Conferencia de prensa del presidente del Gobierno después de la reunión del Consejo Europeo

25.3.2011

  • x: abre ventana nueva
  • Whatsapp: abre ventana nueva
  • Linkedin: abre ventana nueva
  • Enviar por correo: abre ventana nueva

Bruselas

Presidente.- Buenos días. A una hora razonable procedo a informarles sobre este Consejo Europeo, que ha tenido un contenido muy denso, de gran importancia en aspectos económicos y, por supuesto, también en los principales temas de la política internacional, de la situación internacional, que estamos viviendo.

El objetivo esencial que nos ha reunido ayer y hoy es dar la aprobación definitiva a un amplio paquete de medidas económicas para fortalecer la respuesta a la crisis, fortalecer la estabilidad macroeconómica y financiera de la zona euro y de la Unión Europea, y garantizar de cara al futuro una mayor competitividad del conjunto de las economías, en particular de la zona euro. Son decisiones que se han venido adoptando en diversos Consejos, también en el ámbito del ECOFIN y que hoy han tenido una aprobación definitiva que valoro de manera muy satisfactoria.

Creo que hoy hemos concluido una tarea de fortalecimiento de las normas, de las reglas, de los medios y de los instrumentos de Europa para la estabilidad económica, para la respuesta definitiva a la crisis más grave vivida desde hace ochenta años y también para dar ese horizonte de estabilidad en el futuro.

También el Consejo, sin duda alguna, por la importancia y la coincidencia temporal, ha valorado la situación en Portugal después de la no aprobación del plan que el primer ministro Sócrates había impulsado en el Parlamento y después de la dimisión de éste. En primer lugar, deseo expresar públicamente, como lo he hecho ya de manera personal, a José Sócrates todo mi apoyo y mi respaldo por la tarea que viene realizando, al mismo tiempo que debo subrayar que la voluntad, el espíritu, que ayer se produjo en el Consejo Europeo fue muy clara: apoyar a Portugal y confiar en Portugal para que garantice su propia estabilidad y su capacidad de financiación. Estamos convencidos de que así va a ser.

Ese amplio paquete de medidas económicas a las que me refería tiene cuatro elementos fundamentales: consolidación presupuestaria, medidas para crecimiento y empleo, estabilidad en el sector financiero y establecimiento de mecanismos de estabilidad financiera en la eurozona. Todos esos elementos refuerzan la Unión Monetaria y la Unión Europea.

Todos hemos hecho un esfuerzo importante para que haya acuerdo y, a partir de ahora, tenemos que mantener el mismo grado de compromiso en su puesta en marcha, haciendo con ello un ejercicio de responsabilidad y solidaridad entre todos los Estados miembros de la eurozona.

Voy a sintetizarles el contenido de ese conjunto de medidas, de ese paquete definitivo de política económica.

Por un lado, hemos recogido el acuerdo que alcanzamos los países euro en la reunión del Eurogrupo del día 11 para adoptar el Pacto del Euro con el objetivo de reforzar la competitividad de nuestras economías. Este Pacto, como saben, está abierto a los países no euro que lo quisiesen suscribir, como ya han adelantado que así va a ser Polonia, Rumania, Bulgaria, Letonia, Lituania y Dinamarca, denominándose ahora, en consecuencia, Pacto por el Euro Plus, siguiendo una terminología muy de Bruselas.

Además, en el Consejo Europeo hemos adoptado los cambios necesarios en el Tratado para poder establecer el Mecanismo Europeo de Estabilidad y flexibilizar la Facilidad Europea de Estabilidad Financiera, que, como saben, es el mecanismo provisional de apoyo ante situaciones de riesgo para los países. Se puede iniciar, por tanto, el proceso de ratificación en los Parlamentos nacionales del Mecanismo Europeo de Estabilidad para que entre en vigor en 2013 y, por supuesto, así lo hará nuestro país.

Algunos países han adelantado parte de las medidas que van a adoptar en desarrollo del Pacto por el Euro, también España. España, por tanto, va a adoptar nuevas medidas para reforzar la respuesta a la crisis económica y fortalecer las bases de nuestra economía de cara al futuro para generar más productividad, más competitividad y más convergencia en el ámbito del euro.

