Intervención del presidente de Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, en el Foro Económico Empresarial, organizado por la Cámara de Comercio hispana de Nueva York

20.9.2023

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Nueva York

INTERVENCIÓN DEL PRESIDENTE DEL GOBIERNO, PEDRO SÁNCHEZ

Thank you, Joseph. Adán. Pepa, ministros, autoridades, amigos y amigas.

En el último discurso del estado de la Unión, el presidente Biden hizo referencia a una fábrica de semiconductores de la marca Intel que está construyendo a las afueras de Columbus, en el estado de Ohio. Una planta inmensa de mil acres de terreno que el presidente estadounidense calificó literalmente un campo de sueños.

Bueno, aunque en España no medimos nuestros sueños en acres, esta hermosa imagen yo creo que nos resulta muy cercana, porque somos un país, España, al que, al igual que los Estados Unidos, se atreve a soñar en grande.

Todos somos conscientes del difícil contexto económico, y estoy convencido de que se va a hablar largo y tendido a lo largo de estas jornadas que habéis organizado, lleno de riesgos que no podemos obviar.

Es verdad que hay una respuesta política decidida que ha conseguido, por ejemplo, evitar pues, escenarios que evidentemente se daban por descontado previamente y que afortunadamente no, no se han logrado, como es el de la recesión global al que nos conducía el shock energético derivado de la invasión de Putin en Ucrania.

Pero es cierto también, como ha señalado la directora de El País, que la crisis inflacionaria ha obligado a un endurecimiento de la política monetaria que se está prolongando desgraciadamente en el tiempo y lo que está haciendo es encarecer gravemente el acceso al crédito de las empresas y de las familias.

Y a ello se suman además otros factores desestabilizadores que me gustaría desde luego también subrayar: la persistencia de tensiones de oferta en relación con las exportaciones de cereales, como ha comentado el presidente de PRISA, o los recortes de la producción del crudo.

En definitiva, todo eso y el debilitamiento de la economía china a causa del sobreendeudamiento privado vinculado al mercado inmobiliario hace que, evidentemente, estemos afrontando un escenario extraordinariamente complejo.

Todas las previsiones, si coinciden en algo, es en dibujar eso un cuadro muy complejo. La propia Comisión Europea prevé que algunos países de la eurozona terminen el año 2023 con tasas de crecimiento negativas a nivel global.

El Fondo Monetario Internacional lo que predice es un crecimiento económico muy por debajo del 2% para las economías avanzadas en el año 2024 y del entorno del 4% interanual en el caso de las economías emergentes.Y, en este marco hay quienes proponen, pues, ralentizar los cambios, escudándose, precisamente en las incertidumbres del momento. Esto siempre ha ocurrido en épocas de crisis, en momentos complejos como el actual, pero creo sinceramente, es a donde quería llegar tras describir este cuadro tan complejo, que tanto Estados Unidos como España compartimos una mirada algo distinta con algunos matices importantes.

Por ejemplo, sabemos que la inacción o la indecisión sería la peor respuesta posible, que además de avanzar y hacerlo en los que son sin duda los grandes ejes económicos del futuro, la innovación tecnológica, la autonomía estratégica que es parte de nuestra Presidencia del Consejo de la Unión Europea, la digitalización, el capital humano y su formación, la energía limpia o la reindustrialización como herramienta de la cohesión social y territorial.

Bueno, además de todo esto, y no es simple voluntarismo, todos estos avances no solo son posibles, sino que además son absolutamente imprescindibles, y que son realmente realizables porque descansan sobre evidencias y datos sólidos, objetivos y duraderos.

Bueno, además de todo esto, yo creo que existe esa, ese compromiso político, esa voluntad política de distintas administraciones que veo, que vemos ante estos desafíos, no solamente retos realizables, sino también enormes oportunidades de progreso y de cohesión social y territorial en nuestras naciones.

Todos estos datos que hacen hoy, por ejemplo, de España, un actor capaz de inspirar algo fundamental en términos económicos y es precisamente el de la confianza.

Quisiera compartir con todos ustedes tres elementos que creo que fundamentan la sólida confianza que despierta la economía española en este escenario tan, tan difícil.

El primero de ellos creo que es nuestra sobresaliente situación dentro del concierto europeo. Lideramos el crecimiento económico entre las grandes economías de la Unión. La tasa de inflación es de las más bajas de la de la Unión Europea, la más baja de la de la zona euro.

De cara al futuro inmediato, los organismos de estudios y también instituciones muy solventes refuerzan esta manera unánime de ver las potencialidades y la situación económica de España.

