Discurso del presidente del Gobierno en la inauguración del "Spain Global Tourism Forum"

27.1.2015

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Señor presidente de la Comunidad de Madrid; señor ministro de Industria, Energía y Turismo; señor secretario general de la Organización Mundial de Turismo; señora comisaria europea de Mercado Interior, Industria, Emprendimiento y PYMEs; señora alcaldesa de Madrid; señoras y señores ministros, autoridades, señoras y señores,

Basta con una sola cifra para resumir la importancia del turismo a nivel global: el 9'5 por 100 del PIB mundial se debe al sector turístico. Por eso, es completamente coherente que, tanto los poderes públicos, como los agentes privados, dediquemos al turismo toda la atención que merece: la propia de una de las actividades que contribuyen a definir los perfiles de nuestro mundo globalizado, así como a impulsar el progreso y el bienestar de nuestras sociedades.

Foros como el que hoy nos acoge responden con plena solvencia a este perfil. Los diversos paneles de esta jornada abordarán, precisamente, el impacto y las perspectivas del turismo en la economía mundial. Y lo harán con el concurso de los agentes imprescindibles en este ámbito: diversas Organizaciones Internacionales y Administraciones Públicas, y, por supuesto, los protagonistas del emprendimiento turístico en el sector privado.

Por todo ello, quiero agradecer la convocatoria de este foro, tanto a sus organizadores --el Ministerio de Industria, Energía y Turismo de España--, como a los intervinientes que en él participan y a los patrocinadores que lo apoyan. A las puertas de una cita clave para el sector turístico mundial como es FITUR, la convocatoria de esta jornada no puede ser más pertinente ni más oportuna.

Señoras y señores,

No quisiera, sin embargo, que mis agradecimientos terminaran aquí. Como presidente del Gobierno de España, quiero hacer una mención muy especial, tanto al empresariado español del sector turístico, como a los actores internacionales que operan en nuestro mercado. Gracias por haber convertido el turismo en uno de los nichos de excelencia de la economía española, por haber mostrado al mundo en los momentos más difíciles la mejor cara de nuestro país y gracias también porque en los peores azotes de la recesión ustedes han empuñado la bandera del crecimiento económico y la creación de empleo.

Estoy convencido de que son millones de españoles los que podrían hacer suyo este reconocimiento. No en vano, nuestra industria turística es un motivo de orgullo para todos, como es un motivo de satisfacción que así haya quedado consignado hoy con la entrega de la "Carta Abierta" impulsada por la OMT y la Conferencia Mundial de Viajes y Turismo.

Debo decir que éste es un homenaje ganado a pulso por nuestro sector turístico, porque la historia del sector turístico en España es la historia de un éxito que hemos sabido siempre no sólo preservar, sino renovar de continuo. Ese éxito es el que permite que hoy nos situemos como líderes mundiales en el sector y que el imaginario colectivo a nivel global tenga una imagen atractiva de España como lugar al que ir y --lo que no es menos importante-- al que volver. Hay un pensamiento que dice mucho, y muy bueno, de nuestro país: ¿cuántos millones de personas en el mundo ahorran, mes a mes, para poder venir a España?

Es verdad que contamos con una materia prima inmejorable: la propia España.: un país cuyos atractivos los propios españoles redescubrimos por donde quiera que nos movamos; un país que es sinónimo de cultura, de naturaleza, de diversidad y de relación fecunda entre vanguardia y tradición, y un país que es capaz de enamorar a cada viajero y convertirlo en prescriptor de nuestra marca.

Éstas son fortalezas excepcionales, sin duda; pero no son las únicas con las que contamos porque, con el paso de los años, hemos sabido ir añadiendo otras nuevas: las que provienen de la inversión de las Administraciones Públicas y del sector privado. Y así, el viajero que llega a España, no sólo llega a un país con un patrimonio cultural y natural único; también llega a uno de los diez países del mundo con mejor calidad de infraestructuras. Elige su destino a sabiendas de que somos un país seguro: en concreto, el séptimo del mundo y el tercero de Europa. Y en nosotros también encuentra un país a la vanguardia en sanidad: según Bloomberg, nuestro sector sanitario es el quinto más eficiente a nivel global. Por eso, cuando hablamos del atractivo de España, tenemos que ampliar el foco y considerar esos otros grandes activos que lo hacen posible.

La propia competitividad de nuestra industria turística es otro de los factores que ejercen como polo de atracción para el turismo internacional. No en vano, teniendo en cuenta una serie de variables como las legislaciones nacionales, la sostenibilidad medioambiental o la ya mencionada seguridad, España es el cuarto país más competitivo del mundo en materia de turismo. Así lo constata el Informe bianual sobre Turismo y Competitividad del Foro Económico Mundial. Y es importante recordar que detrás del dinamismo de esta industria está su verdadero motor, el factor humano, porque España puede jactarse de tener los mejores y más cualificados recursos humanos del sector. Y es por profesionales como ellos que nos hemos convertido en referentes.

