Barcelona
INTERVENCIÓN DEL PRESIDENTE DEL GOBIERNO, PEDRO SÁNCHEZ
Buenos días. En primer lugar, quisiera dar las gracias al presidente de la Generalitat, querido Salvador Illa, felicidades por tu cumpleaños; lógicamente, también al ministro de Industria y Turismo, Jordi; al presidente del Cercle de Economía, Jaume; al alcalde de Barcelona, Jaume; también al alcalde de Roma, Roberto; a mi querida alcaldesa de París, Anne; y por supuesto, también al resto de autoridades.
Señoras y señores, sí quisiera comenzar mi intervención reconociendo la magnífica labor que este gran foro de pensamiento catalán, español y europeo que es el Cercle d'Economia, ha prestado durante estos 40 últimos años.
En los 40 años que hoy celebramos, el Cercle se ha consolidado no solamente como referente catalán y español, sino yo diría también como referente internacional , europeo de independencia y de conocimiento. Un espacio para el diálogo plural y el encuentro en un mundo en el que, precisamente hoy más que nunca, se necesitan puentes y no muros. Así que gracias y enhorabuena por su compromiso.
Para mí es un honor participar en esta reunión anual bajo este título del "Europa, wake-up call?" y, si me permiten, lo que voy a hacer es omitir el signo de interrogación al final del lema de esta edición, porque añade un matiz de una pregunta que, a mi modo de ver, no debería plantear ninguna duda.
Y es que sí, Europa tiene que despertar de una vez por todas, no se trata de si debemos o no responder a este nuevo contexto geopolítico que se está configurando y en el que estamos viviendo, sino de cómo debemos hacerlo.
Y, por tanto, creo que no hay un espacio más apropiado que este para compartir esta reflexión, precisamente en la semana en la que estamos conmemorando el 70 aniversario de la Declaración de Schuman y, por supuesto, también estamos conmemorando el Día de Europa, porque la historia del Cercle d'Economia está íntimamente ligada al proyecto europeo como bien ha dicho su presidente desde su creación en 1958, primero, evidentemente como anhelo y más tarde como una realidad materializada, hace justo 40 años con la entonces adhesión a la Comunidad Económica Europea.
Pero antes de avanzar en esta reflexión, sí quisiera referirme a algunas situaciones que hemos vivido en estos últimos días.
Como saben hace una semana se produjo un inédito y grave corte de suministro en toda la Península Ibérica, también en nuestro país.
Desde el primer momento lo que hizo el gobierno ha sido trabajar con prudencia y también con rigor para esclarecer las causas del incidente y, por tanto , quisiera manifestar que nuestra voluntad es firme, queremos llegar hasta el final para saber qué ha causado este incidente.
Pero lo que sí que ya sabemos es que España respondió como el gran país que es. Ante un problema sobrevenido, nuestro país fue capaz de recuperar la normalidad en un tiempo récord, así lo han reconocido todos los operadores internacionales, y los ciudadanos y ciudadanas dieron un ejemplo de civismo, de calma y de solidaridad.
Sea cual sea la adversidad, nuestros conciudadanos siempre responden de manera unida, dando ejemplo al mundo. Lo hicieron durante la pandemia. Lo hicieron en la respuesta solidaria a la dana ante la invasión de Ucrania y también su derivada energética, frente a la actual guerra comercial, y lo han vuelto a hacer en el día del corte de electricidad. Ninguna sociedad del mundo hubiera respondido mejor que la nuestra. Y esto creo que es muy importante de reivindicar, porque España y Cataluña somos sociedades, somos países extraordinarios.
Por eso quiero reiterar mi agradecimiento a la población y en particular a los empresarios, a los trabajadores, a los servidores públicos, en definitiva , a los hombres y mujeres que una vez más dieron lo mejor de sí mismo.
Como he dicho, el Gobierno trabaja desde la prudencia y también desde el rigor.
Quisiera también añadir, desde la transparencia y desde la colaboración con los operadores para esclarecer lo sucedido, porque nuestro objetivo es reforzar un sistema eléctrico ya de por sí robusto, tal y como demostró su pronta recuperación.
Y lo haremos, además, atendiendo al interés general, no a ninguna agenda particular. Y reafirmando nuestra determinación de seguir avanzando en la imprescindible transición energética.
Una transición energética hacia energías verdes, que no solamente está proveyendo de más seguridad y de mayor competitividad a nuestras industrias, nuestros negocios, sino que también es más barata para nuestros ciudadanos y mitiga la gran amenaza de nuestro tiempo que es la emergencia climática.
La transición energética es una de las principales palancas que explican el extraordinario momento en términos relativos que vive nuestra economía. Simplemente les doy un dato: el precio de la electricidad es un 30% más bajo que la media europea.
Y eso tiene consecuencias, no solamente sobre el bolsillo de los empresarios, las industrias y también los ciudadanos y ciudadanas en sus hogares, sino que también está permitiendo reindustrializar nuestro país, todos y cada uno de sus territorios: atraer ingentes cantidades de inversión extranjera, también aquí en Cataluña.
Por tanto, los fundamentos de la economía española son sólidos, muy sólidos.
Los mercados e inversores internacionales apuestan por Cataluña y por España.
Y pese al contexto complejo que vive ahora mismo el escenario internacional, y hemos podido ver en el vídeo del Cercle la reacción, por cierto, de los mercados financieros de la Bolsa demuestra que ofrecemos confianza al exterior. El Ibex 35 cerró el mes de abril con una subida del 1,16%. Y la pregunta es ¿Por qué? Bueno, pues porque los datos avalan esa confianza.
La semana pasada, sin ir más lejos, se presentó por parte del Gobierno de España la actualización de nuestro cuadro macroeconómico, un crecimiento del 2,6% para este año, que en circunstancias normales ya sería extraordinario, pero que en unas circunstancias tan complejas como la que está viviendo el mundo y también particularmente Europa, creo que lo hacen poner de relieve el mérito del desempeño económico para este año 2025 y también en el año 2026 del 2,2%, como ustedes ya conocen.
