Conferencia de prensa del presidente del Gobierno después de la reunión del Consejo de Ministros

30.12.2010

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Madrid

Presidente.- Buenos días.

Como viene siendo habitual en cada final de período de sesiones comparezco ante ustedes para hacer un balance y también para exponer los objetivos y los retos que tenemos por delante en el próximo período. Saben que, además, hoy en el Consejo de Ministros hemos tomado algunas decisiones que tienen impacto ciudadano y que afectan a muchas personas, sobre las cuales quiero hacer un breve comentario inicial, para luego entrar más a fondo en la valoración de la evolución del año 2010 y la perspectiva del año 2011.

Como saben, hoy el Consejo de Ministros ha aplicado medidas en relación con las pensiones y con el Salario Mínimo Interprofesional.

En relación con las pensiones, he de decir que todas las pensiones -subrayo, todas las pensiones-- tendrán una subida del 1,3 por 100 en el año 2011 como consecuencia de la revalorización de las mismas en relación con el año 2010. Además, las pensiones mínimas, que afectan a 3.300.000 pensionistas, tendrán una subida del 2,3 por 100: 1,3 por 100 de revalorización y un 1 por 100 de subida.

He de decir que, como saben, esta subida de las pensiones empieza a entrar en vigor en el mes de enero, al final de enero, en la paga de enero, a través de dos vías: una paga adicional, de una media de 120 euros, que tendrán todos los pensionistas del sistema, es decir, más de ocho millones de personas, más la acumulación de esa subida, que se consolida, del 1'3 por 100.

Por tanto, éstos son los datos de pensiones para 2011: todas las pensiones, todos los pensionistas, van a tener una subida y los pensionistas que tienen una pensión mínima, una subida superior del 1 por 100.

Quiero subrayar este dato y, ante todo, el dato de las pensiones mínimas porque, a pesar de la crisis económica y de las dificultades, seguimos haciendo un esfuerzo especial de solidaridad a favor de esas 3.300.000 personas que cobran una pensión mínima en España; un esfuerzo de solidaridad que ha tenido en la etapa 2004-2010 los resultados del mayor avance de todo el período democrático, porque las pensiones mínimas han ganado un poder adquisitivo del 27 por 100 en ese período, en los años que van desde 2004 a 2010, y siguen en una tendencia, insisto, a pesar de la crisis económica, de subida y de mejora.

Salario Mínimo Interprofesional. El Gobierno ha decidido incrementar el Salario Mínimo Interprofesional en un 1'3 por 100. Saben que el Gobierno que presido ha hecho un esfuerzo especial, singular, por la mejora del Salario Mínimo Interprofesional. Hay un dato que habla por sí solo, que es contundente, de la sensibilidad y del esfuerzo de apoyo a las personas con menos ingresos, con menos rentas, en nuestro país: desde 2004 a 2010 el Salario Mínimo Interprofesional ha ganado un 17 por 100 de poder adquisitivo, de poder de compra, mientras que en el período que va de 1996 hasta 2004 el Salario Mínimo Interprofesional perdió cinco puntos de poder de compra en España.

Es una diferencia sustancial del esfuerzo en favor, insisto, de los sectores con más dificultades; esfuerzo que el Gobierno hace en cada política que aplica: en época de crecimiento, con más capacidad expansiva; en época de crisis, como ahora, con más limitaciones, pero que lo sigue haciendo en pensiones mínimas, en Salario Mínimo Interprofesional y, por ejemplo, en el bono social en la tarifa eléctrica que, como saben, beneficia a cinco millones de hogares, que sólo existe en nuestro país en el contexto europeo y que permite que no haya ninguna repercusión de la subida de la luz para los sectores, las familias, los hogares, con menos ingresos.

Esto es una seña de identidad de un proyecto político que siempre tiene la solidaridad y el apoyo social a las personas y a las familias con menos rentas. En época de crecimiento lo hacemos con gran fuerza; en época de crisis, de manera limitada, pero lo hacemos. Creo que es un buen testimonio de política social.

Las políticas sociales son objeto de análisis en este momento de crisis económica y de debate. Incluso, hay sectores o fuerzas políticas que hablan de los recortes sociales o de que éste es el Gobierno que más recortes sociales ha hecho. Proclamo, y vamos a demostrarlo, que éste es el Gobierno que más ha mejorado las políticas sociales. Para ello, hoy el Consejo de Ministros, que ha deliberado sobre este tema, ha decidido pedir la comparecencia en el Pleno del Congreso, comparecencia que haré yo mismo, para evaluar y analizar la evolución de las políticas sociales en el Estado del Bienestar en los últimos años y las perspectivas de futuro de nuestras políticas sociales y del Estado del Bienestar.

Creo que es un debate de gran interés para la ciudadanía; un debate en el que, insisto, el Gobierno pondrá sobre la mesa los datos de cómo han evolucionado en los últimos siete años las políticas sociales en el Estado del Bienestar (en educación, en sanidad, en pensiones, en vivienda, en ayuda a la familia, en Salario Mínimo Interprofesional y en dependencia) y establecerá sus objetivos y sus prioridades en los problemas para la evolución de esas políticas sociales.

Sin duda alguna, es el objetivo fundamental del Gobierno que presido. Tanto cuando hacemos política económica con reformas… Las reformas en política económica, las reformas estructurales, tienen un gran objetivo: mantener, como estamos consiguiendo mantener, la extensión y la evolución de los pilares fundamentales del Estado del Bienestar y de las políticas sociales en nuestro país.

Insisto, promovemos el debate en el Congreso de los Diputados al que elevaremos un informe exhaustivo sobre la evolución de las políticas sociales en el Estado del Bienestar, el momento actual y la perspectiva de futuro.

Junto a estas decisiones que hoy ha tomado el Consejo de Ministros, voy a hacerles una valoración de 2010 y de los retos que tenemos más importantes por delante en 2011. Y no les extrañará que esa valoración se concentre en la evolución de la economía española, de la crisis económica.

2010 ha sido un año difícil. Hace un año les dije que 2010 debería de ser un año en el que pasáramos de la recesión a la recuperación de la actividad económica. Eso se ha producido. Podemos hoy afirmar que en los cuatro trimestres de este año 2010 la economía española no ha tenido ninguno en signo negativo; por tanto, el Gobierno considera que también el cuarto trimestre va a tener una evolución de crecimiento positivo. Pero sabemos que es un crecimiento lento, débil aún, y, por tanto, que nos queda por delante una tarea muy decisiva para consolidar y fortalecer ese crecimiento.

En segundo lugar, la evolución del factor, del elemento, social más preocupante y más grave de la crisis económica. 2010 ha sido un año en el que se ha perdido empleo. La tasa de paro ha aumentado, es verdad que de una manera mucho menor que en 2009; pero aún, y éste es un objetivo fundamental, no hemos conseguido entrar en la senda de creación de empleo neto. Éste sigue siendo el gran objetivo que tenemos que ver hecho realidad el próximo año.

Tercer factor al que quiero hacer referencia, el factor de la corrección de los desequilibrios estructurales que la economía española presentaba y que se agudizan con la crisis del sistema financiero. La evolución de esos desequilibrios presenta datos alentadores, fundamentalmente en lo que afecta al déficit exterior, que se ha corregido prácticamente a la mitad, que es un factor determinante y que pondrá de manifiesto la capacidad que la economía española tiene en el medio plazo de, a través de un incremento de la productividad, no recurrir al ahorro externo para financiarse, que ha sido, sin duda alguna, el desequilibrio mayor que hemos tenido en el ciclo de crecimiento que va desde el año 1995 al los años 2007-2008. Hay una corrección, por tanto, de los desequilibrios.

