​Intervención del presidente del Gobierno durante su encuentro con representantes empresariales en México

31.1.2019

  • x: abre ventana nueva
  • Whatsapp: abre ventana nueva
  • Linkedin: abre ventana nueva
  • Enviar por correo: abre ventana nueva

Ciudad de México

Buenos días a todos y a todas. ministra de Industria, Comercio y Turismo; querido Antonio, presidente de la CEOE; directora de la Cámara de Comercio de España, Inma; querido presidente, también, de la Cámara de Comercio de España en México, Antonio; señoras y señores, amigos y amigas:

España, como ustedes saben, es un país con un amplio e intenso mapa comercial en el mundo. En muchos de los países a los que he acudido en mi calidad de presidente del Gobierno, he tenido la ocasión de manifestar la voluntad del Ejecutivo español de profundizar en los lazos económicos y, también, de apoyar el desarrollo empresarial. Pero, México, yo creo que es algo más que eso para nosotros. No son los lazos económicos solamente lo que los define, el nivel de relación bilateral entre España y México va mucho más allá de las cifras y convierte ambos países en socios estratégicos y complementarios, como bien antes ha dicho el presidente de la CEOE.

Si exceptuamos los países de la Unión Europea, México es hoy el segundo inversor extranjero en España. Hablamos muchas veces de la inversión española en México pero se nos olvida que esa inversión de México en España también es singularmente importante. El segundo inversor extranjero en España, repito, detrás nada más y nada menos que de la primera potencia económica del mundo, que es Estados Unidos, e incluyendo la Unión Europea es el quinto inversor por delante, incluso, de Alemania.

México, además, es nuestro mercado más importante en Iberoamérica y es un destino prioritario para nuestras inversiones. Algunos de los sectores económicos del país, como la banca, el turismo, las energías renovables, las infraestructuras, también, la cultura o las telecomunicaciones, tienen una presencia española fundamental e insustituible. Los lazos económicos, por lo tanto, son de tal profundidad y están tan anudados que no basta con que el Gobierno los proteja y los estimule, tienen que ser una prioridad absoluta en la relación bilateral entre ambos países.

Y el Gobierno de España, y quiero hacer énfasis en ello, no tiene ninguna distracción en este asunto. Nuestras empresas son, muchas veces, la primera imagen del país en el exterior y, desde luego, la imagen más permanente que los otros tienen de nosotros. Por eso, es importante lo que ha subrayado el presidente de la CEOE y, también, a ello yo me sumo en la declaración que ha hecho de intenciones, de nuestra forma de hacer las cosas, de nuestro compromiso social, de nuestra eficiencia y de nuestra visión del mundo.

Por eso, no sois solo empresarios, sois también los embajadores de nuestro país. Y, en un país como México, sois embajadores fundamentales. Vosotros sois eso que durante años hemos llamado Marca España pero que nosotros preferimos llamar España Global, la España que se ha extendido por el mundo, por todos sus rincones y que crea riqueza, fomenta la prosperidad, el talento y abre camino.

La diplomacia, ya lo sabéis, no la hacen solo los diplomáticos, también la hacen los artistas, los turistas y, por supuesto, los empresarios. La internacionalización ha sido una de las claves que ha permitido a España crecer a los ritmos que está creciendo. En los diez primeros meses de 2018, son los últimos datos de los que disponemos, las exportaciones españolas crecieron un 3,8% hasta superar los 238.000 millones de euros. Esa internacionalización debe proseguir para garantizar su éxito.

España y México tienen una relación comercial de igual a igual, y si en el pasado hubo desequilibrios, ahora la balanza comercial está perfectamente equilibrada, vosotros lo sabéis mejor que yo. Eso quiere decir que cada país está aprovechando del otro sus mejores potencialidades. Los españoles hacemos muchas cosas bien y las ofrecemos, y los mexicanos hacen muchas cosas bien y nos las ofrecen.

Este es el mundo global en el que vivimos, un mundo que tiene sus riesgos, que tiene sus disfunciones pero que tiene, sobre todo, un campo de oportunidades interminable. Yo creo que tenemos que aprovecharlas juntos y, por eso, me ha gustado la defensa que ha hecho del multilateralismo la directora general de la Cámara de Comercio, a la cual yo también me sumo. Cada vez hay más empresarios mexicanos que invierten en España y que llevan allí su sabiduría, su forma de emprender, y cada vez hay más empresarios españoles y mexicanos que se alían para exportar al resto del mundo ideas, conocimiento, y eficiencia empresarial; de modo que no estamos en el punto de llegada --a mí me gustaría esto subrayarlo porque me parece importante--, no estamos de modo alguno en el punto de llegada. Yo diría que esto está empezando, que tenemos un larguísimo camino por delante y que será, a mí no me cabe duda, muy provechoso.

