Intervención del presidente del Gobierno en el 43 Congreso Federal de la Unión General de Trabajadores

19.5.2021

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Valencia

Muchas gracias, presidente, compañeros, compañeras, qué gusto, ¿no?, president de la Generalitat, ver de nuevo este aforo lleno de personas, de compañeros y compañeras, de sindicalistas de la UGT, porque eso representa que estamos iniciando una nueva etapa, una etapa de superación de la pandemia gracias a la vacunación, gracias a la aportación de la ciencia, y quiero además subrayarlo gracias al buen hacer de los sindicatos, de los agentes sociales, que habéis garantizado la estabilidad social, fundamental, imprescindible, para lograr, desde el punto de vista económico, superar esta tragedia, la mayor tragedia sanitaria en estos últimos 100 años en la historia de la humanidad.
Así que gracias a la UGT, gracias a los compañeros y compañeras, y gracias, también, al presidente de la Generalitat por acogernos a muchos, cada vez más, que podamos encontrarnos, abrazarnos, cuando superemos definitivamente la pandemia, y le decía antes al president de la Generalitat y también al secretario general, mi querido Pepe, que el Partido Socialista, y aquí os hablo como secretario general del Partido Socialista, bueno, pues os vamos a copiar y vamos a celebrar en el mes de octubre también el 40 Congreso del PSOE en la ciudad de Valencia. Así que mejor lugar que este no se me ocurre.
Algunas cosas diré al compañero secretario general de la UGT para recoger el guante que ha lanzado, pero si me gustaría comenzar con el reconocimiento a una persona, fundamental en la historia del Partido Socialista y de la Unión General de Trabajadores: que ha sido mancillado a lo largo de estos últimos meses por partidos políticos y gobiernos municipales, nuestro compañero, nuestro querido compañero Francisco Largo Caballero.
Porque en estos tiempos en los que algunos quieren encerrarle en el olvido, mancillar su recuerdo y su memoria, nosotros y nosotras nos empeñamos a reivindicar y a recordar su trabajo. Largo Caballero fue un sindicalista y un político consecuente con sus actos. Como ministro de Trabajo, promulgó la legislación social más avanzada de la época, que aún reconocemos y recordamos en España hoy.
Y actuó, además, como hoy queremos actuar nosotros, desde todos los frentes, me refiero a la izquierda politica, sindicalista, social, en definitiva de nuestro país; comprometiéndonos con su época, con nuestra época, respondiendo ante la adversidad con más democracia y dignificando la vida de aquellos colectivos y de aquellas personas más vulnerables. Eso hizo Largo caballero. Y eso es lo que quiere hacer la izquierda politica que hoy está gobernando.
Mirad, una de las cosas que ha dicho el secretario general es que no encuentra otro Gobierno posible en España que pueda defender los derechos de los trabajadores y trabajadoras como lo está haciendo este Gobierno de coalición, y subrayo lo de coalición, porque si algo estamos demostrando este año largo de pandemia, como un mensaje político a aquellos ciudadanos y ciudadanas que creen en la izquierda, en las fuerzas progresistas, es que el entendimiento entre los de izquierdas es posible, es necesario y es fundamental para que los trabajadores y trabajadoras avancen en sus derechos y en sus libertades durante los próximos años.
Y tengo una mala noticia que darle a la derecha. Quedan 31 meses para que acabe la legislatura y vamos a seguir haciendo cosas en beneficio de los ciudadanos y ciudadanas de nuestro país y singularmente de los trabajadores.
Porque nosotros gobernamos con el ejemplo de quienes nos precedieron, de quienes cambiaron la sociedad para mejorarla. En un día como hoy, en el que la Unión General de Trabajadores celebra a su 43 Congreso Federal, como bien reza vuestro lema, quiero reivindicar una vez más la hermandad entre el Partido Socialista Obrero Español y la Unión General de Trabajadores.
Quiero reivindicar, además, la importancia del sindicalismo en la acción política. Quiero, además, deciros que trabajamos para la igualdad, para la justicia social, para eliminar las lacras de la pobreza y de la marginación, que desgraciadamente la pandemia, si no ha hecho otra cosa, es acelerarlas más y ensancharlas.
