Intervención en el XVII Foro de Diálogo España-Italia

20.10.2020

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Roma (Italia)

PRESIDENTE DEL GOBIERNO, PEDRO SÁNCHEZ

Buenas tardes, querido Primer Ministro, queridos Presidentes del Comité organizador, queridos ponentes y participantes presentes; y también asistentes que nos siguen por streaming.

El Foro de diálogo España-Italia es siempre un espacio de reflexión y de intercambio provechoso para todos. Un espacio de diálogo consolidado, que aúna a la sociedad civil, al sector público y al sector privado de dos países fuertemente comprometidos, como ha dicho el querido Giuseppe con la construcción europea y además dándole esa perspectiva mediterránea que ambos compartimos.

En un momento de emergencia sanitaria, económica y social, como la que estamos viviendo, tan extraordinario, tan inédito desde hace ya un tiempo, el poder compartir reflexiones estratégicas resulta urgente y también valioso.

La Unión la estamos construyendo diariamente así, paso a paso. Superando obstáculos, barreras. Con cada decisión, con cada actuación, con cada colaboración de los ciudadanos y las ciudadanas, de empresas e instituciones, estamos construyendo no solamente el presente sino también el futuro de la Unión Europea. Y, al mismo tiempo, el presente y el futuro de nuestros países, que están íntimamente vinculados.

Buena muestra de ello es el saldo positivo que nuestras relaciones bilaterales han arrojado para nuestros países. Esa dinámica histórica y cultural y estructural entre ambos países es un motor incalculable de valor y nace, además, no solamente del reconocimiento, del respeto, sino, yo diría también, de la admiración mutua entre ambos países, entre España e Italia, Italia y España.

Quisiera destacar cuatro características particulares en esta relación que me parece muy importante subrayarlos en un foro como este:

El primero de ellos es un factor generacional. Nuestro interés por conocernos viene de muy lejos, pero está, yo diría que más vivo que nunca. Antes le decía al Primer Ministro Conte, que los jóvenes españoles son el grupo de Erasmus más numeroso que hay en Italia, igual que en España el primer destino de los estudiantes de Erasmus son los italianos. Nuestros flujos de turistas asimismo, ahora mismo pues evidentemente no, como consecuencia de la emergencia sanitaria, pero han venido manteniendo posiciones privilegiadas en el ranking de destinos turísticos entre ambos países.

Junto con este factor generacional, yo diría que hay una complicidad entre España e Italia. Esta complicidad nos facilita trabajar mucho unidos. El primer convenio consular, lo sabrá muy bien el embajador italiano que fue ministro de Asuntos Exteriores con anteriores administraciones, el primer convenio consular entre nuestras naciones data de 1867. Hoy, la colonia de residentes italianos en España, le comentaba a Giuseppe, es la que crece con mayor dinamismo en España, representando la segunda nacionalidad de residentes de la Unión Europea en nuestro país, en España.

En tercer lugar, yo diría que nuestra voluntad de crear y de crecer unidos es más firme que nunca. España tiene en Italia el mayor número de instituciones culturales, como la Real Academia de España en Roma, de reconocido y tradicional prestigio. Refleja nuestro interés por promover nuestra cultura en Italia por todo lo que compartimos a través del patrimonio, que es mucho, inigualable entre los dos países.

Y por último, yo creo que es muy importante subrayar, nuestro potencial económico, y antes lo ha dicho Giuseppe, lo ha dicho también Josep y el propio Enrico. Yo creo que tenemos todavía muchísimo, muchísima capacidad para poder mejorar sobre todo ese flujo de inversión entre ambos países.

Los Gobiernos de ambos países, de Italia y España acompañamos esa cercanía con mecanismos que no deben sólo articular sino impulsar ese motor. Podemos decir, además de manera bastante contundente que nuestros países hoy son dos grandes socios de la Unión Europea, con una alianza estratégica clara en muchísimos ámbitos de las políticas europeas. El COVID y luego también una Unión que va a ser a 27 y no a 28, creo que ofrece unas oportunidades de colaboración, de alianza estratégica más que evidentes. Y unidos además formamos hoy una sociedad muy poderosa en la UE. Yo recuerdo hacer escuchado y haber leído alguna entrevista del exprimer ministro italiano, Enrico Letta diciendo algo que me parece importante. Voy a utilizar mis propias palabras, pero yo creo que es la misma reflexión. Y es que en muchas ocasiones Italia y España, España e Italia nos hemos mirado de reojo, con cierta desconfianza, y no hemos sido capaces de ver la potencialidad del trabajo común que pudiéramos desarrollar. Juntos somos más fuertes, no solamente hacemos más fuertes a nuestras sociedades, sino que también hacemos más fuerte el proyecto común, como antes comentabais.