Hace unos días la propia Comisión Europea señalaba que España va a crecer este año más del doble que la media de la eurozona, un 2,2% frente al 0,8%. Y aún más relevante. Y es que vamos a mantener esa mayor tasa de crecimiento también en el año 2024, un 1,9% frente al 1,3% de media.

Y en un contexto de enorme complejidad, creo que España, con todas las dificultades y nuestros aciertos y nuestros errores y las cosas que todavía nos quedan por hacer, está sorteando la crisis inflacionaria internacional con mejores resultados que la mayoría de las grandes economías, tanto de Europa como las economías avanzadas del mundo.

Gracias al impacto de los sucesivos paquetes de medidas adoptadas desde el año 2022, y en especial, y quiero subrayarlo porque fue una batalla que terminó bien, pero donde nos jugamos mucho el crédito político de la administración la pasada legislatura, la solución ibérica, que no es más que la intervención de una parte del mercado energético.

Gracias a todo ello, España es hoy el país de la Unión con menor tasa de inflación, tanto en el índice general como también en el relativo a la inflación subyacente.

Esto no significa, lógicamente, que nos demos por satisfechos. Somos muy conscientes del coste de la vida que sufren nuestros ciudadanos. Pero en todo caso si miramos en términos relativos es evidente el buen desempeño de nuestro, de nuestra economía.

Según el dato adelantado del IPC armonizado de agosto, España registra una inflación del 2,4%, la menor de la zona euro junto a Bélgica.

En el caso del mercado laboral, bueno, pues el empleo ha seguido creciendo a tasas cercanas al 3% en el mes de agosto. Lo hizo además con especial vigor, y es lo que me gustaría también compartir con todos ustedes, en sectores de alto valor añadido: la informática, las comunicaciones, las actividades científicas. Solamente un dato, desde la finalización de la pandemia, más del 20% del empleo creado se concentra en estos sectores de alto valor añadido.

Y, además, gracias a ese acuerdo laboral, a esa reforma laboral del año 2022, uno de los principales males de la economía española y en particular del mercado de trabajo, que es, que era la tasa de temporalidad, se ha reducido a la mitad.

Tenemos una tasa de temporalidad en el entorno del 15%, es decir, la media europea, y se estima que el desempleo estructural español caerá en medio millón de personas hasta el año 2025, en lo que supone creo también un vuelco histórico a una de las mayores debilidades de nuestra economía como es el paro de larga duración.

También el sector exterior de nuestro país exhibe una fortaleza inusual para lo que ha sido siempre la evolución de la economía española a lo largo de estos últimos 40 años, a pesar del aumento de los precios internacionales de la energía, a pesar de los aumentos también en los precios de las materias primas, hemos aumentado notablemente nuestra capacidad de financiación con el exterior. En el año 2022, las exportaciones españolas de mercancías crecieron un 24% respecto al año 2021.

Bueno, todo esto lo digo porque efectivamente tenemos unos resultados cuantitativos, creo que razonablemente positivos respecto a la situación económica de la Unión Europea y también de la eurozona.También somos conscientes de que no debemos medir el éxito solo en términos cuantitativos. Estamos, por ejemplo, apreciando una recomposición de nuestra cesta exportadora en una dirección extraordinariamente esperanzadora.

Hoy España ingresa más por las exportaciones de servicios como las telecomunicaciones, como el transporte, como los servicios a empresas que en un sector tradicionalmente potente como es afortunadamente el sector turístico en nuestro país.

Es decir, yo creo que vamos por la buena senda. Los datos económicos nos avalan. Ayer mismo el Instituto Nacional de Estadística publicaba su revisión del Producto Interior Bruto de la economía española entre los años 2020 y 2022, con un aumento del 1,3%. Es decir, el PIB al acabar este periodo fue en realidad 20.000 millones de euros mayor que lo que pensábamos hasta ahora.

Bueno, yo creo que los hogares consumieron más, la industria manufacturera, las actividades científicas, las técnicas, crearon más valor añadido. El mercado de trabajo creó un volumen de salarios mayor que el inicialmente estimado. En definitiva, creo que es una grata constatación del buen desempeño de nuestro país.

La lata que me dio la oposición con recuperar los niveles previos del PIB a la pandemia, cuando efectivamente el Instituto Nacional de Estadística acaba de atestiguar que fue en el año 2022.

Bueno, yo creo que estos logros, en todo caso, y es a donde quería llegar, no se deben a golpes de fortuna ni mucho menos a una coyuntura internacional favorable. No la hemos tenido, primero con la pandemia y ahora con la guerra. Son creo que resultado de una apuesta ambiciosa, que ha hecho el conjunto de la sociedad española y con esa sociedad española, su gobierno.