Saben que desde diciembre de 2009, antes de que estallara la crisis de la deuda soberana griega en mayo de 2010, España ha puesto en marcha un ambicioso plan de reformas, de cambios y de modernización de los aspectos esenciales de nuestro sistema económico con dos objetivos: uno, para superar la crisis económica en nuestro país y, dos, para garantizar y contribuir a garantizar la estabilidad de la zona euro.

El pasado miércoles tuve ocasión de adelantarles a los sindicatos estas nuevas medidas y mañana lo haré con representantes de la CEOE y con los principales grupos empresariales de España. Algunas de ellas, como van a advertir, ya están en marcha y otras van a ser fruto de iniciativas en los próximos meses para dialogar con las organizaciones sociales y también, por supuesto, con los grupos políticos.

Por lo que afecta a la competitividad, primer bloque del Pacto del Euro, en primer lugar destaca la negociación colectiva; negociación colectiva que deseamos y esperamos sea el fruto del acuerdo entre interlocutores sociales. Ese acuerdo se debe traducir en un Proyecto de Ley del Gobierno que antes de finales de abril propicie un nuevo esquema de negociación colectiva más adaptado a las necesidades de las empresas y de los trabajadores.

En segundo lugar dentro del bloque de competitividad, vamos a dar un impulso a los cambios en servicios profesionales a través del desarrollo íntegro de la Directiva de Servicios para limitar las reservas de actividad y las obligaciones de colegiación de los profesionales, y contribuir así a una mayor competencia en el sector de servicios profesionales, que, a su vez, ayudará a nuestros problemas relativos a la inflación, al mismo tiempo que favorecerá más actividad económica.

En tercer lugar, vamos a crear la Comisión Asesora de Competitividad, cuya misión será realizar un análisis riguroso e independiente de la evolución de la competitividad que sirva de apoyo a las decisiones del Gobierno, pero también al diálogo y a las negociaciones de los agentes sociales. Esta Comisión Asesora de Competitividad se creará en el Consejo de Ministros del próximo 1 de abril.

En cuarto lugar en el bloque de la competitividad, vamos a poner en marcha una nueva Ley Concursal, que saben que fue aprobada el pasado 18 de marzo, para agilizar los procesos concursales y con la prioridad de salvar de la crisis, de una manera mucho más fortalecida, a las empresas afectadas.

En materia de empleo, dos medidas para el impulso a la formación: la primera, nuevas políticas activas de empleo para definir la estrategia de empleo y los planes anuales que han de desarrollarse con las Comunidades Autónomas; segunda, acelerar y profundizar el proceso de modernización de la Formación Profesional. En los próximos seis meses el Gobierno va a aprobar un conjunto de Reales Decretos para mejorar el acceso al sistema de Formación Profesional, su calidad y su respuesta a las necesidades del tejido productivo.

En segundo lugar en materia de empleo, el Gobierno va a poner en marcha un plan contra el empleo irregular, siguiendo las recomendaciones del Pacto sobre el Euro. Se hará en el próximo mes. El objetivo es aflorar trabajo irregular a través de una serie de iniciativas que se desarrollarán desde junio de 2011 hasta diciembre de 2012. Como es natural, el Gobierno va a abrir un diálogo con los interlocutores sociales para perfilar las características y la naturaleza de este plan.

El tercer bloque, junto a competitividad y empleo, es la sostenibilidad de las finanzas públicas. La sostenibilidad de las finanzas públicas en nuestro lenguaje es estabilidad presupuestaria. El Gobierno va a incorporar una regla de gasto en la Ley de Estabilidad Presupuestaria atendiendo al crecimiento del PIB nominal en el medio plazo, que refuerce la estabilidad presupuestaria y fortalezca la vertiente preventiva de la política fiscal. Dicha regla será de obligado cumplimiento para la Administración General del Estado y se promoverá un consenso para que se aplique igualmente en el ámbito de las Comunidades Autónomas.

