Intervención del presidente del Gobierno en la inauguración del Foro de Empresarios Hispano-cubano

23.11.2018

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La Habana, Cuba

Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel, vicepresidente, ministra, autoridades, señoras y señores.

Es para mí un gran orgullo, una gran satisfacción, inaugurar, junto con el vicepresidente, y en presencia del presidente, este Foro Hispano-Cubano, para retomar y también para seguir profundizando y perfeccionando el impulso a las empresas y a vuestra actividad en Cuba. Tenéis un papel fundamental en la dinamización de la economía.

Nadie lo diría tras tantos años de desatención a una relación llena no sólo de cifras económicas destacables, -aquí se han hecho referencia a algunas de ellas, y se irá haciendo referencia a ellas a lo largo del día- sino también por los afectos, económicos y culturales de nuestra sociedad, querido presidente. Ha pasado mucho tiempo, yo creo que demasiado, desde la última vez que un presidente de España vino a Cuba para mantener una reunión bilateral. Y el presidente Díaz-Canel y yo mismo, cuando nos conocimos en Nueva York, en el marco de las Naciones Unidas, de la Asamblea General de las Naciones Unidas, nos conjuramos para romper esa larga, pero pésima tradición, de no poder tener unas relaciones bilaterales al más alto nivel, y creo que eso lo hemos conseguido. Gracias, presidente, de nuevo, por su voluntad.

Un país, Cuba, que es mucho más que sus instituciones, sus embajadas, sus diplomáticos, como lo es, también España.

La imagen del progreso de un país en el exterior, en el caso de nuestro país también lo hacen los empresarios, las empresarias, con los cuales he tenido la ocasión de reunirme a lo largo de la mañana, y de los trabajadores y de las trabajadoras expatriados.

España, amigos y amigas, ha estado aquí presente en Cuba, a través de una relación económica que es necesario seguir profundizando y eso es lo que nos ha traído hoy también aquí.

Pero, mirad, pese a esa ausencia que debemos reparar el punto de partida es otro.

España se sitúa actualmente entre los tres principales proveedores de la economía cubana, con cerca de 900 millones de euros de exportación anuales. Somos el principal socio europeo de la isla con una cuota del mercado cercana al 40%, en un entorno, como bien ha dicho antes el vicepresidente, en el que la sombra del proteccionismo amenaza las relaciones comerciales a nivel global. El crecimiento en lo que llevamos de año de las exportaciones españolas hacia Cuba ha sido de un 5%; una cifra que debemos poner en su contexto para valorarla en justicia, como lo hacemos, de manera positiva.

Contamos, además, con otra fortaleza. A diferencia de otros países, nuestra actividad en Cuba está muy diversificada. La mayor parte de nuestros exportadores son pequeñas, medianas empresas que están aquí presentes que, pese a las dificultades, los avatares, las complejidades que, lógicamente, acarrea exportar e internacionalizarse, están mostrando un enorme compromiso a la hora de hacerse presente en el mercado cubano. Y agradezco presidente, también al vicepresidente el reconocimiento a esa labor.

Y vamos a seguir potenciando esa misión, la del crecimiento y la internacionalización de nuestras pequeñas y medianas empresas, como una de nuestras prioridades de la política económica del Gobierno.

Aquí hay, por tanto, un campo de acción, doblemente beneficioso para Cuba y también para España y un modelo de desarrollo sostenible que protagonizan nuestras pequeñas y medianas empresas.

En el ámbito exterior, amigos y amigas, ocupamos, también, los primeros puestos entre los inversores extranjeros. España mantiene un stock de inversión en Cuba de 370 millones de euros en diversos sectores. Entre ellos, por supuesto, no hay más que ver este extraordinario hotel, la industria turística, donde marcas españolas gestionan nada más y nada menos, que el 70% de las habitaciones de hotel de la isla, y donde 9 de cada 10, de los 10 principales operadores turísticos instalados son españoles.