Mecanismos como las cumbres bilaterales yo creo que van a seguir fortaleciendo ese renacimiento y ese relanzamiento permanente de las relaciones entre Italia y España. Y en ese sentido, miramos con muchísima esperanza la cumbre que se vaya a celebrar el próximo 25 de noviembre en España.

Ese es el sustrato que nos ha traído hasta aquí y del que tanto el primer ministro Conte como yo nos congratulamos. Y para mí Giuseppe no te no te puedes imaginar para nada es un esfuerzo estar aquí en Italia con los queridos colegas y queridos amigos italianos.

Yo creo que Italia y España fuimos de los primeros países que desgraciadamente sufrimos el duro golpe del COVID en el mes de marzo. Rápidamente la emergencia sanitaria se extendió por todo el planeta, singularmente por nuestro continente, y es muy importante y lo hemos además reflexionado en el Consejo Europeo, es muy importante recordar que esta es una batalla epidemiológica, no es una batalla ideológica y por tanto, tenemos que despolitizar precisamente la lucha contra la pandemia.

El virus es un virus común que no atiende a diferencias ni de países, nacionalidades, creencias, ideologías, razas. Por tanto, creo que es muy importante subrayar el que se engañan aquellas fuerzas políticas tradicionales que piensen que puedan obtener algún rédito de la división o del enfrentamiento a costa de la pandemia. Porque del marasmo, de la desesperanza, de la antipolítica solamente saca beneficio la ultraderecha del mismo. Y esta es una amenaza muy real, quizá hoy no tan evidente en el continente europeo como consecuencia de la pandemia. Pero en el que países como España, países como Italia, podemos extraer muchas lecciones y compartirlas con los colegas europeos.

Los grandes países, las grandes naciones como las nuestras, como España e Italia nos definimos por nuestra apuesta solidaria, por nuestra apuesta colectiva, por preservar el bien común, por contar con todos, por escuchar a todos, comenzando por la sociedad civil, como ha dicho antes el primer ministro Conte. Y en eso debemos concentrarnos. ¿No? Porque el virus ha puesto en cuestión también hasta incluso la forma de relacionarnos como sociedad. Eso tiene un impacto especial en países como Italia y como España, que tenemos sociedades mediterráneas donde tradicionalmente, pues, acostumbramos a disfrutar de la familia, de los amigos. Hacemos distinción de nuestra propia hospitalidad en lo que representa un sector tan potente como es el sector turístico. En definitiva, creemos que tenemos que extraer lecciones de la pandemia.

Y hoy quisiera subrayar en este foro que evidentemente la respuesta, primero de los países, y además yo quiero reivindicarla no solamente del Gobierno de España, sino también del Gobierno italiano, del conjunto de gobiernos en esta primera ola que pedimos una respuesta sobre todo y ante todo nacional porque estábamos preparando efectivamente esa respuesta común. Pues yo creo que los gobiernos nacionales y Europa, con todos los fallos que hayamos podido cometer en la gestión de un virus desconocido, no solamente para la política, sino también para la ciencia. Creo que hemos estado a la altura de la envergadura del desafío que tenemos por delante al definir ese gran acuerdo que logramos el mes de julio pasado.

Europa, al final lo que hizo fue acordar con Europa. Europa salvó a Europa porque precisamente ese era el cometido, el desafío que teníamos en ese Consejo del mes de julio tan importante. Son 750 mil millones de euros que vamos a tener que desplegar durante los próximos seis años. Y dejen que les diga que si la unidad que mostramos España e Italia en esos momentos ese éxito hubiera sido difícil, incluso muy probablemente hubiéramos logrado un acuerdo, pero no de la envergadura que logramos, gracias al aporte común que lideramos también España e Italia.