Por lo que respecta al cuarto bloque, junto a competitividad, empleo y estabilidad presupuestaria, estabilidad financiera. Como saben, nuestro compromiso está determinado por culminar antes del 30 de septiembre de 2011 el proceso de adaptación del sistema financiero a los requisitos reforzados de capitalización, aprobados el 18 de febrero pasado, para las entidades financieras. Las entidades financieras presentarán antes de final de marzo los detalles de su estrategia para cumplir con esos nuevos planes de recapitalización. Además, como saben, existe el compromiso legal de que cualquier deficiencia adicional de capital que surgiera en el ejercicio de stress deberá ser cubierta por las entidades o la cubrirá directamente el FROB, el instrumento de ayuda pública.

Ésta es, en síntesis, la concreción de los aspectos relativos al fortalecimiento de la estabilidad económica, financiera y presupuestaria, y de impulso a la competitividad que hemos incorporado como consecuencia del trabajo de todos estos meses y, en particular, en la última iniciativa acordada, que es el Pacto por el Euro, las medidas que España ha presentado ya, por cierto, al presidente del Consejo y que desarrollaremos conforme a los plazos que les acabo de indicar.

Paso ahora a los aspectos más relevantes de la situación internacional.

Libia. Destacaré sobre Libia que ha habido un amplísimo consenso. Ha habido un apoyo unánime, a la Resolución de Naciones Unidas 1973; una Resolución que ha sido valorada como muy satisfactoria y de alcance histórico, porque es la primera vez que se incorpora el principio de "responsabilidad de proteger" a la población cuando están siendo atacadas esas poblaciones por sus propios Gobiernos; porque limita para tal fin el uso de la fuerza; porque ha contado con un gran consenso en el Consejo de Seguridad; porque ha contado con el respaldo de la Liga Árabe, fundamental, y porque, además, a los pocos días de su aplicación por los países que acudimos a la Cumbre de París ha dado sus resultados.

Se ha detenido lo que podía ser una acción de gran alcance, devastadora, en Bengasi por parte de las fuerzas del régimen libio; por horas se detuvo esa acción. Esa acción podía haber originado, insisto, muchísimas víctimas y, por supuesto, un reforzamiento del régimen libio.

Como saben, además, la Resolución y la determinación política de los países que hemos comprometido nuestros medios para hacerla efectiva en la Cumbre de París contempla la necesidad de hacer un gran esfuerzo de apoyo humanitario como consecuencia del conflicto y de la situación de Libia; esfuerzo humanitario al que se va a dedicar de manera prioritaria la Unión Europea, coordinada por la Alta Representante, a la que todos los países estamos contribuyendo y vamos a reforzar esa contribución, y que supone, sin duda alguna, un elemento de tanta importancia como el uso de la fuerza para proteger a la población.

En tercer lugar, el Consejo Europeo ha puesto de manifiesto que llevará a cabo y desplegará toda su capacidad política, en tanto Unión Europea y en tanto países integrantes de la Unión Europea, para culminar las aspiraciones de cambio de la población y, por tanto, dar paso a un nuevo régimen, a un nuevo sistema político, en Libia.

Para definirlo con precisión, vamos a usar la fuerza, amparada por Naciones Unidas, de manera limitada y contenida para proteger al pueblo libio, y vamos a poner toda nuestra determinación política y capacidad política para que haya un cambio en Libia: un cambio de sistema, de gobierno, que permita, a través de un proceso de diálogo y de consenso entre los libios, alumbrar lo que es su aspiración: un país con libertades, un país democrático.

Además, el Consejo Europeo ha expresado también su preocupación por la situación de deterioro en otros países de la región y ha condenado de manera terminante la escalada de violencia y represión que se vive en algunos de ellos, apelando a las reformas y a los cambios como la mejor respuesta a los deseos de los manifestantes y nunca el uso de la violencia. La respuesta a esas manifestaciones y a esas aspiraciones son cambios políticos y no, insisto, la represión.

Además, el Consejo Europeo ha declarado su voluntad de dar un nuevo impulso a las relaciones con los países de la ribera sur del Mediterráneo y va a acompañar estos esfuerzos con medidas de carácter económico, como el incremento significativo del techo de financiación del Banco Europeo de Inversiones para este área en mil millones de euros.

