Congreso de los Diputados
Respuesta del presidente del Gobierno a la pregunta formulada por doña Rosa Díez, del Grupo Parlamentario Unión Progreso y Democracia
Sra. Díez.- Señor Rajoy, los inmigrantes sin papeles, por efecto del Real Decreto 16 de 2012, se quedaron sin asistencia sanitaria; ese Real Decreto que convirtió a los pacientes en clientes y que transformó la universalidad del sistema sanitario en el aseguramiento para aquellos que pudieran pagarlo.
Para mi Grupo, la protección de los derechos fundamentales, de los derechos humanos, siempre ha estado por encima de los papeles que tengan esos seres humanos o que dejen de tener eses seres humanos. Por eso le pregunto hoy, señor Rajoy, qué razones tiene su Gobierno para haber modificado una política sanitaria que expulsaba del sistema a aquéllos que no podían pagarlo y que, como digo, convertía la universalización en un mero aseguramiento para aquéllos que podían pagarlo. ¿Qué le ha llevado a usted a cambiar de posición y a reconocer que no se puede dejar abandonados a seres humanos, tengan o no tengan papeles?
Presidente.- Quisiera hacer las siguientes consideraciones:
En España, por primera vez, todos los españoles y los extranjeros que residen legalmente tienen derecho a la asistencia sanitaria; insisto, por primer vez, y ha sido el Gobierno el que en el año 2012 amplió la cobertura sanitaria a personas que no la tenían, que eran muchos profesionales liberales, y, además, garantizó la atención sanitaria a las personas sin trabajo que habían agotado la prestación o el subsidio por desempleo, porque era un disparate colosal que no tuvieran esa asistencia. De hecho, hoy hay en España ochocientas mil personas más con tarjeta sanitaria que loa que había en el año 2011.
En cuanto a las personas que están en situación irregular, la cobertura que hay en España es mayor que en cualquier país de Europa. Los menores de dieciocho años tienen los mismos derechos que los españoles; las mujeres, atención por embarazo, parto y postparto; las urgencias, todos, y también, las contingencias de salud pública.
¿Qué es lo que ha ocurrido? Que muchas personas iban a urgencias para algunos asuntos que propiamente no tenían que ver con ello, que muchas Comunidades Autónomas las atienden en los Centros de Atención Primaria y que queremos que se funcione de la misma manera, igual que ocurre con la tarjeta sanitaria en todas partes, para lo cual habrá una reunión, supongo que en próximas fechas, entre el ministro de Sanidad y los responsables de Sanidad de las diferentes Comunidades Autónomas.
Sra. Díez.- Señor Rajoy, si eso que usted ha dicho fuera cierto, que todo lo habían hecho bien y que no había quedado nadie sin protección a la salud, no sé por qué el ministro de Sanidad ha rectificado o ha dicho que rectifica esa posición política, esa decisión política, por razones de salud pública. Es que lo ha dicho el ministro de Sanidad. Si lo que usted ha dicho fuera cierto, no tendría que rectificar la política de salud pública, aduciendo, además, que es un problema de las urgencias; que lo hace porque las urgencias están saturadas y para ser más prácticos. No sé lo que significa "ser más prácticos". Y, por supuesto, decir que es porque las urgencias están saturadas es que llevan mucho tiempo saturadas y es por un diseño del sistema de asistencia sanitaria primaria, del sector primario, del inicial, y no de cómo funcionan las urgencias.
Señor Rajoy, ustedes han hecho una política sanitaria que ha expulsado del sistema a miles, a decenas de miles, a centenares de miles, de personas que lo necesitaban. Lo han hecho para ahorrar dinero. Ni han ahorrado dinero, ni han introducido ninguna reforma, ni ninguna mejora en el sistema público. ¿Qué han hecho? Echar del sistema a los que lo necesitan y, además, poner en riesgo el sistema público de salud y la salud pública de todos los españoles. Porque las personas que van por la calle sin papeles que llevan virus infecciosos no preguntan a los que van a su lado si ellos tienen papeles o no los tienen. Ustedes han creado un grave problema de salud pública y, además, han abandonado a las personas que más lo necesitan.
No digan ahora que rectifican por las urgencias, rectifican porque lo han hecho mal. Rectifiquen. Y, por cierto, díganme cómo van a rectificar, porque ha dicho el Ministro que no les va a dar una tarjeta. ¿Cómo lo van a hacer, entonces? ¿Cómo lo van a hacer y cuándo lo van a hacer?
