Conferencia de prensa del presidente del Gobierno y del presidente de la República Francesa después de la XXV Cumbre Hispano-Francesa

20.2.2017

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Málaga

P.- Señor Presidente, la hipótesis de que Marine Le Pen le suceda en el Elíseo el próximo mes de mayo y con una salida de Europa es una hipótesis cada vez más creíble. La prensa extranjera, y la española en particular, se inquietan en su conjunto ante esta posibilidad. Además, los franceses no saben muy por quién votar en las elecciones presidenciales. Una llamada por su parte a la unión de la izquierda parece hoy indispensable y necesaria, ¿no?

Sr. Hollande.- Si tuviera un llamamiento que hacer, no lo voy a hacer aquí, en Málaga; no porque no esté bien en Málaga, sino porque no es el lugar donde hacerlo.

Sin embargo, tenemos que denunciar juntos los extremismos y ver cuáles son los peligros, no sólo para Europa, sino también para los países donde los extremistas pretenden ganar una elección, y no sólo en Francia. ¿Por qué? Porque lo que proponen los movimientos nacionalistas y extremistas, ¿qué es? No es solo la salida de la zona euro, sino la salida de Europa. Es replegarse, es el fin de los intercambios, es una falsa soberanía que se traduciría en menos empleo, menos crecimiento y menos libertad. Sería encerrarse en sí mismo.

Por tanto, aunque sea sólo por ese motivo, en nombre de Europa, de esta Europa que hemos construido a lo largo de estos sesenta años, en nombre de Francia y de sus intereses, debemos rechazar esta solución que debilitaría realmente a nuestro país pero, sobre todo, debilitaría los derechos, las protecciones, las libertades, las posibilidades de empleo y de actividad económica de mis compatriotas, los franceses. Por lo tanto, cada uno tiene que asumir en este momento su responsabilidad; yo asumo la mía.

P.- Hablaban ahora del futuro de Europa. Nos gustaría saber si el auge de los populismos y de la extrema derecha, en Europa y fuera, puede poner en peligro la propia existencia de la Unión Europea.

Hablando de la migración, que es uno de los asuntos que han tratado ustedes, ¿creen que Marruecos se ha convertido en un problema para la Unión Europea, después de los saltos a la valla que ha habido estos días?

Y me gustaría también preguntarles sobre Cataluña. Quería saber si ha sido motivo de conversación en la reunión de hoy, si es algo que le preocupe a Francia, por un lado.

Por otro lado, al presidente español, ¿nos puede confirmar o desmentir si ha habido algún tipo de contacto o negociación Gobierno-Generalitat de Cataluña, de los que se han dicho y negado en estos días? ¿Está dispuesto el Gobierno español a presentar algún tipo de alternativa para el encaje de Cataluña en España? ¿Se producirá esa famosa reunión con el señor Puigdemont que está pendiente?

Presidente.- En relación con este último asunto, la posición del Gobierno es conocida, la conoce la Generalitat y la conoce el conjunto de la opinión pública. Nosotros estamos dispuestos a hablar de lo que son los problemas reales y les preocupan al conjunto de los ciudadanos. Por eso creo que, cuando celebramos la Conferencia de Presidentes, a la que asistieron los representantes de las distintas Comunidades Autónomas españolas, todo el mundo echó en falta al presidente de la Generalitat, porque ahí se habló de la financiación autonómica, se habló de los problemas de la dependencia, se habló de los problemas de la demografía y se habló, sin duda alguna, de problemas que importan e interesan, y mucho, al conjunto de la sociedad española, y catalana en particular. De eso quiero hablar yo y de las infraestructuras, y de las inversiones, y de todo aquello que le importa de verdad a la gente.

Yo hoy he hablado aquí, y lo he dicho en mi intervención, del Corredor del Mediterráneo; ya hay algunos otros tramos que se van a poner pronto en marcha y me gustaría hablar de eso. Esos creo que son los problemas reales de la gente y es la primera prioridad, en mi opinión.

La segunda prioridad, en mi opinión, es que las instituciones representen al conjunto de los ciudadanos. Independientemente de lo que hayan votado esos ciudadanos, tienen que intentar representar al cien por cien. Yo no actúo igual siendo presidente del Partido Popular que siendo presidente del Gobierno de España. Cuando soy presidente del Gobierno de España, intento defender los intereses de todos los ciudadanos. Por tanto, no pueden estar las instituciones al servicio de una ideología concreta, en este caso es el independentismo, y, por lo tanto, creo que eso hay que corregirlo.

