Intervención del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el Foro Empresarial España-Corea

18.11.2022

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Seúl

INTERVENCIÓN DEL PRESIDENTE DEL GOBIERNO, PEDRO SÁNCHEZ

[Cho-un achím imnidá], y gracias a todos, estimado ministro, estimada ministra, embajador, representantes de la comunidad empresarial coreana y también española,

Gracias a los organizadores por su acogida.

Es un verdadero placer para mí estar hoy con ustedes como parte de un viaje que sin duda alguna refuerza los vínculos entre nuestros dos países.

Corea es mucho más que un socio comercial de la máxima relevancia, que lo es, para España en Asia. Somos aliados globales estratégicos, socios globales cuyas relaciones no han hecho más que fortalecerse a lo largo del tiempo. Compartimos -aquí se ha dicho por parte del ministro- valores, principios que nos permiten afrontar conjuntamente los retos del siglo XXI.

Nuestras economías y poblaciones son comparables en muchas variables -aquí se ha dicho por parte de los representantes empresariales-, con tasas de crecimiento y niveles de vida similares y empresas líderes mundiales en distintos sectores.

Ambos compartimos la necesidad de seguir fomentando la interrelación entre nuestras economías, con el objetivo de reforzar nuestro tejido productivo y también impulsar el bienestar y la prosperidad de nuestras sociedades.

Hemos optado por sectores tecnológicamente avanzados -la industria de las energías renovables, por ejemplo, es un caso de éxito en España- y, en la crisis actual, derivada de esta crisis energética provocada por la guerra de Putin en Ucrania, creemos que no ha hecho sino reforzar nuestra voluntad de continuar ese camino de resiliencia energética basada en las energías renovables.

El mundo, señoras y señores, lo sabemos todos, se enfrenta a una coyuntura extraordinariamente compleja, donde confluyen retos y desafíos interrelacionados, tanto a corto plazo como en el medio y largo plazo.

Por un lado, tenemos las emergencias globales como la pandemia de la COVID 19, de la cual empezamos a salir ahora gracias al aporte de la ciencia y de la vacunación, la crisis climática que está siendo debatida, esperemos que, con un buen resultado, en la COP27 en Sharm el Sheikh, en Egipto... En definitiva, tenemos la obligación de avanzar juntos, de colaborar en áreas de avance tecnológico, de desarrollo económico y, por tanto, para garantizar el futuro y el bienestar de nuestras sociedades. Es una de las lecciones creo que más valiosas de la pandemia de la COVID-19. El éxito de la transición energética, de la transformación digital, de la lucha contra la pandemia van a depender en buena medida de ello, de esa interrelación y esa respuesta conjunta que demos las naciones.

Por otro lado, las previsiones sobre el escenario económico mundial en el corto plazo para este final de año y también para el próximo año evidentemente se han deteriorado respecto a los análisis que se hacían hace unos pocos meses, antes incluso de que se iniciara la guerra de Putin en Ucrania. La suma de los efectos de esta guerra con elementos como la revalorización del dólar y la ralentización del crecimiento en China hacen que las previsiones que manejan ahora mismo los organismos internacionales se hayan revisado a la baja, en un entorno, insisto, de extraordinaria incertidumbre.

En ese contexto, la Unión Europea está sufriendo con especial intensidad los efectos de la guerra. Somos el continente que está en primera línea en lo que respecta al sufrimiento de esta guerra. Pero, en esa coyuntura de alta inflación y de dependencia energética, sobre todo de algunos países respecto a Rusia, España parte -y es lo que quisiera compartir con todos los inversores y empresarios y empresarias coreanos- parte de una posición de una cierta y relativa ventaja.

Las previsiones apuntan a que nuestro país va a crecer en torno al 4,4% en el año 2022, mientras que la eurozona lo hará ligeramente por encima del 3%; y que, en el próximo año, en 2023, según todos los organismos internacionales España va a crecer por encima de la media de las economías avanzadas, tanto de la UE como también de las cinco mayores economías de la zona euro.