Trabajamos intensamente, codo con codo, hablamos, compartimos non papers preparábamos precisamente también los consejos europeos difíciles que teníamos que hacer por videoconferencia ¿Te acuerdas, Giuseppe? En fin, creo que tuvimos y alineamos nuestras estrategias en un desafío y en un acuerdo histórico. Y hay muchas ocasiones, lo he dicho. Creo que el acuerdo del mes de julio es tan importante, tan importante como la creación del mercado único, tan importante como la creación de la moneda única, tan importante en términos históricos. Italia es un país, digamos, creador de la Unión Europea. Para nosotros es tan importante como la entrada de España en la Unión Europea en el siglo pasado, en el año 1986.

No solamente por la envergadura de la respuesta económica, sino porque, como bien comentaba antes Enrico Letta, hemos dado pasos muy importantes en la federalización y en la mutualización de muchísimas respuestas. De la respuesta económica. No solamente por la movilización de recursos económicos, sino también porque hemos sabido interpretar hacia dónde se dirige el siglo XXI, el mundo del siglo XXI y lo importante que representa para Europa, para España y para Italia, el que nos podamos convertir en líderes, si no estar a la vanguardia de transiciones que van a definir el mundo y las relaciones internacionales y la prosperidad y la creación de empleo en nuestros países, como es la transición ecológica, como es la transición digital. Las dos se van a dar con o si en el aporte de los estados. Se van a dar. El sector privado, los fondos de inversión están ya en eso desde hace muchos años. Lo importante es que esa transición digital, que esa transición ecológica tenga una perspectiva inclusiva, no exclusiva, que no ahonden las desigualdades, que ya de por sí tienen y sufren nuestras sociedades.

Por tanto, creo que dimos un paso muy importante en el mes de julio, no solamente por la movilización de recursos económicos, sino por lo que supone en términos de integración europea y también de interpretación de por dónde va el mundo en el siglo XXI.

Creo que podemos extraer además cuatro lecciones importantes del desafío que tenemos por delante y me gustaría compartirlas con todos ustedes.

El primero es que se ha creado una gran oportunidad para las empresas de ambos países. Este es un foro empresarial y yo creo que es muy importante subrayar el que en la definición de los proyectos que podamos hacer en el ámbito, por ejemplo, energético o en otros tantos donde podemos encontrar muchísimas sinergias entre ambas economías, es importante que podamos definir proyectos transeuropeos donde estén incorporados la visión no solamente de España cuando hablamos del fondo de recuperación español, sino también la visión de países con los que tenemos sinergias o podemos crear sinergias, como es el caso de Italia. Por tanto, yo creo que es una enorme oportunidad para las empresas de ambos países.

Nosotros, a la hora de definir el proyecto, pensamos sobre todo en cuatro vectores horizontales que pudieran explicar los proyectos tractores que posteriormente describiré y que definimos como los elementos de, digamos, de crecimiento, de transformación, de modernización de nuestro país.

Entendimos que la transición ecológica no podía ser un proyecto sectorial, porque la transición ecológica tiene que impregnar toda la política económica, toda la política social.

Creímos que la digitalización es lo mismo, es decir, la digitalización afecta a la modernización de la administración pública, como también a las empresas, como también a la educación. Por tanto, creímos que la digitalización tenía que ser un vector que explicara horizontalmente las políticas tractoras.

La cohesión, no solamente la visión incluyente desde el punto de vista social de las políticas tractoras, sino también territorial. Hay que recordar que el fondo de recuperación es un fondo que nace, entre otras cuestiones, también para defender el mercado único, para evitar un mayor ensanchamiento entre los distintos territorios. Y eso también hay que hacerlo en nuestros países. Nuestros países no pueden, después de esta pandemia, volver a sufrir una desigualdad territorial que ya venía agravada como consecuencia de la crisis financiera del año 2008.

Por lo tanto, junto con la transición ecológica, la transición digital, la cohesión social y territorial, y un aspecto fundamental al cual ha hecho referencia antes su Giuseppe y que yo comparto plenamente, y es la igualdad de género, la perspectiva de género. Porque desgraciadamente, la población femenina también en esta crisis, especialmente en esta crisis, es la que está sufriendo con mayor intensidad los efectos, las consecuencias de la destrucción de empleo y también la precariedad en la atención social, sobre todo y especialmente a los mayores, que son los que están sufriendo especialmente esta pandemia.