Quiero que contéis con el Gobierno de España, con vuestro Gobierno, que contéis conmigo. Las sociedades prósperas, que son las sociedades en las que queremos vivir, son aquellas que crean riqueza, que reparten con justicia esa riqueza, que luchan por valores que están permanentemente presentes en nuestro día a día, como pueda ser, por ejemplo, la igualdad de género, y que preservan el futuro, en especial, algo que nos es tan propio, tan de nosotros como es el futuro medioambiental. En la construcción de esa sociedad este Gobierno pondrá todos los esfuerzos humanos y económicos que sean necesarios.

Como sabéis, la situación económica de España es positiva, es buena. A pesar de la desaceleración mundial, todos los organismos internacionales pronostican que seguiremos teniendo un crecimiento sólido y que seguiremos liderando el crecimiento del conjunto de la Unión Europea. La prima de riesgo está estabilizada en torno a los 100 puntos básicos y esta misma semana hemos conocido la última Encuesta de Población Activa que arroja la mayor creación de empleo desde el año 2006, desde el año 2006. El año pasado se han creado 566.000 puestos de trabajo y el paro se ha reducido en 462.000 personas. Y, además, se ha reducido con calidad, y a mí me gusta esto también subrayarlo. 6 de cada 10 nuevos ocupados tuvieron un nuevo contrato fijo a jornada completa; es decir, España crece, empieza a repartir esa riqueza con justicia social y genera confianza.

Y me gustaría hacer una mención más detallada del futuro que queremos y al cual ha hecho referencia de pasada el presidente de la CEOE pero que me consta que lo tiene muy incorporado en sus objetivos en torno a la organización que dirige y es la Agenda 2030. La Agenda 2030 no es una agenda de ningún gobierno concreto, de ninguna ideología y de ninguna región del planeta. Es la Agenda de Naciones Unidas a través de la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Mi Gobierno asume con entusiasmo esta Agenda, y quiero que lo sepáis, tanto los empresarios españoles como los empresarios mexicanos que apuestan y creen en nuestro país, pero me gustaría invitaros a que también vosotros la hagáis vuestra, porque sois parte central de la misma. No hay en ella ninguna amenaza, todo lo contrario. Un ejemplo: la Organización Internacional de Trabajo ha estimado que la transformación energética del planeta puede implicar la creación de 4 empleos por cada empleo que se destruye como consecuencia de esa transición; por tanto, no hay que realizar esa transformación porque se gane empleo, sino porque es impostergable, pero es que además se gana empleo y se genera riqueza. La Agenda 2030 tiene otra palabra que no podemos olvidar nunca, y es la palabra personas. ¿Para qué queremos sociedades más ricas? Para las personas. ¿Para qué queremos empresas? Para que la vida de las personas sea mejor.

Miramos al año 2030 y queremos un mundo racional, sin desigualdades escandalosas, sin injusticias vergonzantes, y sin un planeta en riesgo. Y, si hacemos eso, yo estoy convencido de que también estaremos tocando la tecla de cómo resolver muchos de los problemas políticos que ahora mismo se ven en el escenario global. No es una tarea solo de los gobiernos, es una tarea también vuestra, de los empresarios, de las empresarias que sois quienes diseñáis en buena medida la arquitectura social. Sé que estáis completamente de acuerdo conmigo con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, la economía no es un fin en sí mismo, está hecha por y para las personas, y no perdamos nunca de vista este horizonte.

En el mundo y en España hemos perdido una década con la crisis, la década que empezaremos el año que viene, o que empezamos ya -digamos-- a hacer realidad tiene que ser una década doble. Ganemos 20 años, recuperemos el tiempo perdido, que en 2030 tengamos un paisaje de prosperidad y de rumbo firme.

México inicia una etapa política nueva después de las elecciones, una nueva etapa que --no me cabe duda-- va a mantener lo mejor del país y va a tratar de dar un impulso nuevo. El Gobierno de España, por supuesto, le desea al presidente López Obrador y a todo su gobierno toda la suerte del mundo, todo el acierto en la tarea y le garantiza todo el apoyo en lo que pueda ayudar; y, desde luego, también, quiero refirmar el compromiso de las empresas españolas con el futuro y la prosperidad de México.

He querido ser el primer presidente extranjero que le visita después de su toma de posesión porque México es para España un país clave, central, en nuestra relación con este continente y, sobre todo, en nuestra relación con la Comunidad Iberoamericana. Una idea fundamental que he querido trasladar ayer al presidente López Obrador es la fortaleza de las relaciones económicas entre España y México, entre México y España, y el valor insustituible que aportáis las empresas a la sociedad de este país. Estoy aquí, en consecuencia para ayudar, para escucharos, para recoger vuestras expectativas y llevármelas a España.

Y, quiero terminar, repitiendo algo evidente pero no por ello menos importante de volver a subrayar: México es un gran mercado para España pero es, además, un país al que nos unen lazos fraternales que no pueden romperse. Se unen, por tanto, el interés y el afecto, esa es la mejor combinación de todas, a mi juicio, porque actuamos desinteresadamente pero ganamos mucho con ello.

Así que, espero que podamos departir ahora en la conversación que vamos a abrir y, sobre todo, como bien ha dicho antes el presidente de la CEOE: ¡Viva España y viva México!