Presidente.- Mire usted, no estoy de acuerdo con sus afirmaciones. Le voy a explicar lo que hemos hecho: en primer lugar, como le he explicado antes, todos los españoles y todos los extranjeros residentes legalmente en España tienen derecho a la asistencia sanitaria, y hoy es plenamente universal; en segundo lugar, pagar los dieciséis mil millones de euros que se debían de facturas sanitarias; en tercer lugar, controlar el gasto farmacéutico y hacer que aquellos parados sin prestación no tuvieran que pagar medicamentos; en cuarto lugar, conseguir que los proveedores que cobraban a 525 días cobren a unos precios razonables; y hoy tenemos una tarjeta sanitaria común. Todo esto se ha conseguido.
Hemos acabado con el "turismo sanitario", porque fue el propio Tribunal de Cuentas el que nos dijo que había un gasto superior a mil millones de euros al año como consecuencia del "turismo sanitario". Estábamos pagando operaciones de personas que vivían fuera, se empadronaban aquí, tenían su seguro y había que pagarles, incluso a personas que se operaban en su país y había que pagarles.
Todo eso hemos hecho aquí y ahora lo que hacemos es que a personas que se les atendían en urgencias se les va a atender en la Atención Primaria.
Por tanto, hemos puesto orden en un sistema que estaba pasando por enormes dificultades y hemos hecho la sanidad, universal para todos los españoles.
Respuesta del presidente del Gobierno a la pregunta formulada por don Cayo Lara, del Grupo Parlamentario de la Izquierda Plural
Sr. Lara.- Señor Rajoy, ¿qué medidas piensa adoptar su Gobierno tras las reivindicaciones de pan, techo y trabajo de las "Marchas por la Dignidad"?
Presidente.- Efectivamente, he visto las recomendaciones de las llamadas "Marchas de la Dignidad" y también he visto los partidos políticos que las apoyan. Con muchas de sus reivindicaciones no estoy de acuerdo, como la salida de la OTAN, la reforma del artículo 135 de la Constitución, la oposición al Tratado de Libre Comercio, el derecho a decidir o la supresión de la reforma laboral.
Ahora bien, en los asuntos económicos puedo estar de acuerdo, porque la política económica que hemos intentado llevar a cabo esta Legislatura es una política con un objetivo: superar la crisis, crecer y crear empleo. Por fortuna, en este país ya estamos consiguiendo resultados y, por tanto, como creo que el empleo es el mejor instrumento para generar riqueza y bienestar, y para mantener y mejorar los servicios públicos, en ese punto, aunque me temo que los instrumentos que pondríamos en marcha son distintos, habría acuerdo en los objetivos.
Sr. Lara.- Además de lo que usted ha dicho, señor Rajoy, las marchas exigían cuatro elementos importantes, que eran pan, techo, trabajo y dignidad. Porque la pobreza, la exclusión social y los desahucios han aumentado, y el paro mantiene unas cifras insoportables: casi trece millones de personas en el umbral de la pobreza, cinco millones están en la pobreza severa, hay más de 180 ejecuciones de desahucios por día, tres millones de parados están sin prestaciones ni ayudas y hay casi seis millones de trabajadores que están por debajo del Salario Mínimo Interprofesional, es decir, por debajo de los 648 euros. Son millones de personas a quienes se les está pisoteando la dignidad un día sí y otro, también.
El otro día, en un acto que tuve en Paterna, una mujer me dio una nota manuscrita para que se la leyera hoy aquí. La nota dice así: "Me gustaría saber que el señor Rajoy me diga dónde está mi dignidad, ya que va diciendo que los españoles llevan una vida digna. ¿Dónde está mi dignidad, señor Rajoy?". Esta mujer se llama Rosalía Gens Aguayo y es una de las cinco millones de personas que en España están en la pobreza severa.
Por eso, señor Rajoy, en su nombre, le exijo un plan urgente de lucha contra la pobreza y la exclusión social. En nombre de todas las personas que no pueden pagar una hipoteca y las desahucia de sus casas la Banca usurera, le pido que retire el recurso al Tribunal Constitucional sobre la Ley impulsada por Izquierda Unida en Andalucía, que garantizaba el derecho a la vivienda, y le pido que traiga aquí una ley similar. En nombre de la gente sin empleo, sin prestaciones ni ayuda, le pido un plan de choque contra el paro, y en nombre de todos los trabajadores y trabajadoras que están con contratos y "salarios basura", le exijo que aumente el Salario Mínimo Interprofesional para llegar en tres años a 1.100 euros.
