Intervención del presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, en la inauguración del 'Women's turn to reshape the future: GWL Voices Dialogue', en Casa de América

22.1.2024

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Madrid

INTERVENCIÓN DEL PRESIDENTE DEL GOBIERNO, PEDRO SÁNCHEZ

En primer lugar, gracias por elegir España para celebrar este encuentro. Estáis en un país que hoy es un referente mundial en políticas de igualdad, y cuyo gobierno se declara orgullosamente feminista. Y siempre será un aliado leal en una causa tan justa como la que defendéis.

Bienvenidos. Y, por favor, permitidme dirigirme a vosotros en español.

La primera pregunta que me gustaría hacer es. ¿Dónde estaríamos?, ¿Cuál sería nuestra historia, la Historia de la humanidad, si las mujeres hubierais participado en las decisiones políticas mucho antes, si las mujeres hubieran podido incorporarse mucho antes a la actividad diplomática?

¿Cómo sería el mundo si las mujeres tuvierais la presencia real en el poder que os corresponde por derecho?

Yo creo que hemos tardado demasiado tiempo en hacernos estas preguntas, pero también hay algunas respuestas que son muy evidentes. Son claras porque la propia evidencia científica sí la sostienen.

Cerrar la brecha de género a la mitad, por ejemplo, podría incrementar, según los estudios de las distintas organizaciones multilaterales.

Cerrar la brecha de género a la mitad, por ejemplo, podría incrementar, según los estudios de las distintas organizaciones multilaterales. Podría incrementar, como he dicho, el Producto Interior Bruto de las economías desarrolladas, nada más y nada menos que un 10%, hasta un 13% en las economías en desarrollo. Por tanto, cerrarlas del todo haría crecer el Producto Interior Bruto global más de un 20%, según acreditan esos mismos estudios.

Bueno, yo creo que hoy ya no es admisible que esta injusticia se perpetúe por más tiempo. Primero, por injusto, evidentemente, pero también por el enorme despilfarro de talento y de potencial que representa. Ni queremos ni podemos afrontar retos como el cambio climático, la transformación digital o el pleno despliegue de la Inteligencia Artificial sin la voz de las mujeres y, con más razón si cabe, los conflictos que, por desgracia, están asolando el debate internacional, ya sea la dramática guerra en Ucrania o también lo que estamos viviendo ahora mismo en Oriente Próximo.

En fin, es un inmenso honor que este grupo de líderes en distintas disciplinas se reúna hoy en Madrid, muchas amigas en este foro, en vuestras sociedades y también en el conjunto de la comunidad internacional.

Es verdad que no teníais otra alternativa.

De lo que se trata ahora es que las mujeres que vengan, las de mañana, que ya es ley, no tengan que hacerlo. Que no necesiten ser el doble de mejores que los hombres para ocupar los mismos puestos, que no necesiten trabajar mucho más que sus compañeros para ganar lo mismo que ellos.

En fin, acabamos de celebrar el 75 aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos. Aquel catálogo de principios fue un hito para la humanidad y un avance extraordinario en un derecho internacional que ahora mismo, por desgracia, estamos viendo vulnerado.

Aquel catálogo de principios fue un hito para la humanidad y un avance extraordinario en un Derecho Internacional que ahora mismo, por desgracia, estamos viendo vulnerado. Y, además, llevó la firma de una mujer como Eleanor Roosevelt.

Precisamente por ello, no deberíamos olvidar un principio esencial: que la igualdad entre hombres y mujeres es, por encima de cualquier otra cuestión, una cuestión de derechos humanos.

Este es un foro que aboga por el liderazgo global de las mujeres en las organizaciones multilaterales, en las organizaciones internacionales. Hay muchas razones que justifican la oportunidad de esta causa, y a mí me gustaría subrayar en esta intervención tres.

Primero, porque fomenta una comprensión más completa de los problemas mundiales y, en consecuencia, contribuye a un mundo más equitativo y más sostenible.

Segundo, porque refuerza lo comentábamos antes de entrar en este acto la legitimidad de las organizaciones y es muy importante ahora mismo reforzar la legitimidad de las organizaciones multilaterales en este momento de erosión, precisamente de nuestro orden multilateral, las hace más representativas del mundo tal y como es hoy.

Y, finalmente, porque mejora la calidad de la toma de decisiones en los procesos políticos y conduce a acuerdos más duraderos, incluso en procesos de paz difíciles. Y hay múltiples ejemplos que corroboran esta afirmación.

Sin embargo, a día de hoy, ninguna mujer ha sido elegida secretaria general de Naciones Unidas y solo ha habido 4 presidentas de la Asamblea General frente a 70 presidentes hombres.

Según el informe de 2023 Mujeres en el Multilateralismo, las principales organizaciones multilaterales han estado dirigidas por hombres el 88% del tiempo. Incluso hoy, a pesar de los avances que se han dado, singularmente liderados por el actual secretario general, António Guterres, solo un tercio de las organizaciones son dirigidas por una mujer.

En fin, esto tiene que cambiar. No se trata de avanzar "lento pero seguro".

No se trata de confiar ciegamente en que, por sí solo, el paso del tiempo corregirá esta desigualdad.

Se trata de confiar ciegamente en que por sí solo el paso del tiempo no va a corregir esta desigualdad. Se trata, en consecuencia, de decir basta.

