El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, asiste a la clausura de la Asamblea Anual del Instituto de la Empresa Familiar

Coloquio

16.4.2012

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José Manuel Entrecanales.- ¿El mercado en este momento duda de que España pueda cumplir sus objetivos de déficit o, por el contrario, le asustan las medidas por su extrema austeridad? Lo probable es que sea una mezcla de ambas. Entonces, la pregunta sería: ¿qué medidas se podrían adoptar para reactivar la inversión privada nacional o internacional y, con ello, contrarrestar los efectos en la economía de la reducción del gasto y la inversión pública?

Presidente.- Hay quien dice, efectivamente, que, si no reducimos el déficit público y la deuda pública, vamos a generar muchísimas dudas en los mercados. De hecho, hay un dato que es cierto, que no ha beneficiado nada a la situación española, y es el incumplimiento de un compromiso de déficit público, que tenía que haber sido del 6 por 100, ha sido del 8,5 por 100. Eso, sin duda alguna, ha hecho mucho daño a la economía española y eso genera muchas dudas que, sin duda alguna, hay que entender.

Entonces, hay sectores importantes e influyentes que dicen que España tiene que cumplir con los requisitos de déficit público para este año y para el que viene. Y hay otros sectores que dicen que, si la reducción del déficit público se hace a excesiva velocidad, eso puede dar lugar, como aquí muy bien se ha señalado en la exposición de motivos de la pregunta que se me ha formulado, a que esto afecte al crecimiento, con lo cual tenemos que hacer dos, tres o más cosas a la vez. Ésta es una de las dificultades de la situación en la que vivimos en este momento, y todas para recuperar la confianza.

Tenemos que reducir el déficit público. Eso no se puede poner en tela de juicio. Eso es un compromiso que España asumió en su momento. Es que nosotros, cuando entramos en el euro, asumimos el compromiso --uno de los compromisos-- del equilibrio presupuestario. Y yo recuerdo que, cuando entramos, en 1998, había unos determinados requisitos de déficit. Lo que ocurre es que luego en Europa, mientras unos cumplíamos con los requisitos de déficit, otros no cumplieron y entonces no pasó nada. Cuando ahora unos volvemos a no cumplir, sobre todo después de las decisiones que se adoptaron en 2009 y 2010, ahora vuelven los problemas.

En cualquier caso, mi respuesta: estoy absolutamente convencido de que no tenemos otra alternativa a cumplir con los objetivos de déficit público.

En segundo lugar, la Comisión Europea dijo que el crecimiento en España en este año iba a ser del 1 por 100 negativo. Nosotros, en nuestro proyecto de Presupuestos Generales del Estado para este año, hablamos del 1,7 por 100, porque vamos a hacer una reducción fuerte del déficit público, lo cual complica las cosas. Pero, en paralelo a esta reducción del déficit público, nosotros tenemos que adoptar medidas para estimular el crecimiento y la competitividad de la economía española. Hay algunas medidas de las que he hablado en mi intervención, pero las recuerdo ahora.

Yo creo que la reforma laboral es una buena decisión que ha tomado este Gobierno, aunque es evidente que hay quien entiende que debería haber ido más allá y hay quien entiende que esto es una ruptura poco menos que con la historia de nuestro país. Yo creo que es una reforma laboral equilibrada y ajustada a la normativa laboral que hay en otros países de la Unión Europea. Evidentemente, no es, como todo el mundo sabe, la de los países anglosajones, fundamentalmente Estados Unidos, pero es una reforma laboral muy razonable.

Otro tema importante también para mejorar la competitividad de nuestra economía y para que pueda haber inversión es resolver el problema del sistema financiero. Las entidades financieras tienen también sus dificultades. Aquí, durante muchos años, las entidades financieras han pedido dinero fuera y luego lo han prestado dentro. Ahora las entidades financieras tienen que devolverlo y se encuentran con que hay muchas dificultades dentro, sobre todo en el sector de la promoción, para que a su vez les devuelvan a sí mismas. Y esto, lógicamente, genera los problemas que todos ustedes conocen. Pero, en cualquier caso, ésta es una reforma que hemos puesto en marcha y que tendremos que tener cerrada a lo largo de los próximos meses de una manera definitiva.

