Discurso del presidente del Gobierno en el acto conmemorativo del Día Internacional para la eliminación de la violencia contra la mujer

25.11.2015

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Madrid

Señores ministros, presidente del Patronato del Museo del Prado, director general del Museo del Prado, autoridades, miembros de asociaciones, señoras y señores, amigas y amigos, todos los premiados,

Como saben, desde hace ya algunos años todos los 25 de noviembre conmemoramos el Día Internacional para la eliminación de la violencia contra la mujer y lo hacemos con un acto de recuerdo de las mujeres que han perdido la vida a manos de sus parejas, y de reconocimiento a todos aquellos que dedican su trabajo y su esfuerzo para ayudarlas a salir del círculo de violencia en el que se encuentran.

Quería, por tanto, en primer lugar, tener un sentido recuerdo por todas y cada una de las mujeres víctimas fallecidas en el último año, y por sus hijos menores que han quedado huérfanos. Nos unimos al dolor de sus familias y, en el nombre del Gobierno, les digo que están en nuestra cabeza y en nuestro corazón.

Me dirijo también a las que sufren en silencio el maltrato en cualquiera de sus formas. Todas ellas deben saber que no están solas, que estamos con ellas y que todos lo estamos.

Y quiero, igualmente, saludar a todas esas personas, entidades e instituciones que en el día de hoy reciben este merecido reconocimiento por la importante labor que realizan y por su compromiso en la lucha contra la violencia de género.

La violencia de género es la mayor expresión del abuso y la desigualdad, y supone una violación de los derechos humanos inaceptable en una sociedad comprometida con los valores de la igualdad y de la dignidad. Por tanto, mientras exista una sola mujer víctima de violencia de género nuestra prioridad ha de ser mejorar la protección y la respuesta que les ofrecemos a ellas y a sus familias.

Señoras y señores,

El mensaje más importante en el día de hoy es el de "hay salida y no están solas". Toda la sociedad española está a su lado. Cuentan con la solidaridad y el apoyo efectivo del Gobierno y de las instituciones, así como de las asociaciones y profesionales que trabajan cada día, y muy bien, por lo que yo he podido ver, para ayudarles a salir del infierno de los malos tratos.

Todos estamos con ellas y a ellas, a vosotras, me dirijo para animarles a pedir ayuda, a dar el paso para romper el círculo del maltrato. Que no haya ninguna duda: tienen a su lado muchos recursos, tienen el 016 --tuve la oportunidad de visitarlo hace unos meses--, tienen la posibilidad de denunciar y tienen muchos profesionales que están dispuestos a ayudarles.

Muchas mujeres, por fortuna, lo han conseguido ya. Ocho de cada diez han logrado dejar atrás el maltrato y eso es una puerta para la esperanza. Decir que quien hoy esté sufriendo pueda recuperar su proyecto de vida y la felicidad que se merece en compañía de los suyos, es nuestro principal objetivo en un día como el de hoy. Y en esto, y me gustaría subrayarlo, estamos juntos todos.

Las víctimas cuentan con la unidad y el consenso logrado con la Ley Integral de 2004 y la Estrategia Nacional contra la Violencia de Género, que coordina los esfuerzos de todos. Cuentan con el sistema público de recursos que hemos construido entre todos y quiero decir que ante un drama como éste esa unidad y ese consenso son la clave del éxito, y deben seguir presidiendo nuestra actuación en el futuro, porque nos lo reclaman las víctimas y porque se lo debemos a ellas y al conjunto de la sociedad.

Señoras y señores,

Si echamos la vista atrás, es mucho lo que hemos avanzado en los últimos años en derechos, en recursos de apoyo a las víctimas, en formación de los agentes implicados y en concienciación. Por eso, tenemos el mérito, como sociedad, de que todos los españoles --hablamos del 98 por 100 de la sociedad-- hoy rechazan la violencia de género y también podemos proclamar con orgullo que España, gracias a los esfuerzos de todos, se ha convertido en un país referente en esta lucha, en un modelo de respuesta, ejemplo para otras muchas.

Sin embargo, queda mucho por hacer y de esto es de lo que nos debemos ocupar todos en el futuro. Vengo de visitar un recurso de la Comunidad de Madrid, la Unidad de atención especializada a mujeres adolescentes víctimas de violencia de género; un recurso pionero en España que responde a una señal de alarma que empieza a detectarse y para la que es necesaria una respuesta, y es que el perfil de las víctimas está cambiando. Cada vez hay más adolescentes que en sus primeras relaciones de pareja sufren situaciones de control y de violencia; muchas veces, a través de las redes sociales, con conductas de control o de desvalorización personal que son serio aviso ya que, si no las detectamos a tiempo y trabajamos con ellas, pueden desembocar en problema más graves y, también, porque en estas edades estamos a tiempo de actuar, de prevenir y de atajar conductas agresivas.

Yo sé que éste es un asunto que preocupa, y mucho, y con razón, a las familias. Sabemos que la adolescencia es una edad difícil y las redes sociales, un ámbito que los padres no sabemos o no podemos controlar como nos gustaría. Por eso es tan importante la prevención en la escuela.

El ministro de Educación, que hoy nos acompaña, podría contar la intensa implicación de su Departamento para prevenir la violencia de género en las aulas, educando en igualdad y promocionando desde la infancia valores de respeto a los derechos, la integridad y la dignidad de las personas.