Este Congreso lleva un ambicioso lema, a mi juicio, que es el lema de "Redvolución 6.0", un nuevo contrato social y medioambiental.
Y a mí me parece muy importante, querido Pepe, queridos compañeros y compañeras, este lema, porque demuestra, a mi juicio, bien, fielmente, que la Unión General de Trabajadores conoce el mundo en el que vive y sobretodo el futuro hacia el que vamos y que deseamos preparar a las siguientes generaciones para dotarles de herramientas de los instrumentos para poder hacer efectiva su progreso social.
El mundo, compañeros y compañeras, hace poco más de 12 meses cambió de una manera radical. Se han acelerado cambios que veíamos antes de la pandemia ya en el medio plazo y que hoy se han convertido en nuestro presente y en nuestro futuro más inmediato.
Estamos hablando de la transición ecológica, que tiene que ser justa. Y yo aquí quiero reivindicar también, no solamente el hacer del Gobierno de España, sino también de los agentes sociales y singularmente de los sindicatos en aquellos territorios donde hemos llegado a acuerdos precisamente para hacer esas transiciones justas. Es decir, que nadie quede atrás.
Al igual que las transformaciones digitales, es decir, los desafíos al final para la izquierda siempre son los mismos. Es ofrecer perspectivas integradoras a las grandes revoluciones disruptivas que estamos viviendo.
En definitiva, aquella frase, en términos coloquiales que digamos, se ha convertido en la marca también, no solamente de los sindicatos, sino, también, una voluntad política del Gobierno de España, que es el de no dejar a nadie atrás.
Para ello, compañeros y compañeras, hemos tenido que aprobar, como bien sabéis, un escudo social histórico desde el punto de vista de nuestras capacidades a lo largo de estos últimos cuarenta años de democracia, con el fin de afrontar la peor pandemia, la peor crisis sanitaria, con su traslación desde el punto de vista social y económico del último siglo. Y para evitar, en definitiva, que la recesión económica se transformara en la mayor destrucción de empleo, mayor histéresis en nuestra economía.
Esa es la tarea, la que nos hemos empeñado durante este largo año de legislatura y también de pandemia. Y cuando digo hemos estado empeñados, no solamente me refiero a lo que yo pueda representar como Gobierno, sino también al conjunto de la sociedad y singularmente a los agentes sociales. Porque creo que la unidad, el diálogo y como bien se ha dicho antes, las reformas que cuenten con el mayor acuerdo posible, sin duda alguna, es beneficioso para el conjunto de la ciudadanía, sobre todo en un tiempo de crisis como el que estamos viviendo.
Porque esa unidad y ese diálogo, compañeros y compañeras, es lo que nos ha permitido aún con los el número de fallecidos que desgraciadamente la pandemia nos ha arrojado, pues hemos salvado vidas, hemos defendido la salud pública de nuestra nación y hemos salvado también empleos y empresas tomando decisiones dramáticas, como tomamos en los primeros meses de la pandemia, donde tuvimos que cerrar todas aquellas actividades no necesarias para poder hacer frente a un virus desconocido.
Por eso quiero aprovechar para dar las gracias y reconocer el esfuerzo, el liderazgo, la empatía de la Unión General de Trabajadores, de su secretario general, Pepe, de Comisiones Obreras, del conjunto de agentes sociales, de todos los miembros del Gobierno, de todos y cada uno de los miembros del Gobierno, en definitiva, de todos los actores y actrices protagonistas de la mesa de diálogo, así como del tejido productivo de nuestro país. Gracias por vuestra responsabilidad. Gracias, Pepe, por vuestro compromiso para con el país y también para con los trabajadores y trabajadoras.
Habéis demostrado que si hay voluntad y se pone el interés general por encima de cualquier otra consideración, se puede llegar a acuerdos, acuerdos que mejoren la vida de los colectivos a los que estamos representando, singularmente de los trabajadores y trabajadoras. Eso es construir país. Un día como hoy merece la pena recordar que se han alcanzado con los empresarios y con los sindicatos hasta 8 grandes acuerdos, fruto de la mesa de diálogo y de concertación social.
El primero de ellos lo conocéis bien porque lo hemos hablado en muchas ocasiones. Es el que se ha suscrito para la reactivación económica y del empleo. Hace pocos meses, antes de que efectivamente se cumpliéramos el año en el pasado verano.