Hay una tercera gran prioridad, que es no dividir más a la sociedad catalana. Creo que estos cinco años, porque ya llevamos cinco años con este asunto, han dividido y mucho a la sociedad, han afectado a la cohesión interna y no han aportado nada nuevo ni bueno a la vida de los ciudadanos de Cataluña.

Por último, hay otra gran prioridad, que es la cuarta: no se puede, en los tiempos en que vivimos --usted ha hablado de populismos y de extremismos; yo luego hablaré de este asunto-- dejar en manos de una fuerza política radical y extremista el Gobierno de la Generalitat. Esas fuerzas políticas no pueden nombrar ni quitar presidentes de la Generalitat, porque eso es muy malo para la salud democrática de las instituciones y para la salud democrática de los países.

Esas son, en mi opinión, las cuatro grandes prioridades de futuro y sobre eso estoy dispuesto a hablar. Ahora bien, de cómo se liquida la soberanía nacional o de cómo conjuntamente incumplimos la Ley, francamente, el presidente del Gobierno de España, sea yo o sea quien sea, no puede hacerlo.

Con relación a si los partidos populistas o de extrema derecha o de extrema izquierda con su actuación pueden romper Europa, yo creo que no; francamente, no. Se ha tomado una decisión, la del "Brexit", que la han tomado los ciudadanos británicos; yo espero, y además creo, que eso no va a pasar en Europa. Pero para ello es muy importante que tomemos decisiones como las que tenemos que tomar en Roma.

Yo les decía en mi intervención anterior: los que creemos en Europa, que somos la inmensa mayoría, hablemos bien de Europa. En España, Europa está asociada a democracia, libertad, derechos humanos y progreso económico y social, y la mayoría de la gente cree en Europa. Pero es que Europa sigue siendo hoy la primera potencia económica del mundo, la primera potencia comercial, y tiene un sistema de atención a la gente, a las personas, que se supone que es lo que cualifica a los Gobiernos, como no tiene absolutamente nadie en el mundo. Eso hay que ponerlo en valor, hay que defenderlo y hay que pregonarlo porque, evidentemente, para decir lo mal que van las cosas siempre hay muchos voluntarios. De vez en cuando conviene que también sea noticia que alguien habla bien de algo tan importante como es Europa o como es su propio país.

A partir de ahí, ser más eficaces a la hora de resolver los problemas de los ciudadanos y fijar un calendario --sino un calendario, sí al menos un objetivo nítido y claro-- de lo que queremos que sea Europa en el futuro.

En cuanto a la tercera pregunta, tengo que decir que las relaciones del Gobierno español y de España con Marruecos son magníficas, están en su mejor nivel desde nunca y los responsables de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad de Marruecos han puesto de su mano todo aquello que han podido, y yo se lo agradezco. Lo que pasa es que hay batallas que no son fáciles de dar pero, insisto, la colaboración es magnífica y yo quiero agradecerla públicamente. Y creo que va en beneficio de los ciudadanos marroquíes, de los ciudadanos españoles y también del conjunto de los europeos.

Sr. Hollande.- Me ha hecho una pregunta, en primer lugar, sobre Cataluña. No hemos abordado este tema con el presidente Rajoy porque no teníamos que hablar de ello.

Sobre el tema de las migraciones, quiero, una vez más, mostrar cuán útil es Europa para controlar las migraciones. Cuando se producen acontecimientos como el que acaba de mencionar, el de Ceuta, donde inmigrantes entran y aspiran a llegar a Europa, es la Unión Europea la que permite tener el control, la que permite aplicar unas reglas. ¿Cuál sería la situación si no estuviera Europa, si no estuviera Europa para definir lo que tenemos que hacer para proteger nuestras fronteras exteriores y si no estuviera Europa, con los países que la integran, para tener una política de cooperación con los países terceros, Marruecos o Turquía, ésta para otra forma de migraciones?

