Entrevista al presidente del Gobierno en el programa "Más de uno", de Onda Cero

29.3.2016

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C. Alsina.- El señor Núñez Feijóo, al que usted conoce sobradamente porque siente un afecto personal y un reconocimiento también político y profesional, me dijo aquí hace un par de semanas que él en este momento se debate en la duda entre repetir como candidato en las elecciones autonómicas de este año en Galicia, o abandonar la política y dedicarse a la actividad privada. El sábado el señor Núñez Feijóo va a anunciar cuál es la decisión que toma: si repite como candidato o deja la actividad política. Le pregunto: ¿tiene usted noticias ya de lo que va a decir el señor Núñez Feijóo? Aunque usted no me lo diga, ¿sabe usted lo que va a decir?

Presidente.- Ha estado muy bien eso de "aunque usted no me lo diga". No entremos en detalle. Yo lo único que espero es que el señor Núñez Feijóo tome una buena decisión para él y para su partido.

C. Alsina.- ¿Ha llamado o ha hablado usted con el señor Núñez Feijóo después de que él dijera esto de "tengo la duda de si sigo o no", para persuadirle de que se quede?

Presidente.- Sí, yo hablo mucho con él, porque voy a Galicia de cuando en cuando y, además, hablamos por teléfono del Gobierno y de las cosas que le pueden interesar a Galicia. Estamos ahora con una operación, precisamente, que sería muy importante para los astilleros gallegos. Hablo muy a menudo con él y, de hecho, no hace muchas fechas estuvimos allí, en Pontevedra, donde hubo el congreso provincial; se hicieron los cuatro. Estuvimos almorzando juntos con tres o cuatro amigos. Lo habitual es que hable con él bastantes veces al mes.

C. Alsina.- Sabe usted que me sorprendió --ésta es una consideración que comparto con usted-- que el señor Núñez Feijóo dijera aquí algo, desde mi punto vista, tan relevante para un dirigente de tanto peso en su partido como "estoy planteándome abandonar la actividad política" y que inmediatamente después no surgiera --iba a decir "un clamor silencioso"-- un clamor sonoro de dirigentes del partido diciendo: "Feijóo no te vayas, Feijóo quédate". Sin embargo, pasó el asunto bastante inadvertido.

Presidente.- En el Partido Popular y, en general, en la vida los clamores se pueden manifestar de maneras muy diferentes. Ya sabe usted que en Galicia los manifestamos de forma distinta a otros lugares de España que son bastante más explícitos y expresivos. Pero también somos nosotros expresivos y explícitos a nuestra manera. Cada uno es como es.

C. Alsina.- ¿Espera usted que el señor Núñez Feijóo tome una decisión buena para él y para su partido?

Presidente.- Sin duda.

C. Alsina.- En mayo del año pasado --ha llovido ya-- a esta misma hora hablé con Juan Vicente Herrera, el presidente de Castilla y León. Igual le llegó alguna noticia de aquella conversación que tuvimos el señor Herrera y yo. Fue muy comentado aquello que dijo del "espejo": "yo le diría a Mariano Rajoy que se mirase al espejo y se plantease si realmente él cree que es el candidato idóneo para la Presidencia del Gobierno". Es verdad que venía de una reflexión previa el señor Herrera, que igual no trascendió tanto en los medios. Él no estaba diciéndole a usted que no se presentara; estaba diciendo que usted tenía la legitimidad para presentarse si usted cree que debe hacerlo, pero que él entendía que había llegado el momento de un relevo generacional en el Partido Popular y que, a lo mejor, ese relevo generacional usted también lo veía necesario.

Presidente.- Lo cierto es que el señor Herrera sigue siendo, por fortuna, porque así lo han querido los vecinos de todos los municipios de Castilla y León, el presidente de la región. Es un hombre que es amigo personal mío y, además de eso, creo que es un extraordinario dirigente político.