Creo que estamos poniendo los cimientos de una auténtica transformación estructural de nuestra economía, que en poco tiempo ha creado un ecosistema favorable a la inversión a través de dos ejes de actuación que querría señalar.

En primer lugar, un amplio paquete de profundas reformas legislativas; la de las pensiones, el mercado de trabajo… siempre son las que copan, digamos, y centran el debate de la opinión pública. Pero hay otras que también son muy importantes para el conjunto de la sociedad y sobre todo en el contexto en el que nos movemos, como es todo lo que tiene que ver con la política energética, la transición ecológica y la formación, la formación de nuestro capital humano, tanto el sistema educativo, la nueva ley de universidades como pueda ser también la formación profesional.

Y, en segundo lugar, bueno, pues eso, la puesta en marcha de políticas públicas de impulso al crecimiento económico. Y ahí pues, querría subrayar lógicamente la apuesta que está haciendo España por la innovación, por la transición verde, por la transformación digital, lo que he dicho antes, por la inversión educativa y también un marco regulatorio educativo completamente actualizado y contemporáneo a la España de 2023 y los proyectos estratégicos, los llamados PERTEs como herramienta de modernización industrial.

Yo creo que todo esto marca en definitiva, una hoja de ruta clara que necesita ser consolidada en los próximos años.

Eso es lo que propuse a los españoles y españolas el pasado 23 de julio en las elecciones. No dar pasos atrás, sino consolidar y desarrollar muchas de las cosas que hemos ido aprobando durante estos últimos cinco años.

Y en este ámbito ¿qué me gustaría destacar? Bueno, pues sobre todo el desempeño de nuestro país en la atracción de proyectos de inversión verde, caracterizados por generar nuevas inversiones productivas, construir nuevas instalaciones y crear nuevos empleos.

Yo creo que España tiene muchísimo que ofrecer y de lo que enorgullecerse en el ámbito de la política energética. Nos consolidamos en el sexto puesto mundial, y en el tercero a nivel europeo en cuanto a todos los proyectos de inversión Greenfield. Destacan por su relevancia, pues evidentemente todos los referidos a la transición ecológica y las energías renovables. Pero sí quisiera poner el énfasis en el hidrógeno verde, en las baterías, donde hemos tenido creo que buenas noticias a lo largo de estas últimas semanas, y en la economía circular.

Y finalmente y de cara al futuro, pues quiero hacer mención a la vocación de nuestro país por impulsar una visión también de largo plazo, que aporte seguridad, solidez, estabilidad a los cambios estructurales que estamos emprendiendo.

Y esa hoja de ruta y las líneas maestras son conocidas, son previsibles. Es lo que ofrecí a los españoles y propuse el pasado 23 de julio, y es en sí mismo un valor único en un contexto de tanta incertidumbre, esa predictibilidad de cuál va a ser la política económica, cuál va a ser la política social de un hipotético gobierno del Partido Socialista junto con Sumar.

En esos términos, quiero hacer referencia a tres grandes prioridades de la política económica para la próxima legislatura en el caso de recibir el encargo del Jefe del Estado para la formación de gobierno y obtener la confianza mayoritaria de la Cámara.

En primer lugar, como gran prioridad, creo que lo más importante es mantener el impulso al crecimiento económico y la modernización de nuestra economía, es decir, no utilizar la excusa del contexto tan complejo para no seguir avanzando en esa transformación digital y en esa transición ecológica que imperiosamente necesitan todas las economías, y en particular la nuestra. Y con esa vocación hemos trabajado intensamente.

Aquí está también el secretario general en Presidencia, Manolo de la Rocha, en el marco de la adenda del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, que contempla un impulso adicional para esta próxima legislatura de otros 94 mil millones de euros para los próximos años en inversiones en estos sectores. Y de esta forma, bueno, pues vamos a avanzar en la senda de la Autonomía Estratégica Abierta, que creo que es una de las grandes lecciones que tenemos que extraer de la pandemia y también de la guerra en Ucrania, con una apuesta decidida en materias como la salud, la salud pública, como la ciberseguridad, como la defensa, como la descarbonización de la industria manufacturera y también, lógicamente, todo lo que tiene que ver con los semiconductores y los microchips.

Y vamos a crear nuevos e innovadores instrumentos financieros que nos van a permitir mantener los niveles de inversión que hemos tenido durante estos últimos cuatro años y de financiación a largo plazo que necesitan nuestras empresas para crecer.