Por tanto, todo lo que sean reformas estructurales lo necesitamos en este momento porque, por una parte, hay que reducir el déficit, lo que tiene sus ventajas y sus inconvenientes; y, por otra parte, tenemos que hacer reformas. Antes he hablado, efectivamente, de la unidad de mercado, de la mejora de la educación… Los datos que el presidente del Instituto dijo al principio son ciertamente preocupantes. Hablaba de las universidades españolas y España tiene 79 universidades, una cosa verdaderamente notoria, y tiene 2.400 licenciaturas. Si yo les pregunto a ustedes que me digan la mitad de la mitad de esas licenciaturas, estoy absolutamente convencido de que ninguno de los aquí presentes se las sabe.

Entre las 150 mejores universidades del mundo no hay ninguna y hay catorce alemanas, y hay hasta siete italianas.

Hemos encargado, precisamente el pasado viernes, en el Consejo de Ministros, unas líneas maestras, con unas indicaciones, como es evidente, de las reformas que hay que hacer en materia de educación universitaria.

También hay que hacer muchas cosas, recogiendo la intervención del presidente en su intervención inicial, en el tema de la cualificación. Aquí está ocurriendo que mucha gente muy capaz se va al extranjero. Estuve hace poco en Londres, viendo las obras del metro de Londres, y allí, además de haber empresas constructoras españolas, algunos de cuyos más importantes ejecutivos, dirigentes o presidentes estaban allí, había muchísimos ingenieros y gente muy capaz de nuestro país, que aquí tienen dificultades. Sin embargo, hay mucha gente que necesita necesariamente cualificarse.

Una de las cosas que se apunta en la reforma laboral, y que queremos desarrollar, es que en la formación profesional, al final, se estudie parte en la empresa, parte en el colegio, y además a la vez, porque eso hará que la gente esté en contacto con las necesidades de la empresa, les servirá a los chavales para cualificarse y tienen muy serias posibilidades de poder ser contratados cuando terminen sus estudios.

Por tanto, son muchísimas las cosas que hay que hacer. Ahora bien, la dificultad de la situación en la que estamos es que es muy difícil que las medidas que estamos adoptando produzcan efectos ya. Es que eso es muy difícil. Por eso, alguna de las exigencias que a veces vemos, o algunos comentarios y algunas cosas, son verdaderamente notables. Siempre se dice "los Gobiernos tienen que actuar con responsabilidad". Por supuesto que sí. ¡Hasta ahí podíamos llegar! Pero una sociedad no son sólo los Gobiernos. El Gobierno son unos señores que tienen un mandato de los ciudadanos, luego están los diputados, luego está el conjunto de las administraciones, luego están los empresarios, luego están los sindicatos, luego están los medios de comunicación… Todo el mundo tiene la obligación en este momento de actuar con un plus de responsabilidad y yo la demando, sobre la base de que, desde luego, el Gobierno de España va a actuar con total responsabilidad.

Nosotros vamos a intentar que venga a aquí inversión extranjera y vamos a intentar ayudar a los empresarios españoles fuera; yo lo apunté ahí brevemente. Estuve la semana pasada en Polonia, que es un país con enormes posibilidades, y vamos a hacer un foro empresarial. En realidad, vamos a hacer dos: uno de grandes inversionistas de obras públicas y otro de Pymes, y vamos a hacerlos en Varsovia y en Madrid. Haremos en septiembre también un foro empresarial importante con empresarios alemanes y españoles, por supuesto, aquí, en Madrid. Vamos a intentar que la política internacional, que además es lo que hoy el sentido común dice, tenga fundamentalmente carácter económico.

Nosotros vamos a defender a nuestras empresas en todas partes y creo que hay muchas posibilidades en el mundo. Yo, en los tres meses y medio que llevo al frente de la Presidencia del Gobierno, he hecho ya diez viajes al extranjero. Mañana mismo vuelvo a salir y regresaré aquí el viernes. Se trata de vender lo que, por otra parte, es muy fácil de vender: la eficacia, el compromiso y lo bien que hacen las cosas las empresas españolas. Además, eso lo dicen, sin necesidad de que nadie tenga que apuntarlo fuera.

Vamos a intentar que aquí se produzcan inversiones, pero para eso, como todo el mundo sabe, se necesita la generación de confianza, que es en lo que estamos trabajando con nuestras medidas en estos momentos.

Sr. Entrecanales.- Otro de los asuntos que ocupa habitualmente al Instituto, y que yo he mencionado en mi intervención, es la promoción del emprendimiento y la imagen del empresario; imagen del empresario, mucho más que por una cuestión de cómo nos vea a nosotros la sociedad, por el efecto-llamada que la imagen tiene sobre nuestros jóvenes y su propensión al emprendimiento.