Yo creo que en política, como en general en cualquier faceta de la vida, conviene ir ganando amigos por vía de ampliación y no por vía de sustitución. Y éste es un partido que está en un proceso constante de renovación. Fíjese usted, hace diez años casi nadie sabía quién era, o sí sabían pero tenía mucha menos proyección, por ejemplo, la vicepresidenta primera de mi Gobierno o, por ejemplo, la secretaria general de mi partido. Luego llegaron los Maroto, los Pablo Casado, Andrea Levy, Maíllo…, y hay personas que continúan en política y que llevan años. Yo creo que es la mejor manera de funcionar, no sólo en política, sino en una empresa o en una radio. En su programa usted tiene colaboradores más veteranos y colaboradores más noveles, y, por eso, esa mezcla de veteranos y noveles hace que usted dirija un programa de radio de primera categoría y de los más prestigiosos de España.

C. Alsina.- Es usted muy amable, Presidente.

Presidente.- Es un hecho objetivo.

C. Alsina.- Da la impresión de que usted apuesta por el relevo generacional en todos los niveles inferiores al suyo propio; que, cuando el relevo generacional llega a su nivel, entonces hay que frenarlo y lo que se impone es la veteranía como mérito.

Presidente.- No, no. En absoluto. No se impone nada. Se impone la voluntad de la gente, que también es algo muy importante.

Yo llevo muchos años en este partido. Creo que conozco bien el partido. Conozco bien a sus militantes. He pateado toda España y, además, me gusta. Fíjese, si usted me preguntara "qué es lo mejor de toda su etapa en política", mire, haber conocido España de arriba abajo. He estado en todos los pueblos, he hablado con mucha gente y he visto a personas muy diferentes. Eso me ha enriquecido mucho personalmente. He tratado con mucha gente del partido y, mientras yo me sienta útil, seguiré recabando el apoyo de mi partido.

Estos cuatro años han sido difíciles y han sido complicados. Nos ha tocado la crisis económica más fuerte que ha vivido España en décadas. Tampoco ayudó mucho la situación fuera. Le hemos dado la vuelta a la situación en el ámbito de la economía, aunque todavía quedan muchas cosas por hacer en los últimos tiempos; pero yo me siento con ganas y con fuerza, y creo que tener experiencia no es algo negativo; al contrario, creo que es bastante positivo.

C. Alsina.- Explíqueme por qué los concejales de su partido en el Ayuntamiento de Valencia tienen que entregar sus actas de concejales si no han sido todavía condenados por ningún tribunal.

Presidente.- Ellos no han entregado sus actas de concejales, ellos lo que han pedido es la suspensión temporal. Éste es un tema…

C. Alsina.- No, ustedes les han pedido sus actas y ellos han dicho que tururú, que no las entregan.

Presidente.- No sé si se las hemos pedido, francamente; pero no voy a discutirlo. Éste es un tema de una enorme dificultad. Yo creo que hay que ser enormemente contundente contra las personas que cometen actos de corrupción; pero también hay que ser prudente, porque podemos condenar a un inocente. Ha habido muchas personas que fueron imputadas y a las que luego se archivó la causa sin ni siquiera ir a juicio.

Nosotros, en los Estatutos, hemos dicho que se suspenderá de militancia a aquellas personas contra las que se abra juicio oral, salvo, ¡hombre!, casos muy flagrantes de personas que, evidentemente, han hecho lo que no debían hacer. En este caso los concejales han preferido pedir la suspensión. No se ha abierto juicio oral, y no sabemos si se abrirá, porque ésa es otra; pero, en cualquier caso, yo respeto la decisión de los concejales de Valencia y espero que, al final, los Tribunales, en cuyas manos ellos están, digan que no ha habido nada y que, por tanto, puedan volver a su partido.

C. Alsina.- La señora Bonig, que es la presidenta del Partido Popular en la Comunidad Valenciana, lo que dijo en su momento fue que, una vez que se levantara el secreto de sumario, no cuando estábamos a vueltas con las filtraciones que aparecían en prensa, sino una vez que se viera qué es lo que había ahí; si permanecía la condición de investigados de los concejales, ella les solicitaría que entregaran el acta, porque entiende que deben dejar paso a otras personas. Y eso es lo que entiendo yo que ellos no han querido hacer.

Presidente.- Lo que han hecho es pedir la suspensión de militancia en el partido.

C. Alsina.- ¿Será suspendida también de militancia la señora Barberá, en el caso de que ella esté en esta misma situación de investigada o de imputada en su día por el Tribunal Supremo?

