Global Health Summit

21.5.2021

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La Moncloa

INTERVENCIÓN DEL PRESIDENTE DEL GOBIERNO, PEDRO SÁNCHEZ

Gracias Mario, Ursula,

Permítanme empezar elogiando a la Presidencia italiana del G20 y a la Comisión Europea por la iniciativa de coorganizar esta Cumbre.

Mientras seguimos llorando a los millones de víctimas del COVID-19, es crucial que redoblemos nuestros esfuerzos para acabar con la pandemia actual y estar más preparados para las futuras.

España está firmemente comprometida con la mejora de la arquitectura sanitaria mundial y con traducir la urgencia que hoy nos reúne en acciones concretas.

Nuestra primera prioridad debe ser dejar atrás la pandemia de COVID-19. El ritmo de vacunación se ha acelerado en toda la UE. Esto permitirá una reapertura gradual de nuestras sociedades. Y tengo la esperanza de que dos iniciativas multilaterales que España ha defendido, el certificado COVID-19 de la UE y el Blueprint for Safer International Travel de la OCDE, marquen la diferencia facilitando la movilidad entre la mayoría de nuestros países.

Pero todavía estamos muy atrasados en nuestro objetivo de garantizar un acceso asequible y equitativo a las vacunas para todos. La brecha entre los países es cada vez mayor, y las necesidades futuras podrían no estar totalmente cubiertas. No se trata sólo de una cuestión de justicia, sino de garantizar que luchamos contra la pandemia de forma eficaz y con todos los medios e instrumentos a nuestro alcance.

Son muchas las voces y los países que reclaman una exención temporal del acuerdo TRIPS o la anulación de algunos de sus requisitos. España cree firmemente que debemos encontrar urgentemente un consenso sobre tales propuestas.

Pero las licencias y los derechos de propiedad intelectual son sólo una parte de la ecuación. Por ello, mi país propone actuar simultáneamente en los tres frentes que requieren acción: facilitar la transmisión de la tecnología y los conocimientos necesarios, levantar todas las barreras para aumentar la producción y acelerar la distribución de las vacunas.

En primer lugar, hasta que se llegue a un acuerdo en la OMC, hay que fomentar los acuerdos voluntarios de licencia, así como la puesta en común de todas las formas de conocimiento relacionadas con el virus, incluso a través de plataformas como el C-TAP de la Organización Mundial de la Salud, al que España acaba de adherirse


En segundo lugar, tenemos que aprovechar al máximo las capacidades de fabricación existentes, independientemente de dónde se encuentren. Esto requiere no sólo identificar rápidamente estos recursos infrautilizados para adecuar la oferta a la demanda, sino también eliminar todos los obstáculos al comercio tanto de vacunas acabadas como de las materias primas y los componentes necesarios para producirlas.

Me gustaría reconocer aquí la buena noticia de que los principales productores de vacunas han compartido con nosotros durante esta Cumbre que van a acelerar y aumentar sustancialmente la producción de vacunas, muchas de las cuales irán a países en vías de desarrollo. Cada dosis extra cuenta.

En tercer lugar, hay que acelerar y facilitar la distribución de vacunas. Debemos reforzar nuestro compromiso con ACT-A y COVAX, aumentando las contribuciones financieras y no financieras. España pondrá su parte, empezando por la donación de 7,5 millones de dosis a los socios latinoamericanos a través de COVAX. Y por eso, a nivel europeo, pido que se refuerce nuestra coordinación a través del Mecanismo de Reparto de Vacunas de la UE, que estamos construyendo juntos. Sin embargo, para que estas vacunas lleguen a sus destinatarios finales, también debemos movilizar los medios de transporte adecuados y asegurarnos de que todos los países cuentan con las capacidades necesarias para poner en marcha sus programas de vacunación.

No hay mejor política económica a corto plazo que acelerar las campañas de vacunación en todo el mundo. Garantizar el acceso universal a las vacunas debe ser el primer paso para volver a construir mejor.

Estimados colegas,

Ahora que empezamos a ver el final de esta pesadilla, no podemos permitirnos el lujo de poner la preparación y la respuesta a la pandemia en piloto automático una vez que la emergencia del COVID esté controlada. Es hora de aprovechar el actual impulso político y social para avanzar en las mejoras a largo plazo que necesitamos.

En este sentido, España reclama un Tratado Internacional sobre Pandemias que proporcione un respaldo político continuado a la prevención, detección temprana y gestión de futuras pandemias. Este Tratado fomentaría la rendición de cuentas mutua, la responsabilidad compartida, la transparencia y la cooperación.

Además, debemos asegurarnos de que el sistema sanitario multilateral, con la OMS en su centro, esté financiado de forma sostenible y capacitado para hacer frente a futuras pandemias. Porque el gasto sanitario no es un coste, sino una inversión. Y es evidente la necesidad de invertir en las capacidades locales, en la mejora de la atención primaria y la ampliación de la cobertura sanitaria universal, en investigación científica y la innovación, y en educación sanitaria.

En última instancia, para hacer frente a los retos del futuro es necesario un enfoque de "Salud Unitaria", que tenga en cuenta que la salud humana y la protección del medio ambiente son dos caras de la misma moneda. Tenemos la responsabilidad colectiva de garantizar que nuestros hijos, y los hijos de nuestros hijos, estén mejor preparados que nosotros para afrontar la próxima crisis sanitaria mundial. No podemos decepcionarlos.

Gracias.

(Transcripción editada por la Secretaría de Estado de Comunicación. Intervención original en inglés).