Por lo tanto, Europa es la que nos permite, sobre temas que efectivamente son tan cruciales, la protección de nuestras fronteras, la seguridad y el control de la inmigración, pero también el deber que tenemos en relación con el asilo. Es Europa la que nos permite tener estas políticas. Si cada país tuviera que hacer frente a esta situación, ¿qué pasaría? ¿Construir muros, como otro país en otro continente, y les pediríamos a los vecinos que paguen el muro? Pero ¿cómo quedaríamos? ¿A quién nos pareceríamos si Europa erigiera muros y les pidiera a los países africanos que los pagaran? Ese no es el modelo que queremos tener, porque no es el bueno, ni en el terreno moral ni en el terreno político.

Y tomemos otro ejemplo: el comercio. Francia y España estamos en la misma Unión Aduanera; las mercancías circulan, podemos intercambiar todo lo que queremos, producir aquí, consumir allí…, tal como lo hemos decidido. Cuando un país ya no está en la Unión Europa, ya no está en la Unión Aduanera. Eso es lo que ha elegido el Reino Unido: ya no estará dentro de la Unión Aduanera y tendrá que firmar un acuerdo comercial. Un acuerdo comercial significa que asumirá reglas y ya no hay intercambio sin facilidades; existen barreras y existen normas. Entonces, cualquier país que se salga de la Unión Europea, puesto que algunos de los extremistas, populistas, nacionalistas o como quiera que se llamen proponen esa solución, significa más fragilidad para el control de la inmigración, a menos que se construyan muros que no son eficaces, y, desde el punto de vista del comercio, menos exportaciones, menos inversiones y, por lo tanto, menos empleo.

Para eso sirve Europa y eso hay que decirlo concretamente. Así que los nacionalistas amenazan no solo a Europa, sino que también amenazan los intereses de las naciones que pretenden representar. ¿Cuál es su referencia, cuál es su modelo? ¿El presidente de Estados Unidos, el nuevo? ¿El presidente de Rusia? Ni siquiera son modelos europeos. ¿Y qué es lo que desean para resolver la crisis de Siria, por ejemplo? ¿Fortalecer al señor Bashar al-Asad? Cada uno tiene sus referencias y cada uno tiene sus modelos; pero yo pienso que algunos son mejores que otros y este modelo es la democracia, la libertad y la dignidad humana.

P.- Una pregunta para ambos. Este fin de semana se ha hablado en un atentado en Suecia que nunca tuvo lugar. ¿Qué piensan de un presidente que se informa a través de la televisión en vez de hacerlo a través de sus servicios diplomáticos y de sus servicios de inteligencia?

Sr. Hollande.- Voy a dejar que empiece el presidente Rajoy.

Presidente.- Pues usted mismo. ¿Qué quiere que le diga?

Sr. Hollande.- La televisión puede ser el mejor de los casos; a veces es por tuit. Yo me fío más de la AFP.

P.- Presidente, permítame que le repregunte por Cataluña y me gustaría saber si nos puede confirmar si se están produciendo reuniones discretas, al margen de la agenda pública, en Cataluña, con el Gobierno catalán o no.

Luego, acabamos de conocer que la Justicia ha citado al presidente de Murcia como investigado. Me gustaría saber si mantiene el respaldo al presidente de Murcia.

Una tercera pregunta. Partiendo de la base de su respeto a las resoluciones judiciales, me gustaría saber si cree que el juicio del "caso Nóos" ha afectado a la imagen de la Corona y si, a su juicio, la infanta Cristina podría dar algún paso más para ayudar a esta institución, como renunciar a sus derechos dinásticos.

Presidente.- De esos asuntos no se ha hablado ni una palabra en las reuniones que hemos tenido esta mañana, salvo que me corrija el señor presidente de la República, en cuyo caso íbamos a tener un problema…

Sr. Hollande.- Yo confirmo: no hemos hablado de esto ni de otras cosas tampoco.

Presidente.- Sobre el tema del presidente de Murcia, prudencia; presunción de inocencia, que es uno de los derechos humanos más importantes de los que disponemos las personas, y recordar que ha tenido dieciséis archivos en los dos o tres últimos años.

En el tema de Cataluña, no tengo nada más que añadir a lo que le he contestado a su colega, que creo que es la esencia del problema, Creo que lo define muy bien.

Y sobre la Corona, en eso yo siempre, como usted muy bien ha dicho, respeto las decisiones de los Tribunales y las decisiones que toma cada uno al que le compete tomarlas.

Muchas gracias.