Corrección del déficit público. Saben que arrancamos con el compromiso de reducir el déficit público y conocen que en el mes de mayo, a consecuencia de las fuertes tensiones en los mercados extranjeros de deuda a raíz de la crisis griega, tuvimos que acelerar y profundizar la consolidación del déficit público, la reducción del déficit público. Podemos decir que los objetivos de reducción del déficit, que se han producido como consecuencia de las medidas de ajuste duras y difíciles que el Gobierno adoptó a partir del mes de mayo, se van a cumplir en el año 2010 y se van a cumplir en el año 2011, a través de un gran esfuerzo de austeridad: austeridad imprescindible y austeridad necesaria para que nuestras cuentas públicas sean viables, solventes y generen confianza a medio y largo plazo.

Ésos son los desequilibrios más importantes a los que hemos hecho frente; pero sabemos que para ganar esa recuperación económica y para cambiar el modelo productivo que nos permita un crecimiento más sólido en la nueva etapa, en el nuevo ciclo económico, son necesarias reformas estructurales. A las reformas estructurales hemos dedicado una buena parte de la acción política en el año 2010 y a las reformas estructurales dedicaremos una buena parte de la acción política en el año 2011.

Hemos abordado la reforma laboral que aún necesita desarrollo en algunos aspectos concretos, y no menores, como la negociación colectiva, que abordaremos inmediatamente, en los primeros meses del próximo año; una reforma laboral que ha de desplegar sus efectos positivos a favor de la contratación indefinida y a favor de la flexibilidad para las empresas de una manera evidente cuando la recuperación económica y el crecimiento cobren algo más de intensidad.

Reforma del sistema financiero, cumplimentada en las fechas previstas --reforma, básicamente, de las Cajas-- para adecuar el tamaño de nuestro sistema financiero a un mercado más reducido que el que teníamos antes de la crisis. Como saben, ha habido un proceso de reestructuración de las Cajas de Ahorro, que se ha completado a fecha de 24 de diciembre; pero la tarea no ha concluido. La tarea para las Cajas pasa por una transparencia permanente que el Banco de España ha instado, con el respaldo pleno del Gobierno; una transparencia de todos los riesgos que tienen; pasa porque activen todas las posibilidades que la Ley les da para el fortalecimiento de su capital y, por tanto, de su fortaleza, y pasa porque culminen todo el proceso de reestructuración y de acomodación a la nueva situación. Y, sin duda, también el primer trimestre y el segundo trimestre serán decisivos para que nuestro sistema financiero consolide y mejore la solvencia, la credibilidad y la nueva situación, el nuevo tamaño, que ha de tener en la economía.

Reforma de pensiones. Saben que el Gobierno la anunció en enero de este año y saben que el Gobierno se ha comprometido a que el próximo 28 de enero aprobará el Proyecto de Ley para remitirlo al Parlamento. El Pacto de Toledo ayer emitió el informe preceptivo y es una base para el Gobierno del máximo interés, como se pueden imaginar. Pero, sin duda, a partir del 28 de enero, y también durante todo el mes de enero, vamos a tener un amplio debate sobre la reforma del sistema de pensiones. El Gobierno considera que es una reforma imprescindible, que tiene un objetivo claro: situarnos en pensiones y en Seguridad Social al ritmo de las reformas de los países europeos.

¿En qué se traduce eso? Eso se traduce en algo que es bastante fácil de comprender: tenemos que tomar las medidas hoy para que en el año 2025 ó 2030 nuestro gasto público en pensiones esté en la media europea del gasto público en pensiones. Ése es el gran objetivo. ¿Cuál es el mecanismo? También el mecanismo supone que nos sumemos a las reformas que se están haciendo en la mayoría de los países, que sitúan la edad legal en 67 años. Con flexibilidad, pero sitúan la edad legal en 67 años.

España gasta hoy menos en pensiones de jubilación que la media europea, pero en 2025 ó en 2030, si no hacemos nada, gastaríamos tres puntos de PIB más que las previsiones con las que han hecho las reformas los países europeos. ¿Por qué? Por un dato bastante evidente: porque nuestra evolución demográfica determina que en esa etapa --20,20, 2025 ó 2030-- se van a jubilar las generaciones más extensas de la historia de España. Va a haber muchas más personas en ese momento, dentro de quince o veinte años, cobrando pensión de jubilación y, por tanto, si va a haber muchas más personas cobrando pensión de jubilación, para que el gasto público en pensiones no se dispare y sea insostenible tenemos que tomar medidas y hay que tomar las hoy. ¿Para qué? Para que la reforma sea progresiva y no la tengamos que hacer en el año 2020 de una forma brusca y mucho más fuerte.

Tenemos que hacerla hoy porque, además, el gasto público en pensiones y su proyección a medio plazo suponen el factor determinante de la estabilidad de las cuentas públicas, de la estabilidad fiscal de un país. Y eso tiene una gran importancia para nuestra financiación, para nuestra credibilidad y para generar confianza en las cuentas públicas del Reino de España.

Ésa va a ser, sin duda, una reforma de gran calado y habrá otras reformas que vamos a impulsar en este período. Además de completar la reforma del sistema financiero y además de abordar la reforma de pensiones, vamos a abordar, de manera definitiva, todo lo que afecta al sector servicios, en particular servicios profesionales, para seguir liberalizando la economía española, generando más oportunidades de crecimiento, cumpliendo con los planes aprobados y establecidos, como el Plan de Política Industrial, o las leyes, algunas de ellas de gran relevancia, como la Ley de Economía Sostenible, que está a punto de culminarse, o la Ley de la Ciencia y Tecnología.

Esto es lo que quería decirles inicialmente, con una reflexión final. España ha sufrido una crisis económica como consecuencia de la crisis internacional, que tuvo su momento de arranque con más virulencia en el tercer trimestre de 2008; una crisis del sistema financiero internacional. La crisis afectó a nuestro país de una manera singular. ¿Por qué? Porque España es un país que ha tenido un exceso de endeudamiento, fundamentalmente de empresas y familias, canalizado a través del sistema financiero; es decir, un país que crecía y que consumía, en gran medida, a crédito, pidiendo financiación externa; y, cuando se produce una crisis del sistema financiero, que es una crisis de crédito, el impacto en un país que crecía con esa característica singular, que pone de manifiesto un desequilibrio estructural, es un impacto de gran alcance.

Ese alcance, en nuestro caso, ha tenido su manifestación más dolorosa en la pérdida de puestos de trabajo; una pérdida de puestos de trabajo que, de manera directa o indirecta, debo recordar que se ha concentrado hasta en un 75 por 100 en el sector de la construcción; de manera directa o indirecta, porque el sector de la construcción es, sin duda alguna, el exponente máximo de ese desequilibrio estructural de nuestra economía y de esa forma de crecer a través de un exceso de crédito y de un exceso de financiación externa, además, que ha provocado ese desequilibrio.