Por tanto, estos son los cuatro vectores horizontales que deben teñir todas las políticas tractoras que hemos definido y posteriormente hablaré de las políticas tractoras.

La segunda lección que yo creo que podemos sacar es que no basta con recuperar el producto interior bruto perdido como consecuencia de la pandemia. Yo creo que si tenemos que dar un significado a este fondo de recuperación, a este acuerdo del mes de julio, es dar una respuesta positiva a esta crisis, siendo conscientes de que los elementos que van a definir el liderazgo de continentes es precisamente la capacidad que tengamos de hacer esa transición ecológica digital a la cual antes hacía referencia.

La tercera lección es algo que ha comentado Giuseppe y también el resto de intervinientes, y es que tenemos que fortalecer el proyecto común, que es la Unión Europea. Vivimos en un mundo de gigantes, competimos con gigantes, con China, con los Estados Unidos, con Rusia, con Turquía, en el Mediterráneo oriental. Necesitamos fortalecer nuestro proyecto europeo. Necesitamos acelerar el proceso de integración europea. Necesitamos hacerlo como lo hicimos en julio. Necesitamos hacerlo también para desafíos que tenemos a la puerta de nuestras casas, como es el pacto migratorio y de asilo que vamos a tener que hablar en la Unión Europea y donde Italia y España pueden aportar una visión mucho más rica de la que, desde el punto de vista de la seguridad, se plantea por algunos colegas dentro del Consejo Europeo.

Necesitamos reforzar el pilar social. Necesitamos también reforzar la unión monetaria y económica. Algunos pasos hemos dado, por ejemplo, con la creación del fondo de reaseguro. Habrá que estudiar la propuesta que hace nuestro amigo Enrico y sin duda alguna, también la política exterior y de seguridad común, que tiene que ser uno de los elementos donde durante los próximos años Europa dé un paso adelante.

Yo creo que la conferencia sobre el futuro de Europa puede ser esa palanca movilizadora de reflexión, de visión, de futuro, de medio plazo para la Unión Europea. Y yo estoy convencido de que tanto en España como en Italia tenemos grandes activos para poder liderar y para poder aportar a ese rico debate.

Y la cuarta lección es la que creo que nos ha traído hasta aquí. Y es que esta alianza estratégica entre Italia y España, España e Italia es fundamental. Es primordial para nuestros países y es primordial también para Europa. Creo que tenemos muchísimo que aportar en algunos de los ámbitos a los cuales antes ya me he referido, pero también en otros, como pueda ser, por ejemplo, la estabilidad del Mediterráneo, como antes ha comentado el primer ministro Conte.

En el Consejo Europeo estamos teniendo debates ricos e intensos sobre el papel de Turquía y la relación con la Unión Europea. Ahí Italia y España tenemos que aportar, podemos aportar una mirada mucho más rica, mucho más diversa de lo que tiene que ser esa relación entre la Unión Europea y Turquía, Libia, pero también el Sahel y la relación que evidentemente antes comentaba el primer ministro de la Unión Europea con África.

En fin, yo creo que nos encontramos ante un momento histórico que debemos ofrecer a nuestras ciudadanías respuestas a la altura de esta excepcionalidad. En España hemos presentado nuestro plan de recuperación, transformación y resiliencia.

Esos cuatro ejes a los cuales antes he hecho referencia son muy importantes y sí, me gustaría trasladar tres elementos sobre ese plan de recuperación.

El primero de ellos tiene que ver con que durante estos tres primeros años vamos a movilizar 72.000 millones de euros de los 140.000 millones de euros que en los seis años van a transferirse a España. Para que nos hagamos una idea, el primer ministro Felipe González, en los años 90 obtuvo unos fondos estructurales que representaron 8.000 millones de euros en seis años y que cambiaron España. Giuseppe lo sabe bien, porque entonces, ya entonces estaba liberando también en política muchos de los debates en nuestro país. Y aquí estamos hablando de 72.000 millones de euros en tres años y 140 mil millones de euros en seis años.

Es evidente que tenemos una crisis enorme, inédita en 100 años, pero la oportunidad que se nos abre de modernizar y de ganar competitividad en nuestro continente es muy, muy sobresaliente.