Los datos del primer trimestre de este año refuerzan nuestra previsión. Precisamente en términos de crecimiento se arrojan unos datos del 0,6%. La inflación cayó al 2,2% en el mes de abril. Hace unos días, el Fondo Monetario Internacional Nacional actualizó sus previsiones para 2.025, con un recorte generalizado ante la grave incertidumbre política generada fundamentalmente, como bien ha dicho antes el presidente del Cercle, por la nueva administración estadounidense, pero solamente una gran economía avanzada escapó de esa revisión a la baja. No solamente se mantuvo, sino que incluso se elevó por parte del Fondo Monetario Internacional en dos décimas su previsión de crecimiento económico, como es el caso de nuestro país, de España.
El Fondo Monetario Internacional, además, ha dicho otras cosas que creo que son bien importantes de compartir con ustedes en este foro económico. Ha mejorado la previsión de desempeño del déficit público, calcula que la deuda pública bajará del 100% del Producto Interior Bruto el año que viene, el año 2026, y, de hecho, acabamos de comunicar a la Comisión Europea que el año pasado, el año 2024, por 5º año consecutivo -repito, por 5º año consecutivo- presentamos un gasto computable por debajo del objetivo comprometido con Europa. Esto ¿qué significa?, que volvemos a cumplir con la regla de gasto, 7.300 millones de euros por debajo del objetivo compartido; ese es el margen fiscal que estamos creando gracias al buen desempeño de la economía española.
Mañana conoceremos también los datos de afiliación a la Seguridad Social del mes de abril, y estoy convencido de que van a confirmar que España continúa siendo la locomotora de creación de empleo de toda la eurozona.
Algo así -y es donde quería llegar- no es ni coyuntural ni tampoco casual. Detrás de ello hay un extraordinario desempeño por parte de empresas punteras, con una fuerza trabajadora llena de talento, pero también una agenda pública, de políticas públicas, que claramente son eficaces, equitativas y determinadas.
Desde el año 2019 -y esto creo que es muy importante subrayarlo- pese a todo lo que hemos tenido que afrontar en términos económicos, sociales, políticos , institucionales, con pandemias y un largo etcétera; España, desde el año 2019, acumula un crecimiento que representa el 40% superior al del conjunto de la eurozona -desde el año 2019, un 40% de crecimiento superior a la eurozona-. Solo en el año 2024 generamos el 40% de todo el crecimiento en ese espacio, el 40%. Y la propia Comisión Europea señala que en el año 2025 vamos a crear también el 40% de todo el empleo que se crea en la eurozona. Estos datos yo creo que son el mejor aval para reforzar, no solamente nuestra política económica y social durante estos próximos años de legislatura, sino también para reforzar nuestro peso específico en Bruselas.
Y creo que, además, es justo reconocer que el Gobierno de España está liderando importantes debates desde el año 2019 y a lo largo de estos años tan difíciles y complejos, no solamente en la respuesta a la pandemia, con el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia -y por tanto, los fondos Next Generation-; también la respuesta a la emergencia climática, la respuesta a la crisis de precios energéticos provocada por la invasión de Rusia hacia Ucrania, con la llamada solución ibérica o, más recientemente, liderando la respuesta ante la guerra arancelaria que pronto se validará en las Cortes Generales.
Estamos, en definitiva, en el cuadro de mandos de la Unión Europea y precisamente ahora, en un momento decisivo para el futuro de Europa, es fundamental que la perspectiva mediterránea que pueda aportar España sea tenida en cuenta cuando hablamos de las decisiones que se tienen que tomar en Europa.
El Cercle d'Economia coincidió el año pasado, querido presidente, con la publicación de dos informes muy importantes para Europa, uno del ex primer ministro Enrico Letta, el 'Informe Letta' sobre el mercado único; poco después llegaría el informe de otro ex primer ministro, Mario Draghi, sobre competitividad y, finalmente, de un ex presidente finlandés, Niinistö, sobre seguridad y defensa. Y todos ¿en qué coinciden? Todos coinciden en un mensaje esencial: Europa sólo tendrá futuro si profundiza en la integración y apuesta por una autonomía estratégica abierta, y subrayo lo de autonomía estratégica abierta porque, efectivamente, lo que no podemos hacer, lo que no podemos permitirnos, es encerrarnos como hacen otras economías y otras administraciones. Por tanto, sabemos cuál es el diagnóstico, es hora de pasar a la acción y España va a contribuir decididamente a ello.
En el corto plazo, la prioridad es, lógicamente, dar respuesta a esta crisis arancelaria que ha abierto unilateralmente la administración estadounidense. Esa amenaza, por cierto, aunque haya desaparecido de las portadas, permanece, no se ha disipado, sigue ahí como una suerte de espada de Damocles. Hay muchos aranceles dañinos, unilaterales, aún en vigor, y Washington lo que hace es continuar diciendo que impondrá el resto si no hay acuerdo en un plazo de 90 días. Bueno, yo creo que Europa, evidentemente, desde el principio lo hemos dicho no queremos una guerra comercial. Creemos, además, que el mayor déficit de comercio es aquel que no existe y, por eso, siempre estaremos a favor del diálogo, de la negociación, como está haciendo la presidenta de la Comisión Europea y, por tanto, a favor del comercio internacional y de la colaboración.
Pero evidentemente no depende de uno solo, también depende de la actitud y de la voluntad negociadora de la administración estadounidense y, por tanto, debemos estar como estamos preparados para afrontar cualquier escenario, incluso el peor, es decir, el de no acuerdo. Y no vamos a permanecer de brazos cruzados. Creo que Europa, como primer bloque comercial del mundo, tiene músculo, y España es una de las principales economías y el mejor puente con regiones clave como pueda ser, por ejemplo, América Latina o el norte de África.