En eso, que, como sabes, es una preocupación recurrente del Instituto, donde hemos dedicado grandes esfuerzos en el pasado y creemos que es el momento de dedicarle una especial prioridad, en un país, además, que tiene la circunstancia sorprendente --por lo menos a mí me lo parece-- de una gran afición al funcionariado --muchos jóvenes quieren ser funcionarios, según una estadística que leíamos hace poco-- es una cosa que deberíamos atacar, conjuntamente, supongo.

Querría pedir tu visión a ese respecto y, en la amplia agenda de reformas de tu Gobierno, ¿cómo pensáis acometer, si es que es una prioridad, ese objetivo?

Presidente.- Esto es la prioridad de las prioridades. Para esto hay que saber poco de economía, sino tener sentido común. Quien crea inversión, riqueza y empleo no es el Estado. Si alguien piensa que el Estado crea inversión, riqueza y empleo, tiene un grave problema.

En España, hoy en día, yo creo que son, aproximadamente, casi tres millones de funcionarios y creo que incluiría los que tienen el régimen estatutario, incluso los contratados laborales en el sector público. Luego, en la Seguridad Social hay casi diecisiete millones de personas cotizando, que fueron veinte millones, y no hace demasiado tiempo.

No hay que salir de España. Las Comunidades con mayor espíritu empresarial, con más iniciativa, son aquellas que tienen mayor nivel de renta per cápita y las que tienen, desde luego, mayor Producto Interior Bruto. Eso lo sabemos todos.

Por tanto, el fomento del espíritu emprendedor es algo capital. Pero, insisto, es que el argumento lo conocen ustedes mucho mejor que yo. Es decir, si no hay alguien que crea una empresa, aunque sea un bar, y contrate a dos personas; o cualquier tipo de empresa con dos, cinco, diez, veinticinco, cincuenta, doscientos, quinientos, mil, o los que sean, trabajadores, es evidente que no vamos a ninguna parte, pero no sólo porque la gente no encuentre trabajo, sino porque esos trabajadores, esas personas que trabajan pagan impuestos, consumen, con lo cual siguen pagando impuestos, y todo eso es lo que puede hacer que tengamos unos servicios públicos mejores. Eso es evidente y ése es uno de los grandes retos que tenemos en el futuro.

Si volvemos la vista atrás y vemos lo que se decía hace treinta y tantos años de los empresarios, era para cerrar el quiosco. Yo creo que, por fortuna, hoy la gente se ha dado cuenta de la importancia que tiene en cualquier sociedad moderna y civilizada la figura del empresario. Luego, habrá empresarios buenos y malos, como habrá trabajadores buenos y malos, y dirigentes políticos buenos y malos, o periodistas buenos y malos. Pero eso es absoluta ley de vida.

Yo creo que hoy la figura del empresario ha mejorado mucho con respecto a lo que pensaban algunos hace más de treinta años y, entre todos, debemos de hacer un esfuerzo para reconocer la función social que cumple un empresario. Naturalmente, el empresario persigue su beneficio; claro, no va a perseguir sus pérdidas, porque para eso no sería empresario. Pero cumple una función social de primera necesidad en el crecimiento económico de un país.

Una de las cosas que vamos a intentar, porque, además, esto ha sido apuntado también en la intervención… En la reforma educativa hay que hacer muchas cosas. Una de ellas es la cualificación de la gente, y otras muchas cosas, y valores, y principios; pero ya no voy a extenderme mucho en eso. Pero una de las cosas que hay que hacer es estimular el espíritu emprendedor. En la sociedad, además de leyes, decretos y reglamentos, que hay demasiados, hay que hacer pedagogía. Entonces, hay que hacer pedagogía y hay que transmitirle a la gente, a los chavales, que en la vida hay que trabajar, que hay que esforzarse y que hay que construir, porque uno, además, se siente bien. Además de que le pueda ir bien en términos materiales, se siente bien, porque hace cosas y le da sentido a una parte muy importante de su vida, que es la profesional.

Ésta es una de las cosas que estamos estudiando: la creación del espíritu emprendedor y meterlo en las modificaciones que hagamos de la reforma de la Ley de Educación.

A partir de ahí, mucha pedagogía entre todos. Yo creo que, sobre todo en la formación profesional, que es algo que en España… En España, y esto ya pasa desde hace años, porque yo fui ministro de Educación., mientras las tres cuartas partes de los alumnos que terminaban la Educación Secundaria, se iban a la Universidad después del Bachillerato, a la formación profesional se iba solamente una cuarta parte.

Uno de los esfuerzos que tantas veces hemos dicho, pero que tenemos que hacer, es adecuar la cualificación de las personas y convencerles, a ellos y a sus padres, de que hay salidas profesionales sin necesidad de ser licenciado en Geografía, lo cual también es muy importante y, además, hasta es compatible con cualquier otro tipo de salida profesional.