Presidente.- Nunca conviene adelantar acontecimientos. Quedémonos con lo positivo. El juez le ha dicho a la señora Barberá que, si quiere comparecer ante él o si quiere mandarle una documentación, que va a hacerlo, y ella ha manifestado su voluntad de colaborar con el juez en lo que él le pida. A partir de ahí, ya veremos cuáles son los acontecimientos que se producen en el futuro.

C. Alsina.- Pero el Partido Popular tiene abierta una investigación interna, ¿no?

Presidente.- El Partido Popular tiene abierto un expediente informativo, efectivamente.

C. Alsina.- Con un instructor.

Presidente.- Con un instructor, sí.

C. Alsina.- ¿Que es quién?

Presidente.- Francamente, entiendo que el que haya nombrado el Comité de Conflictos y Disciplina.

C. Alsina.- O sea, que usted no está al tanto, porque llevamos dos semanas ya desde que empezó esa investigación interna.

Presidente.- Yo estoy al tanto de las grandes decisiones que se toman en el partido, pero no estoy en los detalles.

C. Alsina.- No está al tanto de lo que trasciende de esa investigación realizada por el propio Partido Popular.

Presidente.- No. Eso, lógicamente, en este momento estarán haciéndolo el instructor y el Comité de Conflictos y Disciplina, y no han trasladado nada al Ejecutivo del partido.

C. Alsina.- Usted sí sabe que algunos de estos asesores del grupo municipal lo que le contaron al juez es que ellos hacían una aportación de mil euros a la financiación del partido y, luego, se les reembolsaba con dinero en efectivo, con billetes de quinientos euros. Ése es el presunto blanqueo de dinero.

Presidente.- Sí.

C. Alsina.- ¿Está al tanto de eso?

Presidente.- Eso sí lo he leído.

C. Alsina.- El dinero, ¿de dónde venía?

Presidente.- Eso no lo sé. Eso es lo que tiene que decir el juez.

C. Alsina.- Y la investigación interna de su partido.

Presidente.- Y la investigación interna de mi partido, claro.

C. Alsina.- Que, de momento, no ha arrojado resultados.

Presidente.- De momento, no ha arrojado resultados, que yo conozca.

C. Alsina.- ¿Y no tiene usted una previsión de cuánto puede extenderse una investigación de esa característica?

Presidente.- No, no lo sé. Ya le digo que no estoy encima de esos temas. Estoy en los generales, pero no puedo estar en el detalle de todos los temas.

C. Alsina.- ¿Y por qué algunas personas tienen que abandonar el puesto sin necesidad de haber sido condenadas, por el hecho de ser procesadas, y otras, sin embargo, como el señor Soria, al que usted cita habitualmente cuando habla de estos asuntos, o el señor Imbroda, aun habiendo pasado ya por esa situación de procesamiento, no han tenido que renunciar a sus puestos? ¿Cuál es el criterio que utiliza usted?

Presidente.- En este caso hay una decisión de ellos. Ellos han tomado de pedir la suspensión. Lo que pasa es que son asuntos muy difíciles. Yo le decía antes que, evidentemente, hay que actuar con la máxima contundencia con aquellas personas que sean corruptas. Pero, claro, el hecho de que una persona sea imputada, hoy investigada, o que sea citada ante un juez, no quiere decir que sea un corrupto, ¿no? Usted ha citado algunos ejemplos, como el señor Soria. A mí se me pidió la dimisión del señor Soria, se me pidió en Canarias, y hubo editoriales y hubo comentarios en los periódicos. Pero es que a mí me parecía que era profundamente injusto, y lo fue. El juez del señor Soria fue una señora que hoy es diputada de un partido político.

Luego, el señor Soria fue desimputado y el señor Soria es ministro, y desempeña su función con absoluta normalidad. Lo mismo ocurre con el señor Imbroda o con otras muchas personas. A nuestro portavoz en el Senado se le mando al Tribunal Supremo, el Tribunal Supremo dijo que no había absolutamente nada y, por tanto, la acusación que se le hacía era infundada.