En segundo lugar, se ha subido el salario mínimo interprofesional hasta 900 euros al mes en 14 pagas.
En tercer lugar, se ha regulado el trabajo a distancia.
En cuarto lugar, se han regulado las condiciones laborales de las personas trabajadoras dedicadas al reparto o distribución a través de las plataformas digitales de la denominada Ley Riders, que es puntera en el mundo entero.
Y en quinto lugar y último, aunque sea sin duda alguna el más importante, se ha firmado el Acuerdo Social en Defensa del Empleo hasta en cuatro ocasiones. Ahora mismo estamos también negociando con los agentes sociales una nueva extensión para prorrogar los ERTEs y además, 1,5 millones de trabajadores y trabajadores autónomos han percibido algún tipo de prestación que pusimos en marcha precisamente para protegerles en los momentos más difíciles de la lucha contra el COVID.
Y gracias a ello, y seguro que lo habéis escuchado en muchas ocasiones. Me parece muy importante también trasladar este mensaje de nuevo de solidaridad que nos hemos dado todos el conjunto de la ciudadanía española. Hemos logrado proteger 3,6 millones de puestos de trabajo.
De hecho, en el último informe de la economía mundial que ha publicado el Fondo Monetario Internacional, es decir, no un organismo, digamos dudoso de defender las tesis que defiende liberales, ha puesto a España como país ejemplo de la eficacia en el diseño y la instrumentación de los ERTEs como mecanismo para el mantenimiento del empleo.
Yo creo que esto es importante reconocerlo, porque la transformación en marcha de nuestro país está fundamentada, está asentada en la creación de empleo, de calidad y con derechos. Esa es nuestra máxima prioridad, compañeros y compañeras y en especial cuando estamos hablando, como ha hecho antes el secretario general de la UGT de los jóvenes, que son de nuevo, junto con las mujeres, aquellos, aquellos grupos de la población que más están sufriendo las consecuencias de la crisis. Son los jóvenes, compañeros y compañeras, los que de alguna manera viven y lo dicen además, con muchísimo pesar, esta suerte de adolescencia perpetua que no solo les impide emanciparse y por tanto vivir en casa de sus padres y madres, sino que además viven con muchísima más precariedad que ellos. Les cuesta, por tanto, compaginar los estudios, el trabajo, cuando muchos de ellos no tienen otra alternativa salvo salir adelante y no pueden hacerlo. Y retrasan además la decisión de ser madres, de ser padres mientras se encadenan crisis consecutivas como la que vivimos en 2008 o como la que estamos viviendo, desafortunadamente ahora.
Piden oportunidades, piden en definitiva, un horizonte de estabilidad y de futuro, que es lo que tenemos que otorgar, al menos las condiciones necesarias desde los poderes públicos. Y además tienen derecho a hacerlo. Y nosotros tenemos la obligación de darles esas oportunidades, de crear esas oportunidades, porque los jóvenes no quieren que les regalemos nada, quieren simplemente tener la oportunidad de conquistar ellos mismos su futuro.
La generación de la democracia lo que nos pide es una oportunidad y este Gobierno, compañeros y compañeras, va a hacer todo lo posible por dársela. Vamos a fracasar como sociedad si no logramos crear esas oportunidades.
Y en ese sentido quiero haceros un anuncio importante para el Gobierno de España y es la inminente puesta en marcha por parte del Gobierno de un Plan de choque frente al desempleo juvenil. Un plan que concentra o va a concentrar una gran inversión para hacer frente a uno de los grandes retos de nuestro mercado de trabajo. Las comunidades autónomas van a contar con 600 millones de euros para financiar contratos formativos que otorguen oportunidades de empleo de formación para aquellos jóvenes que tengan menos de 30 años.
Y además, lo que vamos a hacer es invertir otros 765 millones de euros en programas novedosos dedicados al empleo joven, a ofrecerles una primera experiencia profesional, a fomentar la investigación o la mejora de su capacitación en los ámbitos de futuro, como son la digitalización, la economía verde, la transición ecológica y un largo etcétera.