Sabemos que el Gobierno cubano es consciente del destacado papel de este sector para su desarrollo económico que, por eso, ha anunciado importantes objetivos en este ámbito que esperamos que nuestras fortalezas ayuden a cumplir, e, incluso, superar, presidente. Y que la experiencia de las empresas españolas en la isla ayude a cumplir las expectativas, y por qué no, superarlas, como hemos hecho, también en España.

La labor española queda también patente en la renegociación de la deuda externa cubana. Hoy contamos con un Fondo de Contravalor al cual ha hecho referencia el presidente de la Cámara de Comercio, José Luis- por importe conjunto de más de 400 millones de euros. En concreto, 415 millones de euros, que con el objetivo último de canalizar fondos hacia inversiones estratégicas hacia Cuba, ha comenzado a apoyar ya a nuestras empresas.

El reto es agilizar el funcionamiento de ese fondo para que juegue un papel importante a la hora de ayudar a las empresas en la financiación de sus proyectos.

El Gobierno español sigue y seguirá trabajando a este respecto, lo hace en un entorno que debemos admitir, sin duda, difícil, ante los problemas de la economía cubana, relacionados con la obtención de divisas, no somos ajenos a esa dificultad.

A pesar de esas dificultades, como bien ha dicho el vicepresidente, Cesce nuestra compañía pública de Seguros y Créditos a la Exportación decidió reabrir recientemente la cobertura a Cuba a corto plazo. Una muestra más, una más, del compromiso con nuestro sector exportador, por un lado, y de la confianza que tenemos en la capacidad del Gobierno cubano, para hacer frente a la coyuntura actual y superar los retrasos en los pagos a los cuales se ha hecho referencia antes.

A ello, también sumamos el impulso a la línea Cuba de la empresa pública Cofides con una dotación de 40 millones de euros. El objetivo, por tanto, es sólido y además claro: apoyar más y mejor los proyectos de implantación de inversión productiva española en Cuba.

Siempre insisto en que España, amigos y amigas, debe ser el mejor aliado de América Latina en Europa, por justicia, y por los lazos que nos unen querido presidente. Por eso Cofides trabaja intensamente en la movilización adicional de recursos europeos para proyectos en Cuba que son muy importantes.

De hecho, hay ya tres importantes proyectos en preparación en los sectores agrícola, educativo y -sé que es algo en lo que está muy empeñado el presidente Díaz-Canel- de transporte ferroviario que se presentarán para cofinanciación a uno de los programas de inversión en América Latina, de la Unión Europea.

Señor presidente, sería imperdonable que no aprovecháramos todas las oportunidades de este encuentro para avanzar en la modernización y en la apertura de Cuba y reforzar nuestros vínculos económicos y comerciales. Y, en estos esfuerzos compartidos debemos felicitar y agradecer la labor que el Consejo General de Colegios de Gestores Administrativos de España realiza desde hace unos cuantos años aquí en la isla. Una organización que destaca por su labor de apoyo activo a las autoridades cubanas y a la Organización Nacional de Bufetes Colectivos de Cuba.

Las nuevas medidas de apertura económica en la isla han hecho necesarias nuevas formas de organización profesional, y este Consejo juega, a nuestro juicio un papel crucial, en ese proceso de modernización. Es un ejemplo claro, de una colaboración leal, de una colaboración fructífera, que debemos replicar en muchos otros ámbitos.

El diálogo, creo que es la base de la confianza. Como he destacado anteriormente debemos dialogar para encontrar una solución al problema de los impagos, que desde hace unos pocos años, sufren las empresas españolas en Cuba.