Por último, Japón. En primer lugar, el Consejo Europeo ha reiterado su solidaridad con Japón ante la gravísima tragedia que han vivido como consecuencia del terremoto, del tsunami y del grave accidente nuclear en ese país, y ha subrayado --lo he hecho ya en alguna ocasión, pero quiero hoy volver sobre ello-- la admiración por el comportamiento del pueblo de Japón; un comportamiento cívico ejemplar. Ha dado respaldo a la respuesta a las autoridades japonesas y ha insistido y abierto un escenario con nuevas iniciativas para la relación estratégica entre la Unión Europea y Japón.

Pero, además, el Consejo ha tenido un interesante debate sobre las consecuencias de la catástrofe nuclear vivida en Japón, debate que ha tenido un hilo conductor. Ese hilo conductor nos lleva a una fuerte exigencia para garantizar la seguridad de las centrales nucleares y de la energía nuclear en la Unión Europea. Para ello, como saben, los países de la Unión Europea en donde hay centrales nucleares van a llevar a cabo pruebas de "stress test" de manera coordinada, a través de sus órganos reguladores --los órganos reguladores que, como saben, son independientes, y es el caso del Consejo de Seguridad Nuclear en España-- y en cooperación con la Comisión Europea. Pruebas de "stress test" exigentes, que estarán sometidas a la máxima información pública y al principio esencial de transparencia para las mismas. Las pruebas darán lugar a un informe que la Comisión remitirá al Consejo para su deliberación.

Además, el Consejo ha decidido la revisión del marco jurídico y reglamentario vigente en materia de seguridad de las instalaciones nucleares, que impulsa la Comisión y que ha de estar acordado antes de final de año. De otro lado, también la Comisión debe hacer una evaluación, un seguimiento, de las consecuencias de la catástrofe nuclear en Japón, tanto económicas, financieras, comerciales o de todo tipo y, por supuesto, responder ante eventuales implicaciones que se pudieran producir.

Éstas son, en síntesis, síntesis apretada porque los temas tienen todos gran contenido, lo que ha dado de sí este denso e importante, muy importante Consejo Europeo que hemos celebrado.

P.- Presidente, llama la atención que en un momento en que se vuelve a hablar de la posibilidad de que sea necesario rescatar a algún país, aunque sólo sea por la crisis que ahora mismo se ciñe sobre Portugal, precisamente el fondo del que no se ha decidido ampliar sus capacidades de momento, y se aplaza hasta junio, sea el actual Fondo de Rescate, que vence a mediados de 2013, si no me equivoco. ¿Por qué?

Una segunda pregunta, en relación con el último tema que ha abordado, en relación con las pruebas de resistencia a las centrales nucleares europeas, ¿qué pasará con aquellas centrales que no superen esas pruebas de resistencia?

Presidente.- En relación con lo primero, creo que es una respuesta de alcance la que ha tenido la Unión Europea ante una crisis financiera como la que hemos padecido y una crisis, en este caso, de deuda. Es verdad que, en gran medida, la crisis de deuda que han sufrido algunos países es fruto de la crisis financiera.

Creo que la Facilidad vigente, transitoria, tiene un volumen suficiente y recursos suficientes para dar una respuesta ante una situación que así lo exigiera. El Mecanismo definitivo, que entrará en vigor a partir de 2013, es, como han podido comprobar, un sólido instrumento que generará, sobre todo, tranquilidad y seguridad a los inversores y a los mercados, sabiendo que Europa se corresponsabiliza de los riesgos y de los problemas que pudiera haber de deuda en algún país.

Añadiré algo que me parece que tiene interés: a partir de 2013, el Mecanismo definitivo debería ser contemplado como una situación muy, muy, excepcional. ¿Por qué? Porque para evitar una crisis de deuda, como la que hemos tenido en dos países que ha obligado a su rescate y al apoyo, como son Grecia e Irlanda, hemos aprobado toda una serie de medidas preventivas, una buena parte hoy aprobadas, y que se ponen en marcha ya, que tienen que ver con estabilidad presupuestaria --mucho más rigor sobre el gasto, sobre el control del déficit, en todos los niveles de Gobierno de los países--; estabilidad financiera --va a tener un momento importante nuevamente con las pruebas de "stress test" y con dar fortaleza y solvencia a las entidades financieras; y estabilidad macroeconómica, que en gran medida depende de la productividad y de la competitividad de los países, donde todos nos vamos a exigir a todos mucha más exigencia, con medidas, iniciativas, cambios y reformas como los que he invocado.

