Intervenciones del presidente del Gobierno en una videoconferencia con unidades españolas en misiones humanitarias y de paz en el extranjero

24.12.2015

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Madrid

Primera intervención

Muy buenos días a todos.

Permítanme comenzar mi intervención recordando a los dos policías nacionales, Isidro Gabino Sanmartín y Jorge García Tudela, que recientemente han perdido la vida en el ataque terrorista contra nuestra Embajada en Kabul, así como a los tres militares a bordo del helicóptero que cayó en el Atlántico este mes de octubre: el capitán José Morales Rodríguez, el teniente Saúl López Quesada y el sargento Jhonander Ojeda Alemán. Descansen en paz todos ellos y sirvan estas palabras para rendir tributo a su memoria y a todos los que han perdido la vida en el cumplimiento del deber lejos de España.

Hace ya cuatro años tuve el honor de dirigirme a ustedes para cumplir con una tradición tan grata como es felicitarles las fiestas navideñas. Fue una de las primeras cosas que hice al ser elegido presidente del Gobierno y, como dije en su momento, fue también una verdadera satisfacción. Hoy estoy aquí, una vez más, para felicitarles y para manifestarles también mi agradecimiento y el de los españoles por la labor fundamental que realizan; una labor que comenzó en enero de 1989 en Angola y que más de veinticinco años después ustedes siguen desarrollando a lo largo y ancho del mundo como prueba del compromiso de España con la seguridad internacional.

Desgraciadamente y, como bien saben ustedes, el escenario internacional sigue sin ser un escenario sin riesgos. El terrorismo de inspiración yihadista pretende redibujar las fronteras del El Sahel y de Oriente Medio, y proyecta la sombra de su amenaza sobre los países europeos.

En el norte de África la combinación de Estados fallidos y traficantes de seres humanos induce a miles de inmigrantes a cruzar el Mediterráneo con la esperanza de llegar a nuestras costas, y también en la periferia europea, la crisis de Ucrania ha sembrado de inquietud los países del Este. Por si fuera poco, aparecen nuevas amenazas que desafían nuestra seguridad, como los ataques cibernéticos, el cambio climático o las pandemias globales.

Los retos a los que nos enfrentamos son, pues, muchos y son grandes; pero quiero decirles que, como presidente del Gobierno, confío plenamente en ustedes, en su capacidad para adaptarse a estos nuevos retos, en su espíritu de sacrificio y en su voluntad de mantenerse firmes en la defensa de los principios y valores que defendemos.

Hablo ahora no sólo como Presidente, sino también como ciudadano de un país cuyas tropas protegen a la población en Líbano y Turquía, y entrenan unidades del Ejército de Mali y de Irak; un país cuyos aviones sobrevuelan África y patrullan el espacio aéreo de nuestros aliados bálticos, y cuyos barcos han rescatado a más de novecientas personas frente a las costas libias y prácticamente han acabado con la piratería en el Océano Indico.

Mientras yo me dirijo a ustedes, en estos mismos momentos nuestros soldados, nuestros marinos, nuestros aviadores, nuestros guardias civiles y policías nacionales están haciendo su trabajo, protegiendo a España y a los españoles más allá de sus fronteras; protegiendo la democracia, la igualdad, la libertad de expresión y los derechos humanos, todos esos principios y valores que nos unen y en los que ustedes nos mantienen firmes honrando el compromiso que adquirimos con nuestros aliados, defendiendo lo mejor de lo que somos.

He tenido ocasión estos años de visitar muchos de sus destacamentos; el más reciente, en Turquía, donde nuestra batería Patriot protege a más de un millón y medio de ciudadanos turcos. He tenido ocasión de compartir sus inquietudes y de conocerles un poco mejor. En cada uno de estos viajes ustedes me han hecho sentir parte de algo muy importante, de un proyecto común que es España, la patria de todos, de la que ustedes siguen siendo los mejores embajadores cada vez que salen de misión.

Quiero transmitir esa sensación de orgullo a todos los españoles y, especialmente, a sus familias que esta noche les echarán en falta en la cena. Me gustaría que, sobre todo, ellos se sintieran orgullosos de ustedes y de lo que hacen por todos nosotros.

Quiero despedirme deseándoles una Feliz Navidad y recordándoles, como hago siempre, que su misión no termina hasta que no regresen a sus casas sanos y salvos. Aquí les esperamos todos con el afecto y el agradecimiento de siempre.

Feliz Navidad y muchas gracias.

Segunda intervención

Muchísimas gracias a todos por sus palabras. Muchas gracias, sobre todo, por lo que hacen en defensa de los intereses de la nación española y a todos, una vez más, tengan una feliz Navidad.

Gracias.