El Ejecutivo, como saben, ha sido el primero de Europa en aprobar un paquete de ayudas denominado Plan de Respuesta y Relanzamiento Comercial, dotado nada más y nada menos que de 14.100 millones de euros para empresas, para trabajadores que puedan verse afectados por esta crisis arancelaria. Y es evidente que la comunidad internacional, Europa, empresas y trabajadores, también sus representantes -patronal y sindicatos-, reconocen el valor de esta iniciativa, anticiparnos a lo que pueda suceder dentro de 90 días.
Desde esta tribuna que me ofrece el Cercle d'Economia, lo que hago es hacer un nuevo llamamiento a los grupos parlamentarios para que convaliden el Plan de Respuesta a esta crisis arancelaria. Les pido que no den la espalda a su país, sino que den la cara por su país, por sus empresas, por sus trabajadores, en este momento tan crítico. El Gobierno, en todo caso, está trabajando para convalidar las medidas del paquete de esta semana y vamos a seguir defendiendo un crecimiento económico y un bienestar de la población española, tanto en Europa como también en España.
Todas estas crisis, señoras y señores, a mi juicio, si algo recuerdan, es la importancia de acometer reformas, de mejorar y de hacerlo además unidos, porque , como bien se ha dicho antes -por parte del presidente del Cercle- en un mundo de gigantes, los europeos solo podremos prosperar si nos mantenemos unidos y aplicamos una hoja de ruta común.
Yo creo que sabemos qué hay que hacer -antes adelantado alguna cosa-, es evidente que tenemos que reducir la burocracia, integrar procesos administrativos, hacer de las instituciones europeas instituciones mucho más ágiles - esto es algo que es una demanda compartida, no solamente por el sector privado, sino también por el sector público de los Estados y, también, de las comunidades autónomas-, tomando más decisiones por mayoría cualificada, abandonando el sistema de vetos nacionales y avanzar hacia la profundización en nuestra Unión; más si cabe, si nos adentramos en un proceso de ampliación como algunos países en el Este de Europa, y también en los Balcanes Occidentales, están pidiendo al conjunto de instituciones comunitarias.
Por tanto, necesitamos reducir la burocracia, pero también necesitamos escalar -como decía precisamente el informe de Draghi y el informe Letta-. Necesitamos ayudar a que nuestras pequeñas y medianas empresas crezcan y que nuestras grandes empresas ganen competitividad global; por tanto, que los campeones nacionales den paso a campeones europeos y, para eso, también tendremos no solamente que profundizar en el mercado único; de alguna manera también acompasar las ayudas europeas a las ayudas de Estado para no distorsionar lo que se dice en inglés como el level playing field, es decir, las condiciones de juego, las reglas de juego y, por tanto, también revisar las políticas de competencia que se han marcado por parte de la Comisión Europea durante estos años.
Además, necesitamos financiación. En muchas ocasiones hablamos de la financiación pública, pero necesitamos financiación privada. Eso también es algo que nos dijo el informe Letta y el informe de Draghi. Debemos por tanto avanzar hacia qué, pues hacia una verdadera unión de mercado de capitales hoy llamada Unión de Ahorro y de Inversión. Lo decía el informe de Letta, son más de 200.000 millones de euros de ahorro europeo lo que está financiando anualmente el crecimiento económico estadounidense. Por tanto, necesitamos esa unión del ahorro y de la inversión; también un nuevo marco financiero plurianual. Cuando se habla del 2% en defensa (y posteriormente entraré en ello) por qué no podemos plantearnos un presupuesto que represente el 2% del Producto Interior Bruto a nivel europeo, y dotarnos de nuevos mecanismos como el Fondo Europeo de la Competitividad y, a la vez, más accesible ese fondo para las empresas, independientemente de cuál sea su tamaño.
Necesitamos capacidades propias, señoras y señores. De ahí la importancia de apostar por la autonomía estratégica abierta, que fue el principal leitmotiv, por llamarlo de alguna manera, de la Presidencia española del Consejo de la Unión Europea. Yo soy un firme defensor de la relación transatlántica entre Estados Unidos, la Unión Europea y Canadá. Lo soy, y espero que esta crisis, además, tenga como resultado una relación aún más sólida, y también simétrica, a favor de los intereses europeos entre ambos bloques. Como también defiendo que desde Europa crezcamos en alianzas con otros terceros países y con otros bloques comerciales: con África, con el Medio Oriente -tan cercano a nuestros intereses geopolíticos y también geoeconómicos-, pero también con China, por supuesto, que es un gigante asiático que está llamado a jugar un papel clave en el desarrollo de la humanidad en el siglo XXI y, por tanto, no podemos darle la espalda desde Occidente y particularmente desde Europa. O con Latinoamérica, gracias al acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur, en donde España claramente ha trabajado para que sea una realidad lo antes posible. O como ha señalado la presidenta de la Comisión Europea, antes de finalizar el año un acuerdo de libre comercio con otro gigante asiático como es India o, lógicamente, con el conjunto de los países del sudeste asiático.
En fin, no hay mejor lugar que Barcelona para reivindicar la cultura mediterránea, de apertura, de progreso, de integración compartida frente a quienes optan por cerrarse y empobrecer, en consecuencia, a sus sociedades. Como saben, España está trabajando en esta hoja de ruta europea y está contribuyendo de forma notable a ella. Somos un ejemplo de cómo los fondos europeos, de cómo la colaboración público-privada, pueden transformar el tejido productivo de nuestro país. Estamos liderando la recepción de las transferencias de los fondos Next Generation. Estamos acometiendo reformas estructurales -lo estamos haciendo con paz social- dirigidas todas ellas a modernizar nuestro tejido productivo en clave verde y digital, a incrementar nuestras exportaciones, a mejorar nuestra competitividad global (ahí están los datos del sector exterior y su aportación positiva al crecimiento económico). A hacer que nuestras empresas crezcan y puedan internacionalizarse. A mejorar, lógicamente nuestro capital humano.