Señoras y señores,

Si alguno de ustedes ha detectado un cierto orgullo en mis palabras al hablar sobre el sector turístico español, no anda equivocado. Como presidente del Gobierno de España, no puedo menos que estar orgulloso y ayudar en cuanto pueda a llevar aún más alto este éxito. Sin embargo, debo también señalar que lo más importante de esta satisfacción no es lo que uno pueda decir, sino que puede justificarse con cifras y con datos.

Algunos de ellos, que acabamos de conocer, son muy significativos y pueden resumirse en una palabra, y aquí ya se ha hecho referencia: hablamos de cifras récord. En 2014 España ha superado por segundo año consecutivo el récord histórico de llegadas, con 65 millones de turistas internacionales, lo que supone un incremento interanual del 7'1 por 100. Es decir, en 2014 acogimos a 4'3 millones de viajeros más que en el año 2013. Además de haber logrado un máximo sin precedentes en la cifra de llegadas internacionales, este crecimiento interanual ha sido el más elevado en los últimos catorce años.

Y hoy mismo tengo el placer de anunciarles otro nuevo dato, que es tan positivo, como contundente: el del gasto total de los turistas internacionales en 2014. Éste superó los 63.000 millones de euros, con un avance del 6,5 por 100 respecto al año anterior, destacando la aportación del Reino Unido, Francia, EEUU, Alemania, Italia, países asiáticos y América Latina. Vienen más, gastan más, ingresamos más.

A la vista está que estamos encadenando temporadas turísticas excelentes; una marejada de cifras positivas que han alzado a España al podio del turismo mundial: somos el segundo país del mundo por ingresos del turismo internacional y el tercero, por llegadas de turistas internacionales.

Señoras y señores,

De los datos mencionados puede inferirse una gran verdad: el turismo es un buque insignia de la economía española. Contribuye, nada menos, que al 10'9 por 100 de nuestro PIB, genera uno de cada nueve empleos o, lo que es lo mismo, el 12 por 100, y es el sector líder en generación de puestos de trabajo.

Sus efectos beneficiosos, sin embargo, van más allá: con unos ingresos de 47.109 millones de euros, su relevancia en la balanza de pagos ha contribuido a corregir el desequilibrio externo de la economía española en estos últimos años. Y a esto hay que sumarle las dinámicas positivas que la actividad turística, con su "efecto derrame", genera en otros muchos sectores de nuestro tejido económico.

Es lógico, por tanto, que el Gobierno considere la política turística como una auténtica política de Estado. El turismo es un sector estratégico para el presente y futuro de nuestra economía, y nuestro compromiso con su desarrollo resulta, además de querido, obligado.

A este respecto, quiero recordar que desde el minuto uno de la Legislatura el Gobierno ha multiplicado sus esfuerzos para ofrecer un respaldo visible al sector. La primera reforma de calado en este ámbito fue el Plan Integral de Turismo, aprobado en junio de 2012; un plan transversal, con implicación de todos los Ministerios y con el objetivo de incidir directamente en la mejora de la competitividad y en la rentabilidad empresarial. Otras medidas, como la Ley de Costas, están destinadas a armonizar el desarrollo económico y turístico de nuestro litoral con la necesaria protección del medio ambiente.

Y no quiero dejar de hacer mención a órganos de coordinación, como la Conferencia Sectorial de Turismo, la Comisión Interministerial y el Consejo Español de Turismo, que sirven para reforzar la coordinación de las políticas turísticas entre distintos Ministerios y Administraciones para ponerlas al servicio del sector.

También han incidido positivamente en el sector, qué duda cabe, la contención de diversos impuestos y tasas, y, ante todo, nuestra negativa a aumentar el IVA turístico. Créanme que no fue fácil, yo lo sé. Junto a ello, los efectos positivos de la reforma laboral, las nuevas normas de diversas Comunidades Autónomas, y los resultados positivos de la colaboración público-privada han sido, asimismo, de ayuda para reforzar la pujanza de nuestro sector turístico.

Dicho esto, quiero decirles algo más. Por positivos que hayan sido los resultados, sin embargo, no podemos permitirnos, como aquí se nos ha recordado, relajación ninguna. Hay múltiples retos que abordar y múltiples ámbitos en los que podemos hacer avances de amplio recorrido.

Y no me cabe duda de que el sector turístico será un gran beneficiario de nuevas normas como la Ley de Unidad de Mercado, la lucha contra la oferta irregular o las infraestructuras que seguimos impulsando sin descanso, alguna de las cuales se ha de inaugurar este mismo año 2015, afectando positivamente a zonas de gran atracción para los viajeros.

Queremos, como hasta ahora, ir avanzando juntos, los actores privados y las Administraciones públicas, en pos de un objetivo que es común: consolidar el destino España como líder turístico en el mundo.