Es decir, España podría sortear una recesión que sí, está ya golpeando a algunas economías avanzadas de Europa como acabamos de ver en el caso del Reino Unido.

Tres fortalezas creo que pueden ilustrar, digamos, la capacidad de resiliencia de la economía española:

La primera tiene que ver con la evolución del empleo, con una tasa de crecimiento anual que está por encima del 3% y con un porcentaje de contratación indefinida muy superior al 80%.

En segundo lugar, los datos de producción industrial con un crecimiento medio anual del 3,5%, muy por encima de las principales economías de la UE…Perdón, de un 5%.

En tercer lugar, la evolución de nuestras exportaciones de bienes que, en lo que va de 2022, crecen por encima del 20%, y esto si muestra algo es el excelente trabajo de nuestras empresas para mantener la competitividad y para adaptarse a un contexto tan difícil como el que estamos atravesando.

Y además de todo esto, es necesario poner de relieve otros factores estructurales. Nuestra apuesta, por ejemplo -lo hemos visto en el vídeo- por las energías renovables, por las telecomunicaciones, por las tecnologías 5G… Pero en el caso concreto de las energías renovables, ahora mismo generan ya casi el 50% de nuestra electricidad; nuestra menor dependencia en consecuencia del gas ruso; o el contar con un tercio de toda la capacidad de regasificación que tiene Europa en España son fruto de decisiones estratégicas que han venido acumulándose a lo largo de estos últimos años en nuestro país y que han demostrado a la postre ser certeras.

Hoy, nuestros dos países, España y Corea, comparten dos valores fundamentales, que me parecen primordiales en este contexto tan adverso que estamos atravesando: el primero es el afán de progreso de nuestros ciudadanos, y la creencia, en segundo lugar, de que los retos como la sostenibilidad medioambiental y social y la digitalización suponen una enorme fuente de oportunidades para nuestros países.

Por tanto, es fundamental seguir desarrollando nuestros vínculos comerciales, también de inversión. A esa convicción responde mi presencia y la presencia de la Ministra de Industria, Comercio y Turismo del Gobierno de España aquí en Seúl.

Creo que, tras la firma del Acuerdo de Libre Comercio en 2011 entre la UE y Corea, cuya modernización tenemos que afrontar -España va a ser Presidencia de la UE durante el segundo semestre del año 2023-, nuestras relaciones comerciales han tenido una tendencia al alza. Además, junto a los sectores tradicionales -que aquí se han explicitado también en el vídeo, como pueden ser por ejemplo el sector turístico, muy potente en España y sin duda alguna también en Corea- se ha producido una clara diversificación hacia sectores mucho más tecnológicos y, en consecuencia, más innovadores, como aquí se ha dicho, por parte de los representantes empresariales.

Es cierto que los efectos de la COVID-19 hicieron que nuestro comercio bilateral cayera aproximadamente en un 30% en 2020 con respecto a los máximos históricos alcanzados en el año 2019, pero los datos de 2021 apuntan a una recuperación: 1.935 millones de euros en exportaciones españolas, 2.748 millones de euros en importaciones… Todo esto refleja una clara recuperación del comercio entre ambos países. Una recuperación que va a más, hasta el punto de que esperamos alcanzar los niveles previos a la pandemia antes de que finalice este año.

Y aunque las cifras de inversión son modestas, porque tenemos evidentemente muchísima más capacidad ambos países, creo que se observan dinámicas muy interesantes en ambas direcciones.

Por ejemplo, la inversión coreana en España ha procedido tradicionalmente de grandes conglomerados, los llamados chaebols, y se han concentrado en sectores como la industria comercial, la industria química, la ingeniería civil, como hemos visto en el vídeo.

Por contra, la inversión española en Corea, aun siendo menos relevante, no es menos importante. Nuestras empresas -a quienes agradezco por cierto su presencia en este viaje, así como a la CEOE y la Cámara de Comercio de España- están comprometidas con Corea en múltiples sectores: sector inmobiliario, automóvil, aviación o también el de la gestión de residuos, que es muy importante.