Y finalmente vamos a renovar el sistema de Garantía Juvenil, dando lugar a la Garantía Juvenil Plus, que constituirá un auténtico plan de empleo digno para nuestros jóvenes y que va a contar con los recursos del Fondo Social Europeo de cerca de 3 000 millones de euros entre el año 2021 y el año 2027.
En conjunto, en conjunto con este plan de lucha contra el desempleo juvenil o por la creación de empleo juvenil. Con este plan pretendemos ofrecer formación y facilitar la contratación de más de un millón de jóvenes en nuestro país durante los próximos tres años.
Eso es lo que va a hacer este gobierno por los jóvenes en nuestro país.
Porque vamos a lanzar un mensaje claro, vamos a lanzar el mensaje de que no vamos a permitir que nuestros jóvenes vuelvan a pagar la crisis.
Tenemos, por tanto, compañeros y compañeras las reformas necesarias de mercado laboral, del sistema público de pensiones, que las vamos a hacer, las estamos haciendo ya desde la negociación y el pacto en el marco del diálogo social, es esa la mejor garantía para que los acuerdos sean equilibrados y por tanto, como bien se comentaba antes, perdura en el tiempo.
Así se lo hemos explicado a las autoridades europeas en el marco de nuestra negociación para los fondos de recuperación del Next Generation European Union. Lo han entendido perfectamente, como ha quedado reflejado precisamente en nuestro Plan de recuperación que ya hemos presentado ante la Comisión Europea.
Pero, por otro lado, quiero también deciros que además de estos acuerdos, en el marco del diálogo social, también se han alcanzado otros acuerdos, a mi juicio, claves, con los sindicatos, principales, con la Unión General de Trabajadores y con Comisiones Obreras.
Destaco, por ejemplo, la importantísima aprobación de los reglamentos de planes de igualdad, de la de igualdad redistributiva que dieron lugar al Real Decreto 901/2020, los planes de igualdad y su registro, el Real Decreto 902/2020 de igualdad retributiva entre hombres y mujeres; es decir, hace un mes hemos derogado el artículo del Código Penal que castigaba la participación en piquetes, tal y como reclamabais las fuerzas sindicales desde hace tiempo.
Por tanto, escuchamos, pactamos y cumplimos. Y no quiero dejar de recordar hoy aquí, con la importancia que tiene además hacerlo aquí, la aprobación el año pasado de un nuevo pilar de nuestro Estado del Bienestar que yo siempre he identificado, sobre todo en la lucha contra la pobreza infantil. En nuestro país, desgraciadamente, dos millones y medio, casi dos millones y medio de niños y niñas sufren pobreza.
Nuestro país tiene un gran, un gran desafío en la lucha contra la pobreza infantil.
La explicación de por qué aprobamos el ingreso mínimo vital para muchos significa una nueva palanca de redistribución de la riqueza, de lucha contra la exclusión social; pero para mí, sobre todo y ante todo, representa un compromiso en la lucha contra la pobreza infantil.
Y debo deciros, compañeros y compañeras, que después de menos de un año de su implementación y desarrollo, porque estamos hablando de una nueva política que ahora mismo está en manos de la Seguridad Social, son ya 680 000 españoles y españolas quienes están percibiendo ese ingreso mínimo vital. Esto, a mi juicio, es un hito histórico que viene a completar nuestro Estado del bienestar junto con la sanidad, con la educación, con las pensiones, con la dependencia y en cuyo impulso, además, quiero reconocer la huella, el liderazgo de los sindicatos y el tercer sector, que ha jugado también un papel decisivo.
Los sindicatos conocéis mejor que nadie que hay dos formas de salir de la crisis: con más diálogo, con más igualdad, o con más conflicto social y, por tanto, más desigualdad. Y el Gobierno, no os quepa duda, de coalición, lo tiene muy claro.
Nosotros lo que elegimos es el diálogo y la justicia social, porque con diálogo hemos sido capaces de evitar que la recesión económica se transforme en destrucción de millones de puestos de trabajo.
Y a pesar de que la terrible crisis económica derivada de la emergencia sanitaria pues la estemos sufriendo, os adelanto que ya hemos logrado algo muy importante. Y es que ahora mismo, compañeros y compañeras, hay en España sólo 200 000 afiliados menos a la Seguridad Social que antes de la pandemia, a los que debemos además sumar otro medio millón de personas que se encuentra ahora mismo en alguna modalidad de los ERTEs.