Nosotros queremos que en estos tres primeros años podamos generar un impacto adicional en el crecimiento del PIB de más de 2,5 puntos anuales. Y crecer, o mejor dicho, crear más de 800.000 puestos de trabajo. Hemos estructurado el plan de recuperación, lo digo porque creo que es importante, aquí hay presentes empresas y es importante también que conozcan un poco más el detalle de nuestro fondo de recuperación en torno a diez políticas tractoras.

La primera es la agenda urbana y rural, la lucha contra la despoblación y el desarrollo de la agricultura, al cual vamos a destinar un 16% de los recursos, para infraestructuras, economías o ecosistemas resilientes, mejor dicho, dispondremos del 12% de los fondos, para la transición energética justa e inclusiva el 9% de los fondos, para la modernización de nuestra administración en torno al 5% de los fondos, para la modernización y digitalización de nuestro tejido productivo, en especial de la industria y de las pequeñas y medianas empresas y el turismo el 17% de los fondos, para la ciencia, la innovación y el fortalecimiento de nuestro Sistema Nacional de Salud, el 17% de los fondos, para la educación, el conocimiento, la formación continua y el desarrollo de capacidades, el 18% de esos recursos, para la economía de los cuidados y las políticas activas de empleo, el 6% de los fondos, y también, lógicamente, para el desarrollo de industrias importantes en mi país, como es la cultura y el deporte, el 1,1% de los fondos. Y junto a ello, una última palanca que será la modernización de nuestro sistema fiscal para un crecimiento inclusivo y sostenible.

De todas estas cifras, a mí me gusta siempre subrayar dos que demuestran cuál es el compromiso que tiene el Gobierno de España con la transición digital y con la transición ecológica: el 38% de los fondos va a servir para financiar la transición verde y la transición ecológica y un 33% para la digitalización de la economía española.

Vamos a contar también con algo parecido a lo que ha comentado antes el primer ministro Conte. Vamos a crear grupos de alto nivel en colaboración público-privada en distintos ámbitos. Hace muy poco creamos ya ese grupo de alto nivel para la transición digital. Lo vamos a hacer también para otras áreas vinculadas con estas políticas tractoras. Y también lo que queremos hacer es algo que ha comenzado el primer ministro Conte. Lo que queremos hacer es eliminar todas las trabas administrativas, todos los cuellos de botella, para facilitar la absorción de todo este ingente volumen de recursos.

Vamos a aprobar un Real Decreto Ley de Reformas Legales y Administrativas, que va a ser una verdadera reforma estructural, precisamente para facilitar la absorción eficaz y reducir, en definitiva, la burocracia.

¿Qué es lo que vamos a hacer? Reformar la Ley de Contratos del Sector Público, reformar la Ley General de Subvenciones, reformar la Ley de Régimen Jurídico del sector público. En definitiva, lo que vamos a hacer es facilitar la absorción de estos recursos que van a modernizar definitivamente nuestra economía.

Si me lo permiten, yo creo que los fuertes lazos comerciales y de inversión entre España e Italia resultan muy propicios para profundizar esta relación y para impulsar proyectos en sectores tecnológicamente punteros en beneficio de nuestros países.

Hemos hablado del primer ministro Conte y yo del hidrógeno. Hemos hablado también del desarrollo de las baterías para la automoción. El sector de la automoción es muy importante en Italia, también en España. Hemos hablado también de la inteligencia artificial, de los microprocesadores, de la industria aeroespacial, donde también tenemos sinergias, donde podemos trabajar conjuntamente.

En definitiva, creo que hay que hacer un llamamiento y es lo que hacemos precisamente con esta cumbre para impulsar ese eje mediterráneo de colaboración entre Italia y España. Creo que redundará, como he dicho, al principio de mi intervención, tanto en beneficio de España como en Italia y sobre todo de nuestro proyecto común, de nuestra casa común, que es Europa.

Desde luego, querido Giuseppe, para mí es un placer estar aquí, junto con la vicepresidenta del Gobierno de Transición Ecológica y la ministra de Asuntos Exteriores, todo el equipo. También aquí los representantes de los empresarios y quedamos emplazados, querido amigo, a vernos muy pronto, esperemos porque la pandemia nos deje en España, para continuar con este diálogo tan fructífero.

Muchísimas gracias.

 (Transcripción editada por la Secretaría de Estado de Comunicación)