Con todo, creo que existe un creciente interés por invertir en ambas direcciones, gracias a la complementariedad de nuestros tejidos económicos y a las estrategias de desarrollo que ambos países hemos adoptado recientemente.

Así, por ejemplo, en España estamos en empresas coreanas que invierten en sectores como las energías renovables, como los componentes de baterías eléctricas, mientras que por ejemplo en Corea hay empresas españolas refuerzan su apuesta en el sector de la energía eólica marina.

Y quiero destacar la relevancia -aquí se ha dicho por parte de ambos ministros- del Memorando de Entendimiento firmado en el marco de este viaje entre CESCE (la Compañía Española de Seguros de Crédito a la Exportación) y K-SURE, que es su contraparte coreana. Este instrumento va a reforzar la vocación de incrementar la cooperación para fomentar el comercio y la inversión entre Corea y España; y también para facilitar la participación de las empresas de ambos países en operaciones de exportación a terceros países. Muy poca gente lo sabe, pero España y Corea participan conjuntamente en operaciones internacionales en terceros países, y eso creo que también, si algo demuestra, es la complementariedad entre ambos tejidos productivos.

Quiero subrayar además el enorme potencial de algo que ha dicho el representante empresarial coreano en lo que respecta a la proximidad cultural, que es algo creciente como factor de incremento de esos intercambios económicos. Solamente por dar un dato: 630.000 coreanos y coreanas visitaron España en 2019; y la ola "Hallyu" coreana es ya un fenómeno conocido en toda España.

Así que esta cercanía yo creo que se va a amplificar aún más durante los próximos meses con la apertura del Instituto Cervantes anunciada ayer mismo y que evidentemente hemos aprobado en este último Consejo de Ministros el pasado martes.

En fin, creo, señoras y señores, que España atesora enormes atractivos para atraer empresas coreanas que invierten en el extranjero. Hay muchas ventajas conocidas, como el alto nivel de cualificación de la mano de obra, la pertenencia a un espacio democrático, de valores con seguridad jurídica como es la Unión Europea, nuestras relaciones privilegiadas -aquí se ha dicho por parte de la representante de la Cámara de Comercio de España- con Iberoamérica.

Y, en consecuencia, a esta lista creo que podríamos añadir el innegable potencial que tiene España en relación con las energías renovables, que es un factor de competitividad, también los fondos europeos y la hoja de ruta de transformación y modernización de nuestra economía con el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, que supone una inversión pública superior a los 70.000 millones de euros entre 2021 y 2026. Algo que desde, bueno yo diría desde hace muchísimas décadas no cuenta España con estos apoyos para poder afrontar su modernización y su reindustrialización, y sin duda alguna, el diseño de proyectos estratégicos para impulsar la colaboración público-privada en algunos de los proyectos que pueden transformar y reindustrializar nuestra economía.

Bueno en fin, creo que es una gran oportunidad para las empresas coreanas que buscan invertir en sectores claves en un futuro que ya es presente, como es el de los vehículos eléctricos, los semiconductores -España quiere contar y pesar en la industria de los semiconductores y de los chips como referente en Europa: cuenten también las empresas coreanas con España para eso, para ser una puerta de entrada en toda esta industria tanto en Europa como en América Latina- y sin duda alguna los combustibles renovables como por ejemplo el hidrógeno verde, donde España quiere ser uno de los principales referentes, si no el principal referente de la UE.

A principios de este mes que es lo que hemos visto, bueno hemos visto que se ha materializado mucha de la confianza de inversores extranjeros en España. El propio grupo Volkswagen-SEAT va a invertir 10.000 millones de euros para producir vehículos eléctricos en nuestro país, para localizar una de sus pocas gigafactorías en España. La naviera Maersk invertirá otros 10.000 millones más para descarbonizar sus operaciones a través de la producción de metanol verde y amoniaco verde. Esto también lo van a hacer en España.