En consecuencia, destaquemos, ante todo, el aspecto preventivo de cara al medio y largo plazo; pero, aun con ese gran programa preventivo, que hará a nuestras economías más sólidas y más fuertes, sin duda, tenemos también un mecanismo de última instancia que, como bien saben, nunca se pensó en la Unión Europea, ni siquiera en la zona euro, y que esta crisis ha obligado a ello.

En segundo lugar, centrales nucleares. Las pruebas de esfuerzo están destinadas a garantizar la seguridad. Van a ser parámetros exigentes y la consecuencia de no superar esas pruebas pueden ser de dos tipos: uno, reforzar la seguridad en aquella central nuclear que no las supere, si eso es posible, y en principio hay que pensar que lo podrá ser en la mayoría de los casos; dos, si es evidente que no supera ese "stress test" de seguridad y que no se pueden aplicar medidas correctoras, la consecuencia lógica es que esa central nuclear no debe tener actividad.

P.- Presidente, quería preguntarle por dos de las medidas que nos ha anunciado aquí hoy. La primera es la medida para hacer aflorar el empleo sumergido. Usted habla de un plazo temporal entre junio de este año y diciembre del año que viene. ¿Entendemos, por tanto, que estamos hablando de medidas de carácter excepcional, que podrían plasmarse, digamos, en que las personas que afloren ese empleo sumergido, quizás, tendrían un trato más favorable con respecto a la legislación que se aplica con carácter general?

En el tema de la estabilidad del gasto ha hablado usted de reforzar la Ley de Estabilidad Presupuestaria y ha dicho --no sé si lo he entendido bien-- que se va a tener en cuenta el crecimiento del PIB nominal. ¿Podría entenderse, por tanto, que el crecimiento del gasto va a estar ligado al crecimiento del PIB? Pero ha dicho usted "a medio plazo", con lo cual no sé si eso significa que se va a tener en cuenta el crecimiento del PIB cada año o quizás en un período de tiempo mayor.

Y, sobre todo, abundando en esto, y sin hacer más preguntas, quería preguntarle, ya que usted ha dicho que se aplicaría por consenso a las Comunidades Autónomas, si eso significa que el Gobierno renuncia a que haya una obligatoriedad legal por parte de las Comunidades Autónomas de cumplir ese techo a través de una fórmula legal que se lo impusiera.

Presidente.- En relación con las medidas destinadas a la regularización en materia de empleo, decirle que sí habrá un plazo de incentivos para que aflore ese empleo sumergido. No voy a concretar más porque, insisto, tiene que ser primero dialogado con los agentes económicos y sociales, y lo va a hacer el Ministerio del Trabajo. El plan está ya muy desarrollado en sus aspectos concretos y tiene ese objetivo: incentivar, como suele ser en estos procesos --hemos vivido algunos, ha habido alguno y hay otros ejemplos también en Europa--, que aflore el empleo sumergido. Es bueno para todos.

Sobre la reforma de la Ley de Estabilidad Presupuestaria, hay dos preguntas en su aportación, por cierto, precisa e inteligente. La primera, sí, tiene que tenerse en cuenta el crecimiento económico; tiene que tenerse en cuenta el resultado económico anual, en cuanto a déficit o no, y en cuanto a déficit excesivo conforme a los criterios de la Unión Europea, y tiene que tenerse en cuenta el criterio de superávit cuando haya un año económicamente favorable y a qué se puede destinar ese superávit.

Le apunto por dónde va nuestro modelo, pero debemos de dialogar y negociar con el conjunto de las fuerzas políticas. Por tanto, tiene que tener un margen para el diálogo.