Es verdad nuestra economía ya no cae, crece ligeramente, y nuestro empleo aún no se ha recuperado; pero tenemos reformas de gran calado que poner en marcha. Reformas, algunas, inmediatas para garantizar la recuperación económica y empezar a crear empleo neto, que será el momento en el que podamos certificar la recuperación definitiva de la economía española; pero, además, reformas de largo plazo que, como afirmé en el Parlamento, nos van a llevar cinco años para tener una economía que crezca con más productividad y, por tanto, que no dependamos en la medida en que hemos dependido de la financiación externa, del ahorro de otros; que seamos capaces nosotros de producir más, de vender más a los demás, de ahorrar y, por tanto, de no tener esa dependencia, de ser mucho más independientes económicamente.

Para que la sociedad en su conjunto, y la economía en particular, alcance las costas de productividad que necesitamos son imprescindibles estas reformas, estos esfuerzos, como han hecho aquellos países que hoy contemplamos como países que crecen con fortaleza, que mantienen empleo o pierden poco empleo a pesar de la crisis, que lo han hecho en distintos momentos en los últimos quince o veinte años. Lo tenemos que hacer ahora, tenemos que hacer estas reformas; reformas que son esfuerzos que constituyen la prosperidad, el bienestar y el empleo de mañana, y ha de ser una tarea colectiva, una tarea de todos, una tarea de acuerdos, de pactos y de consensos. De ahí que vayamos a redoblar el esfuerzo que para culminar estas reformas, las que tenemos por delante --el sistema financiero o las pensiones, por citar las más relevantes--, tenga que tener un amplio acuerdo y que el Gobierno se vaya a emplear en la búsqueda de ese acuerdo.

En definitiva, queda trabajo por delante y queda esfuerzo, pero debo decir, con seguridad, que éste es el camino y éste es el rumbo: reformas y máximo nivel de protección social y de cohesión social; incremento de la productividad y pensar en la economía, en las pensiones y en las cuentas públicas de aquí a veinte años. Si no queremos tener un episodio como el que hemos vivido después de un crecimiento fuerte, pero desordenado; si queremos tener un crecimiento, en el futuro inmediato sólido y ordenado, tenemos que mirar a largo plazo, no a corto. Para mirar a la largo plazo hay que hacer reformas de calado, de fondo, que podemos hacerlas como país y que estamos como preparados como país, con el acuerdo máximo de todas las fuerzas políticas que deben mostrar su responsabilidad al servicio de los ciudadanos.

P.- Empiezo por dos temas que no son económicos y que usted no ha mencionado en su exposición inicial. En primer lugar, le pregunto directamente si va volver a ser candidato del Partido Socialista y, como intuyo que no me va a responder, sí me gustaría pedirle que nos explicara los motivos por los que usted cree que es mejor para su Partido no aclarar este punto.

En segundo lugar, le quería preguntar también por otro de los que han sido temas de este año, las filtraciones de Wikileasks. Aunque varios de sus ministros ya han dicho que son informaciones de parte, sí quisiera preguntarle en qué grado cree que estas filtraciones, estos comentarios, han perjudicado a su Gobierno, dado que da la impresión de que su Gobierno ha actuado con doble moral en algunos asuntos de los que su Partido había hecho bandera en algún momento, como en la muerte de José Couso.

Presidente.- En primer lugar, ni es éste el lugar, ni el momento. O sea, no voy a decir nada de ese tema, como ya intuía usted misma en su pregunta.

En segundo lugar, sobre las revelaciones de Wikileaks en concreto tengo que decir que el Gobierno de España ha mantenido siempre la misma posición, pública y privada, en todos los temas en relación con Estados Unidos, y también con el caso Couso. Eso es lo que quiero decir y, más allá de que sea una información de parte, le puedo asegurar que éste es un tema que a mí directamente me resulta muy sensible, sobre todo, porque se vive una contradicción muy notable. Es verdad que la memoria es frágil y los hechos pasan con tanta velocidad; pero el Gobierno que presido, desde el primer momento, desde 2004, mantuvo en muchos ámbitos un pulso fuerte con el Gobierno del señor Bush; también en las explicaciones sobre los hechos del fallecimiento del periodista Couso.

Eso es lo que sé, lo que afirmo y lo que mantengo, y no haré ninguna valoración más sobre Wikileasks, porque prefiero no hacerla.

P.- Yo quería formularle algunas cuestiones que tienen que ver con la Justicia y el Derecho, pero también con mucho interés social. En primer lugar, la Ley Sinde y de dónde puede proceder el acuerdo. Hay una nueva oportunidad en el Senado, tal vez en el control judicial de las páginas web que faciliten descargas ilegales.

La segunda cuestión son los controladores y la situación de este, digamos, prolongado Estado de Alarma. ¿La negociación va bien? ¿Hay perspectivas de superación del conflicto? ¿Descarta usted la prolongación del Estado de Alarma, una nueva prórroga?

En último término, el Tribunal Constitucional nunca se acaba de renovar. Quería preguntarle si piensa usted convocar de algún modo a la oposición para un acuerdo que facilite que ya el nuevo Tribunal pueda realmente serlo y arrancar con nueva Presidencia.

Presidente.- Sobre la disposición adicional de la Ley de Economía Sostenible, la llamada Ley Sinde --va a ser difícil que podamos evitarlo-- me sugiere una reflexión y un deseo.

Primera reflexión: esta disposición adicional en el proyecto del Gobierno, una disposición equilibrada para garantizar la propiedad intelectual y evitar lo que son las descargas ilegales, la promoción, el uso y el beneficio a través de las descargas ilegales, se sitúa en una regulación equiparable a la mayoría de los países que han abordado esta cuestión. Es verdad que no prosperó parlamentariamente, pero es muy significativa la reacción. Al día siguiente hubo casi una reacción de la mayoría de los partidos políticos como diciendo: "nosotros queremos hacer esto, parece como que no queríamos que esa disposición adicional no prosperase". Incluso, también he visto varios comentarios editoriales en esa dirección.

Por tanto, hay que regular este tema, hay que garantizar la propiedad intelectual, que es propio de países avanzados, hay que respetar los derechos de los internautas, cómo no, y se puede hacer y espero que lo hagamos. Espero que encontremos… Unos partidos han puesto algunas excusas; otros, otras; pero espero que busquemos ese consenso en el que pueda estar razonablemente la gran mayoría de las fuerzas políticas y, además, espero que sea lo antes posible.

Controladores. Como saben, el Ministerio de Fomento está poniendo el máximo empeño en llegar a un acuerdo que, dentro de los parámetros establecidos por el Gobierno, nos abra una vía de tranquilidad en el sector.

Sobre el tema de la alarma diré dos cosas para aquellos que en algún momento dado mostraron sus preocupaciones, y lo respeto y los entiendo desde una perspectiva de sensibilidad democrática del uso de este mecanismo constitucional. Creo que todos los ciudadanos han podido comprobar que, más bien, no ha habido alarma, sino tranquilidad en un servicio público tan importante como el servicio que garantiza la navegación aérea a través de los controladores. Ha habido tranquilidad y el Gobierno no tiene intención de prorrogar lo que es el Estado de Alarma que, como saben, dura hasta el día 15. Entendemos que, una vez iniciada la negociación, estaremos en condiciones de poder llegar a un acuerdo.