Por eso le digo que debemos ser prudentes. Un juez tarda, a veces, dos años, tres o cuatro en dictar sentencia. Claro, no se le puede decir a una persona que haga un juicio sumarísimo de veinticuatro horas sobre un compañero suyo de partido o, incluso, sobre una persona que pertenezca a otro partido político. Por tanto, contundencia, sí, contra la corrupción; pero también tenemos que ser prudentes, porque podemos hacer daño a personas que no han hecho nada. Y ejemplos de esos, desgraciadamente, tenemos algunos en la vida política y en otra vida distinta de la política.

C. Alsina.- Cuando recibió usted la llamada de broma, ésa que le hicieron de una radio catalana --no sé qué opina usted de estas bromas radiofónicas, de un tipo que se hace pasar por otro; a mí no me gustan--, demostró usted más cordialidad con él Puigdemont falso que la que demostró el otro día cuando se vio con el Puigdemont auténtico.

Presidente.- Para mí, cuando estuve con los dos, los dos eran el Puigdemont auténtico. ¿El señor de la radio? Cada uno ve las cosas como las ve. A mí no me pareció un sistema muy académico de manejarse por el mundo; pero las cosas son como son y tengo que decir que él me pidió autorización para publicar la conversación que habíamos tenido. Yo me lo pensé y, al final, que se publique. Oiga, tampoco pasa nada porque, al final, luego revelaba lo que yo pensaba, que es que yo estaba dispuesto a verme con el señor Puigdemont.

En esta ocasión también nos vimos. Era con ocasión del aniversario de la muerte de las víctimas del terrible accidente de Germanwinds, la filial de Lufhtansa. Ya estuvimos en los Alpes con la señora Merkel y el señor Hollande. Estuvimos con las familias. Lógicamente, estas cosas son durísimas, porque fue un accidente terrible por las circunstancias en las que se desarrolló.

La relación con el señor Puigdemont creo que fue razonable. He leído en algunos sitios que si era muy fría. Todo eso es muy complicado de medir, pero creo que fue muy razonable. Estuve con él, con el señor Junqueras, con la presidenta del Parlamento y la alcaldesa, y todo fue muy normal. En fin, somos gente normal.

C. Alsina.- Pero, si usted, Presidente, en conversación con el falso Puigdemont, que usted pensaba que era el auténtico, lo que le manifiesta es "en cuatro días cerramos una fecha, hablamos y nos vemos, y estoy deseando que lo hagamos", y luego se ve con el Puigdemont auténtico y no han quedado ustedes ni en reunirse ni en verse, tengo que sacar la conclusión de que es Puigdemont el que no quiere verse con usted.

Presidente.- Ya no vamos a liarla. Yo creo que el señor Puigdemont y yo nos veremos.

C. Alsina.- ¿Cuándo?

Presidente.- Eso no lo sé.

C. Alsina.- ¿Cómo de inmediato desearía que fuera la cita?

Presidente.- No entremos en mayores detalles, pero creo que es bueno que tengamos una conversación.

C. Alsina.- ¿En qué términos?

Presidente.- En términos razonables, como siempre tienen las conversaciones las personas civilizadas.

C. Alsina.- Me imagino que no se van a pegar ustedes. Pero ¿qué quiere usted decirle al señor Puigdemont abiertamente, así, en un mano a mano?

Presidente.- Tenemos muchas cosas pendientes. De hecho, ya ha habido reuniones entre representantes del Gobierno de la Generalitat y del Gobierno de España. Tenemos muchos temas pendientes en el área económica. En el área política tenemos unas discrepancias que todo el mundo conoce. Mi posición de defensa de la unidad de España, de la soberanía nacional y de la igualdad de los españoles no es negociable, entre otras cosas, primero, porque pienso que hay que mantenerlo; pero, sobre todo, porque eso les compete a los españoles y no al señor Puigdemont, ni a mí, ni a usted, ni al Parlamento siquiera, sino al conjunto de todos los españoles. Pero yo creo que la gente hable es bueno; de cualquier cosa es bueno.

C. Alsina.- ¿Ha leído usted que el señor Rodríguez Zapatero, en una entrevista que publicó el domingo en "La Vanguardia", una entrevista de Enric Juliana, decía que él entiende que la solución es volver al Estatut, al texto del Estatuto antes de que fuera modificado por el Tribunal Constitucional? ¿Qué le parece esa idea?