A tal fin, por parte del Gobierno, vamos a poner todo nuestro empeño para generar un entorno adecuado para el desarrollo de la actividad turística, y un marco seguro para las inversiones que potencie el emprendimiento en el sector;

un sector que, cada día más, busca la innovación y el aprovechamiento de las oportunidades que representan las nuevas herramientas de comunicación para competir con éxito en un mercado tan competitivo --lo saben ustedes mejor que yo-- como es el turístico. En estos ámbitos, quiero que lo sepan, pueden contar con el apoyo sin ambages del Gobierno.

Amigas y amigos,

Puedo afirmar con confianza que el sector turístico no sólo se beneficiará de las medidas específicas y sectoriales que acordemos. Las empresas que integran este sector están llamadas a capitalizar el nuevo escenario de la realidad española: un escenario de adiós a la crisis y consolidación de la recuperación. Y del mismo modo que el turismo ha contribuido a abrir el camino hacia el crecimiento, ahora está en disposición de recorrerlo con provecho hasta el final.

Así ha sido. Durante los años más duros de la crisis, nuestro tejido turístico nos orientó como un faro luminoso en medio de la oscuridad que entonces ensombrecía al conjunto de la economía nacional porque, a pesar de las evidentes dificultades que también tuvieron que afrontar, nuestras empresas turísticas ofrecieron todo ese tiempo un argumento imbatible de confianza en el futuro para todos los demás sectores económicos: su éxito en las peores circunstancias nos mostró que seguíamos siendo sobradamente capaces y que no habíamos cambiado.

Hoy, en circunstancias afortunadamente distintas, si bien con un largo camino aún por recorrer, el sector turístico habrá de permanecer en el vagón de cabeza de un tren económico, el nuestro, que empieza a adquirir velocidad. Porque España no es que sea un gran país turístico por gracia y obra del destino; lo somos por la competitividad de nuestras empresas, por la seguridad de nuestro país, por la garantía de nuestros servicios públicos, por la vanguardia de nuestros medios de transporte, por la competencia de nuestros profesionales y por el empeño colectivo de ser el líder mundial del turismo y serlo de forma incontestable e imbatible.

Y, como decía, el nuevo entorno económico que entre todos --Gobierno, empresas y trabajadores, y el conjunto de la sociedad española-- hemos conseguido crear en tiempo record va a ayudar, y mucho, a la consecución de este ambicioso objetivo.

Nuestro país. España, acumula ya seis trimestres consecutivos de crecimiento --¿quién nos lo iba a decir a algunos hace dos años--, con unas tasas cada vez más vigorosas que superan las de las grandes economías europeas. Hemos pasado de ser un país con un futuro más que dudoso a liderar las previsiones de futuro en Europa, según los últimos datos de la Comisión Europea.

En 2015 creceremos por encima del 2 por 100. Será un crecimiento sano, equilibrado y asentado sobre bases sólidas; unas bases firmes que proyectarán el crecimiento de 2015 hacia delante; bases reformadas como el feliz comportamiento del sector exterior, el control de la inflación y las ganancias de poder adquisitivo, la recuperación del consumo, la reducción del déficit público, la entrada de la inversión internacional, el abaratamiento del coste de la financiación, el avance sostenido de creación de nuevas empresas y el pleno reconocimiento internacional al éxito de las políticas reformistas de los últimos años.

Queridos amigos,

Nuestro país está a las puertas de un nuevo ciclo virtuoso de crecimiento y empleo. España ha encendido el interruptor del cambio. Esta misma semana, más de veinte millones de contribuyentes empezarán a ver recompensados los esfuerzos de muchos años con una rebaja media del 12'5 por 100 en su impuesto sobre la renta; una rebaja fiscal que será la primera de una saga que tendrá su inmediata continuación en el año 2016.

Pero lo más esperanzador del cambio que vive España es que un millón de españoles habrá conseguido un nuevo empleo a lo largo de los años 2014 --ya fueron más de cuatrocientos mil-- y 2015; un dato que, teniendo en cuenta un incuestionable significado económico, es el más sólido fundamento de unos servicios públicos, de unas políticas sociales y de un Estado del Bienestar que son unánimemente admirados por los millones de turistas que visitan cada año nuestro país.

Pero, más allá de su dimensión económica, un millón de empleos es un millón de proyectos de vida recuperados. Es un millón de hogares donde la esperanza vuelve a llamar a las puertas.

Aún nos queda mucho por hacer, ¡qué duda cabe! Muchas reformas se encuentran en la rampa de lanzamiento. Y, a diferencia de los primeros años de legislatura, hoy tenemos la certeza empírica de que las reformas son las semillas más fecundas del cambio en nuestro país. El futuro es hoy nuestro aliado, pero eso no significa, ni mucho menos, que el trabajo esté terminado. El combustible de las reformas seguirá avivando el fuego de la economía; la sala de máquinas seguirá funcionando a pleno rendimiento, sin descanso, y el Gobierno seguirá dando aliento a sectores tan nuestros como el sector turístico, del que tan orgullosos nos sentimos, al que tanto agradecemos y con el que vamos a seguir trabajando hombro con hombro para que nos siga dando alegrías como la que hoy nos ha convocado.

Muchísimas gracias.