Tribunal Constitucional. Hemos operado la renovación del Senado y esperamos que el Partido Popular esté a la altura de las circunstancias también en la renovación del Congreso. Sabe muy bien cuáles son nuestros criterios, razonados y razonables, y esperamos su respuesta.

P.- A la vista de su primera exposición sobre su agenda social, que va a seguir desplegando el próximo año, le preguntaría si, también a la vista de las conclusiones de ayer de la Comisión del Pacto de Toledo y de las reclamaciones, sugerencias, o peticiones, como quiera llamarle, de los sindicatos… Deduzco que el Gobierno va a mantener explícitamente en su Proyecto de Ley el día 28 de enero la edad de jubilación obligatoria a los 67 años, y veo por sus gestos que me lo confirma. ¿En qué medida le preocupa que haya una convocatoria de huelga general por este motivo?

Presidente.- Hace quince años hubo una reforma de nuestro sistema de pensiones, criticada. También originó una contestación social y quince años después se ha comprobado que era una reforma adecuada.

Nosotros vamos a dialogar y respetar a los sindicatos. Entendemos que hay razones poderosas para la reforma que el Gobierno plantea. He dicho que el Gobierno mantendrá la edad legal en 67 años en la reforma, con flexibilidad en función del número de años cotizados y en función del tipo de trabajo que se desarrolle.

Estamos, por supuesto, abiertos al diálogo. Ésta es una reforma que necesita el más amplio consenso posible. El Gobierno siempre está dispuesto a oír las fórmulas de los demás, pero creo que haríamos un flaco favor al país, todos, si no lo hacemos ya porque, fíjese, haciendo la reforma de pensiones ahora se producen hechos que son importantes: primero, por supuesto, a los que son hoy pensionistas, a los que están jubilados, no les afecta, ni a los que están cerca de la jubilación les va a afectar; segundo, si la hacemos hoy, el período para la entrada en vigor, para la consolidación, de los 67 años legalmente como edad de jubilación será un período que vaya desde el año 2013 al 2027. Por tanto, tenemos una margen razonable para hacerlo de manera progresiva, como hay que hacer unas reformas que son de calado para conseguir los objetivos que nos proponemos.

Debo recordar que hay --antes lo he afirmado, lo he recordado, y ahora lo recuerdo nuevamente-- varios países, los países más competitivos, que están creciendo más, que trabajan a largo plazo, que están en la reforma, o que la han hecho ya, de los 67 años; por ejemplo, Alemania o, por ejemplo Francia; países, por cierto, como Alemania o algún otro, que no han revalorizado pensiones durante varios años.

Tenemos que ser conscientes también de que nuestro proyecto como país es un proyecto europeo y que mirar las cosas buenas que hacen en otros países es interesante. Si ponemos como ejemplo, muchas veces a Alemania por sus resultados, no podemos olvidar a la hora de evaluar esos resultados los esfuerzos, las formas y las medidas que ha adoptado y adopta la sociedad alemana. Mi opinión es que nosotros podemos hacerlo con la misma capacidad e, incluso, con una mayor fortaleza de innovación que otros países europeos; pero las medidas estructurales hay que hacerlas.

P.- Yo quería preguntarle precisamente por estas reformas que se van a llevar a cabo. Después de que el Ministerio de Industria, por ejemplo, haya admitido que existe una burbuja fotovoltaica que, en gran medida, vamos a tener que pagar ahora porque se ha inflado a base de subvenciones, y, además, ayudas al carbón, que al final no sirven para producir electricidad; me gustaría saber si el Gobierno se plantea alguna revisión del sistema en la que pueda tener cabida la energía nuclear, si se cambia de actitud o, incluso, si podría darse marcha atrás en la decisión de cerrar Garoña.

También me gustaría saber si el Gobierno va a estudiar en algún momento dado una forma de unificar el mercado interior para evitar que las diferentes normativas de las Comunidades Autónomas frenen el crecimiento.

En todo esto, ¿cabe la posibilidad de que usted llame al líder de la oposición de manera inminente para hablar de estas cuestiones?

Además, me gustaría hacerle una pregunta de carácter político, que no es sobre su sucesión, pero me gustaría saber si cree usted que el Partido Socialista estaría ya preparado para tener a una mujer como líder y si España estaría preparada para tener a una Presidenta mujer.

Presidente.- Son bastantes preguntas y de muy distinta índole.

Sobre política energética en nuestro país, ha aludido, en primer lugar, a lo que ha supuesto el régimen de las primas al sector fotovoltaico y creo que, como sabe, el Gobierno ha decidido una reforma de calado para este sector. Aquí nos movemos en un equilibrio que hay que mantener y, además, en mi opinión, es un debate que la sociedad también tiene que tener y hay que ser muy claros ante los ciudadanos.

Más allá de que el precio de la electricidad en España se sitúe hoy en la media de la Unión Europea, más allá de eso, es verdad que el Gobierno ha hecho una subida fuerte, una subida excepcional, de la luz como consecuencia de diversos factores: por supuesto, el primero, la propia evolución de las materias primas a través de las cuales se produce la electricidad y, también, la caída de la demanda por la crisis económica; una caída de la demanda que dificulta a las empresas eléctricas mantener y financiar el nivel de inversiones que para la generación y distribución se han realizado en nuestro país. Es entendible.

Además, tenemos otros dos factores. El primero, que hemos hecho una apuesta por las energías renovables y, como otros muchos países europeos que han hecho una apuesta por las energías renovables, eso supone un esfuerzo económico. Pero, ¡ojo!, es una inversión de futuro, porque sabemos que tenemos que reducir nuestra dependencia del carbón y sabemos que tenemos que producir más energía a través de lo que se conoce como energías renovables; lo que, además, por cierto, nos está permitiendo tener fuertes empresas en este sector con liderazgo mundial. Es una inversión a medio plazo y, como todas las inversiones, exige un esfuerzo.

Segundo, tenemos, y usted se ha referido a ello, el sector del carbón. Es verdad que aquí siempre vivimos una contradicción. Cuando se pone encima de la mesa lo que cuesta la ayuda al sector del carbón para que produzca energía eléctrica, todo el mundo dice, y es entendible, "esto no puede ser", y, cuando vemos a los mineros reivindicando, haciendo marchas mineras, todo el mundo dice que se solidariza con los mineros. Una cosa o la otra, o mantenemos un equilibrio. El Gobierno ha optado por mantener un equilibrio: reducción progresiva del carbón, pero mantenimiento de la ayuda al carbón por razones sociales y, también, porque es una de las escasísimas fuentes autóctonas que tenemos de producción energética y que tiene una mínima perspectiva de futuro --digo "mínima", porque todavía está lejos hoy de haberse conseguido-- que es la capacidad de secuestrar el CO2 del carbón.

Para ello estamos haciendo una inversión poderosísima en innovación tecnológica y en investigación; pero, si dentro de ocho o diez años, por poner una cifra, conseguimos a través de esa inversión que Europa está haciendo con cinco grandes centros de investigación, uno de ellos en Ponferrada, secuestrar el CO2 del carbón, tendremos una fuente de producción energética con alto valor.

Sé que éstos son argumentos que pueden considerarse de largo plazo o difíciles de llegar al ciudadano en su visión del día a día; pero forman parte de una política necesaria para nuestro país, para un país que sabemos que tiene una gran dependencia energética y que, por tanto, su política energética es clave.