Porque desde el diálogo se desplegó un enorme escudo social, como he dicho antes, que ha protegido socialmente a muchísimos millones de trabajadores y trabajadoras, que sirvió para limitar el impacto de la crisis en nuestra estructura productiva. Y gracias además, a esta menor destrucción de empleo, la recuperación está siendo aún más rápida.
Y quiero daros algunos datos porque me parece importante también que hagamos memoria y que seamos conscientes de cuál es el estado actual del mercado laboral y también de la economía española. Como vosotros sabéis bien, en la pasada crisis financiera, se tardaron casi 12 años en volver al nivel de la afiliación a la Seguridad Social previo al inicio de la recesión económica del año 2008-2009.
12 años. 12 años para recuperar el empleo perdido, más de una década que malogró la vida de muchísimas personas y que especialmente tuvo unas consecuencias gravísimas en los proyectos vitales de gente joven entonces, que se vieron obligados o bien a marchar de nuestro país, o a las mujeres que fueron de nuevo, como hoy, las primeras afectadas por esa crisis económica y crisis financiera.
Esta vez es distinto, porque es verdad que la naturaleza de la crisis es distinta; pero la forma en la que estamos llevando entre todos a cabo la respuesta a esta crisis económica, sanitaria y social es indudablemente diferente. Y lo estamos logrando.
Lo que es lo mismo, lo que es lo mismo, estamos haciendo precisamente que tanto en las formas como en el fondo, porque también en la política laboral es importante las formas y en el fondo -y que son absolutamente inseparables-, las respuestas sean diametralmente distintas a las de la crisis financiera de 2008.
Estamos demostrando juntos que hemos puesto en marcha una agenda ambiciosa para propiciar el bienestar de nuestro país. Mirad, impulsamos un cambio de paradigma en todos los sentidos, en todos los sectores. Un cambio de paradigma que refleja los vientos de cambio que necesita nuestro tejido productivo, que necesita modernizarse, que necesita alinearse con esa transformación digital y con esa transición ecológica, y que precisamente necesita incorporar esa perspectiva integradora a la cual antes hacía referencia. Y lo estamos notando ya.
Fijaos, la salida de esta crisis va a ser mucho más rápida. Antes os hacía referencia a los doce años que sirvieron para poder recuperar los niveles de empleo que tuvimos antes de la crisis financiera; pero como os he dicho antes, faltan menos de 200 000 personas afiliadas a la Seguridad Social para que recuperemos los niveles de afiliación que teníamos en febrero del año 2020.
Los ertes, que mencionaba antes, fueron muy efectivos para proteger la economía, el empleo, como bien sabéis, y ahora lo son también para impulsar la recuperación económica, porque hemos mantenido en los momentos más difíciles hasta 3,6 millones de personas que han cobrado y han mantenido y han preservado y se han protegido su empleo: una situación que en abril de 2020, acordaos, era dramática para muchísimos sectores y ahora mismo permanecen en torno a 590 000 trabajadores y trabajadoras.
¿Esto qué significa? Significa que el 85 por ciento de aquellas personas que en abril estaban protegidas por los ertes se han reactivado y se han reincorporado a su puesto de trabajo. Es decir, el cambio de tendencia se está produciendo, la recuperación económica se está acelerando y las expectativas, en consecuencia, son claramente mejores, como demuestran los indicadores de confianza y también de sentimiento económico, o el índice de producción industrial, o también la actividad de los servicios que crecen con fuerza durante este último mes.
Compañeros y compañeras, es un proceso de recuperación que gana ritmo en la medida en la que también van a ritmo, pues el principal instrumento que ahora mismo tenemos de política económica, que es el proceso de vacunación.
De hecho, estamos acelerando en mayo y pronto se va a producir un salto que yo califiqué de gigante. Un salto cualitativo en la llegada, en la llegada de las vacunas.
[Sonido inaudible del público]
Bien, compañera, claro que sí. Déjame primero hablar de las vacunas, que es importante también.