Señor Rajoy, póngase por una vez en su vida en la piel de esas personas, de la gente que echan de su casa, de los que están en paro sin ayudas, que trabajan largas jornadas con un salario de miseria o que tienen que ir a un comedor social. Póngase en la piel de esa gente y gobierne para ellos. Y rememorando a Galeano, imagínese que toda esa gente es un banco; seguro que ya les habían salvado.
Gracias, señor Rajoy.
Presidente.- Yo sólo le voy a pedir a usted una cosa, señor Lara, que es que haga sus juicios de valor con un poquito más de equilibrio. España no es el país que usted acaba de describir ahora. España ha pasado una crisis económica gravísima, ha estado al borde del rescate, ha estado al borde de la quiebra; hemos tenido una etapa de recesión, de crecimiento económico negativo; se han perdido muchos puestos de trabajo y ha habido que ajustarse presupuestariamente;0 pero, por fortuna, las cosas han cambiado. Lo primero que ha cambiado es que España se libró del rescate, porque eso sí hubiera sido un problema grave para nuestro país, como ha sido, y toda esta Cámara conoce, para muchos otros países de la Unión Europea.
Pero, además, hemos sido capaces de mantener en una situación de extrema dificultad todos los pilares del Estado de Bienestar: tenemos una sanidad pública como no tiene nadie, tenemos un sistema público de pensiones como tienen muchos pocos, sistema educativo, servicios sociales, y lo mejor es que ahora se está creando empleo en nuestro país. Es que el año pasado ya 440.000 españoles encontraron un empleo y este año van a ser más de medio millón, y, si perseveramos en la política económica, podemos tener en cuatro años veinte millones de personas trabajando en nuestro país, que tiene que ser el gran objetivo para los próximos años.
Ya sabemos que hay gente que tiene dificultades, claro que lo sabemos, y por eso hemos tomado decisiones. Pero ya hemos podido empezar a hacer rebajas fiscales; hay más becas; como he dicho antes, más de ochocientos mil españoles más con tarjetas sanitarias; hemos apoyado un plan contra la pobreza infantil; hemos creado un Fondo Social de Viviendas…. Sin duda alguna, quedan muchas cosas por hacer; pero este país ha dado un salto hacia adelante en los últimos años muy importante y la sociedad española ha sido capaz de superar una de las crisis económicas más graves que hemos vivido en muchísimos años.
Desde luego, discursos como el suyo no ayudan absolutamente a nada porque España, por suerte, no es ese país que usted dice, señor Lara.
Respuesta del presidente del Gobierno a la pregunta formulada por don Pedro Sánchez, del Grupo Parlamentario Socialista
Sr. Sánchez.- Señor Rajoy, yo lo único que le pido es que diga la verdad, que no falte a la verdad. No es cierto que ustedes hayan mantenido el Estado del Bienestar; ustedes han hecho un ajuste contra el Estado del Bienestar, y la prueba es la sanidad pública, los recortes que está sufriendo, y también la educación pública. Así que me gustaría saber el balance que usted hace de su política educativa, señor Rajoy.
Presidente.- El mayor recorte al Estado del Bienestar en la moderna historia de España fue la Legislatura 2008-2011, cuando su gestión política llevo a 3.400.000 españoles al paro y cuando el Estado perdió setenta mil millones de euros de recaudación.
La política educativa del Gobierno ha tenido los siguientes objetivos: que los jóvenes no abandonasen los estudios, que su formación tuviera más calidad y que pudieran conseguir más fácilmente un trabajo en el futuro. Creo que en los tres objetivos hemos avanzado a lo largo de estos tres años.
Sr. Sánchez.- Sí, claro, señor Rajoy, y por eso tenemos un 51 por 100 de tasa de desempleo juvenil y siete de cada diez contratos que tienen los jóvenes es empleo precario.
Por favor, señor Rajoy, esas cosas que usted dice dígalas en los mítines; pero no las diga en el Congreso de los Diputados, porque no las cree nadie. No las cree nadie, señor Rajoy.
