El Consejo de Ministros ha recibido un Informe de la Vicepresidenta Primera del Gobierno sobre la situación creada por la tormenta de nieve que afectó, severa y especialmente, a la Comunidad Autónoma de Madrid el pasado día 9.
El Informe, para el que se recabó información de los nueve Departamentos que de un modo u otro intervinieron en los diferentes escenarios, tiene un fin específico: evitar que situaciones como las sufridas por los ciudadanos el pasado viernes puedan volver a repetirse, una situación que fue especialmente grave en las carreteras de acceso a Madrid y en el aeropuerto de Barajas.
El Informe describe con precisión la secuencia de los hechos, que tuvieron su origen en la fuerte nevada que empezó a caer sobre Madrid en torno a las 8 de la mañana, una nevada cuyas consecuencias no se pudieron prever con los protocolos en vigor hasta pocos minutos antes de que ocurriera. Ello es debido a que las predicciones meteorológicas sólo permiten determinar, con muy escaso margen de anticipación, un fenómeno meteorológico que se comporta de modo impredecible como la borrasca fría que afectó a la capital de España. La secuencia de hechos así lo indica.
Predicciones meteorológicas
Las predicciones meteorológicas de la Agencia Estatal de Meteorología del 8 de enero avisaban de precipitaciones en forma de nieve de dos centímetros de grosor y preveían temperaturas de cuatro grados bajo cero. Estas predicciones implicaban, dentro de la escala elaborada por la propia Agencia, un nivel de riesgo amarillo; es decir, se estaba ante una situación de preemergencia, que por si misma no conlleva medidas de actuación, sólo de alerta.
Sin embargo, hacia las 7 de la mañana del día 9 los servicios meteorológicos detectaron que la borrasca arreciaba y variaba rápida e inesperadamente de dirección, lo que motivó que a las 7.30 la Agencia de Meteorología modificara su predicción inicial y anunciara nevadas de siete centímetros, elevando el código amarillo al nivel naranja, es decir, al nivel a partir del cual se activan los protocolos de actuación.
Por lo tanto, la situación puso de manifiesto que, en gran medida, fue la excesiva rigidez del automatismo entre el nivel naranja y la activación de protocolos lo que impidió que se adoptaran las medidas preventivas con suficiente antelación.
Transporte
Cuando, a partir de las 7.30 de la mañana, se activaron los dispositivos de respuesta, era ya tarde para adoptar decisiones que hubieran minimizado las consecuencias de la nevada. Muchos miles de ciudadanos habían salido ya a las carreteras o se dirigían al aeropuerto. Lo sorpresivo de la nevada por su cambio de rumbo e intensidad, la densidad del tráfico en Madrid en hora punta, la circulación de vehículos pesados y la paralización en el atasco de las máquinas quitanieves paralizaron la circulación.
Esta situación no sólo afectó a las carreteras y, en mucha menor medida a las redes ferroviarias, sino que también afectó de manera muy especial al aeropuerto de Barajas. La dureza de la nevada obligó, por razones de seguridad, a cerrar el aeropuerto unas cinco horas, desde las 11 hasta las 16 horas.
Tuvieron que cancelarse 571 vuelos de los 1.123 programados para ese día y se desviaron 62 aviones a otros aeropuertos. 45.000 viajeros se vieron afectados.
Cuando se abrieron, primero, dos pistas y, después, las dos restantes, las compañías no disponían de aviones ni de tripulaciones suficientes para hacer frente al gran número de viajeros cuyos vuelos habían sido cancelados o retrasados.
AENA
Ante la previsión de que se dieran temperaturas bajo cero que helasen la nieve, y para permitir que los ciudadanos pudieran acceder o salir del aeropuerto, AENA solicitó ayuda al Ayuntamiento de Madrid y a la Unidad Militar de Emergencias, que desarrollaron labores de limpieza en los accesos al aeropuerto y salidas del aeropuerto y, posteriormente, en las plataformas de estacionamiento de las terminales.
El Informe que hoy ha visto el Consejo de Ministros determina que cerrar el aeropuerto fue una decisión acertada y correcta, primando, por encima de todo, la seguridad de los pasajeros. Sin embargo, también puntualiza que falló la comunicación a los usuarios, ya que los viajeros no tuvieron información ni clara ni puntual de los retrasos o de las cancelaciones de sus vuelos, información que han de suministrar al aeropuerto las compañías aéreas.
Por otra parte, el conflicto de Iberia agravó los problemas, ya que la mayoría de las cancelaciones provino de esta compañía.
Decisiones
En consecuencia, hoy mismo el Consejo ha adoptado una serie de decisiones que van en seis grandes líneas.
- En primer lugar, se modificarán los protocolos de actuación de la Administración General del Estado. Estos protocolos establecerán mecanismos de alerta y de respuesta ante emergencias más eficaces y eficientes, y tendrán en cuenta las condiciones especiales de las grandes ciudades, y las infraestructuras de transporte como puertos, aeropuertos, ferrocarriles y carreteras. Igualmente, se impulsará la integración de responsables de carreteras de las Comunidades Autónomas en los Centros Coordinadores de Tráfico, y se pondrá en marcha la Unidad de Valoración de Riesgos entre la Agencia Estatal de Meteorología, la Dirección General de Carreteras y la Dirección General de Tráfico.
- En segundo lugar, se aumentarán los medios técnicos a disposición de los responsables de la seguridad vial. Igualmente, se instalarán equipos de GPS para la localización de los vehículos de la Guardia Civil y de la Dirección General de Carreteras, para organizar mejor sus movimientos, y se aumentará el número de cámaras en los accesos a las ciudades. Se extendérán, asimismo, los sistemas automáticos de distribución de fundentes en puntos especialmente sensibles por las bajas temperaturas.
- En tercer lugar, se reformarán algunas infraestructuras de carreteras para reaccionar mejor ante este tipo de situaciones. Con ese fin, el Gobierno incrementará el número de pasos de mediana en las autovías para facilitar la circulación de los vehículos de seguridad y de las máquinas quitanieves en todos los sentidos y direcciones.
- La cuarta línea de acción es la de las reformas legales. El Ejecutivo enviará al Congreso, este mismo año, un Proyecto de Ley de Protección Civil que, entre otras cuestiones, permitirá incrementar la coordinación entre la Administración General del Estado, las Comunidades Autónomas y los Entes Locales. También contemplará que la Unidad Militar de Emergencias pueda responder tanto a los requerimientos de las Comunidades Autónomas, como del Estado. Hasta ahora la Unidad Militar de Emergencias sólo podía actuar a petición de las Comunidades Autónomas.
- En quinto lugar, se reforzarán los derechos de los usuarios. Con ese fin, habrá más inspecciones de la Agencia Española de Seguridad Aérea a las compañías aéreas para defender los derechos de los pasajeros. También se crearán en los principales aeropuertos Ventanillas Únicas de Atención al Cliente en las que los viajeros podrán presentar todas las quejas y reclamaciones que estimen pertinentes. Igualmente, se elaborará un protocolo de actuación para las denuncias.
- Finalmente, el Ejecutivo llevará a cabo nuevas campañas de sensibilización e información a los ciudadanos en situaciones de emergencia.
Son medidas que se pondrán en marcha con carácter inmediato, todas ellas orientadas a evitar que los ciudadanos de cualquier lugar de España puedan volver a sufrir una situación como la que se vivió en Madrid hace siete días.