Mirad. Las vacunas, en junio, España va a recibir más de 13 millones de vacunas de una determinada compañía farmacéutica, 2,7 millones de dosis cada semana más, y nuestro Sistema Nacional de Salud está respondiendo óptimamente. Hemos llegado a administrar la semana pasada en tan solo un día 612 000 dosis diarias, de modo que somos capaces de absorber ese importante crecimiento de dosis de vacunas que nos están llegando semanalmente.
Y ya lo advertí: el proceso de vacunación, compañeros y compañeras, es la mejor herramienta de política económica. De hecho, en los últimos cien días, para que os hagáis una idea, solamente este dato, porque me parece lo suficientemente elocuente de lo que quiero explicaros. Solamente en estos últimos cien días se ha activado más de 380 000 trabajadores y trabajadoras en ertes para que seamos conscientes de la trascendencia y el impacto que tiene el ritmo de vacunación.
Y cuando este verano se recupere todo el flujo turístico, serán más las personas que vuelvan a su empleo manteniendo sus derechos y sus puestos de trabajo.
Fijaros, compañeros y compañeras, la Comisión Europea acaba de publicar su informe de primavera hace muy pocos días y nos revela algo muy importante, que de acuerdo a sus estimaciones, este año, el año 2021 y el año 2022, nuestro país, España, va a ser el país de Europa que mayor crecimiento económico tenga y que el empleo equivalente a tiempo completo crecerá en nuestro país, en el año 2021, a un 4,5 por ciento y al final del añom al final del año que viene, del año 2022 habremos recuperado el nivel de PIB que teníamos previo a la pandemia. Por lo tanto, vamos a completar en menos de tres años una recuperación que en la crisis financiera de 2008 se tardaron más de diez años. Ésta es la enorme diferencia, compañeros y compañeras, entre el impacto de esa crisis y el impacto de esta crisis.
Y esto no es mérito del Gobierno, aunque algo tendremos que ver, es el mérito de la sociedad española que ha sido capaz de hacerlo. Es el mérito de los sindicatos, de los agentes sociales que habéis sido vosotros, junto con los empresarios, los que habéis comprometido u os habéis comprometido, mejor dicho, con nuestro país desde el diálogo y también desde la unidad.
Y quiero que sintáis el orgullo del trabajo bien hecho. Quiero que sintáis que vuestra tarea está contribuyendo históricamente e inequívocamente a construir un país próspero y justo, el país próspero y justo que queremos.
Mirad, en su primer discurso ante el Congreso de los Estados Unidos, el nuevo presidente de los Estados Unidos -porque algo, algo bueno nos dejó también en el año 2020. Al menos al otro lado del Atlántico hubo un cambio político necesario para el mundo, bueno para los Estados Unidos y también bueno para Europa - Pero Joe Biden dijo algo muy importante y cito textualmente dijo "La clase media construye este país y los sindicatos construyeron la clase media, no Wall Street" Pues yo, yo estoy muy de acuerdo con esa afirmación y por eso nuestro proyecto modernizador para España es el proyecto no sólo de las clases trabajadoras, sino también de las clases medias españolas, porque están íntimamente implicadas.
España la ha construido, la sigue construyendo la clase media, la clase trabajadora que representáis vosotros aquí fielmente, la Unión General de Trabajadores. Y a esa clase trabajadora la habéis construido vosotros y vosotras con vuestra acción sindical. Habéis puesto los cimientos de esos derechos y esas libertades. España pronto va a dejar atrás, junto con Europa, la pandemia. Es verdad y me consta que además los sindicatos están apoyando esa propuesta del Gobierno de España, el desafío es que la vacuna llegue al conjunto del planeta y por tanto, podamos vacunar en un tiempo récord al conjunto de la humanidad. Y vamos a terminar, compañeros y compañeras, con ese proceso de transformación que hemos iniciado hacia una España mucho más sostenible, mucho más justa, mucho más inclusiva y con un mayor bienestar.
Gracias a la mayor campaña de vacunación que hayamos tenido nunca, no solamente en España, sino en la historia de la humanidad y al despliegue de los fondos europeos a través del plan de recuperación, vamos a modernizar nuestra economía y en consecuencia, a nuestro país, que hacía falta, que hacía falta. Y no solamente porque hemos sufrido siete años de gobierno conservador, donde se desmantelaron muchísimos de los derechos laborales a los cuales vosotros hacéis referencia cuando clamáis por la derogación de la reforma laboral, sino porque tampoco teníamos recursos económicos para poder inyectar inversión pública y hacer frente desde un punto de vista inclusivo, esas transformaciones a las cuales antes hacía referencia.