Presidente.- Pues que respeto mucho al señor Rodríguez Zapatero pero, claro, volver a un Estatuto que todo el mundo sabe que es contrario a la Constitución y que, además, el propio Tribunal Constitucional ha dicho que es contrario a la Constitución no me parece algo demasiado razonable. Respeto su opinión, pero no la comparto.

C. Alsina.- También decía Rodríguez Zapatero que él confía en que usted algún día diga públicamente que considera que fue un error recoger firmas contra el Estatut y combatirlo tan duramente. Sonaba a que usted ya se lo había dicho a él en privado y que él estaba esperando que usted lo dijera en público.

Presidente.- Pues, si sonaba eso, no sonaba bien. Era un sonido no acorde con la realidad y con la verdad, por tanto.

Yo creo que ya tiene poco sentido estar revisando la historia y lo que pasó. Yo no voy a decir aquí lo que hizo el señor Rodríguez Zapatero con el Estatut y lo que hizo antes, y, por tanto, tampoco vamos a hablar de las firmas; pero, en cualquier caso, yo creo que oponerse a algo que contradecía la Constitución Española, la Ley y las normas es algo muy razonable y que era obligación del Partido Popular hacerlo, y así lo hicimos.

C. Alsina.- Tengo dos últimas preguntas, Presidente, si no le importa y si tiene tiempo.

La semana pasada estuve en La Habana contando la visita de Barack Obama a la isla de Cuba y el cambio de política de los Estados Unidos. Volvió a decir allí el presidente Obama que él entiende que es hora de levantar el embargo comercial de los Estados Unidos a la isla de Cuba. Le quiero preguntar por su opinión, su criterio, sobre este asunto y si usted comparte ese análisis de Obama.

Presidente.- Sí, lo comparto absolutamente. Lo he compartido siempre. El embargo a quienes perjudica es a los ciudadanos, que no tienen la culpa del régimen político que sus dirigentes han decidido por sí y ante sí.

C. Alsina.- ¿La posición española es contraria a las sanciones a Cuba? ¿El Gobierno de España está por cambiar o dejar atrás definitivamente la posición común que en su día impulsó el Gobierno de José María Aznar? ¿Estamos en esa fase?

Presidente.- Sí. De hecho, ya en la Unión Europea se está hablando de eso. En este momento lo que todos deseamos fervientemente es que Cuba vuelva a la democracia y sean los cubanos los que sean, efectivamente, dueños de su propio destino. Creo que se están dando pasos en la buena dirección y ojalá que acaben concretándose en el futuro. Sería uno de los acontecimientos más importantes en mucho tiempo.

Para nosotros Cuba tiene valores de todo tipo; desde luego, un valor sentimental. Hay mucha gente que ha ido allí. De hecho, Fidel Castro era gallego, era de origen gallego, de un pequeño pueblo de la provincia de Lugo, y creo recordar que estuvo en Galicia siendo Fraga precisamente presidente de la Xunta. Fraga estuvo también en Cuba.

Debe haber en este momento en Cuba más de cien mil ciudadanos españoles. Somos el tercer país en intercambios comerciales con Cuba, tenemos el 60 por 100 de las instalaciones hoteleras y tenemos allí mucha historia, y una parte muy sustancial de nuestra vida está allí.

Es un país muy querido para los españoles y queremos que estos primeros acontecimientos que se están produciendo vayan dando lugar en el futuro a la instalación de un sistema democrático.

C. Alsina.- Algunos empresarios españoles que están presentes con inversiones desde hace tiempo en Cuba se lamentaban de la poca presencia del Gobierno de España en este momento tan relevante desde el punto de vista histórico. Envidiaban un poco la posición del Gobierno de Estados Unidos, del Gobierno francés --estuvo François Hollande allí--, del Gobierno de Canadá o del de Austria. Echaban de menos una presencia mayor de autoridades españolas en Cuba.

Presidente.- En el año 2014 estuvo el ministro de Asuntos Exteriores y en el año 2015 estuvo el ministro de Industria, Energía y Turismo. También estuvo el ministro de Economía y aquí vino el vicepresidente del Gobierno cubano, y también el ministro de Economía. Es decir, creo que hay contactos, que hay reuniones y que estamos teniendo una presencia que es razonable.

