Nueva York
Muchísimas gracias, embajador.
Le venía comentando al embajador y, también a mi mujer, que la primera vez que entré en esta residencia de la Embajada de España ante Naciones Unidas, yo tenía 25 años --andaba yo despistado por el mundo, haciendo que trabajaba aquí en Nueva York, disfrutando de esta extraordinaria ciudad--. Entonces era Carlos Westendorp, el antiguo ministro de Asuntos Exteriores, embajador ante Naciones Unidas. Y, bueno, pues cayó en mis manos una invitación a una recepción y aquí me acerqué y tuve la ocasión de poder hablar con él. Ya entonces tenía ciertas inquietudes políticas y, al final, nos quedamos, cuando ya se fueron todos los invitados, charlando bastante rato sobre la política de España, sobre la política en Europa.
Y lo que yo nunca pude imaginar es que esa conversación daría lugar a que dos o tres años después, un día en Bruselas, --que es por dónde andaba entonces--, recibiera una llamada de Carlos Westendorp, ya como alto representante de Naciones Unidas en Bosnia, para poder incorporarme a su Gabinete. Con lo cual, de alguna manera, embajador, todo empezó aquí.
Pero bueno, siempre agradeceré a Carlos y al cuerpo diplomático, en consecuencia, la oportunidad que me dieron de poder ir con 28 años a trabajar para Naciones Unidas, aunque no fuera en la misión de Naciones Unidas, sino en lo que se constituyó entonces, que era el alto representante de Naciones Unidas para poder implementar los Acuerdos de Dayton en Bosnia, el poder conocer de primera mano, no solamente ese país y ayudar a la gente de ese país, sino también poder conocer de primera mano Naciones Unidas.
Desde entonces, yo he sido una persona --desde el punto de vista político-- muy próximo al multilateralismo y a una organización como Naciones Unidas. Creo que hoy, que hemos escuchado algún discurso que reniega de la mundialización, que reniega del multilateralismo y abraza otros valores más nacionalistas, yo creo que es muy importante que haya personas que creamos que no hay fronteras para muchos de los desafíos que tenemos en el siglo XXI, y que necesitamos reforzar una institución y una organización como Naciones Unidas.
Desde luego, para mí es un orgullo, embajador, que haya --no sé si 258, me parece que has dicho--, altos funcionarios españoles en Naciones Unidas. Me gustaría que fueran más, y, además, que estuvierais en puestos de mayor nivel. Seguro que estáis en puestos de muchísima responsabilidad. Y lo que os aseguro es que, en la medida de nuestras posibilidades vamos a intentar hacer lo máximo para que haya más españoles en puestos de responsabilidad en Naciones Unidas. Creo que esa es la asignatura pendiente que tenemos como Estado, no como Gobierno, como Estado, y creo que es una asignatura que tenemos, de una vez, por todas que resolver.
Porque yo creo que la sociedad española, los funcionarios y funcionarias que estáis aquí representándonos, al menos términos nacionales, en Naciones Unidas, compartimos muchos valores y mucha de la agenda que ahora mismo está puesta en marcha por el secretario general de Naciones Unidas .
Yo, por ejemplo, cuando escucho al secretario general de Naciones Unidas hablar o a la presidenta de la Asamblea de Naciones Unidas hablar de la Agenda de igualdad de género, pues digo, bueno esa es la agenda de España.
Hablar de migración y tener una aproximación respetuosa con los Derechos Humanos, en un tema tan complejo como son las migraciones, pues digo esta es también la agenda de España, y de la sociedad española.
O cuando hablamos, por ejemplo, del cambio climático y de tantas y tantas cosas de que vosotros, bueno, estáis trabajando a diario, y que nosotros estamos intentando también hacer realidad en España. Con lo cual, lo que os quiero decir es que el compromiso de España con el multilateralismo y, por tanto, de su Gobierno es total, que el planteamiento que tenemos es intentar reforzar la presencia de España y de sus funcionarios y funcionarias en muchísimos estamentos de ese multilateralismo, de esas instituciones que representan todo el sistema de Naciones Unidas.
Y sobre todo, agradeceros de corazón, el trabajo que estáis haciendo. Creo que sois los mejores embajadores y embajadoras de España. Y en consecuencia, tenéis no solamente mi respeto, sino también mi consideración. Y en cierta medida, una suerte de envidia, ¿no? Porque uno está aquí, en Naciones Unidas, en Nueva York, y, seguro que, en fin, siendo dura esta ciudad, seguro que estáis disfrutando de ella, y, sobre todo, disfrutando del trabajo.
Una de las cosas a menos que yo me llevo de mi experiencia política, es que, desgraciadamente, hay muy poca gente en el mundo que pueda hacer lo que le gusta. Y yo estoy convencido de que muchos de vosotros estáis haciendo lo que os gusta, y eso, siempre es un regalo que nos da la vida. Así que, disfrutémoslo.
(Transcripción editada por la Secretaría de Estado de Comunicación)