Como sabéis, por ejemplo, la transformación digital es uno de los pilares fundamentales del plan de recuperación. La transición ecológica lo es, la cohesión social y territorial lo es y también lo es la igualdad real y efectiva entre hombres y mujeres. Retos todos ellos que ya eran urgentes antes de la pandemia y que ahora mismo son apremiantes.
Mirad, en el acuerdo de investidura que firmamos el Partido Socialista y Unidas Podemos, dijimos que es necesario un nuevo pacto social para proteger a los trabajadores y a las trabajadoras. Dijimos que era necesario un nuevo estatuto de los trabajadores. Hay compañeros que me dicen, no, tienes que decir derogar la reforma laboral, pero mira desde el Gobierno y también de cara a la sociedad española, cuando estamos hablando de revisar a fondo nuestro mercado laboral, por supuesto que hay que derogar cosas que hizo el Partido Popular cuando estaba en el Gobierno, pero hay otras muchas cosas que tenemos que actualizar y que tenemos que modernizar de nuestro mercado de trabajo. Y yo quiero deciros una cosa, para mí es fundamental algo que ha dicho Pepe, el secretario general de la Unión General de Trabajadores, es fundamental institucionalizar y reforzar la negociación colectiva como un mecanismo más de redistribución de la riqueza social y de la estabilidad social. Lo es.
Tenemos que actualizar, como hemos hecho con la Ley de Riders, como hemos hecho con el teletrabajo, como hemos hecho también con la igualdad retributiva entre hombres y mujeres, como hemos hecho con la derogación de ese artículo del Código Penal, y como vamos a hacer en tantas y tantas cosas. Pero la izquierda, sea la política, la sindical, no solamente tenemos que decir que vamos a desmantelar, también tenemos que decir que vamos a avanzar y que se avanza desmantelando, y recuperando derechos laborales perdidos, pero también reconociendo otros nuevos derechos laborales que están poniéndose en cuestión como consecuencia, por cierto, de la transformación digital.
Es ahí donde yo creo que nos tenemos que encontrar para que tengamos la representación más amplia posible desde el punto de vista social.
Mirad, hemos sido pioneros en la Ley de Riders, como decía antes. Y esto es solamente el principio, porque supone una verdadera apuesta por unas nuevas relaciones laborales en convivencia con la tecnología, que no podemos ya separar de nuestras vidas.
Tenemos que ser nosotros y nosotras quienes gobernemos esa transición tecnológica para mantener los derechos de los trabajadores y para evitar que la inteligencia artificial, que los algoritmos o que la robotización se impongan sobre los derechos humanos y también sobre los derechos de los trabajadores. Gobernar nosotros la tecnología para que la tecnología no nos gobierne a nosotros.
Somos el primer gobierno del mundo, compañeros y compañeras, que hemos lanzado una consulta pública para hacer una carta de derechos digitales. Y quiero además aseguraros que el Gobierno tiene entre sus prioridades que la transición tecnológica y la transición ecológica no dejen a nadie atrás. Y cuando digo que no dejen a nadie atrás, no solamente me estoy refiriendo a los trabajadores, desde el punto de vista social, a los colectivos, sino también a los territorios. Tienen que ser necesariamente transiciones justas.
Evitaremos que el peso de los cambios en la movilidad, en los sectores más afectados, recaiga sobre los territorios y sobre los trabajadores con menos formación. Ese es el compromiso que tenemos, compañeros y compañeras. No vamos a relajarnos ante nuestro empeño de modernizar nuestro marco de relaciones laborales para acabar con la lacra del desempleo, con la lacra de la precariedad, para abordar los retos de la nueva economía digital, de la sostenibilidad, de la formación continua y el reto de mantener la competitividad sin perder derechos. Ese es el compromiso que tenemos como gobierno de coalición.