Pero, insisto, tenemos que mantener un equilibrio entre las fuentes de energía, tenemos que seguir profundizando en la liberalización del sector eléctrico y tenemos que apoyar a nuestras compañías del sector energético, que son una parte importante de la economía del país y de nuestra estabilidad financiera. Hemos tenido que hacer esta subida fuerte y excepcional, y hemos tenido que tomar medidas para que el futuro del precio de la tarifa eléctrica sea un futuro razonable, y no tengamos, como hemos tenido que hacer en los últimos años, que elevar el precio de la tarifa por una razón muy evidente, que por cierto los economistas suelen subrayar de una manera permanente, y es que no parece adecuado no trasladar los costes reales al precio de un bien que se produce, y, o, subvencionarlos públicamente, a través de los Presupuestos --podría ser una opción, absolutamente desaconsejable--, o bien, como se construyó un modelo, a través de embalsar, de hipotecar, parte del coste de la producción eléctrica que no se trasladaba a los consumidores, que hemos estado sin trasladar desde el año 2000.

Tenemos que reabsorber esa deuda acumulada porque el precio de la luz ha sido inferior a lo que costaba producir esa electricidad y debemos hacerlo progresivamente para tener una producción energética y una electricidad más razonables, con un coste real, y para que, por supuesto, las podamos estabilizar en un precio que esté en la banda de la media europea.

Sobre otra cuestión, ya he dicho que de futuribles políticos de partido no voy a hacer ningún comentario. Estamos en Moncloa y hoy corresponden temas de Gobierno.

El Gobierno ha venido tomando decisiones importantes de reducción de cargas administrativas en nuestro país, que son, sin duda alguna, palancas para mejorar el crecimiento económico, para favorecer la creación de empresas y para instar a mayor competividad. Dentro de la reducción de cargas administrativas, una parte importante ha afectado a la Administración del Estado; otra, a las Comunidades Autónomas y otra, a los Ayuntamientos; pero, sin duda, una carga administrativa son regulaciones en algunos temas, que son importantes para las empresas, que tienen diferencias que no se justifican entre Comunidades Autónomas, sobre todo, en materia de creación de empresas.

¿Cual es la reflexión del Gobierno al respecto? Éste es un tema en el que las Comunidades Autónomas deben tomar la iniciativa, como ya han hecho en otros sectores, homogeneizando la regulación y trasladando parámetros similares que puedan coadyuvar también a este proceso, en el que todos estamos implicados, de reducción de cargas administrativas.

P.- Me va a permitir que le insista en una pregunta anterior, y que creo que ha quedado sin responder, y es si le asusta o le inquieta la posible convocatoria de una segunda huelga general por parte de los sindicatos vinculada a la reforma de las pensiones.

En segundo lugar, nos ha relatado las reformas que se están haciendo y las reformas que están pendientes. En diversas ocasiones ha reiterado la importancia de sumar al Partido Popular a estas reformas en el Congreso y el Partido Popular parece obsesionado con el anticipo de las elecciones generales. Mi pregunta sería si usted estaría dispuesto de alguna forma a sacrificar lo que es la duración de la Legislatura a cambio de comprometer al principal partido de la oposición en las grandes reformas que necesita este país.

Presidente.- El Gobierno siempre ha trabajado para llegar acuerdos en las grandes reformas. En la reforma del sistema financiero hemos tenido acuerdo con el Partido Popular, en la reforma de las Cajas tenemos acuerdo y aquello que tenemos que abordar en este primer y segundo trimestres del próximo año espero que sea también con acuerdo con el Partido Popular.

En las otras reformas, incluida la política de austeridad, el Partido Popular no ha respaldado. No ha respaldado la reforma laboral, no ha respaldado los planes de austeridad y estamos a la espera de cuál va a ser su postura en la reforma de las pensiones. Fíjense, ésta es la reforma más de país que tenemos por delante. ¿Por qué es de país? Porque es una reforma que afecta a varias generaciones, porque es una reforma que va a afectar a la gestión de varios Gobiernos y porque es una reforma decisiva para nuestra credibilidad en la fortaleza y en la sostenibilidad de las cuentas públicas. Es una reforma en la que, en privado, todo el mundo está de acuerdo que hay que hacerla. ¿Ustedes no han observado eso? La mayoría de los líderes políticos y de opinión que conozco dicen que es clarísimo que hay que hacer una reforma del sistema de pensiones y que, si otros países están llevando la edad legal de jubilación a los 67 años, nosotros también deberíamos hacerlo. Esto es así en el día a día.

Entonces, ¿por qué lo que vale como reflexión sosegada en el diálogo privado no se traduce a una posición pública? Yo creo que a los ciudadanos hay que hablarles y explicarles las cosas tal como son, cuando los datos son elocuentes, y son elocuentes en materia de pensiones.

E insisto: si ahora hacemos una reforma progresiva, será una reforma perfectamente asumible por la inmensa mayoría. Fíjese en que la reforma trata de que los jóvenes trabajadores de hoy tengan garantizada una pensión buena en el futuro, dentro de veinte o treinta años, cuando se vayan a jubilar. Ésta es la reforma y éste es el sentido último de la reforma. Insisto, las generaciones ya jubiladas no tienen problemas y las que se van a jubilar en los próximos tiempos es evidente que tampoco. Entonces, ¿queremos hacer ese esfuerzo de país, de visión de futuro y garantizar pensiones dignas a los trabajadores más jóvenes hoy? Merece la pena y merece la pena que el debate sea un debate abierto; merece la pena.

Desde luego, el Gobierno va a promover el debate público con las fuerzas políticas y con los sindicatos. Los sindicatos son los representantes de los trabajadores que se jubilan hoy, de los que están jubilados y de los que se jubilarán dentro de veinte años, y tienen un especial interés, deben tener un especial interés, en participar en este debate, constructivamente, igual que el Gobierno va a escuchar constructivamente. Pero ¿alguien piensa que el Gobierno aborda esta reforma, la reforma de las pensiones, por algo más que por sentido profundo de la responsabilidad, de responsabilidad con el país? ¿Por qué? Porque si, como Presidente del Gobierno he tenido la posibilidad de subir las pensiones mínimas, con un 27 por 100 de ganancia de poder adquisitivo en estos años, yo deseo que dentro de veinte años podamos seguir haciendo ese esfuerzo como país.

Hoy lo hemos podido hacer gracias a las reformas que hicimos hace quince o veinte años de nuestro sistema de pensiones, y ésta es la lección que la historia nos ha dado. Hagamos hoy la tarea para que dentro de quince, veinte o veinticinco años podamos siguiendo mejorar las pensiones y el Gobierno afronta el debate con el sentido de la responsabilidad y espera la responsabilidad de todos, incluidos los sindicatos, porque los datos puestos encima de la mesa, los datos de cuántos jubilados vamos a tener en el año 2025 o en el año 2030, de cuánto va a costar eso de gasto al conjunto del país, son muy contundentes; los de cómo ha evolucionado la expectativa de vida en nuestro país son datos muy contundentes y los de cuántos años va a estar jubilada la gente, cuántos años va a vivir y va a cobrar pensión de jubilación en 2025 o en 2030 son muy contundentes.

Por tanto, confío en el sentido de la responsabilidad de todos a la hora de afrontar la reforma de las pensiones.

