemos lograr resultados significativos. Para las personas, para el planeta y para el futuro.

Hagamos que esta Conferencia marque un punto de inflexión.

Hagamos que sea un éxito.

Muchas gracias

(Transcripción editada por la Secretaría de Estado de Comunicación)
(Intervención original en inglés)