Pero, insisto, lo más importante es la cantidad de españoles que viven en Cuba, que probablemente puedan ser más en el futuro, e, insisto, también empresarios que están invirtiendo allí. Somos el tercer socio en intercambios comerciales. Creo que eso es muy positivo y en el futuro espero que eso tienda a mejorar.

C. Alsina.- Me han contado que ha aceptado usted la invitación de Jordi Évole para estar en el programa "Salvados" este próximo domingo.

Presidente.- Sí, señor. No es la primera vez. Es la primera vez en los últimos tiempos, pero sí he estado ya alguna vez en el programa del señor Évole.

C. Alsina.- Me dice Jordi que le ha costado Dios y ayuda convencerle a usted para que vaya al programa.

Presidente.- Tampoco es para tanto. Cada uno ve las cosas como las ve, ¿no? Lo que pasa es que estas cosas llevan su tiempo y ésta ha sido una temporada muy dura. Podía haber estado en más medios de comunicación, es verdad.

C. Alsina.- ¿Es una autocrítica que usted ya hace abiertamente?

Presidente.- Tanto como abiertamente, no.

C. Alsina.- La acaba de hacer. Estuvo tres años, digamos, demasiado ausente de los medios de comunicación.

Presidente.- Los dos primeros años eran de una enorme complicación. Eran tiempos de catorce horas diarias, mucho Bruselas, mucha discusión, mucha negociación… No eran fáciles. La prioridad era intentar evitar una situación calamitosa.

C. Alsina.- Presidente, el discurso que hizo usted en la sesión de investidura de Pedro Sánchez tenía un preámbulo, si se me permite la expresión, "muy coñero", y, yo entiendo, de una cierta calidad literaria. ¿Usted escribe, además de leer?

Presidente.- No. Lo que pasa es que…

C. Alsina .- ¿Escribe en secreto?

Presidente.- No. Tuve tiempo para preparar el discurso. Ya sabe, sin que esto suene a…, aquello que decía Churchill: "me voy a preparar la improvisación que voy a hacer mañana en el Parlamento".

C. Alsina.- ¡Me lo va a decir a mí!

Presidente.- A cualquier sitio se va mejor preparando las cosas que sin prepararlas y para preparar ese discurso tuve tiempo; para preparar otros he tenido menos tiempo. Las cosas son como son.

C. Alsina.- Le dijo usted a Bieito Rubido en "ABC" que cree usted que en España se lee poco, ¿no? Se lee poco y se lee poca historia.

Presidente.- Sí. Yo creo que es importante leer. Es la pelotera que tengo con mis hijos de manera continuada, sobre todo en el mundo de las máquinas en el que estamos viviendo. Pero leer da peso, da fundamento, hace pensar y lo hace a uno libre, que es lo más importante que se puede ser en la vida.

C. Alsina.- ¿Qué está leyendo ahora?

Presidente.- Ahora me he leído, estos días de Semana Santa, un par de libros: el último de Vargas Llosa, "Las cinco esquinas", que cuenta una historia… Es una historia de la vida, pero la novela está ambientada en la época de Fujimori y Montesinos; está bien. Y también he leído uno de Eduardo Mendoza, que también está ambientada en Barcelona, como una mayoría de las novelas de Eduardo Mendoza. Está bien. No recuerdo el título exacto, pero es sobre una modelo. Algo de una modelo es el título y es una novela policiaca, que es interesante. Relaja, descansa mucho y es muy bonita. Supongo que, sobre todo para los que viven en Barcelona, aparecerán allí muchas calles y muchos sitios que yo no conozco, pero ellos sí, con lo cual les hará más gracia.

Esto fue lo que he leído en Semana Sanita y ayer lunes ya empecé con las conclusiones del Consejo Europeo. ¡Fíjese usted cómo cambian las cosas en la vida!

C. Alsina.- Lo dice usted con resignación.

Presidente.- Cristiana.

C. Alsina.- Cuando vea a Puigdemont, sea pronto o sea tarde, le puede llevar el libro de Mendoza para romper el hielo.

Presidente.- Pues me ha dado usted una idea.

C. Alsina.- Presidente, gracias por este rato.

Presidente.- Gracias a usted. Ha sido un placer.

C. Alsina.- Y seguiremos viendo cómo evoluciona la situación política. Cuídese.

Presidente.- Muchas gracias.