El Partido Popular tendrá que optar sobre si de verdad está por un compromiso a largo plazo con su país o si está en el compromiso más a corto plazo, en otra dimensión. Fíjese, además estoy plenamente convencido de que, una vez puesto el debate en marcha, éste es un debate que la sociedad española va a entender, porque va a haber flexibilidad y progresividad, y espero que el PP esté a la altura de las circunstancias.

Desde luego, lo que sí le puedo decir es que en este año y medio, igual que, como dije, los cuatro o cinco años siguientes que tenemos son decisivos para nuestro país, el Gobierno va a llevar a cabo todas las reformas, va a estar gobernando, cambiando las cosas que hay que cambiar en este país, y lógicamente buscando sus acuerdos y sus apoyos parlamentarios, hasta el último momento, hasta el último día de la Legislatura. Lo vamos a hacer porque es absolutamente necesario e imprescindible.

P.- Yo le iba a preguntar si tenía algún indicio de que el tono empleado por Mariano Rajoy en el último Pleno del año podría tener consecuencias de futuro, pero me imagino por su última respuesta que no tiene ningún indicio.

Al margen de esto, hace exactamente un año, cuando le preguntamos aquí si no se arrepentía de no haber intentado una suerte de reedición de los Pactos de La Moncloa, usted contestó que, entre otras cosas, había diferencias ideológicas insalvables que los habría hecho inviables. A lo largo de este año se ha convertido usted en un defensor acérrimo de unas reformas que han supuesto recortes drásticos del déficit y ahora aboga por un proyecto a futuro que requiere el consenso amplio de todos los partidos políticos. Quería conocer su análisis de su propia evolución personal, es decir, si cree que en algún momento pecó de ingenuo o que le ha podido penalizar la falta de experiencia en política económica.

Presidente.- Espero que la pregunta no tenga nada que ver con el psicoanálisis.

Lo que pasa es que yo le voy a negar alguna de las premisas de las que parte la pregunta, porque que usted se sorprenda de que yo sea partidario de recortar el déficit, cuando en los cuatro años de Gobierno de 2004 a 2008 tuvimos superávit en las cuentas públicas, resulta un poco contradictorio. Siempre dije que el superávit y el déficit eran una cuestión instrumental que había que evaluar a lo largo del ciclo, y le recuerdo que, cuando empieza la crisis económica en 2008, la política de respuesta a la crisis financiera que origina la crisis económica es una política de estímulos fiscales; pero no del Gobierno de España, sino de todos los Gobiernos del mundo, proclamado en el G-20 y en la Comisión Europea. Estímulos fiscales y sostener a las entidades financieras, ésa es la primera fase de la lucha contra la crisis económica.

En segundo lugar, para debatir, porque es imposible en una pregunta y respuesta profundizar en estas cuestiones, precisamente para eso vamos a tener la oportunidad de un gran debate en el Congreso de los Diputados sobre políticas sociales y protección social. Si usted me habla de grandes recortes sociales, yo le tengo que decir que los fundamentos del Estado del Bienestar y de las políticas sociales, que han avanzado desde 2004 de una manera muy significativa y muy poderosa, se mantienen a pesar de la grave crisis económica y fiscal que hemos padecido.

Si algo he procurado mantener, es los avances en educación, en becas, y las mejoras en la inversión para la sanidad, de un sistema sanitario, que funciona tan adecuadamente, universal y gratuito en nuestro país; si algo he mantenido, es la puesta en marcha de la Ley de Dependencia, que atiende hoy a más de seiscientas mil personas y que va a incorporar el año que viene a 130.000; o las políticas destinadas a favorecer la vivienda, ayudas que se han incrementado en un 80 por 100 desde el año 2004; o, como acabo de referir inicialmente, la mejora del Salario Mínimo Interprofesional, que ha tenido una ganancia del poder adquisitivo del 17 por 100 y que este año, aun siendo quizá el más difícil, subimos un 1,3 por 100, haciendo un esfuerzo más por aquellos que tienen menos ingresos.

El proyecto, las políticas y la coherencia son los datos y los datos son contundentes en todo lo que son políticas sociales. Fíjese, hablamos del apoyo a la familia, a la conciliación de la vida laboral y familiar, y hablamos de la protección a la paternidad y a la maternidad. Con el nuevo derecho de paternidad y con las mejoras en el derecho de maternidad estamos con un gasto que duplica el que teníamos en 2004. Quizá la memoria sea frágil, pero hoy hay un derecho de paternidad que no existía y hay unas mejoras contundentes en el derecho de maternidad. Y así podríamos hablar de que se ha extendido la cobertura al desempleo y de pensiones, y no voy a referir nuevos datos.

Pero, digo, si algo caracterizará, cuando se vea con perspectiva, la crisis económica, es el esfuerzo titánico que este Gobierno ha venido haciendo para mantener las grandes políticas sociales, los grandes pilares del Estado del Bienestar; los clásicos y los que hemos ido incorporando en el período de 2004 a 2008.

P.- Cuando usted ha hablado de las muchas reformas que se van a acometer, ha hablado de profundizar en la reforma del mercado laboral. ¿Esta profundización significa que se van a clarificar y flexibilizar las causas económicas que pueden aducir las empresas para acudir al despido de veinte días por año? Eso por un lado.

Luego quería incidir en una pregunta anterior sobre los acuerdos con el Partido Popular. Dirigentes del partido de la oposición decían que el único obstáculo para llegar a un acuerdo era usted. Quería que me comentara esa…

Presidente.- ¡Hombre!, que tengan un espíritu un poco más democrático. Eso es lo que hay que responderles. Es verdad que escuchando a veces al señor Rajoy cómo se dirige a los dirigentes del Partido Socialista, en qué tono… Que tengan un espíritu democrático. Saben quién dirige el Gobierno, que eso es fruto de un resultado electoral y que, por tanto, la obligación en democracia es tener la interlocución, llegar a los acuerdos, si es posible, y favorecer el diálogo; un diálogo sobre el que seguimos insistiendo.

Alguna vez lo he comentado: he hablado con relativa frecuencia con el señor Rajoy de muchos de los grandes temas e importantes, y por supuesto lo voy a seguir haciendo. Si es necesario hablar más, hablaré más para llegar a acuerdos. Desde luego, sistema financiero y pensiones son decisivos. Voy a hacer todo el esfuerzo para que el Partido Popular esté en la toma de esas dos decisiones que, insisto, son fundamentales.

Sobre la reforma del mercado laboral, en efecto, tenemos dos puntos fundamentales de desarrollo de la reforma del mercado laboral: uno es la regulación de los EREs donde, sin duda, habrá que hacer una precisión sobre el famoso despido objetivo y el otro es la negociación colectiva. La más importante, sin duda, de esa reforma, de ese desarrollo reglamentario, va a ser la negociación colectiva. Saben que empresarios y sindicatos tienen un plazo que establece la propia Ley de Reforma Laboral para llegar a un acuerdo, un plazo en marzo. Si no hubiera acuerdo, el Gobierno legislará. Tenemos también pendientes en el desarrollo de la reforma laboral, como sabe, el llamado "modelo austriaco" y alguna otra particularidad, y las iremos desarrollando porque es, sin duda alguna, de gran importancia.