Hemos estudiado bastante a fondo el modelo de formación profesional en Alemania, que es un poco lo que hemos intentado ir esbozando en la reforma laboral. Vamos a ver si hacemos este sistema, por lo menos ya con experiencias piloto: usted estudia en el colegio o en el aula, pero estudia a la vez el tiempo que le corresponda en la empresa; además, le van a pagar un poquito, usted se va a formar, le va a ir bien a la empresa, le va a ir bien al Estado y, sobre todo, les va a ir bien a los españoles.

Por tanto, éste es un tema capital. En la reforma laboral nosotros hemos intentado hacer algunas cosas, que serán completadas cuando podamos en la vía fiscal, pero hemos intentado hacer algunas cosas: el contrato a los emprendedores, un período de prueba por un año… Yo creo que eso tiene bastante sentido, puede ayudar y aliviar mucho la posición del emprendedor. Hemos reorientado la política de bonificaciones a la Seguridad Social también en esa dirección. Pero, sin duda alguna, tanto en el ámbito de lo fiscal como, sobre todo, en el ámbito de la pedagogía, creo que queda todavía muchísimo por hacer.

Ya que estoy aquí, y como esto puede llegar a la opinión pública, quiero decir que España lo que necesita hoy es emprendedores y el Estado lo que necesita y lo que tiene que hacer es generar las condiciones para que el emprendedor pueda ser emprendedor. Yo soy absolutamente consciente de eso, pero España necesita emprendedores.

Si un emprendedor inicia una determinada actividad y fracasa, aquí parece que se le ve muy mal: "este señor es un desastre, "este señor ha fracasado…". Hay otros muchos países donde el que fracasa vuelve y, a lo mejor, le empieza a ir bien. Yo, desde luego, siempre prefiero un señor que fracasa una vez, que fracasa dos veces, que sigue esforzándose, trabajando, que es perseverante y que es constante, y al final sale adelante, a uno que llega la primera vez y ya le sale todo bien. Si yo tuviera que contratar, contrataría siempre al que ha fracasado tres veces y ha sido capaz de seguir ahí, con determinación y con constancia.

En estas cosas hay que intentar hacer mucha pedagogía porque, sin duda, aquí nos jugamos buena parte del futuro de nuestro país.

Dicho eso, sobre la función pública tampoco se puede, como a veces se hace, decir que toda la función pública es mala. No. Yo conozco en la Administración personas con una capacidad magnífica; personas que, por cierto, son luego contratadas por las grandes empresas pagándoles cuatro veces lo que ganan en la Administración. Pero gente con una capacidad verdaderamente notable.

Luego, cuando se habla de funcionarios… Oiga, los profesores son funcionarios o personal estatutario, y los médicos. Es decir, el país tiene que tener una buena Administración y tiene que tener una Administración de gente competente, porque luego esa gente toma decisiones que les afectan también a ustedes.

Es verdad que en los últimos años hemos entrado en una dinámica perversa. Nosotros este año hemos congelado la oferta de empleo público, yo espero no tener que congelarla el año que viene; pero espero elegir muy bien en qué sectores de la función pública es preciso que se incorpore más gente; porque, claro, tendrá que haber policías, y tendrá que haber guardias civiles, y tendrá que haber médicos, y tendrá que haber abogados del Estado, y técnicos comerciales y diplomáticos. Pero ahí hay que elegir muy bien sobre la base de que este año, como estamos en la circunstancia en la que estamos, hemos cerrado la oferta de empleo público.

Perdón, me he extendido en exceso, pero, claro, todos estos temas le traen a uno a la cabeza muchas cosas que son muy importantes y sobre las cuales se podría hablar durante muchas horas.

Sr. Entrecanales.- Hay una pregunta que es políticamente muy incorrecta y no sé si te puedo hacer; pero, como es mi primer día de presidencia en el Instituto y es una pregunta reiterada por parte de los socios, no puedo guardarme, que es si tienes alguna previsión para el Barça-Madrid. Un empate lo arregla.

Presidente.- No, eso no. Yo no sé si a los socios del Instituto les interesa más lo que pueda decir sobre ese asunto o sobre otras cosas, y a los españoles. Pero yo creo que el Barcelona tiene que ganar todos los partidos y el Madrid tiene que ganar también todos los partidos, salvo uno, que no es necesario que lo gane.

Sr. Entrecanales.- Presidente, muchísimas gracias.