Rueda de prensa del presidente del Gobierno al concluir su viaje a Cuba

Intervención del presidente del Gobierno ante la colectividad española de Cuba

23.11.2018

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Buenas tardes a todos y a todas.

Gracias embajador por tus palabras. Es un placer compartir este acto con todos vosotros, con todas vosotras, con la colectividad española en Cuba.

Quería que mis primeras palabras fueran para reivindicar la memoria de Carmelo, que sé que es querida por muchos de vosotros y vosotras. Y querer hacerlo además en un acto sencillo y breve pero cargado de simbolismo, casi al final de esta jornada y media intensa que hemos mantenido las distintas autoridades del Gobierno de España, junto con también muchos empresarios que nos han acompañado en estos días.

El embajador lo decía bien: hace 32 años que un presidente español no visitaba esta tierra con la que compartimos lazos de hermandad a través de nuestra historia. Por esa, y por otras muchas razones, era muy necesario hacer este viaje.

Os confieso que en cada viaje al continente americano que he tenido la oportunidad de hacer durante estos cinco meses que llevo al frente de la Presidencia del Gobierno, aguardo con emoción este momento, el de encontrar a la colectividad española. Permitidme que os diga que en el caso de Cuba esa emoción es aún mayor por el peso de la historia, que entremezcla los destinos de nuestros pueblos a lo largo de estos siglos.

Hoy no sólo quiero agradecer de corazón vuestra presencia en este acto, que sirve como colofón a nuestra visita. Quiero apelar, sobre todo, al valor de lo que sois y de lo que representáis, de lo que representa vuestra huella en esta tierra, y del papel fundamental que podéis jugar en el futuro de una relación en la que se abre, después de esta visita, una etapa nueva. Una nueva etapa en la que tengo muy presente el valor de los vínculos humanos, de los vínculos emocionales que unen dos países cuya relación política ha sido en ocasiones distante, reconozcámoslo.

Ha sido precisamente la permanencia de los afectos construidos durante generaciones, la que ha servido como puente invisible entre la unión entre España y Cuba, para superar y limitar esos desencuentros. Esa es la razón por la que vuestra implicación hoy es, siquiera, más necesaria que nunca. Porque encarnáis una doble perspectiva de valor único para el futuro que tenemos ante nosotros y ante nosotras. Porque muchos de vosotros, nacidos en esta tierra, sois tan parte de ella como la de España, que no renuncia a contar con vuestra mirada, que necesita de vuestra mirada. Porque, en definitiva, sois parte de la memoria de un país como España, que no puede entenderse a sí mismo sin el legado de la emigración aquí y en el mundo entero.

Muchos de vosotros, amigos y amigas, como os decía, habéis nacido en esta tierra, otros habéis nacido en España. Conviven diferentes razones. Cada una hija de un momento de la historia: del exilio, la necesidad, o también los negocios. El nexo común a todas ellas es la consideración de Cuba como una tierra de acogida para diferentes generaciones de españoles y españolas. Hoy más de 141.000 españoles y españolas están inscritos en el Consulado, con la posibilidad de que esa cifra ascienda muy pronto a más de doscientas mil. Y el peso de esta comunidad es un inmenso activo de todo gobierno, que debemos reconocer, como decía, por razones históricas, pero también como una apuesta de futuro. Como lo es el de la comunidad cubana en España o el de los lazos construidos por familias hispano-cubanas con arraigo en los dos países.