Somos conscientes del hilo directo que une estos impagos con la escasez de divisas en la isla, y debemos ser capaces de encontrar soluciones satisfactorias, como estoy convencido de que vamos a encontrar. Dado el predominio de las pequeñas y medianas empresas en el tejido empresarial español, aquí, estos impagos generan situaciones difíciles, muy complejas para muchas de esas compañías, y, en consecuencia, invertir y prosperar en nuevos mercados requiere de estructura y cierto tamaño. El hecho de que la presencia de pymes españolas en Cuba sea tan relevante muestra algo muy importante para nosotros que es la fortaleza de un tipo de empresa para las que el tamaño, más que un obstáculo, parece un estímulo. Y es necesario valorar como se merece este hecho y apoyarlas, en consecuencia.

Este es un asunto que interesa a España, pero también, lógicamente a Cuba, como ha hecho referencia antes el vicepresidente, la solución de este problema ayudará, a mi juicio, a nuestro juicio, a atraer más empresas, más inversiones y, por tanto, más divisa para la economía cubana. Es un ciclo virtuoso en el que ambas partes vamos a salir beneficiadas sin lugar a dudas, y debemos de esforzarnos por encontrar una solución.

Sin duda alguna, amigos y amigas, es importante hacer un balance de los éxitos económicos de nuestras empresas o de los problemas pendientes, por resolver. Pero mi presencia aquí quiere ir mucho más allá. Quiero que sea también un mensaje de seguridad, querido presidente, y querido vicepresidente. Los obstáculos que encontramos en el camino no van a impedir, y tampoco van a ralentizar el aumento de los lazos comerciales y de inversión de nuestros dos países.

El Gobierno español va a continuar impulsando las inversiones en Cuba contribuyendo al desarrollo de su economía, a la transformación de la sociedad, y a la prosperidad de Cuba. Nuestras empresas han gozado de la confianza del Gobierno cubano, en esto queremos estar muy agradecidos, y estamos seguros de que, en esta etapa decisiva seguirá siendo así.

Es una relación intensa, en términos cuantitativos, pero además de los cuantitativos me gustaría subrayar los cualitativos, y es que nuestro tejido empresarial cuenta con empresas líderes en sectores de futuro también para Cuba. Ese es el caso de las energías renovables, (de las que estuvimos hablando el presiente Díaz-Canel y yo mismo, ayer por la noche) somos muy conscientes de que Cuba sufre también los efectos del cambio climático, y ahí también somos un país que empatiza con esta cuestión, porque somos un país afectado también por las consecuencias del cambio climático dado nuestra posición geográfica, y donde las empresas españolas ya han sido adjudicatarias de varios parques eólicos y fotovoltaicos en la isla. Y, también, es el caso de las infraestructuras, donde España es muy competitiva, si no líder, en muchos de sus aspectos. Es un sector clave, en su momento a la hora de garantizar el crecimiento económico español a través de la conectividad, especialmente con la Unión Europea.

Creo firmemente que también puede jugar un papel clave en el definitivo despegue de la economía cubana, en el sector de las infraestructuras. Y cuando hablo de conectividad no solamente me estoy refiriendo a la que proporciona el transporte, que será, lógicamente esencial, a la hora de permitir un mayor contacto de Cuba con el mundo, sino también a la conectividad que impulsan las infraestructuras digitales, que son el futuro, y cuyo impacto alcanza transversalmente la productividad y a la competitividad de la economía y de las empresas.

Señoras y señores, no queremos limitarnos a ser testigos del despegue que, sin duda alguna se produce y se producirá con más intensidad de la economía cubana, queremos, también acompañar en su despegue, sustentarlo, porque creo que eso va a ser, sin duda alguna, bueno para ambas sociedades y para ambos países.

España no va a regatear, querido presidente, ninguno de sus esfuerzos para que su presencia en Cuba brille a la altura de la potencia de nuestra economía y de la amistad y el respeto que España tiene por el pueblo cubano. Queremos acompañar, queremos favorecer la transformación del modelo de crecimiento cubano, y este compromiso se resume en un simple objetivo: pongamos nuestras relaciones económicas a la altura de nuestros vínculos históricos y afectivos. Que así sea.

Muchas gracias.

(Transcripción editada por la Secretaría de Estado de Comunicación)

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