Y en este sentido hay tres apuntes coyunturales que también me gustaría hacer. El primero de ellos tiene que ver con la OPA hostil del BBVA sobre el Banco Sabadell. Como saben, hemos conocido hace unos días el informe de la Comisión Nacional de los Mercados de la Competencia sobre esta operación. La CNMC ha detectado algunos excesos de concentración en medios de pago, en depósitos, en créditos a particulares y en pequeñas y medianas empresas, y , en consecuencia, ha dejado la operación sujeta al cumplimiento de una serie de compromisos durante los próximos tres años. Los relativos al mantenimiento de las condiciones crediticias a pymes podrían incluso prorrogarse hasta dos años.
Bien. Es bien sabido, es bien conocido que el procedimiento establecido en nuestra normativa fija ahora en el Ejecutivo en el Gobierno de España, en un plazo de 15 días hábiles, decidir si la operación se eleva al Consejo de Ministros, que podrá valorarla teniendo en cuenta el criterio del interés general.
Para tomar esta decisión con todas las garantías quisiera anunciarles que el Gobierno de España abrirá mañana martes, 6 de mayo, una consulta pública previa a la toma de decisión, con el objetivo de recabar la opinión de organizaciones, de ciudadanos y de asociaciones. Nuestra intención y nuestro deseo es ayudar a que nuestras empresas crezcan, que ganen volumen, también competitividad, pero siempre y cuando eso beneficie al interés común del país y de sus ciudadanos.
El segundo apunte coyuntural que me gustaría hacerles tiene que ver con la reducción de la jornada laboral, que también llevaremos a este mismo martes en el Consejo de ministros y ministras. Esta es, saben ustedes, una demanda social y estamos convencidos de que contribuiría a mejorar la productividad y la estabilidad de la fuerza trabajadora y, por tanto, a nuestras empresas. Hacerlas mejores. Por eso me gustaría pedirle a la patronal española y también a la catalana que no se cierren a esta iniciativa, porque creo que la economía europea debe mantener su peso global apostando por el capital humano y por la innovación, no por bajar los precios o por jornadas extenuantes. Y, por tanto, en estos últimos años creo que España ha demostrado ser un ejemplo de éxito en esta cuestión y es lo que debemos seguir haciendo en el futuro.
El tercer apunte tiene que ver con la aportación de España a la reindustrialización de Europa, que saben que es una de las principales prioridades de mi Ejecutivo desde que tengo el honor de ser presidente del Gobierno. Y, en concreto, a nuestra participación en lo que es la creación de las llamadas industrias del futuro. Bueno, me complace anunciarles que hemos aprobado la concesión de 53 millones de euros en ayudas para el desarrollo de sistemas tecnológicos avanzados y también semiconductores en el marco de la segunda convocatoria del proyecto estratégico el PERTE Chip. Estos proyectos, de ellos 16 aquí en Cataluña, van a movilizar más de 100 millones de euros de inversión público privada para un sector absolutamente estratégico para España, para Cataluña y para Europa.
En definitiva, yo creo que España, Cataluña hacen su parte. Y a nivel europeo lo que necesitamos son más inversiones, más comercio y menos burocracia. Y, por supuesto, no debemos caer en falsas recetas de los negacionistas, porque el Pacto Verde, la competitividad, son dos caras de la misma moneda. Y la mejor apuesta, además, para conquistar un futuro de progreso en seguridad.
El segundo reto del que querría hablarles es el de nuestra seguridad y defensa, que también ha apuntado el presidente del Cercle y también hemos podido ver en el vídeo. Europa se enfrenta a una situación inédita, al menos durante estas últimas décadas. Debemos tomar decisiones de calado para protegernos. Debemos integrar y reforzar nuestros sistemas de seguridad y de defensa. Esto es evidente. Y lo tenemos que hacer cuanto antes para estar a la altura de las grandes potencias y de los desafíos que enfrentamos. Porque, efectivamente, la unión hace la fuerza.
España aboga por la creación de un pilar de defensa europeo robusto, dotado de las capacidades necesarias que complemente la labor de la Alianza Transatlántica.
Creemos que la seguridad es un bien público europeo y también por tanto tenemos que hablar a nivel comunitario de esa financiación de ese bien público europeo que es la seguridad.
Nosotros ya estamos cumpliendo con nuestra parte. Este mismo miércoles voy a presentar ante las Cortes Generales el Plan Industrial y Tecnológico para la Seguridad y la Defensa de nuestro país, adoptado hace dos semanas, como saben ustedes en el Consejo de ministros y ministras. Gracias a este esfuerzo vamos a cumplir en el año 2025 con el compromiso de llegar al 2% del Producto Interior Bruto en Seguridad y en Defensa. Ocho de cada diez euros de este Plan Industrial y Tecnológico de la Seguridad y la Defensa se quedarán en España. Nueve de cada diez en Europa.
Por tanto, sí estamos hablando de autonomía estratégica. Vamos, según las previsiones, a crear en torno a 100.000 empleos de alta cualificación, que van a contribuir también a reindustrializar y reforzar nuestra cohesión social y territorial.
Y creo que también es importante decir que este plan va a tener un impacto positivo sobre nuestras previsiones de crecimiento económico, en torno a un 0,4, 0,7 décimas adicionales del Producto Interior Bruto. Y va a mejorar nada más y nada menos que en un 18% nuestra inversión en I+D+I.
Por tanto, proteger Europa también es protegerse de los ciberataques; de las consecuencias de la emergencia climática, que son particularmente nocivas y lesivas en el Mediterráneo; del terrorismo internacional, que desgraciadamente se está expandiendo por una zona altamente sensible para la Península Ibérica y Europa como es el Sahel, o también de la lucha contra el crimen organizado.