Segunda cuestión sobre Comunidades Autónomas. Sobre Comunidades Autónomas tenemos que partir del principio constitucional de respeto a la autonomía financiera. Partiendo de ese principio, y más allá de lo que podría ser una discusión constitucional, lo que realmente será útil es un gran pacto político. ¿Dónde? En el órgano que ya hay, el Consejo de Política Fiscal y Financiera, para que las reglas que el Gobierno de la nación se va a imponer a sí mismo en esa modificación se puedan trasladar a las Comunidades Autónomas. Mi opinión es que puede haber acuerdo y que es el camino más sólido y más seguro para mejorar la garantía de la estabilidad presupuestaria.

P.- ¿Tienen una estimación de cuánto podría aflorar la economía sumergida?

Presidente.- No. Eso sí es imposible.

P.- Dos preguntas. Sobre las pruebas de resistencia a las centrales nucleares, ¿es España partidaria de que se incluya el supuesto de terrorismo entre los criterios que se revisarán, además del de la edad, que me parece que son dos elementos que se están examinando?

En el contexto de la ofensiva libia, me gustaría saber si España ha hecho alguna revisión del riesgo de terrorismo que eso puede acarrear, tanto para España, como para otros países vecinos que están implicados en la ofensiva.

Presidente.- En relación con la primera cuestión, los parámetros de riesgos son establecidos por los órganos reguladores de manera independiente. Le diré que ha habido recientemente una reunión de los organismos reguladores europeos y que ya hay un listado, un primer listado, de temas que van a formar parte del "stress test". Por tanto, dejemos a los organismos reguladores que sean los que definan. Como es natural, hay que contemplar en esas pruebas de esfuerzo los supuestos en los que se puede ver una central gravemente dañada o afectada.

Cuestión distinta es la edad, es una cuestión distinta. Saben que yo tengo ahí una aproximación discutida por algunos y es que la edad cuenta. Cuenta en casi todo, pero también en las grandes instalaciones tecnológicas, y, en consecuencia, a una determinada edad --esto ha formado parte del debate de hoy, por cierto-- las exigencias tienen que ser mayores. ¿Por qué? Porque es evidente que, afortunadamente, los avances tecnológicos hacen que no sea lo mismo una central nuclear de la generación de los 70 que de la generación que vamos a ver en esta década, en cuanto a condiciones de seguridad. Es bastante elemental, aunque tenga un buen mantenimiento y aunque se haya reformado; pero el diseño general y algunos aspectos estructurales son distintos hoy, son más modernos. Por eso, en mi opinión, la edad cuenta.

Sobre la pregunta en relación con Libia, no hay ninguna previsión especial. Como saben, nuestro país tiene en eso una capacidad permanente de seguimiento y de actuación ante cualquier riesgo en materia terrorista; pero no hay algo concreto, particular, por lo que se refiere a la crisis de Libia.

P.- Sobre Portugal, dos preguntas. Han apoyado ustedes al primer ministro Sócrates y a Portugal, pero es inevitable preguntarse por las consecuencias y las ramificaciones de esa inestabilidad política. Por lo tanto, dos cuestiones: ¿teme España el posible efecto contagio de una inestabilidad que se prolongue semanas? Segunda cuestión, sobre el calendario, ¿es urgente o hay un sentimiento de urgencia para que esta inestabilidad se solucione y se neutralicen las fuentes de posibles tensiones? Lo digo porque hay unas elecciones previstas, pero tardarán dos meses.

Presidente.- En mi opinión, estamos en condiciones para que la situación política de Portugal, que aboca a unas elecciones en dos meses, no suponga una inestabilidad financiera para Portugal.

¿Cuál fue la conclusión a este respecto del Consejo Europeo? Una conclusión muy clara y es que las principales fuerzas políticas de Portugal, es decir, el partido que gobierna y el partido principal de la oposición, expresen que respetan los compromisos de reducción del déficit establecidos con las instituciones europeas, porque Europa los va a exigir en esas condiciones, sean cuales sean el proceso electoral y el resultado electoral.

El mensaje de tranquilidad debe ser que las fuerzas políticas portuguesas, las fuerzas políticas con posibilidades de gobernar, lógicamente, expresen el compromiso de Portugal con la reducción del déficit en los términos acordados con las instituciones europeas: Banco Central y, por supuesto, en primer lugar, con la Comisión.