En definitiva, quiero poner estos dos ejemplos como grandes empresas que confían no en el presente, sino en el enorme potencial que tiene la economía española en el medio plazo. Y, por qué no, también nos gustaría contar con empresas coreanas en esa apuesta por la modernización de nuestro país.

Ayer mismo visité las instalaciones de producción de microchips de Samsung, y la verdad es que me quedé absolutamente impresionado de la capacidad de transformación y de vanguardia tecnológica que tiene este país. Presenté a sus responsables nuestra estrategia para convertirnos en actor clave en la cadena de valor mundial de semiconductores. Vamos a destinar más de 12.000 millones de euros en inversión pública y vamos a ofrecer instrumentos de financiación extremadamente atractivos para convertir a nuestro país en un actor clave en la cadena de valor mundial de los semiconductores. Aquí antes se ha hecho referencia, por parte del representante de la Cámara de Comercio Coreana, de los problemas que tenemos en la cadena de distribución y, por tanto, la necesidad de diversificar la producción de muchos de estos elementos -chips, semiconductores- en el conjunto del mundo. Por qué no España puede ser ese hub de producción y de diseño tanto para la UE como para América Latina.

Algunas empresas como Intel, Cisco o Qualcomm ya se han dado cuenta del potencial tecnológico que tiene nuestro país, han anunciado importantes inversiones en materia de I+D+i y de diseño. Recientemente, Cisco hace pocas semanas anuncio el desarrollo en España de un centro de diseño de semiconductores, el primero de este tipo en el conjunto de la Unión Europea.

En fin, quiero trasladarles que soy conocedor de las grandes oportunidades de inversión aquí para las empresas españolas, dado el importante lógicamente peso industrial, así como el alto valor de inversión en I+D de Corea, y en sectores donde el impulso público es esencial, como el de las energías renovables, que es lógicamente un interés que está empezando a concretarse y donde yo creo que las empresas españolas pueden tener muchísimas oportunidades.

Finalmente, creo que es preciso poner de relieve una vez más el papel no solamente de las grandes empresas, sino de las pequeñas y medianas empresas (PYMEs), también de las startups en este ámbito, especialmente relevante para algunas grandes compañías. España cuenta con notables ejemplos, con la experiencia de este tipo de empresas -algunas hoy aquí presentes- y que prestan un servicio crucial para el desarrollo de nuestras relaciones bilaterales.

Concluyo, señoras y señores, y concluyo diciendo que hace ya más de 42 años, los ojos del mundo se fijaron en una ciudad al sur de la península coreana, Gwangju, donde estudiantes, trabajadores, se levantaron contra el régimen dictatorial que oprimía a su país.

Estos estudiantes sembraron la semilla de la democracia renacida siete años después en Corea. Una democracia vibrante, robusta, que ha conducido a su país a unas cotas de desarrollo social y económico y a una influencia global inimaginables apenas dos generaciones atrás.

Corea y España hemos transitado hacia la democracia plena en tiempos relativamente recientes. Y esa experiencia común hace mucho más que unirnos en lo económico. Creo que nos une también en lo político, en lo emocional a la hora de defender la libertad, la democracia, la pluralidad, la diversidad y la dignidad, no sólo en nuestras sociedades, sino en un mundo asolado por la injusticia y por la desigualdad.

Hoy, en nombre de España, quiero rendir homenaje a quienes, con su trabajo diario, manteniendo vivo aquel espíritu del "5.18", impulsando un futuro mejor, más justo y más respetuoso con nuestro planeta, abrieron camino en Corea.

Tenemos plena confianza en su país, señoras y señores, querido ministro: como socio comercial preferente, como aliado estratégico y, en definitiva, como un país amigo. Tanta como la de muchos empresarios y empresarias españoles aquí establecidos con los que compartimos el afán de seguir avanzando esa colaboración económica y empresarial cada vez más estrecha entre nuestros dos países, es verdad que separados por la geografía, pero muy unido en tantos valores que compartimos ambos, ambas, sociedades.

Así que muchísimas gracias, [gamsa jamnidá].



(Transcripción editada por la Secretaría de Estado de Comunicación)

(Intervención original en español)