Y por eso qué defendemos desde España. Pues una visión de seguridad que sea de 360 grados.
Y, por último, el tercer reto es la defensa del orden multilateral, de nuestro sistema multilateral. El mundo ha cambiado. Las instituciones internacionales deben adaptarse a la realidad para ser más ágiles, para ser más transparentes, para ser también más legítimas y representativas. Y para ello, la nueva arquitectura global no puede surgir del capricho de decisiones unilaterales. Las reglas que nos hemos dado siempre estarán por encima de cualquier pulsión nacional, por muy poderoso que sea el país que las desafíe.
Europa, creo, está llamada a ocupar el hueco que otras potencias puedan dejar en su retirada. Y España, quiero anunciarles, está, por supuesto, contribuyendo a buscar soluciones a estos grandes desafíos globales.
Creo que la Conferencia Internacional sobre Financiación al Desarrollo que se va a celebrar a finales del mes de junio, a principios del mes de julio en Sevilla, es fundamental. Es una prueba clara del compromiso de España con la defensa del orden multilateral. Hemos sido claros. No vamos a sacrificar ni un céntimo de euro de la ayuda al desarrollo o la apuesta por la diplomacia para pagar la seguridad y la defensa.
Y, por supuesto, vamos a seguir siendo firmes en nuestra defensa del derecho internacional y especialmente del Derecho Internacional Humanitario. No quiero dejar de reiterar en este Foro mediterráneo, europeo, multilateral, como es el Cercle d'Economia, nuestra condena ante la situación tan lamentable, tan dramática que está viviendo el pueblo palestino. No solo las repetidas matanzas de civiles, muchos de ellos niños y niñas, sino también la hambruna que está amenazando ahora mismo la Franja de Gaza y que no hace sino agravarse. Es simplemente inaceptable. Intolerable. Y no les quepa duda de que haremos todo lo que esté en nuestra mano para apoyar a la población y a la movilización de la comunidad internacional frente a esta injusticia tan dramática que está viviendo el pueblo palestino. Porque, al fin y al cabo, señoras y señores, hablando de seguridad, la mejor manera de protegernos, de preservar la paz es a través de la defensa del orden internacional, la defensa de los derechos humanos allí donde son atacados. De la cooperación y el fomento de unas relaciones internacionales colaborativas y cooperativas. Y ahí, a mi juicio, Europa tiene que hacer valer su peso, como el ejemplo exitoso de gestión de la interdependencia entre Estados que ha conocido la humanidad, el mejor ejemplo que ha conocido la humanidad.
Concluyo, señoras y señores, no antes sino agradeciendo su paciencia por la extensión de esta intervención. Pero sí quisiera trasladarles un mensaje de optimismo, porque si algo ha demostrado Cataluña y España a lo largo de su historia más reciente es que los pesimistas siempre se han equivocado, siempre se han equivocado, durante generaciones. Los catalanes, los españoles, fuimos inmisericordes con nosotros mismos y convertimos la decadencia en una profecía autocumplida. Pero hace medio siglo decidimos dejar de llorar nuestro pasado y de lamentar nuestro presente para construir con optimismo el futuro que queríamos. Hoy todos reconocen nuestro éxito. Todos. Cualquier analista objetivo reconoce ese éxito. Hemos llegado muy lejos, viniendo de muy atrás, y ya no tenemos que mirar a nuestros vecinos europeos con envidia.
Con esas credenciales creo que tenemos la autoridad moral para impugnar el fatalismo con el que algunos hablan sobre el futuro de Cataluña, de España y de Europa. Porque Cataluña, España y Europa tienen razones fundadas y de sobra para creer en sus propias fortalezas. Somos el mayor espacio de prosperidad, se ha dicho en el vídeo, de democracia, de libertad, de bienestar, de seguridad en el mundo. Somos un espejo aspiracional en el que otros continentes se miran. Más de un siglo después de que Oswald Spengler publicase 'La decadencia de Occidente', seguimos viviendo en el lugar más desarrollado del planeta. No hay sitio mejor para nacer y desarrollar un proyecto de vida que Cataluña, España y Europa.
Pero nos lo tenemos que creer, porque si nos lo creemos, si queremos marcar la pauta del orden internacional, de este nuevo orden internacional que se está configurando, tenemos que seguir haciendo esa llamada a la acción que hace el Cercle d'Economia en este 40 aniversario. Esa es, a mi juicio, la llamada de atención. Cómo la España de nuestros padres entonces, nuestra Europa y la de nuestros hijos tienen que tomar las riendas de su propio destino y pasar de las palabras a los hechos. El tiempo apremia. Muchas gracias.
COLOQUIO CON JAUME GUARDIOLA, PRESIDENTE DEL CERCLE D' ECONOMIA
Jaume Guardiola: Bueno, había muchas preguntas, yo creo que quizás eran anteriores a cuando has hablado sobre la OPA. Están aquí los presidentes y representantes de las principales instituciones de representación empresarial del país. Creo que con la respuesta o el comentario que nos has hecho de esta apertura, que evidentemente muestran mucha oposición a la operación, creo que con la apertura de este periodo de consulta y este concepto de preservación del interés general como intención del Gobierno, creo que das respuesta a todas esas preguntas, que son que son numerosas, insisto, creo que eran previas a la a tu comentario. Un tema del que no has hablado, muy doméstico e inevitable, es una pregunta que también le haremos al presidente de la Generalitat el miércoles, que es sobre el modelo de financiación. El acuerdo de investidura marcaba un calendario bastante exigente. La pregunta es ¿se va a poder cumplir? ¿Habrá nuevo sistema de financiación antes de que acabe el año?