P.- Presidente, las dos grandes medidas de la lista, la negociación colectiva y la limitación del gasto, son anuncios que ya nos anticipó hace dos semanas y parece que no ha habido mucho avance. Está hablando de abril y tampoco queda mucho tiempo. Entonces, quería saber cómo va a presionar o a convencer a los interlocutores sociales, y en particular a las Comunidades Autónomas, para que apliquen estas reformas, y si considera que ahora son más urgentes por la crisis portuguesa.

Un detalle, si me permite. ¿Ha votado usted en el hipódromo de "El Mundo"?

Presidente.- No. Sobre el detalle, no, sinceramente. Incluso casi no lo he visto.

Sobre las medidas y sus plazos, he de decir que, como es conocido y he reiterado, España, impulsado por el Gobierno de España pero también gracias a acuerdos sociales, ha realizado un amplísimo abanico de medidas, de reformas y de cambios que nos están llevando, afortunadamente, cada día a fortalecer la estabilidad, a alejar las dudas y a despejar incógnitas sobre el presente y el futuro. Ése es mi pleno convencimiento.

Tenemos que seguir haciendo cosas; algunas porque hay que aplicarlas y desarrollarlas. E igual que en materia de pensiones, políticas activas de empleo y otros temas fue extraordinariamente útil el acuerdo social para fortalecer la credibilidad y la confianza en la economía y en el futuro de la estabilidad de nuestras cuentas públicas, un acuerdo en materia de negociación colectiva aportará un valor añadido al amplio capítulo de cambios que estamos llevando adelante.

Si hay que dar quince días o veinte me parece bastante razonable, porque no tenemos ninguna urgencia. Hay que hacerlo y hay que hacerlo en un tiempo razonable; pero saben ustedes que no ha habido desde hace tres décadas prácticamente una modificación a fondo de la negociación colectiva en España, sino que ha habido pequeños cambios, y la tarea en la que están en estos momentos empeñados, en un diálogo que conozco bastante de cerca, tanto empresarios como sindicatos es una tarea de gran alcance. No hay nada más que desee en este momento que lleguen al acuerdo y que podamos cuanto antes traducirlo en un Proyecto de Ley. Solamente ya el acuerdo, aunque tardemos luego en la tramitación legislativa, será una aportación más de confianza.

Sobre estabilidad presupuestaria y modificación para fortalecer el control del gasto hemos hecho medidas efectivas y hemos ganado credibilidad. La reducción del déficit se produjo en el año pasado en los términos acordados para el conjunto de las Administraciones Públicas y caminamos también al cumplimiento de la reducción del déficit hasta el 6 por 100, con el concurso de todos. Unas medidas han sido establecidas a través de cambios legislativos, de normas, como las medidas de recorte de gasto y de reducción de salarios, que saben que afectan a todos los empleados públicos; otras, por acuerdo y las que afectan a una mayor exigencia del control del gasto en las Comunidades Autónomas, junto con las que ya tenemos establecidas, también deben ser por acuerdo.

Estamos empezando a trabajar ya en este diálogo de manera incipiente. Hemos empezado a hablar con algunas Comunidades Autónomas y, a partir de hoy, de este anuncio ya que formaliza el compromiso de hacerlo de manera rápida, vamos a intensificar este diálogo, y mi impresión, a tenor de las posiciones políticas que mantiene el Partido Popular, que, junto con el Partido Socialista, gobernamos la mayor parte de las Comunidades Autónomas, es que ese acuerdo es factible. Será extraordinariamente útil que las Comunidades se autoimpongan más control del gasto, igual que se lo va a autoimponer el Estado.

P.- (Inaudible)

Presidente.- No. Creo que nosotros estamos en una senda de estabilidad y que, más allá de la situación de Portugal, que espero que no dé lugar a ninguna nueva crisis de deuda, nuestra tarea la vamos a hacer. No urge más o menos por la situación de Portugal.

P.- ¿El 2 de abril va a anunciar algo sobre su futuro político o no?

Presidente.- Las cosas del Comité Federal, en el Comité Federal.

Gracias.