Algunos de los que estáis aquí presentes habéis venido como emprendedores, como empresarios, como empresarias, como trabajadores comprometidos con la creación de riqueza y prosperidad. Tenéis el reconocimiento sincero, el aprecio sincero del Gobierno de España para desarrollar con éxito nuestra actividad en Cuba y también, tengo que deciros, nuestra complicidad.
He tenido, aunque sea en estas horas, la ocasión de participar en diversos encuentros de contenido económico y empresarial durante estos días. He trasladado a las autoridades cubanas, también, vuestras preocupaciones; los desafíos a los que os enfrentáis; la necesidad de esa empatía necesaria por parte de las autoridades cubanas con aquellos que abrís camino, que abrís empresas en Cuba. Y lo hago porque confío en vuestra labor, pero también, porque sé lo importante que es vuestro papel como los verdaderos embajadores y embajadoras de España, aquí en Cuba y en toda América Latina, como he reiterado en muchísimas ocasiones cuando he venido aquí a estas tierras. Especialmente el papel que juegan, permitídmelo, las pequeñas, las medianas empresas, cuya presencia siempre quiero destacar porque en su labor hay un mérito añadido, el de superar los límites que el tamaño impone con entusiasmo y con visión emprendedora.

Os decía, en definitiva, que España no puede entenderse sin el legado de la emigración. Y añado algo más, sin la aportación de la emigración. El Gobierno no va a renunciar jamás a esa aportación, a ese valor, que implica contar con vosotros y vosotras para construir la España de la próxima década.

España no puede renunciar al valor de contarse a sí misma, de construirse a sí misma, de pensarse a sí misma, sin vuestra perspectiva, la perspectiva de la emigración. Este un activo irrenunciable, de alcance ético también, por justicia, que hay que contar con él. Pero también porque nos enriquece la diversidad. Este es un Gobierno que cree en la diversidad, que quiere incorporar la diversidad en los procesos de toma de decisión política que hay en nuestro país. Y en ese sentido he insistido tanto en la injusticia del sistema del voto rogado, que limita la participación de la vida política española, por parte de la migración

Por eso me he comprometido, y en eso está trabajando el Gobierno de España, junto con los distintos grupos parlamentarios en el Congreso, para apelar al consenso de los distintos grupos parlamentarios en el Congreso para que podamos, de una vez por todas, derogar el voto rogado y tener una ley que permita la participación electoral de un colectivo tan importante como el vuestro, no solamente cuantitativamente, sino sobre todo, cualitativamente, apelando a esa diversidad a la cual antes hacía referencia.

A todos nos incumbe terminar con un sistema de voto en el exterior que limita la participación, que frena el ejercicio de este derecho para una colonia tan importante como la española en el exterior.

Hoy en Cuba, con vosotros delante, quiero volver a reiterar mi compromiso con esta reforma necesaria, imprescindible, urgente. Y vuelvo a apelar al sentido común, al compromiso de todos y cada uno de los grupos parlamentarios, para alcanzar un consenso necesario que nos permita, antes de las elecciones de mayo de 2019, contar con un sistema distinto, diferente de voto en el exterior. Para que el Poder Legislativo esté a la altura de una demanda justa y poner fin a los obstáculos que impiden que vuestra voz, tan necesaria, sea escuchada sin que las trabas burocráticas la limiten, como está ocurriendo desgraciadamente hasta ahora.

El Gobierno, por lo demás, va a tomar todas las medidas necesarias para asegurar el pleno ejercicio de vuestros derechos. Y para ello vamos a dotar de más medios al Consulado General, y esperamos poder abrir un nuevo Consulado en el país en los próximos meses.

Quiero concluir, amigos y amigas, reiterando mi compromiso con todos vosotros y vosotras. España reside allí donde su memoria pervive. Puede encontrarse en la huella de los objetos, en los palacios de la Habana Vieja o en las páginas de los libros de historia. Pero la auténtica memoria reside en las personas, en quienes llegaron a esta tierra desde un rincón de Galicia, de Asturias y preservaron un vínculo a prueba de avatares y de desencuentros.

Así que os convoco a ser mucho más que custodios de esa memoria, a ser parte del futuro de una relación renovada entre España y Cuba, para superar juntos el distanciamiento y apostar por un futuro de retos compartidos entre dos países hermanos, como somos Cuba y España.
Muchas gracias.

Y de verdad, un placer y un honor estar con vosotros.

(Transcripción editada por la Secretaría de Estado de Comunicación)