P.- Estamos hablando de pactos y de reformas. Supongo que las reformas amplias necesitan de un consenso amplio yo le preguntaría si, después de este 2011 de sangre, sudor y lágrimas que se nos anuncia, en 2012, o no, trabajará usted para que haya un pacto de amplio espectro entre el nuevo, o no, presidente del Gobierno, y el nuevo, o no, líder de la oposición, un poco siguiendo esta petición que año tras año nos hace el Rey para una mayor unidad política.

Luego, si me permite, dos curiosidades personales. Una de ellas es si la sustitución de un canal de televisión informativo veinticuatro horas por un "Gran Hermano" permanente cree usted que es un síntoma de los tiempos.

Y una segunda curiosidad, que no es tan personal ¿Usted cree que tendremos alguna buena noticia de ETA en los próximos días u horas?

Presidente.- La verdad es que la primera pregunta es un futurible, además con el "sí" o el "no", que no es fácil de responder. Voy a decir lo que es mi opinión, que la he expresado y la podría desarrollar y concretar.

España necesita un período de reformas estructurales y hoy esas reformas son apremiantes y exigen determinación política. Aquí sabemos perfectamente, y los ciudadanos lo saben, que cada partido que apuesta por una reforma que supone un esfuerzo y un sacrificio se la juega. Ésta es la realidad y la realidad es que el Partido Socialista siempre se la ha jugado por España a la hora de hacer reformas, siempre. Para consolidar la democracia, para hacer la reconversión industrial, para la reforma de las pensiones que se hizo en su día…, siempre nos la hemos jugado por nuestro país y por su futuro. Y ahora, también. Los demás tendrán que valorar el sentido histórico que tienen en esta cita con su país.

¿Esos cinco años de reformas exigen acuerdos? Sí. ¿En qué materias? Es claro. Tenemos que ponernos un objetivo de conseguir una productividad a velocidad de crucero y para ello hay que hacer reformas en el sector energético; consolidar el sistema financiero; consolidar y desarrollar la reforma laboral; tenemos que hacer reformas en el Estado de las Autonomías; tenemos que hacer reformas en la educación; tenemos que fortalecer nuestra capacidad innovadora y tenemos que exportar más. Son todos capítulos de calado. ¿Que hace falta un gran pacto? Puede ser un gran pacto o pueden ser pactos singulares sobre los diversos temas, porque le puedo asegurar que la inmensa mayoría de los actores políticos saben cuáles son los temas. Luego, como es natural, y alguien lo recordaba, puede haber diferencias ideológicas. Claro que las hay, pero sí puede haber un mínimo denominador común en muchos temas. Hay temas que tienen más contenido ideológico y otros, menos, y lo hemos visto en las leyes que el Gobierno manda al Parlamento.

Entonces, yo no sé si un gran acuerdo, pero espíritu de acuerdo y de pacto, sí. Insisto, durante, al menos, un período de lo que suponen esta Legislatura y la Legislatura que viene.

Lo repito, el Gobierno del Partido Socialista va a hacer las reformas. Sabe que se la juega y está dispuesto a jugársela, porque siempre nos la hemos jugado por el futuro de nuestro país.

Sobre la violencia terrorista y sobre ETA, no se trata de esperar o no esperar. Se trata de reafirmar dos ideas: una, sólo esperamos de ETA el abandono definitivo de la violencia, el cese total y absoluto, para siempre; y, dos, el Gobierno mantiene su política antiterrorista, de acuerdos con las fuerzas políticas y de firmeza, y la mantendrá hasta que, si se produjera algún día, ETA abandonara definitivamente la violencia.

P.- Presidente, me reclaman la pregunta que es qué le parece el tema de CNN+.

Y aprovecho y le hago ya las otras dos preguntas. Sobre el tema de ETA, ¿le merecen algún tipo de consideración las últimas palabras de Arnaldo Otegi?

Por otro lado, personalmente, usted, que ha reconocido que ha sido un año muy difícil, ¿en algún momento ha pensado o ha tenido la tentación de dimitir o ceder el testigo a otra persona? Y usted acaba de anunciar que hasta 2012 piensa agotar la Legislatura, pero ¿pase lo que pase, aunque la debacle en las Autonómicas sea monumental?

Presidente.- No va a serlo, ¡eh! Queda para las municipales y autonómicas, y sabe que nosotros somos competitivos y trabajaremos fuertemente.

Pero lo he expresado. Ésta es, quizá, de las Legislaturas más inequívocas para terminarla y hacer la tarea que hay que hacer: culminar las reformas y dejar que el conjunto de la sociedad española esté con la confianza suficiente para recuperar esa capacidad que hemos tenido desde la transición democrática, que es una capacidad de saber que podíamos, y podemos, hacer las cosas como los mejores: tener un país con prosperidad, con crecimiento y con creación de empleo.

Sobre la primera cuestión, no merece ni consideración. Las leo y punto. Les atribuyo el valor que pueden tener de alguien que ya ha hecho muchas declaraciones en los últimos años. Aquí el único valor que debemos de esperar, lo único que puede tener valor, como antes decía, es el fin absoluto e incuestionable de la violencia terrorista de ETA. No valen subterfugios ni palabras gastadas. Eso está muy visto ya. No valen. Sólo valen decisiones firmes, inequívocas y contundentes. Es lo único que el Gobierno escuchará, igual que la sociedad española en su conjunto.

En cuanto a la siguiente cuestión, no; en ningún momento. Cuando las cosas son más difíciles, hay que tener más sentido de la responsabilidad, más fuerza y más energía, porque eso es imprescindible para tomar decisiones. Desde luego, en mi caso es así, ha sido así durante todo este año y seguirá siendo así.

Sobre CNN+ voy a hacer una confesión personal: quizá era la cadena de televisión que más veía; quizá no, sin duda. Por tanto, me siento triste, porque creo que era una cadena de un altísimo valor de información y de pluralidad, y, sobre todo, fíjese, era una cadena en la que nunca escuché una palabra malsonante, una palabra gruesa, de nadie hacia nadie. En las sociedades actuales, en general, eso tiene un altísimo valor cívico. Por tanto, mi puesta en valor y mi afecto a CNN+ y a todos los profesionales de CNN+. Lamento el cierre de esa cadena de televisión, lo lamento profundamente.

No quiero pensar que es señal de nada, porque en este país hay grandes posibilidades de hacer cadenas informativas, y espero que ese espíritu se mantenga vivo, de este altísimo nivel. Cada empresa toma las decisiones que toma y espero que en este caso ésta no se la atribuya al Gobierno.

P.- Éste ha sido un año con muchas convulsiones financieras. Le iba a preguntar si prevé que en el próximo también va a haber de éstas.

Muy vinculado con esta pregunta, ¿está ya conjurado, está superado, el riesgo de un rescate a España?

Luego, como ha sido un año muy duro también para usted, le quería preguntar cuál ha sido para usted el peor momento de este año y cuál ha sido su peor vivencia política este año, 2010.

Presidente.- He de decir que sería completamente injusto si no dijera que año duro para los que han perdido el empleo o aún no lo encuentran, y no, desde luego, para el presidente del Gobierno o para los ministros. Ésta es una sensación que la tengo a flor de piel cada día, porque eso es lo que me ocupa más el pensamiento, es decir, pensar en las personas que están con la preocupación grave, con la inquietud y con la angustia de buscar un empleo, que lo han perdido o que no lo encuentran. Como es natural, me siento el principal y el primer responsable de que tengan una alternativa, una expectativa, para sus vidas y para sus trabajos.