Y lo vamos a hacer además orientando nuestra economía y nuestras políticas económicas hacia el futuro, que es ahí donde siempre gana a la izquierda. La derecha siempre gana cuando encuentra sociedades resignadas, sociedades con miedo. Pero nosotros tenemos que abrazar esos cambios y darle esa triple perspectiva integradora de solidaridad social, territorial y también intergeneracional y de género con la elaboración de ese nuevo Estatuto de los Trabajadores para el siglo XXI que necesitamos, como prometimos además en nuestro discurso de investidura.
Sabemos que esta pandemia está dejando ganadores y perdedores y no podemos consentir, por ejemplo, que haya sectores ganadores que pagan millonarios sueldos a sus ejecutivos, que no han dejado de crecer y crecer y crecer durante la pandemia, como lo han hecho con sus dividendos y con sus bonus, y anuncien al mismo tiempo despidos masivos de trabajadores y trabajadoras. Eso no es posible.
Y ese tipo de anuncios lo que hacen es generar alarma social, generar incomprensión y tratar de trasladar a la opinión pública, en este caso española, que la transformación tecnológica es algo de una minoría y no de una mayoría. Y este es el principal reto y el desafío que tenemos.
Por eso el gobierno ¿en que trabaja? Pues va a trabajar siempre, intensamente, con los sindicatos para mitigar al máximo los despidos colectivos en aquellos sectores en los que los beneficios empresariales no los justifican.
También vamos a proteger nuestro sistema público de pensiones, como ha dicho antes el secretario general de la UGT, Pepe, que es el pilar, la clave de bóveda de nuestro Estado de Bienestar. Qué os voy a contar que no sepáis.
Nos hemos comprometido, además, hemos recuperado la indexación de las pensiones a la inflación para que los pensionistas no pierdan poder adquisitivo. No solamente hemos hecho eso, sino que también hemos aumentado aún más las pensiones mínimas de aquellos jubilados y jubiladas con una jubilación mucho más baja. Y después de muchos años se ha logrado un gran acuerdo en el Pacto de Toledo que yo quiero poner en valor, para reforzar el sistema y también para asegurar la sostenibilidad financiera sin recortes ni erosiones de las prestaciones.
Y en este sentido quiero deciros que os animo a que sigamos trabajando intensamente, me consta que Pepe lo está haciendo y que la Unión General de Trabajadores lo está haciendo, para lograr cerrar en los próximos días, porque va a ser muy importante, otro gran acuerdo social en el ámbito de las pensiones.
No quiero concluir, compañeros y compañeras, sin volver a felicitaros y agradeceros vuestro trabajo. El trabajo realizado a lo largo de la historia de la Unión General de Trabajadores ha sido esencial en la construcción de nuestro país, en la cohesión social y territorial de nuestro país. Y cuando digo esto, lo digo de corazón: un trabajo y un papel esencial.
Y reconozco además con emoción la valentía que habéis tenido para tomar decisiones difíciles a lo largo de este último año acompañando al Gobierno. Decisiones imprescindibles para salvar vidas, para salvar empleos, para salvar empresas.
Yo recuerdo aún las primeras semanas y los primeros meses de la pandemia, hablando con Pepe, hablando con Unai, precisamente para lograr proteger a nuestros trabajadores y trabajadoras con EPIs, con mascarillas, con guantes, en definitiva, con todos aquellos instrumentos que necesitábamos para garantizar la salud pública y la salud de los trabajadores y trabajadoras.
Fueron momentos muy difíciles. Lo hicimos unidos y lo vamos a continuar haciendo unidos.
Yo lo que os pido es que sigamos unidos, porque España puede alcanzar las metas que se proponga. Yo lo tengo muy claro, si, lo hacemos unidos y creo que lo vamos a lograr.
Así que compañeros y compañeras, muy buen congreso. Yo oficialmente no te puedo dar la enhorabuena Pepe, pero en todo caso sabes que cuentas con todo mi apoyo. No soy delegado de la Unión General de Trabajadores, soy militante de la Unión General de Trabajadores. Contarías con mi voto. Y como bien has dicho, Pepe, pasemos de las palabras a los hechos. Vamos a seguir pasando de las palabras a los hechos, no os quepa duda, mal que le pese a la derecha.
Gracias.
(Transcripción editada por la Secretaría de Estado de Comunicación)

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