Esto en primer lugar y en segundo lugar, lo que queremos es romper ese suelo del 8% de paro estructural en nuestro país. No es asumible que España continúe en términos relativos con tasas de desempleo tan altas si nos comparamos con la media europea o con los países más avanzados. Yo creo que tenemos evidentemente que romper ese suelo, que tenemos que alcanzar el pleno empleo y para ello vamos a seguir el camino esperanzador, abierto tras la reforma laboral y, por tanto, creo que estamos en condiciones de reducir a la mitad la tasa de paro estructural y alinearnos con Europa en tasas de paro que son muy importantes para el presente y el futuro de nuestro país, que nos afecta a todos y a todas de manera directa o indirecta, se tengan responsabilidades políticas, empresariales o también, lógicamente, familiares como es evidentemente las tasas de paro juvenil que tenemos y las tasas de paro de larga duración con personas de más de 50 años que evidentemente tienen muchas dificultades para poder volver a reincorporarse al mercado de trabajo.

Yo creo que para alcanzar estos objetivos es clave mejorar la cualificación de nuestros trabajadores. Vamos a desplegar muchos recursos económicos en este aspecto, con una formación que tiene que ser moderna, que tiene que ser flexible, que tiene que estar, o mejor dicho, tiene que ser de calidad, adaptada a esa transición ecológica y a esa transformación digital.

Vamos a continuar modernizando nuestra formación profesional, donde yo creo que hemos iniciado un camino muy esperanzador y muy inspirador, porque hay muchísima gente joven y no tan joven que está encontrando sus salidas laborales en el mercado de trabajo gracias a la formación profesional y evidentemente las políticas activas de empleo que siguen siendo el talón de Aquiles de nuestro país.

También es preciso garantizar pues que la formación llegue a aquella parte del tejido empresarial en la que, por nuestra naturaleza, nuestra idiosincrasia, pues resulta más costoso crear estructuras permanentes de formación, como son las pequeñas y medianas empresas y también el trabajo autónomo.

Y, en ese sentido, creo que, por ejemplo, mediante un modelo de micro acreditaciones que atienda las necesidades del mercado de trabajo, podremos incorporar toda esta cultura conjuntamente con nuestro tejido empresarial.

Y, para eso, evidentemente la Cámara de Comercio estoy convencido de que podrá contribuir y ayudarnos a ello.

Bueno, junto con la creación de empleo, creo que debemos continuar tomando medidas para mejorar la calidad del empleo. También el bienestar de nuestras trabajadoras y nuestros trabajadores, por ejemplo, mediante fórmulas de organización del trabajo.

Creo que el debate sobre el uso del tiempo en nuestro país es fundamental si queremos también elevar la productividad de nuestra economía. Fórmulas de organización de trabajo, promoviendo un cambio que creo que tiene que ser cultural en favor de las empresas, también de los trabajadores, que acompañen las transformaciones tecnológicas y sociales en el mundo, impulsando jornadas flexibles, permitiendo una mayor conciliación laboral y familiar entre los trabajadores y también las trabajadoras.

Y la tercera prioridad que quiero destacar pasa por acelerar la senda de descarbonización y la transición ecológica. Antes lo ha dicho tanto el presidente de Prisa como la directora de El País. Yo creo que no hay excusa. Cada vez en nuestro país, lo estamos viviendo y sufriendo de primera mano, tenemos temperaturas mucho más cálidas y evidentemente la transición ecológica no puede frenarse, sino que tiene que acelerarse.

Y el nuevo Plan Integrado de Energía y Clima 2023-2030, que hemos remitido recientemente a Bruselas antes de las elecciones, va un paso más allá y lo que hacemos es incrementar la ambición de los objetivos climáticos asumidos por España.

Se trata de una apuesta creo que muy ambiciosa, donde vamos a necesitar el concurso de todos, no solamente de las administraciones públicas, sino de ustedes, de las empresas, actuando sobre sectores que son altamente emisores: la energía, la industria, evidentemente, el transporte.

En fin, en 2030 aspiramos a eliminar uno de cada dos toneladas de CO2 emitidas en los mismos.

Y, finalmente, ¿a qué aspiramos? Bueno pues aspiramos a alcanzar el objetivo del 81% de generación eléctrica renovable en el año 2030.

Bueno, estas son, en síntesis, las apuestas de largo recorrido que queremos hacer por una nueva industria de tecnologías limpias, donde yo creo que España tiene todo que ganar, todo que ganar.

Y también por la descarbonización del tejido productivo existente y la creación de un parque de generación eléctrica basado en eso, en las energías renovables, que es realmente nuestro petróleo.

