Intervenciones del presidente del Gobierno en una videoconferencia con unidades españolas en misiones humanitarias y de paz en el extranjero

24.12.2014

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PRIMERA INTERVENCIÓN

Buenos días a todos.

Hoy, como en años anteriores, me dirijo a ustedes con ocasión de las fiestas de Navidad. Con ello, tengo la oportunidad de hacer público mi agradecimiento y el de todos los españoles por el esfuerzo que realizan lejos de sus hogares en beneficio de la seguridad internacional y, sobre todo, de la propia seguridad de los españoles.

España es una gran nación y lo es, sin duda, en gran parte, por la entrega y vocación de servicio de sus militares. Este año las Fuerzas Armadas han cumplido un cuarto de siglo de misiones en el exterior. Desde su inicio, allá por 1989, han recorrido un largo camino de constante adaptación, disponibilidad, aprendizaje y buen hacer en cada uno de los escenarios donde les ha tocado desplegar. Este esfuerzo ha sido recompensado con un merecido prestigio en las organizaciones internacionales de seguridad a las que España pertenece, así como en nuestra sociedad y, de manera muy destacada, entre los ciudadanos de aquellos países donde en estos veinticinco años han exportado estabilidad, seguridad y paz.

Más de 142.000 hombres y mujeres han recorrido este camino que ustedes continúan. Muchos han seguido sus carreras en las Fuerzas Armadas y otros han vuelto a la vida civil; pero estoy seguro de que todos conservan la satisfacción y el orgullo de haber sido útiles cuando España lo demandó.

Desde Angola, en 1989, a la República Centroafricana este año, nuestros militares han situado a España en la posición que hoy ocupa en el ámbito de la seguridad global. La suya es una contribución esencial para que en el año que ahora comienza ocupemos un asiento en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y seamos un aliado fiable en la OTAN y en la Unión Europea .

Las Fuerzas Armadas han estado presentes en estos veinticinco años en más de cincuenta países en cuatro continentes; han realizado más de 22.000 patrullas, recorriendo 32 millones de kilómetros con 4.000 días de mar y 32.000 horas de vuelo. Además, han puesto en marcha más de 1.200 proyectos de cooperación, han prestado atenciones sanitarias a más de 8.000 civiles y han distribuido ingentes toneladas de ayuda humanitaria. Se han enfrentado a conflictos nacionalistas, terrorismo, piratería o catástrofes naturales. En cada una de estas tareas han demostrado eficacia y una enorme capacidad para modificar procedimientos y organización, adaptándose a las circunstancias de cada escenario.

Hoy, en las vísperas de la transformación de la operación de la OTAN en Afganistán, la más larga de la Alianza Atlántica, acometemos nuevos modelos de entender nuestro compromiso con la seguridad; una nueva aproximación que pone el acento en asistir a las zonas de inestabilidad para que sean capaces de establecer y desarrollar sus propias capacidades o para servir de puente a otras organizaciones regionales.

Con este espíritu nos hemos desplegado en el año que termina en la República Centroafricana y Gabón, y en fechas próximas lo haremos en Irak, para asesorar a las Fuerzas Armadas, y también en Turquía, para proteger a la población civil de nuestros aliados.

Estas nuevas misiones y las que les precedieron no sólo devuelven la estabilidad a los países donde se despliegan, también ayudan a defender a España porque, como ya he manifestado en otras ocasiones, nuestro país se defiende más allá de nuestras fronteras. Que nadie lo dude: patrullando la línea azul en el Líbano, vigilando las aguas del Indico, atendiendo un hospital de campaña en Herat, instruyendo unidades en Koulikoro o sobrevolando el África Occidental, ustedes están defendiendo a España.

No quiero dejar de recordar en un día como hoy a los que tristemente han quedado en el camino. 167 hombres y mujeres han perdido la vida llevando hasta sus últimas consecuencias el compromiso que empeñaron jurando la bandera de España, símbolo de millones de compatriotas. Hoy quiero rendir homenaje a todos ellos; ellos que, con su sacrificio y entrega, han hecho del mundo y de España un lugar más seguro.

Por último, permítanme que me dirija a quienes más sienten su ausencia en estas fechas, a sus familiares, que en España echan de menos a un ser querido en esta Nochebuena. A ellos les transmito desde aquí todo nuestro afecto y toda nuestra admiración por el servicio que prestan sus maridos, mujeres, hijos, padres o hermanos. A ustedes, que pasarán estas fiestas entre sus compañeros de armas, quiero recordarles que su misión no se da por cumplida hasta que regresen a España con sus familias.

Les deseo a todos que tengan una Feliz Navidad y también lo mejor para todos en el año que comienza y un buen servicio y fin de misión.

Muchas gracias y Feliz Navidad.

SEGUNDA INTERVENCIÓN

Quiero darles a todos ustedes las gracias por sus palabras, por sus buenos deseos y, sobre todo, por el trabajo que hacen en beneficio de España y de los españoles. Les deseo lo mejor en estas Navidades y también en el futuro; a todos ustedes, que son miembros de las Fuerzas Armadas españolas y de la Guardia Civil.

Feliz Navidad de parte de todos los que estamos aquí.