Las políticas de desigualdad empiezan con usted cuando deberían de comenzar las políticas de igualdad, que es precisamente en la escuela. Yo le he escuchado a usted decir que la educación es la mayor garantía de progreso y, al mismo tiempo, recortar diecisiete mil millones de euros la inversión pública en la educación. Le he escuchado decir que la educación es invertir en futuro y lo que ustedes han hecho es despedir a treinta mil profesores de la educación pública y aumentar la ratio de alumnos por profesor. Le he escuchado también a usted decir, señor Rajoy, que la educación es una forma de influir o de incorporar valores a nuestros hijos y a nuestras hijas, y al mismo tiempo lo que han hecho ustedes ha sido suprimir la educación cívica, subvencionar la educación segregada entre niños y niñas, y también imponer la Religión en el sistema educativo público.
Señor Rajoy, usted habla de seres humanos normales; pero impone unas pruebas de resistencias inhumanas, tanto a las padres y a las madres, como a profesores de la educación pública como consecuencia de sus recortes.
El pasado lunes, señor Rajoy, firmé un compromiso con la Comunidad Educativa, algo que no han hecho ustedes en estos tres años y medio de Gobierno, y es incorporar y recuperar como derecho la educación pública en nuestro país como consecuencia de los recortes que ustedes están realizando.
El señor Wert me calificó de "apóstol de la equidad". Es la manía que tienen ustedes de incorporar siempre al debate de la educación la Religión. Yo le diría al señor Wert, señor Rajoy, que más que apóstol, yo soy un defensor más; un defensor como millones de españoles que lo que queremos es precisamente una educación pública de calidad para que en nuestros hijos y nuestras hijas su éxito profesional y educativo no dependa de la cuenta corriente de sus padres, sino de su esfuerzo y de su mérito.
Soy un defensor más que lo que quiere es recuperar la educación como derecho y lo que quiere es evitar lo que ustedes están intentando desde que llegaron, desde el minuto uno, a La Moncloa, y es precisamente acabar con la igualdad de oportunidades y acabar con la educación pública. ¿Pero sabe qué, señor Rajoy? No lo van a conseguir.
Presidente.- La reforma de la Ley de Educación contempla una educación universal, pública y gratuita; pero, además, pone énfasis en algunas cosas de las que ustedes se olvidaron: en primer lugar, mejorar la calidad de la educación; en segundo lugar, mejorar las posibilidades de encontrar trabajo en el futuro de nuestros jóvenes, y fijar unos estándares de aprendizaje común mínimos en toda España.
Y algunas cosas positivas ya podemos presentar, señor Sánchez: el abandono educativo temprano, que en 2011, cuando llegamos al Gobierno, era del 26'3 por 100 ha bajado al 21'9 por 100, y esto es muy importante, porque ya hay más jóvenes que tienen posibilidades de encontrar trabajo en el futuro; en Formación Profesional, en el curso 2011-2012 había 610.000 estudiantes y ahora hay 793.000 estudiantes, dato que es muy positivo, porque permitirá a más jóvenes encontrar trabajo en el futuro; la Formación Profesional Dual, que en el curso 2011-2012 tenía 4.292 alumnos, ahora tiene cuatro veces más, y hay diez veces más de empresas que están trabajando en la Formación Dual, y as becas, que en el año 2011 eran de 1.100 millones de euros, en el año 2015 son de 1.400 millones de euros. En el curso 2013-2014 tenemos el mayor número de becarios de la historia de España.
El problema que tienen ustedes es el mismo que tenían, y se lo dije en numerosas ocasiones en público y en privado al señor Pérez Rubalcaba. Las leyes de educación que se han hecho en España siempre han sido las suyas. Cuando nosotros aprobamos una Ley de Educación, no se dejó que entrara en vigor porque a las 48 horas de acceder ustedes al Gobierno decidieron derogarla. Estaban en su derecho. El problema es que no podemos seguir manteniendo el mismo sistema educativo cuando el mundo cambia y ustedes no se han dado cuenta de que tenemos un problema de calidad, como dice el Informe PISA, de primer orden.
Por tanto, su inmovilismo, el no cambiar, el querer dejar las cosas como hace más de treinta años, les hace un daño enorme a los jóvenes españoles y al futuro de la educación en nuestro país. Y yo no estoy dispuesto a consentirlo.
Muchas gracias.