Momentos ha habido difíciles. Ha habido momentos difíciles. Se ha dicho en muchas ocasiones que el mes de mayo, quizá, fue un mes de lo más complicado. Hubo una noche muy difícil en el ECOFIN y hubo también una votación parlamentaria que no fue fácil, que superamos pero con dificultades, de aprobar las medidas de ajuste. Nos la jugamos y nos la jugamos por el futuro de este país. Además, aquel día por un voto nos la jugamos y, si ese día no nos la hubiéramos jugado y no se hubiera aprobado ese paquete de medidas, hoy tendríamos una situación extraordinariamente complicada, porque no habríamos podido aplicar con toda la efectividad la reducción del déficit, la austeridad.

Tensiones financieras. Lo hemos dicho y lo mantenemos: tenemos que estar con todas las alertas puestas y tenemos que tomar todas las medidas de transparencia, de consolidación fiscal y de reformas. Son imprescindibles. No han desaparecido las tensiones financieras en los mercados de deuda de la zona euro; no han desaparecido. España tiene argumentos, tiene hechos y tiene decisiones para poner encima de la mesa en este año 2011 que tenemos por delante, especialmente en los primeros meses. Pero no han desaparecido las tensiones financieras, lo hemos visto hasta las últimas semanas de 2010, y, en consecuencia, no podríamos ser tan ingenuos de pensar que por el simple hecho de que cambiemos de año van a desaparecer.

Desde luego, lo que sí le puedo asegurar es que España está fuerte y con determinación, y su Gobierno en primer lugar, para que no volvamos a tener tensiones de la naturaleza que hemos tenido y, por supuesto, para evitar cualquier situación de riesgo sobre la capacidad de nuestro país de financiarse y de mantener su solvencia ante los mercados y ante los inversores. Tengo toda la determinación y toda la confianza en que va a ser así, pero con tensiones. ¿Con dificultades? Sí. ¿Con esfuerzos? Sí. ¿Que afectan a la inmensa mayoría de la sociedad española? Sí. ¿Y que debe de decidir el Gobierno y responsabilizarse de ello? Sin duda y así va a ser.

P.- Presidente, quería hacerle tres preguntas; dos, en materia antiterrorista.

La primera es sobre una información que acabamos de conocer: cuatro guardias civiles han sido condenados a prisión por torturas a los etarras Igor Portu y Martín Sarasola.

En segundo lugar, entiendo que, si ETA anuncia el cese definitivo de la violencia, Batasuna va a poder presentarse a las elecciones.

Y, en tercer lugar, le pregunto por una cuestión que le preguntamos también al vicepresidente Pérez Rubalcaba la semana pasada: por esa sentencia del Tribunal Supremo sobre el modelo lingüístico catalán. Pérez Rubalcaba no se la había leído la semana pasada y quería saber si ya se la leído el Gobierno esa sentencia y si nos puede decir qué le parece que el Tribunal Supremo tumbe la teoría que tenía usted sobre que el modelo lingüístico catalán entra dentro de la Constitución, porque dice que pervierte el modelo lingüístico constitucional.

En último lugar, ¿van a llamar al orden al PSC, que ha firmado por escrito, se comprometido, con CiU a ignorar esa sentencia?

Presidente.- Voy a empezar por el final. Como el vicepresidente primero ha quedado comprometido en hacer un estudio y esto no ha sido objeto de análisis en el Consejo de Ministros de hoy, o sea, le podrán preguntar. Además, saben que es una materia que domina, como otras muchas.

Sobre la sentencia dice que acaba de producirse. Desconozco la sentencia a la que hace referencia y, por tanto, el Gobierno no puede hacer una valoración sobre una sentencia que se acaba de producir, que en este caso afecta a guardias civiles. Lógicamente, la hará el Ministerio del Interior.

Sobre la hipótesis de lo que ETA deba decir o no deba decir para… No hay hipótesis. Aquí hay ordenamiento jurídico y el ordenamiento jurídico es muy claro sobre quienes pueden inscribirse como partidos y concurrir a las elecciones: son los que condenen, rechacen la violencia y no tengan ninguna vinculación con la violencia. Eso hay que acreditarlo, hay que tener una plena documentación sobre esa situación y en todo caso, como usted sabe, la última palabra siempre la tendrán los Tribunales. La opinión del Gobierno es muy clara y por eso hemos actuado en la reforma de las leyes que regulan esta materia.

Sobre el asunto de la condena ya he contestado, ha sido la primera que he contestado. He dicho que el vicepresidente primero se ha comprometido, una vez que se produzca un estudio y valoración por parte del Gobierno de la sentencia, a emitir la opinión del Gobierno. Y lo hará. Lo hará con todas sus consecuencias. Usted sabe que, como todas las sentencias, también tiene que tener un espacio de reflexión y de interpretación, y lo hará el Gobierno en su momento. Hoy, desde luego, no lo ha hecho y creo que en la próxima rueda de prensa del Consejo de Ministros, que será el próximo día 7, podrá tener la contestación a la materia.

P.- Usted ha dicho que ha pedido o va a pedir, su comparecencia, en el Congreso. Mi pregunta es si va a ser para hacer simplemente un balance de las políticas sociales de sus Gobiernos desde 2004 o si va a hacer alguna oferta para que se consiga ese diálogo, ese consenso, del que usted ha hablado también, teniendo en cuenta que el señor Rajoy, que ha hecho también un balance paralelo al suyo en la calle Génova, ha dicho que no se niega a colaborar con el Gobierno siempre que las reformas sean sensatas, ha dicho Rajoy.

Presidente.- Que tengan sentido común, ¿no?

P.- Sí, supongo que querría decir lo mismo.

Y una cosa muy breve. No ha querido usted entrar en el debate sucesorio, y yo le voy a respetar; pero simplemente le voy a preguntar si no cree que ese debate sucesorio, que a pesar de lo que usted quiera se ha instalado, sobre todo en su partido, puede influir negativamente en la acción de su Gobierno, que está centrado en la economía, en las pensiones y en esas cosas.

Presidente.- Pues no. No tiene absolutamente nada que ver lo que sean cuestiones que afectan a otro lugar y a otro momento con la acción del Gobierno que, como los ciudadanos pueden evaluar, es una acción de decisiones y de reformas, con más o menos apoyo algunas que otras en la ciudadanía; algunas, difíciles. Pero somos un Gobierno de decisiones para actuar; como antes decía, para responsabilizarnos de las cosas.

Sobre la expresión o la manifestación del señor Rajoy, dije el otro día, en el último debate que tuvimos en el Parlamento, que había tenido un tono más constructivo y que, además, esperaba que ese tono no fuera sólo fruto del espíritu navideño que siempre se nota en la Cámara. Para los que llevamos muchos años, siempre se nota en la Cámara ese espíritu navideño. Desde luego, vamos a trabajar para que se puedan fortalecer el diálogo y los acuerdos.

La reforma de las pensiones es sensata y él lo sabe. Sabe que hay que hacerla, sabe que es mejor hacerla que acuerdo y también sabe que hay que mojarse. Yo espero que se moje en la reforma de las pensiones. Desde luego, por nuestra parte no va a faltar esa capacidad de diálogo y esa voluntad. Si hoy el señor Rajoy ha vuelto a decir que la tiene, me alegro. Es positivo y ése es el camino.

Muchas gracias.