Señoras y señores,

Yo estoy convencido de que ésta es una batalla que vamos a ganar y lo digo porque cada día somos más los que plantamos cara a esta situación. Hoy hemos reconocido la labor de algunos de ellos. Como ustedes saben, son muchas las formas de violencia contra la mujer. Hemos hablado de malos tratos, pero también están la mutilación genital, la trata de mujeres y niñas con fines de explotación sexual o la triste realidad de los matrimonios forzados.

Son, por tanto, diversas las personas e iniciativas a la que hemos querido reconocer públicamente en este año. Entre ellas, el jurado ha elegido el testimonio de ocho mujeres víctimas que quisieron compartir su experiencia en la segunda edición del programa de televisión "Amores que duelen"; un programa que busca la sensibilización ante las distintas caras de la violencia de género, que ya mereció el premio hace un año y que vuelve a merecerlo ahora. Pilar, Virginia, Ángeles, Karin, Miriam, María y Patricia nos acompañáis hoy aquí. Su ejemplo es un signo de esperanza y una ayuda para muchas mujeres. Junto al reconocimiento que se les debe quería también agradecer su valiente testimonio, porque esto vale y vale mucho.

En el ámbito asociativo ha sido reconocida la labor internacional de la organización Mundo Cooperante y de ACNUR; Mundo Cooperante por su labor contra la mutilación genital femenina y ACNUR por liderar y coordinar la acción internacional para la protección de los refugiados, salvaguardando los derechos y el bienestar de muchas mujeres.

El jurado también ha querido destacar el avance en la supresión de barreras a mujeres víctimas con discapacidad, a través de la Confederación Española de Personas Sordas y, en concreto, a través del Servicio de Videointerpretación SVisual. Gracias a su trabajo, hoy el 016 es más accesible que nunca y prueba de ello es el creciente número de llamadas que, para tranquilidad de todos, está recibiendo cada día.

Otorgamos nuestro reconocimiento, asimismo, a dos empresas: Correos y Mutua Madrileña. Se han destacado por su labor de sensibilización, con un gran impacto social. Su compromiso, desde la Red de Empresas por una sociedad libre de violencia de género, de la que forman parte 91 entidades, resulta fundamental y lo es, tanto por publicitar una buena causa, como por ofrecer trabajo a muchas mujeres para las cuales el empleo representa la salida a una nueva vida de independencia y de libertad.

Por último, reconocemos también a tres personas que han sobresalido por su compromiso con la erradicación de la violencia contra las mujeres. Me refiero, en primer lugar, a Soledad Cazorla, a título póstumo; una mujer que, como primera fiscal especializada en esta materia, fue un ejemplo de convicción, de compromiso y de eficacia; al experto divulgador y docente José Antonio Burriel del que entre sus muchos méritos destaca su implicación en un ámbito fundamental de actuación, como es la prevención entre los jóvenes y a nivel escolar: y a Mabel Lozano, directora, productora y documentalista, por su compromiso en dar sensibilidad a las niñas y a las mujeres víctimas de explotación sexual.

Para ella y para todos los premiados, enhorabuena. Su dedicación honra a las mujeres que hoy recordamos.

Señoras y señores,

Ya voy terminando. En España, la lucha contra la violencia de género es y debe seguir siendo una política de Estado; un objetivo común en el que llevamos muchos años trabajando, uniendo fuerzas con la participación de todos: de las asociaciones de mujeres, de los profesionales, de todas las Administraciones Públicas y, por supuesto, también de la sociedad civil.

Este esfuerzo no ha sido en vano. Hoy los españoles contamos con una amplia legislación para hacer frente a la vulneración de los derechos de las mujeres. Se han logrado sólidos avances en la última década con las víctimas menores de edad o con las mujeres con discapacidad, que cuentan con dispositivos adaptados a sus necesidades; con una red nacional de casas de acogida y con los planes personalizados de protección. Podría hablarles de otros hitos, como la extensión del derecho de justicia gratuita a todas las víctimas para que nada impida que denuncien a sus agresores; la inembargabilidad de las ayudas o que se haya puesto fin a situaciones escandalosas, como la posibilidad de que un asesino pueda cobrar una pensión de viudedad o heredar a su víctima.


Nada de esto, debo decirlo, hubiera sido posible sin la implicación y el compromiso de todos en la lucha contra la violencia de género. Por eso, este 25 de noviembre queremos agradecer el trabajo de tantas personas, de instituciones y la cada vez mayor implicación social.

Y concluyo. La jornada de hoy simboliza la respuesta más digna frente a la injusticia más indigna: la violencia repetida y violenta de los derechos humanos de mujeres y de niñas por el único hecho de serlo.

Por eso, acabo como empecé: con un emotivo recuerdo para quienes desgraciadamente ya no están; con un mensaje de esperanza para quienes, aunque todavía viven inmersas en esa violencia y quieren salir de ella, y aún no saben cómo hacerlo: Llamad al 016, porque esa llamada, no sólo os devolverá la vida que os merecéis, sino que, incluso, puede salvárosla; y con un inmenso agradecimiento a todas las personas comprometidas en la lucha contra la violencia de género: todos los aquí presentes, los medios de comunicación, las entidades y asociaciones de mujeres, los trabajadores sociales, el personal sanitario, los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y los jueces y fiscales. Y, por supuesto, de modo muy especial, a los seleccionados por el jurado en el día de hoy, porque vuestro compromiso demuestra que hay salida y que no hay lugar para la resignación, y que una sociedad sin violencia de género es posible y, por tanto, hay que continuar dando la batalla.

Muchísimas gracias.

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