Respuesta: Muchas gracias, Jaume. En primer lugar, el Gobierno de España lo que quiere es cumplir con sus compromisos, también en materia de financiación autonómica. Yo creo que además hemos dado pasos a lo largo de estas últimas semanas y estos últimos meses. Quiero recordar que el Gobierno de España aprobó conjuntamente, en este caso con Esquerra Republicana, su compromiso de investidura para la condonación de la deuda pública, por encima de lo que había fijado ese acuerdo. En total, creo recordar, presidente, que son 17.000, más de 17 mil millones de euros de condonación de deuda pública para la Generalitat de Cataluña y también para el conjunto de territorios del país. En segundo lugar, yo creo que estamos viendo en la campaña de la renta un mayor protagonismo de la Agencia Tributaria Catalana y estamos, por tanto, procediendo desde el Gobierno de España, con colaboración y cooperación, a la transferencia de competencias en materia tributaria, como quedamos también acordados en ese acuerdo de investidura del president Illa. Y finalmente, el compromiso del Gobierno de España, efectivamente, es reformar la LOFCA, cumplir con ese acuerdo de investidura y garantizar no solamente en Cataluña, sino también en el conjunto del país al resto de territorios una mayor financiación autonómica. Yo creo que además, desde el punto de vista de los hechos, de los datos, no solamente de la palabra, se ha demostrado desde el Gobierno de España esa clara vocación autonomista, esa clara vocación federalista, cuando hemos, por ejemplo, en el caso de Cataluña, aumentado en estos últimos años en comparación con los siete años previos de la administración conservadora, una financiación autonómica hacia Cataluña, que es, creo recordar, en más de 60 mil millones de euros superior a la administración conservadora previa. Por tanto, su respuesta es que sí, estamos dando pasos, estamos cumpliendo con esa agenda. Y, efectivamente, nuestra vocación es reformar el sistema de financiación autonómica.
Jaume Guardiola: Tenía también prevista una pregunta sobre, aunque has hecho el comentario en tu presentación, sobre la posibilidad de acuerdo con otras fuerzas políticas al paquete de medidas de compensación de la política arancelaria. Creo que has respondido a la pregunta en tu intervención, pero sería bien paradójico, el otro día decía Letta en una conferencia que la administración Trump era un gran solucionador de problemas europeos. Decía que, por ejemplo, el divorcio, el mayor divorcio de la historia que fue el Brexit, la intervención de Trump había provocado un cierto acercamiento a través de la pareja. ¿Sería también posible que esta irrupción de esta administración permitiera espacios para que hubiera acuerdos entre los grandes partidos?
Respuesta: Creo que sería necesario. De hecho, yo creo que el ministro de Economía y Comercio, en este caso, Carlos Cuerpo, que es un técnico solvente, que entiende la economía y también la política de manera sofisticada, ha tendido puentes, ha abierto procesos de negociación con los distintos grupos parlamentarios y por tanto, nos gustaría contar con un apoyo casi unánime del arco parlamentario para, en definitiva, poner en marcha un plan en respuesta a esta crisis arancelaria que no ha provocado Europa, que por supuesto no ha provocado España y que viene de manera unilateral por parte del continente o,mejor dicho, del país estadounidense. Y aparte, que está lleno de sentido común. ¿De qué estamos hablando? De 14.100.000.000 de euros, de los cuales 6 mil millones de euros son avales para garantizar la liquidez de las empresas que se vean afectadas; 5 mil millones de euros para focalizarse en sectores menos afectados y reorientar capacidad productiva. Y finalmente, en torno a 2 mil millones de euros para los seguros a los créditos de exportación. Por tanto yo creo que no estamos hablando de nada que escape al sentido común y al interés de las empresas y de los trabajadores y trabajadoras. Mezclar cosas que nada tienen que ver con esta crisis arancelaria, como pueda ser, por ejemplo, el legítimo debate que se pueda tener sobre la política energética y el mix energético a mí me parece que es una excusa que si algo visibiliza es precisamente la oposición destructiva que venimos sufriendo en España desde el año 2019. En cada una de las crisis que hemos vivido, ya sea la pandemia, la DANA, la crisis energética, desgraciadamente no hemos contado con esa oposición constructiva, pero ojalá en este caso el próximo jueves podamos contar con ese voto afirmativo. De hecho, el Gobierno de España quiere trabajar para que efectivamente eso sea así.
Jaume Guardiola: Ojalá. El último tema doméstico, aunque no lo es en realidad, que es el tema de la inmigración. Le vamos a dedicar una parte de la reunión también a este tema, que es muy relevante. España es de los países donde más ha crecido la inmigración; Cataluña en el conjunto de España también lo es.
Evidentemente que en el corto plazo tiene un efecto positivo. Lo hemos visto en los números de crecimiento, de ocupación y de PIB en España, que son muy relevantes en el conjunto de Europa. Ahora, a medio y largo plazo, el reto fundamental es cómo lograr la integración de todos estos inmigrantes en la sociedad. Y las preguntas son ¿por qué se deja ese debate tan fuera del centro político y se le deja un poco a los extremos del arco político? ¿Y cuál es tu visión y la de tu gobierno respecto al tema?
Respuesta: Bueno, son dos preguntas. En primer lugar, yo no olvido el pasado. No debemos olvidar el pasado de nuestro país, de Cataluña y de España.