Las cifras creo que justifican la oportunidad de esta apuesta. Hablamos de un incremento potencial del Producto Interior Bruto en nuestro país de aquí al año 2030, de dos puntos y medio del Producto Interior Bruto, de un volumen de inversión total entre el año 2021 y el año 2030, de casi 300 mil millones de euros, es decir, el 85% de esos 300 mil millones de euros es capital privado y representa la creación potencial de casi medio millón de puestos de trabajo al año, entre el año 2025 y el año 2030, y un ahorro de más de 90 mil millones de euros en importaciones de combustibles fósiles.

Yo creo que tenemos todos los argumentos y la racionalidad económica también nos lleva a ello. Lo que hay que aportar es voluntad política. La tenemos desde, desde luego, lo hemos demostrado en la anterior administración y aspiramos a tenerla durante los próximos cuatro años.

Y afrontamos, en definitiva, este proyecto transformador sin precedentes, mientras avanzamos lógicamente en la senda de la sostenibilidad de las cuentas públicas.

Y yo quiero también hacer una mención a ello, porque en muchas ocasiones da la sensación de que solamente haciendo políticas neoconservadoras se puede lograr una sostenibilidad de las cuentas públicas.

Y es todo lo contrario. Las políticas que hemos implementado durante estos últimos años y hemos tenido que hacer frente a shocks muy, muy graves, como es por ejemplo el de la pandemia, pues han demostrado que podemos fomentar el crecimiento económico, hacer nuestros deberes en la transformación digital y la transición ecológica y la cohesión social y territorial y reducir el déficit público.

Nosotros vamos a cumplir nuestro compromiso de reducción del déficit público del 3% en el año 2024. Vamos a alcanzar un endeudamiento público del 109,1% del PIB, tras una significativa reducción en este último ejercicio.

En definitiva, y con esto voy terminando, si España inspira hoy confianza, como decía al principio de mi intervención, creo que es porque hemos hecho méritos de sobra para para merecerlo.

Hemos, durante estos últimos cinco años, antes la directora lo decía del El País, han sido cinco años muy intensos. Estoy convencido de que los próximos cuatro años también van a ser muy intensos. A los españoles y españolas nos encanta la política tanto o más que el fútbol. No tengo muy claro yo, pero evidentemente es así.

En fin, han sido cinco años de intensas reformas, de profundas transformaciones. Y, pese a una coyuntura global de insólitas dificultades, creo que nuestro país es hoy un actor de referencia, en el contexto global y europeo, en políticas que forman parte de la conversación global, como es sin duda alguna la emergencia climática y todo lo que tiene que ver con la transformación digital.

Durante los peores momentos de las distintas crisis que hemos atravesado, hemos demostrado de forma sostenible nuestra condición de socio fiable y también proactivo en la defensa de un multilateralismo que se ha puesto en cuestión y que tenemos que consolidar. También de la democracia y de un orden internacional basado en reglas.

Hemos asumido, como se decía antes, la Presidencia del Consejo de la Unión Europea con ambición, con propuestas y determinación, para dar un impulso a la unidad, avanzando la autonomía estratégica, reforzando nuestra unidad de acción, acelerando la implementación del Pacto Verde, mirando a Latinoamérica, como antes ha hecho referencia al presidente de Prisa.

Formamos ya parte de un grupo de naciones que encabeza el desarrollo de esa nueva economía digital y descarbonizada, base de la economía del presente y del futuro. Y cuento además con un activo muy importante que creo que es, al fin y al cabo, lo más relevante en términos políticos, y es el compromiso de la sociedad española para continuar esa senda reformista y modernizadora.

España quiere seguir avanzando. Esa es mi opinión. Creo que es lo que hemos trasladado siempre que hemos tenido que enfrentarnos ante disyuntivas como las que nos hemos enfrentado recientemente. Y cuenta además con todos los activos para poder hacerlo, contamos con paz social, con compromiso cívico, con crecimiento económico, con una apuesta estratégica por la formación de nuestro capital humano y también con una ambición que nace de la humildad de saber exactamente qué lugar puede jugar España en el escenario internacional y europeo.

Y, en ese sentido, les invito a compartir con nosotros y con nosotras este tiempo ilusionante de progreso, porque creo que sumando fuerzas e intereses comunes alcanzaremos las metas de crecimiento, de progreso y de bienestar que todos y todas compartimos.

Yo, desde luego, tengo muchas ganas de empezar ya esta legislatura, de que eche a andar, de que formemos gobierno y de que consolidemos los avances que sin duda alguna van a hacer a nuestro país un país mejor.

Muchas gracias.

(Transcripción editada por la Secretaría de Estado de Comunicación)
(Intervención original en español)