Buenos días a todos. Comparezco ante ustedes para hacer balance de lo que ha sido este año 2014 que está a punto de concluir.
Como saben, acaba de terminar la última reunión del Consejo en la que, entre otras cosas, hemos aprobado los decretos sobre revalorización de las pensiones en un 0'25 por 100 y del Salario Mínimo Interprofesional en un 0'5 por 100.
También hemos prorrogado tres meses más la tarifa plana de cien euros a la cotización a la Seguridad Social por la contratación indefinida. La prórroga será aplicable a las empresas que formalicen contratos de carácter indefinido entre el 1 de enero de 2015 y el 31 de marzo del mismo año.
Además, hemos aprobado nuevas medidas de sostenibilidad financiera para las Comunidades Autónomas y las Entidades Locales. Hemos aprobado también el Anteproyecto de ley de Auditoría de Cuentas y el Acuerdo sobre la Estrategia de Acción Exterior.
En el caso de las pensiones y el Salario Mínimo Interprofesional, quiero subrayar que, si bien son subidas modestas, tienen un mayor efecto en capacidad de compra respecto al dato nominal, porque coinciden con una tasa de inflación igual a cero o negativa. La subida del Salario Mínimo Interprofesional coincide, a su vez, con la subida media pactada en los convenios por los agentes sociales, que se sitúa también en el entorno del 0,5 por 100 en 2014.
Encontrarán la información sobre todos los acuerdos en la Referencia del Consejo de Ministros y, si quieren, podemos volverá a ello en las preguntas posteriores.
En cuanto al balance del año, intentaré ser breve, pero ha sido un año intenso, con muchos asuntos que han ocupado nuestro interés a los que no puedo dejar de hacer mención, aunque sea de manera muy sucinta.
Como saben, nuestra principal prioridad sigue siendo el bienestar de los españoles y así será hasta que recuperemos el que se llevó la crisis económica. Desde ese punto de vista, si ustedes recuerdan, hace un año les pronostiqué un 2014 mucho mejor y esa previsión se ha cumplido con creces.
En el segundo y tercer trimestre de este año se han creado en España 550.000 empleos, en términos de la EPA, y a falta de conocer los datos de diciembre, la Seguridad Social ha incrementado durante este año en 338.000 personas el número de sus afiliados. En los últimos doce meses la afiliación ha crecido un 2.5 por 100, es decir, más de 400.000 personas. Estoy convencido de que los datos correspondientes al mes de diciembre, que se publicarán, como saben, en pocos días, van a confirmar esta tendencia.
Como saben, el empleo es para el Gobierno un asunto central y en ese aspecto el cambio registrado en este año 2014 ha sido sustancial: después de siete años de crisis y caídas ininterrumpidas, este año, por primera vez desde 2007, se ha creado empleo neto en España. Ése es el cambio más importante y el que marca un antes y un después. Hemos pasado de destruir empleo a crearlo, de aumentar el paro a reducirlo.
"El año que viene, cuando comparezca de nuevo ante ustedes, habrá en España menos personas en paro y más personas trabajando y cotizando a la Seguridad Social". Éstas son las palabras que pronuncié ante ustedes hace doce meses. El pronóstico se ha confirmado plenamente y, con ese aval, hoy me atrevo a decirles, en esta cuestión del empleo que para nosotros es crucial: 2015 será un año mucho mejor que 2014.
Quiero decirles también que cada uno de los números de las estadísticas de empleo es mucho más que una magnitud económica. Cada una de esas cifras corresponde a una persona. Las personas que han encontrado un empleo este año son personas más satisfechas y más seguras; pero también son un motivo de esperanza para todos aquellos que todavía no han encontrado empleo.
Desde enero y hasta noviembre se han creado en España 71.500 nuevas empresas. La creación neta de empresas aumenta a un ritmo de casi el 5 por 100 respecto al año pasado y del 10 por 100 respecto al año 2011. La Seguridad Social ha recuperado ya una buena parte de las empresas que se habían dado de baja durante los peores momentos de la crisis. España ha adelantado diecinueve puestos en el informe del Banco Mundial que mide la facilidad para crear empresas y la eliminación de las trabas burocráticas.
La competitividad que ha ganado nuestra economía, el 2'3 por 100, gracias a las reformas se plasma en el gran comportamiento del sector exterior. España es uno de los países desarrollados con mayor dinamismo exterior. Nuestras exportaciones suponen el 34 por 100 del PIB, muy por delante de países como Estados Unidos, Japón o Francia, y también superamos a Italia o Reino Unido. Entre los países del G-7 sólo nos supera Alemania en capacidad exportadora.