Nosotros, en circunstancias este año que estamos conmemorando el 50 aniversario de la muerte del dictador y por tanto, de la transición hacia la democracia, nuestro país, y estoy convencido, la mayor parte de los que están aquí y muchos de los que nos están siguiendo por redes sociales tienen familiares que han emigrado, que emigraron entonces a otros países de Europa y de América Latina. Ese es nuestro país. En muchas ocasiones hablamos de la migración como un fenómeno económico, pero hay una cuestión también de derechos humanos que no debemos nunca olvidar: el respeto, la aproximación al fenómeno de la migración desde el respeto a los derechos humanos me parece primordial, fundamental. En el momento en el que se está deshumanizando todo, como estamos viendo, por ejemplo, en la guerra de Gaza, donde ya prácticamente hemos normalizado el que puedan asesinarse a niños y niñas, a civiles, a hombres y mujeres que lo único que buscan es poder vivir día a día de una manera y prosperar de una manera como lo podemos hacer nosotros legítimamente en Cataluña y en España. Me parece que es fundamental no olvidar el ángulo de los derechos humanos cuando hablamos de migración. A partir de ahí, es evidente, lo ha dicho el Banco de España, la contribución de la migración al crecimiento económico de nuestro país es absoluta: 0,6 décimas del Producto Interior Bruto, según los datos del Banco de España, provienen de la aportación a la migración. Efectivamente, la migración, junto con algunas de las políticas públicas que ha puesto en marcha este gobierno, están detrás de ese crecimiento económico tan extraordinario que vive España desde el año 2019. Fíjese, todas las proyecciones que hacen las instituciones internacionales y europeas señalan el año 2025 o 26, uno de los dos, no recuerdo ahora mismo cuál, como el pico de población tanto en Europa como en España. Bueno, se puede plantear, como está haciendo el Gobierno de España, políticas en favor de la natalidad. De hecho, la equiparación de los permisos de maternidad y paternidad es una política en favor de las políticas de natalidad, porque fomenta la corresponsabilidad y la conciliación familiar, personal y laboral. También podemos hablar de cómo puede aportar la nueva tecnología la inteligencia artificial a la mejora de la productividad y, por tanto, de la competitividad de nuestra economía. Pero si no hacemos frente al debate legítimo de qué sociedad queremos o queremos una sociedad abierta y próspera, o una sociedad cerrada y por tanto empobrecida, estaremos engañando a la sociedad española y a la sociedad europea. España y Europa necesitamos la aportación de la migración. La necesitamos. Fíjese, si nosotros no hacemos esta política de emigración, la fuerza laboral que pueda tener España de aquí a 20 o 30 años será equiparable a la que teníamos en el siglo XX y por tanto, el crecimiento económico será mucho menor, más plano y, en consecuencia, hará que nuestro país sea un país más pobre para nuestros hijos y nuestras hijas. Por tanto, sí, tenemos que hacer frente al fenómeno de la migración desde una perspectiva de derechos humanos y también desde una aproximación positiva al crecimiento económico. Solamente un dato, y aquí hay empresarios que representan a estos sectores, sectores como los servicios sociales, como el turismo, que precisamente hoy hemos conocido un extraordinario dato de la aportación del turismo internacional, como la hostelería o como la construcción para hacer frente al desafío de la vivienda que también necesita España, de un 40 o un 60% de su fuerza laboral son migrantes. Y aun así, cuando se habla con el sector de la construcción, por poner ese ejemplo, se nos pide que necesitamos más talento. Cuando hablamos de atracción de talento estamos hablando también de esa aportación positiva de la migración. Y efectivamente, esa es la diferencia de aproximación que tenemos en la migración algunos gobiernos frente a otros. En Europa, lamentablemente, prima más la aproximación securitaria a la migración que la aproximación positiva a la migración. Y, en ese sentido, creo que hay que poner en el centro, en el centro de la política migratoria, que tiene muchos ángulos y muchas cajas en esa política, la política de integración. En España, la política de integración corresponde a las comunidades autónomas y singularmente a los ayuntamientos. Durante los años conservadores de la administración de Mariano Rajoy se recortó masivamente, drásticamente, esa política de integración. Y este Gobierno lo que está haciendo es aproximar y volcar recursos económicos a las comunidades autónomas y a los ayuntamientos en favor de esas políticas de integración. Y, de hecho, en breve presentaremos un plan de integración de la migración, que creo que será también positivo en la línea que antes le comentaba. Pero, en fin, creo que, más allá del aporte positivo que, efectivamente ahí están los datos en crecimiento y el empleo en sectores primordiales para el funcionamiento de la economía española, aporta la migración, no podemos olvidar la dimensión de derechos humanos, ni olvidar nuestro pasado, nuestra historia. No sé usted, yo tengo familia viviendo fuera de España y que, en los años de la posguerra de la dictadura, emigraron a Alemania a trabajar y hoy ya no viven, mi abuelo ya no vive, pero si le preguntase cómo querría que yo tratara a los migrantes que hoy aportan positivamente a España, estoy convencido que me diría que España les trate como a los migrantes españoles les trataron cuando fueron a buscar oportunidades que la dictadura española les negó.
Jaume Guardiola: Acabo, porque el tiempo se nos ha comido, acabo con alguna pregunta más del ámbito internacional. Ha salido también en la intervención, ¿Cómo superar las divisiones internas en la Unión Europea? ¿Hay que pensar en mecanismos asimétricos para evitar la capacidad de bloqueo de países, o hay espacio, también ahí la administración Trump puede ayudar, para tender puentes con los sectores más euroescépticos?
