Intervención del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la conmemoración del 25 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre España y Andorra

4.6.2018

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Madrid

Señor cap de Govern del Principado de Andorra, señores ministros, ministras, señores embajadores, amigos y amigas. Muy buenas tardes.
Quisiera antes de nada, dar la bienvenida al cap de Govern, Antoni Martí y agradecer su presencia hoy aquí para conmemorar el vigésimo quinto aniversario del establecimiento de las relaciones diplomáticas entre Andorra y España.
Estimado Antoni, bienvenido a Madrid. Bienvenido siempre a España. Representa para mí un verdadero honor el que uno de mis primeros actos en los que participo como nuevo presidente del Gobierno de España sea rendir homenaje a las relaciones que nos unen con un país vecino y amigo, como es el Principado de Andorra.
La efeméride de hoy -lo ha comentado antes el cap de Govern-, constituye, sin duda, un motivo de celebración, y también una ocasión para hacer balance y reflexionar sobre el camino que juntos, nuestros dos países, han de recorrer en los próximos años.
Antes se ha dicho, y es cierto: España apoyó decididamente la elaboración de la Constitución andorrana y su aprobación en referéndum el 14 de marzo de 1993.
Como saben, mejor que yo, esta Carta Magna fue clave para la consolidación de Andorra como miembro de pleno derecho de la Comunidad Internacional.
También contribuyó al anclaje internacional de Andorra el Tratado de Buena Vecindad, de Amistad y Cooperación, del 3 de junio de 1993. Dicho Acuerdo fue firmado en Madrid, y antes se ha comentado, por Óscar Ribas y por Javier Solana, entonces ministros de Asuntos Exteriores, y continúa siendo el fundamento básico de nuestras relaciones bilaterales.
En los 25 años transcurridos desde entonces los vínculos entre nuestros dos países no han hecho más que estrecharse. Al Tratado de Buena Vecindad de 1993 se han ido sumando casi 40 convenios, acuerdos administrativos y memorandos de entendimiento, que regulan múltiples y diversas cuestiones de gran importancia para la ciudadanía: desde la cooperación en materia de medicamentos hasta la evitación de la doble imposición tributaria, como antes se ha comentado.
En lo económico, España tiene hoy una presencia muy significativa en Andorra. Nuestro comercio representa en torno al 64% de las importaciones y más de la mitad de las exportaciones de Andorra. La inversión española, a su vez, supone el 40% de la inversión extranjera.
Y es evidente que las relaciones comerciales, las relaciones económicas son fundamentales pero, quizá, el factor demográfico y humano es el más sobresaliente de nuestras relaciones bilaterales: el 41% de los asalariados y el 27% de la población de Andorra son ciudadanos españoles.
Asimismo, de los ocho millones de visitantes que Andorra recibe al año (que se dice pronto), la mitad son españoles.
Por todo ello, puede considerarse que hoy en día pocos lugares hay en el mundo en los que España está tan presente como en Andorra.
Y en materia de política exterior, -lo ha dicho antes muy bien-, ambos países están unidos una común vocación europea e iberoamericana. En lo concerniente a Europa, el nuevo Gobierno de España -ya le puedo asegurar- alberga la firme convicción de que el proyecto de integración europea debe conllevar, ante todo, el establecimiento de un espacio de progreso y de bienestar compartido. Y, en consecuencia, de reducción de muchas de las desigualdades que ahora mismo sufre la ciudadanía española, la ciudadanía europea, y de precariedad.
Europa tiene que ser un espacio de cohesión económica, de cohesión social, de cohesión territorial, que beneficie, también, a nuestra vecindad geográfica.
Es, en este sentido, que el Gobierno de España apoyará inequívocamente el proceso de acercamiento de Andorra a la Unión Europea.
Estamos convencidos de que, esperemos, el futuro Acuerdo de asociación Unión Europea y Andorra -aún en fase de negociación, como se ha comentado-, contribuirá a la creación de empleo y oportunidades de Andorra y, por supuesto, también, de España.
Y, asimismo, nos alegramos francamente de que este año 2018 entre en pleno funcionamiento el acuerdo sobre intercambio automático de información fiscal entre la Unión Europa y Andorra. Dicho acuerdo, que fue suscrito en el año 2016, incorpora el estándar de la OCDE de intercambio de información de cuentas financieras, supondrá, a nuestro juicio, sin duda, un valioso instrumento para luchar contra el fraude fiscal.
Y ambos acuerdos con la Unión Europea se enmarcan en el proceso en curso, --que no les quepa duda, el Gobierno de España acompañará y apoyará--, de homologación fiscal, apertura económica, transparencia y transformación del modelo productivo de Andorra.
Y en relación con la reflexión que ha hecho sobre el respeto como uno de los elementos fundamentales de la política en el siglo XXI, y, también a la apelación que se ha hecho por parte del cap de Govern y, por supuesto también de mi parte, en relación con la necesidad de articular espacios de acuerdo, de articular espacios de consenso, me permitirá una breve reflexión. Y es que, escuchar, dialogar y consensuar deben ser los tres pilares sobre los que se base la política del siglo XXI.
Desde luego, el ánimo del nuevo Gobierno de España será el de anteponer siempre el consenso a la crispación, en todos y cada uno de los ámbitos de la política española y de la política internacional.
Respecto a nuestra común vocación iberoamericana a la cual antes se ha hecho referencia, y hemos podido hablar previamente en la breve reunión que hemos mantenido, permítame recordar que en 1991 España impulsó decididamente la celebración de la primera Cumbre Iberoamericana en México.
Y casi tres décadas más tarde, me es grato ser el presidente del Gobierno que, por supuesto, va a confirmar, como hizo el anterior Gobierno, el apoyo de España a la celebración de la Cumbre Iberoamericana de Naciones en Andorra en el año 2020. Nuestros amigos y amigas andorranos y andorranas pueden contar con el apoyo de España, de cara a la organización de esta relevante e importantísima reunión. La Cumbre de Andorra tendrá lugar en tierra ibérica y marcará un hito en las relaciones de Andorra con la Comunidad Iberoamericana de Naciones.
En definitiva, hoy celebramos no sólo 25 años de relaciones diplomáticas, sino siglos -como se ha comentado antes-, de historia compartida y de un futuro en común, que es lo más importante como países europeos e iberoamericanos que somos.
Señor cap de Govern, estimado Antoni, concluye Miquel Martí i Pol en una de sus obras diciéndonos que "nada vuelve de lo que hemos vivido, pero todo se torna más placentero cuando los recuerdos son una escolta amable".
Pues eso, al volver la vista atrás, al volver la vista al camino recorrido estos 25 años de cooperación entre Andorra y España hacemos presente la escolta amable del recuerdo. Contemplamos la realidad de una relación construida y transformada durante estos 25 años y nos proponemos, en definitiva, ir más allá. Ir mucho más allá.
Muchas gracias.

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