La corrección de los desequilibrios de nuestra economía nos ha convertido en un país de referencia para los inversores internacionales. Estamos entre los diez países del mundo que más inversión directa reciben y somos el primero de Europa.
Quiero destacar, por último, el control de la inflación, que ha sido, en el conjunto del año, del 0 por 100. Este hecho tiene dos lecturas fundamentales: la primera es que llevamos catorce meses recortando nuestro diferencial con la media de la Unión Europea y especialmente con Alemania; es decir, ganamos competitividad para nuestras exportaciones. En segundo lugar, una inflación estable, como les decía, tiene un enorme componente social, porque mantiene la capacidad adquisitiva de salarios y de prestaciones sociales. Por eso este año 2014 las pensiones, lejos de reducirse o congelarse, habrán ganado algo de poder adquisitivo y el resto de las rentas, con unos precios del consumo en retroceso en estos últimos meses, también lo están ganando.
En resumen, como ya he dicho en alguna ocasión, éstas son las primeras Navidades de la recuperación: recuperación en términos de empleo, de crecimiento económico y de actividad.
En apenas tres años, los españoles han conseguido dar la vuelta a la situación y a la imagen del país: donde antes se percibía desconfianza, hoy encontramos seguridad; donde antes se destruía empleo de manera sistemática, hoy vemos un proceso continuado y creciente de creación de puestos de trabajo y de recuperación de las cotizaciones a la Seguridad Social. Si el año pasado la economía se contrajo un 1'2 por 100, este año habrá crecido un 1'3 o un 1,4 por 100, según los datos del Banco de España; es decir, un vuelco de más de dos puntos y medio.
Ésta es la realidad: España crece más que la mayoría de nuestros socios europeos y es el país que hoy en día más empleo crea en Europa. Ya sé que a algunos les cuesta creerlo, pero ésa es la realidad que ya nadie puede negar.
Quiero decir que nunca hemos engañado a los españoles sobre la situación de nuestra economía, nunca. No lo hemos hecho ni cuando las cosas estaban muy mal, ni ahora que van mejor. Nunca hemos caído en el triunfalismo. Siempre hemos sido prudentes y siempre hemos querido que la realidad nos corrigiera nuestras previsiones en positivo y no a la baja.
Ahora seguimos siendo prudentes; pero desde esa prudencia puedo asegurar que España crece económicamente, que crece con bases sólidas y que lo hace claramente por encima de la media europea. Más aún, puedo asegurarles que, si las condiciones favorables en el entorno internacional --tipo de cambio del euro o precio del petróleo-- se mantienen, 2015, que será un año bueno, puede ser un año muy bueno para nuestra economía.
Si el año 2012, como ya les dije en alguna ocasión, fue el año del ajuste y 2013 el de las reformas, 2014 ha sido el de la recuperación y 2015 será el año del despegue definitivo de nuestra economía.
Insisto, éstas son las primeras Navidades de la recuperación y digo las primeras porque tendrán que venir más. Necesitamos que este impulso se mantenga en el tiempo para recuperar las secuelas que ha dejado la crisis en la sociedad española. Ése también es un objetivo que se ha marcado mi Gobierno.
Señoras y señores, cuando destaco tanto los datos de la evolución económica es porque constituyen los pilares de las políticas que buscan el bienestar de los españoles.
Me gustaría detenerme unos momentos sobre la cuestión de la política social, porque creo que es importante aportar datos y que no sólo escuchemos eslóganes sobre este asunto.
España ha conseguido superar la peor etapa de la crisis, la peor, sin menoscabar lo sustancial de nuestro sistema de protección social. Más de la mitad del gasto contemplado en los Presupuestos Generales del Estado, casi el 54 por 100, es gasto social.
Dentro de este capítulo merece una especial referencia el sistema de pensiones públicas. En el Debate de Investidura, celebrado ahora hace tres años, como a buen seguro recuerdan, puse una línea roja en el ámbito de los necesarios ajustes: las pensiones. Y así, mientras otros países se han visto obligados a recortar sus pensiones entre un 10 y un 15 por 100 de media, en España se pagan más pensiones y más altas que antes de comenzar la crisis y no ha habido que hacer esos recortes. En 2014 se están pagando cuatrocientas mil pensiones más que en 2011 y en el próximo año, que comienza dentro de unos días, dedicaremos al pago de las pensiones más de 360 millones de euros al día, hasta alcanzar una cifra record que se acercará a los 132.000 millones de euros.