Respuesta: Yo creo que este es el debate. El debate al final va en paralelo. Europa va a tener que abordar una ampliación inédita hacia el Este y hacia los Balcanes Occidentales, y eso vamos a tener que hacerlo en estos cinco años de mandato de la Comisión y del Parlamento Europeo, vamos a tener que abordarlo. Y en paralelo, ello tiene que ir de la mano de una reforma interna de los procesos de decisión de la Unión Europea. Y evidentemente, una de las cuestiones que se pone siempre encima de la mesa es acabar con los vetos. Hay un país, Hungría, que está vetando precisamente el que se puedan prolongar las sanciones a Rusia como consecuencia de su invasión a Ucrania. Por tanto, yo creo que en efecto, al igual que hemos hecho con el euro, al igual que hacemos con Schengen, al igual que hacemos con otras políticas europeas, pues tendremos que ir trabajando en círculos de aquellos países más en favor de la integración que otros. Yo creo que en ese en esa posición está España, pero no solamente el Gobierno de España, diría que incluso desde un punto de vista bipartidista, en el sentido de que da igual que sea la izquierda o la derecha quien gobierne, siempre hemos querido estar en la vanguardia de esos procesos de integración. Y, junto con todo ello, necesitamos también abordar los presupuestos comunitarios. Los presupuestos comunitarios, si queremos hacer frente a todos estos desafíos en seguridad, en defensa, en bienestar social, no nos olvidemos por favor de esto, en transición ecológica, en Política Agrícola Común, y en otras políticas europeas como pueda, ser por ejemplo, el programa Horizon vinculado con la ciencia y con la I+D+I, pues, tendremos que aumentar nuestras capacidades propias. ¿Y eso qué significa? Pues significa recursos propios de la Unión Europea. Tendremos que ver qué políticas compartimos a nivel comunitario y qué ingresos compartimos a nivel comunitario. Y, por tanto, tendremos que abrir de una vez por todas el melón de la reforma fiscal a nivel comunitario. Yo creo que ahí España puede aportar algunas de sus propuestas que creo que pueden contribuir a llegar a ese 2%. El dos, de repente se ha convertido como en una cifra que demuestra el compromiso de los países en una u otra política. Bueno, pues lleguemos al 2% de presupuesto comunitario para hacer frente a todos los desafíos que tiene Europa. Yo creo que ese es el debate más primordial que tiene que abordar el Parlamento Europeo, la Comisión Europea y también el Consejo. Es evidente que hay países más pequeños que tienen sus precauciones frente a una Bruselas que a lo mejor acumula y absorbe demasiadas competencias en esa Europa federal. Bien, hablemos también de esa reforma interior que necesita Bruselas, las instituciones comunitarias, en el sentido que antes apuntaba en mi intervención y que usted además también hacía en la suya, de reducir burocracia, de simplificar las cargas administrativas, de agilizar los plazos. Yo creo que estamos en un momento muy nuclear del presente y el futuro de la Unión Europea, y por eso decía al principio de mi intervención que poner en interrogantes esa llamada a la acción, ese despertar que ustedes señalaban en su lema me parece que es de perogrullo, porque efectivamente tenemos que hacer esa llamada a la acción. ¿La ventaja que tenemos cuál es? La ventaja que tenemos es que sabemos lo que tenemos que hacer. La desventaja que tenemos es que en el panorama de gobiernos europeos que se está configurando, es verdad que hay mucho euroescéptico y por tanto tendremos entre todos que contribuir a avanzar en esa línea de federalización y de integración que ustedes han defendido en sus informes y que, por supuesto, yo también defiendo.
Jaume Guardiola: Acabo. Viaje a China. Eso da una visión privilegiada de cómo van a ser las relaciones. ¿Cómo gestionar en la práctica, esta visión de China como socio, como competidor y como rival?
Respuesta: Yo creo que estamos aconteciendo, algunos hablan más que de desorden mundial, de orden mundial. Lo que estamos viendo en el siglo 21 es la reaparición de grandes países, por ejemplo, China e India, que durante el siglo XX, el siglo XIX fueron preteridas. Occidente representa el 12% de la población mundial. Por tanto, dar la espalda a una realidad, que es la China, me parece poco inteligente. Evidentemente lo que tenemos que hacer es ser pragmáticos en esa aproximación, defendiendo nuestros intereses y colaborando y cooperando con el gigante asiático en aquellas cuestiones que sean de nuestra incumbencia tanto a nivel europeo como a nivel global. Pero yo defiendo una aproximación de la política exterior europea y también española, quizá alineada con esas tesis de una política exterior multidimensional, donde al final nosotros nos aproximemos, según nuestros intereses, a esas nuevas realidades que están presentes y que no van a desaparecer, como es, por ejemplo, la realidad de China, tanto en el desarrollo económico, también de la humanidad y, por supuesto, también en la respuesta a desafíos globales como la emergencia climática. Yo defiendo que Europa necesita clarificar su estrategia para con China. Y eso no es óbice para defender una relación transatlántica positiva fortalecida con Estados Unidos, porque a fin de cuentas Estados Unidos y China, si usted y yo habláramos en torno a un café estaríamos de acuerdo en que necesitan hablar. Eso es bueno para la humanidad. Es bueno para los países. Por tanto, un buen acuerdo entre China y Estados Unidos es bueno para Europa y es bueno para el mundo. Y yo, en consecuencia, lo que hago es defender un buen acuerdo, una clarificación en la estrategia europea positiva respecto a una realidad, que es la China, que lógicamente va asiatizar también las relaciones internacionales y la geopolítica del siglo XXI. Aquellos que no lo vean así miran con las lentes del siglo XX a una realidad que está cambiando radicalmente. Yo creo que nosotros tenemos que ser pragmáticos, ser inteligentes en nuestra aproximación a China y creo que España, con este viaje con la celebración del 50 aniversario hace dos años o hace tres años -fue en 2018 o 2019, no recuerdo ahora- de las relaciones diplomáticas entre China y España, y el 20 aniversario de la firma de la alianza estratégica entre China y España, firmada por un presidente también socialista como fue José Luis Rodríguez Zapatero, es la prueba de que, en efecto, estamos yendo por el buen camino. Fíjese que esta política exterior para con China, esta firma de esta alianza estratégica entre España y China, no fue cuestionada tampoco por ningún gobierno conservador. Por tanto, estoy siendo coherente no solamente con lo que hizo una administración socialdemócrata, sino también con lo que ha hecho en política exterior una administración conservadora.
Jaume Guardiola: Presidente, muchas gracias.
Respuesta: Un placer.
(Transcripción editada por la Secretaría de Estado de Comunicación)