España, el conjunto de la sociedad española y por extensión, su gobierno, respalda vuestra casa.

Apoyamos vuestras iniciativas para un sistema de alternancia de género en la elección de la Presidencia de la Asamblea General. Sin duda alguna. Apoyamos vuestra campaña "Madam Secretary-General." Creo que va siendo hora de que tengamos una secretaria General de Naciones Unidas. Casi 80 años después de su creación. No puede haber más excusas. Es el momento.

En mis palabras, no hay un ápice de voluntarismo. Créanme, al contrario.

España lleva años predicando con el ejemplo.Hoy el Banco Europeo de Inversiones, sin ir más lejos, tiene al fin, a una mujer al frente, Nadia Calviño, que fue vicepresidenta del gobierno de España, formó parte por tanto del Ejecutivo durante estos último cinco años. Y digo "al fin" porque han tenido que pasar más de sesenta años y siete presidentes para que hubiera una mujer al frente de esta institución.

Es un paso de enorme valor simbólico, sin duda alguna. Otros son menos visibles, pero son igualmente trascendentes ¿no? En 2022, por primera vez en la historia, la promoción de ingreso de la carrera diplomática contó con más mujeres que hombres. No fue un hecho aislado. Se ha vuelto a dar en el año 2023 y anticipa un cambio imparable.

Y, sin embargo, en muchos países, los derechos de las mujeres están en regresión y son cuestionados. Haríamos mal en asumir, y me lo habéis dicho antes, que las conquistas del movimiento feminista son inexorables. Porque no es cierto. El riesgo de retroceso es real. Lo estamos viviendo en democracias asentadas, consolidadas, y no solamente en las democracias, como bien sabéis vosotras. Por eso toca defender los avances con más fuerza que nunca.

Y España fue uno de los últimos países de Europa en abolir leyes abiertamente machistas. Sabéis que sufrimos durante cuarenta años las consecuencias de una dictadura muy muy represiva en nuestro país. Llegamos tarde, porque tarde llegamos a la democracia. Pero, como suele ocurrir en el carácter español, una vez consolidada esa democracia, nos marcamos un auténtico objetivo de país: y fue que algún día seríamos referentes en igualdad de género.

Y creo que España lo es. España es la tercera gran economía del mundo que está más cerca de cerrar la brecha de género. Es un mérito enorme que corresponde al conjunto de la sociedad española. Y para el gobierno que presido, cerrarla definitivamente es no solamente un compromiso sino una obligación.

Es lo que hoy estamos haciendo, en primer lugar, por ejemplo, y lo he comentado antes, con la Ley de Paridad que acabamos de trasladar al Congreso de los Diputados, la primera decisión adoptada por el nuevo Ejecutivo en este mandato.

Y en ese sentido quiero ser muy claro. Porque España cuenta con un gobierno feminista, porque así lo han decidido la mayoría de españolas y españoles. Un gobierno con tres vicepresidentas, con el mismo número de ministros y ministras. Y en los próximos cuatro años, vamos a dar un impulso a la igualdad real y efectiva entre hombres y mujeres. Ese es el objetivo de la Ley de Paridad, de representación paritaria que va a garantizar la igualdad en los centros de decisión y de poder político, pero también económico.

Sé que algunos lo consideran excesivo, pero para mí es puro sentido común porque si las mujeres son la mitad de la población, las mujeres, pues deben representar la mitad de los gobiernos, de los parlamentos y de los Consejos de administración del mundo empresarial.

Y este compromiso se manifiesta en otros ámbitos.

Aquí se ha hecho referencia a ello. Por ejemplo, en nuestra contribución, con 100 millones de euros durante estos últimos tres años a las organizaciones que trabajan por la igualdad de género y también por los derechos sexuales y reproductivos, incluidas ONU Mujeres y el Fondo de Población de Naciones Unidas.

E igualmente, se manifiesta en nuestro compromiso con una política exterior feminista, que fue impulsada precisamente por una exministra de Asuntos Exteriores que nos acompaña, Arancha González Laya. Hemos llevado esa bandera a las grandes citas internacionales. Lo hicimos en el acto de Política Exterior Feminista en la Semana de Alto Nivel del mes de septiembre en Nueva York; lo haremos en la Cumbre del Futuro o en la Conferencia Internacional de Financiación para el Desarrollo que tendrá lugar en España en el año 2025. Para nosotros es un auténtico honor también el poder albergar aquí en España esta importante cita.

En definitiva, amigas, amigos, tanto la diplomacia feminista como vuestra influencia y representación multilateral son absolutamente coherentes con nuestro proyecto de Gobierno. Pero, sobre todo, son expresión de una causa justa y diría también de un deber moral que nos interpela a todos los que estamos comprometidos con la causa pública.

Nadie lo ilustra mejor que mi querida amiga Michelle Bachelet cuando afirma que "Cuando una mujer entra en política, cambia la mujer, cuando muchas mujeres entran en política, cambia la política".

Gracias por vuestra lucha. Gracias por permitirme unir mi voz y la del conjunto de la sociedad española a vuestra causa: la causa, creo que más justa de nuestro tiempo, que no es ni más ni menos que la causa feminista.

Nada más y muchas gracias.

(Transcripción editada por la Secretaría de Estado de Comunicación)

(Intervención original en español e inglés)