En cuanto a prestaciones por desempleo, las cifras definitivas correspondientes al pasado ejercicio superaron los 30.000 millones de euros, es decir 82,5 millones de euros cada día en pagar prestaciones por desempleo.
Y ya que hablamos de desempleo quiero destacar que las políticas de fomento del empleo crecerán el año que viene un 16,5 por 100. Ello es consecuencia del Acuerdo Social para la activación del Empleo que firmamos hace unos días, en esta misma sala, con los representantes de organizaciones sindicales y las patronales. Se trata de un acuerdo por el que más de cuatrocientas mil personas recibirán ayuda para lograr su integración efectiva en el mercado laboral. Quiero insistir ahora en lo que ya dije entonces: después de tanto esfuerzo realizado en estos tres años, los españoles se han ganado un margen para poder hacer este tipo de políticas que llevan la esperanza a las personas. Antes no podíamos hacer determinados programas de actividad económica, no era posible; ahora ya es posible y por eso los hacemos.
Si me permiten, también me gustaría poner de manifiesto el importante componente social que supone la reforma fiscal que entrará en vigor el 1 de enero. Como saben, esta reforma supone una bajada general de impuestos, el 12,5 por 100, pero tiene como principales beneficiarios a las personas con rentas más bajas: 1.600.000 contribuyentes dejarán de tributar y aquellos con rentas inferiores a los doce mil euros cobrarán su sueldo de enero ya sin retenciones. El descenso medio para aquellos españoles cuyas rentas no sobrepasen los veinticuatro mil euros será del 23'5 por 100. Además, las familias numerosas y aquellas que tengan personas discapacitadas a su cargo tendrán un impuesto negativo; es decir, cobrarán la deducción íntegra de forma que, si sus rentas no les permiten acceder a la deducción completa, podrán obtenerla mediante un cheque del Estado.
Creo, sinceramente, que esta reforma fiscal, no sólo va a poner en los bolsillos de los contribuyentes nueve mil millones de euros; creo que va a ser el espaldarazo definitivo al crecimiento económico y a la competitividad empresarial en nuestro país.
Señoras y señores, también quiero hacer mención en este balance de final de año a Europa y a los cambios que llegan desde allí.
Desde hace décadas Europa es el gran proyecto que convoca y que aglutina al conjunto de la sociedad española. Lo que en su día fue un sueño, hoy se construye paso a paso, dato a dato, realidad a realidad. Y en este año ese proyecto europeo también ha avanzado sustancialmente.
Después de las elecciones y de la renovación que han traído a las instituciones europeas, España consiguió una comisaría doble de gran importancia, ya que se refiere, ni más ni menos, que a los asuntos de energía y cambio climático. Creo que la experiencia, el conocimiento y la actitud de Miguel Arias Cañete es el mejor aval para defender los cambios que Europa necesita acometer en esta área y que tanta importancia tienen para nosotros. En este aspecto es destacable que las demandas españolas sobre interconexiones energéticas hayan sido asumidas como prioridades de las políticas comunitarias
Éste ha sido también el año en el que ha echado a andar la Unión Bancaria, una pieza fundamental del proceso de construcción europea y un instrumento para que no se repitan crisis financieras como las que hemos vivido recientemente. También en este año se han sentado las bases del plan de reactivación económica para el continente, que ha presentado el presidente de la Comisión, el nuevo, Jean Claude Juncker.
Creo que también es conveniente recordar, en lo que supone de recuperación de la imagen internacional de España, el hecho de haber logrado entrar a formar parte del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas como miembro no permanente durante los dos próximos años. Desde ese Consejo, España seguirá defendiendo los principios en los que se asienta nuestra convivencia: la libertad, el respeto a los derechos humanos, la democracia y la cooperación entre las naciones.
En otro orden de cosas, una de las principales preocupaciones de los españoles durante este año han sido las relacionadas con los asuntos de corrupción. Es una preocupación lógica, justificada y compartida por el Gobierno. La acumulación de escándalos relacionados con la corrupción causa alarma social, quiebra la confianza de los ciudadanos en sus representantes y extiende una sombra de sospecha sobre todos los políticos honrados.
Desde el inicio de la Legislatura, el Gobierno ha adoptado medidas de mayor control de la actividad de los partidos políticos y sus finanzas; pero este año ha ofrecido una respuesta integral y ambiciosa a esta preocupación. Hemos presentado ante el Parlamento un amplio paquete de medidas administrativas y legislativas para mejorar la lucha contra la corrupción y hacer frente al deterioro que estos casos están produciendo en la confianza de los ciudadanos en las instituciones. Ahí se encuadran la Ley de Enjuiciamiento Criminal, cuya reforma acabamos de aprobar, la Ley de Control económico y financiero de los partidos políticos, y el Estatuto del Alto Cargo, y también las enmiendas que acabamos de presentar recientemente al Código Penal. Además, como ustedes saben, hace quince días se ha puesto en marcha el Portal de la Transparencia que sienta una nueva forma de relación entre los ciudadanos y la Administración.
Señoras y señores, toda esta labor reformista, la que hemos hecho a lo largo de este año y de lo que va de Legislatura, ha sido posible gracias a la estabilidad: estabilidad política y estabilidad institucional. Esto es lo que nos ha permitido pisar suelo firme para poder avanzar en las reformas de todo tipo que hemos emprendido.
Por eso defiendo, y seguiré defendiendo, que la estabilidad es una virtud que hace avanzar a las sociedades, que da seguridad a las personas y a las empresas, y delimita el marco de las discrepancias entre las distintas formaciones políticas. Eso es lo que significa para mí la estabilidad que nos ha garantizado la Constitución de 1978.
Por lo que se refiere a Cataluña, lamento que algunos hayan abandonado lo que debe ser la prioridad de cualquier gobernante: solucionar problemas en vez de crearlos y atender al bienestar de las personas. El Gobierno de España va a seguir velando por los intereses de los ciudadanos de Cataluña, apoyando a sus empresas, trabajando para que allí también haya una sólida recuperación lo antes posible y, desde luego, propiciando la concordia y el entendimiento entre catalanes.
Y hablando de estabilidad institucional, no puedo terminar este balance del año sin hacer mención a la manera modélica en que se produjo, también en 2014, el relevo en la Jefatura del Estado. Quiero reconocer, una vez más, a Don Juan Carlos su entrega para con los españoles durante tantos años y felicitar a Don Felipe por el excelente desempeño de sus funciones durante estos primeros meses de su reinado, como hemos podido constatar hace unas horas con su primer mensaje navideño.
Y quiero, por último, felicitar a los trabajadores de la Sanidad española que han sabido hacer frente a una crisis tan grave como fue el caso del contagio del ébola. Todos nos felicitamos de que Teresa Romero este viva y que nadie más haya resultado contagiado en este brote. Eso también demuestra el nivel de nuestro sistema sanitario y la entrega de sus profesionales, algo de lo que todos nos sentimos muy orgullosos.
Termino ya. Ha sido un año intenso, un año en el que hemos seguido trabajando con el objetivo primordial de salir de la crisis y consolidar la recuperación de la economía y el bienestar de los españoles.
Todos los indicadores de nuestra economía demuestran que hemos pasado lo peor y ahora llega el momento de recoger los frutos de tanto esfuerzo. Ahora es cuando no se puede ni bajar la guardia, ni dar marcha atrás. No se puede poner en peligro la recuperación que ha comenzado y que nadie puede negar. Dar marcha atrás en las reformas sería tanto como dar marcha atrás en la senda de la recuperación.
Sin duda, queda mucho por hacer, sobre todo a la hora de devolver la esperanza a las personas a las que más daño hizo la crisis. Ellos son ahora nuestra prioridad.
Quiero agradecer, de nuevo, a todos los españoles su coraje y su responsabilidad durante este año que vamos a terminar, como en toda la Legislatura. Quiero decirles que pueden sentirse orgullosos de su país. Si más de sesenta millones de extranjeros han venido a España durante este año, será que algo bueno tendremos. Si los Gobiernos y la prensa extranjera nos felicitan y nos ponen como ejemplo, será que algunas cosas hemos hecho bien entre todos.
2012 fue un año durísimo, el del gran ajuste; 2013, con las reformas, ya mejoró nuestra situación; este año 2014 ha sido, como anunciamos, el de la recuperación y 2015 será el del despegue.
Estoy a su disposición para lo que tengan a bien preguntar.