La Moncloa, Madrid
P.- Tenía un par de preguntas para el vicepresidente. La primera es saber si usted se siente a gusto con el nivel de superávit que ha sido presupuestado o si, dada la perspectiva de incertidumbre económica que se apunta para el año que viene, no cree que se debería haber ido un poco más allá, para dar un poco más de holgura a las cuentas.
También me gustaría que nos explicara qué hay dentro del Presupuesto que permite que los ingresos, creciendo menos que la economía, con 2.200 millones más de rebaja fiscal y con, al menos, 2.500 millones más de gasto en infraestructuras, siga cumpliéndose la previsión de superávit que se hizo en junio o en mayo pasado. ¿Dónde baja el gasto?
Vicepresidente.- Primero, estoy a gusto con el nivel de superávit o preferiría más o menos. La lógica nos llevaría a pensar que, si hay alguna incertidumbre, cuanto mayor sea el nivel de superávit, mejor. La economía nos llevaría a pensar que, si el crecimiento es menor y los ingresos son menores, tendríamos que conformarnos con un menor nivel de superávit.
Nosotros hicimos una apuesta prudente y sigo estando cómodo con la apuesta prudente. No sé si le he contestado o no, pero sigo estando cómodo con esa apuesta prudente.
Segundo, ¿qué ha pasado? ¿Hay trampa? No, no hay trampa; hay algo… Bueno, sí hay trampa, si quiere que diga toda la verdad. Sí hay trampa porque, cuando presentamos el cálculo de los ingresos y presentamos las primeras evoluciones para el año 2008, vista la evolución de los ingresos de 2007, nosotros ya descontamos en los ingresos una determinada cantidad, en el entorno a los 2.500 millones de euros, para hacer algunas cosas que queríamos hacer posteriormente. Ésa es del tipo de medidas que van vinculadas, fundamentalmente, a rebajas fiscales y que son a las que me he referido hoy. Por lo tanto, digamos, podemos seguir sacando las mismas cifras de ingresos que antes, con unas cifras algo distintas que las que inicialmente sacamos.
P.- Vicepresidente, según su teoría de la evolución del superávit según el ciclo económico, el año que viene el crecimiento sólo se va a reducir una décima; sin embargo, el superávit se reduce en cinco décimas. ¿Puede explicar esa reducción?
Luego, ¿por qué no se hace una reforma fiscal general a todos los ciudadanos españoles?
Y la tercera pregunta es si no estamos ante un presupuesto claramente electoralista.
Vicepresidente.- Primero, si usted calcula el superávit presupuestado inicialmente con el superávit presupuestado en estos momentos, verá usted que no hay esas diferencias. Usted me está planteando el tema en términos de liquidación. Si usted me lo plantea en términos de liquidación en estos momentos, vamos a ver cómo terminamos el año. Puede ser que la situación sea mejor, pero también es verdad que el crecimiento es mayor que lo que inicialmente habíamos previsto.
¿Qué puede suceder? ¿Que al final el crecimiento sea el 3,3 por 100, como pensamos, que el empleo crezca cuatrocientas mil personas y que, además, tengamos más consumo y más construcción? Es una alternativa. Podemos crecerlo parecido, pero con menos consumo, más exportación, menos construcción y más industria. Eso ya nos dará lugar a una composición de ingresos distintos y a una composición de gastos distintos.
Por lo tanto, yo creo que hay que seguir planteando un superávit, superávit moderado, que se pueda cumplir, y yo creo que se va a cumplir sin ninguna dificultad el próximo año.
¿Por qué no hemos hecho una reforma fiscal global? Hemos pensado que en estos momentos había un margen de maniobra fiscal que podría haberse hecho de forma lineal, como parece que usted plantea, o se podía haber hecho, que es como nosotros hemos elegido, con unos objetivos concretos: un objetivo es la natalidad, un objetivo es vivienda y otro objetivo es menores ingresos. Es una opción política. Podía haber sido lineal, se podía haber preferido la otra fórmula; nosotros hemos preferido ésta. ¿Por qué? Porque creemos que hay un problema de natalidad en este país, porque seguimos pensando que hay un problema de alquiler de vivienda en este país y porque pensamos que con la evolución de tipos, sobre todo en las familias con ingresos más bajos, son las que puedan estar sufriendo más la caída de tipos.
¿Llama usted a esto electoralista? Yo creo que no. Yo creo que es una opción política afectando a aquellos sectores que consideramos que lo necesitan más. Para mí no es electoralista, en absoluto.
Vicepresidenta.- Si me lo permite, Vicepresidente, quiero señalar que el Gobierno no hace electoralismo. El Gobierno cumple sus compromisos. Desde el primer día hemos venido cumpliendo nuestros compromisos. Lo digo porque, constantemente, en los últimos días oigo decir de forma sistemática que cualquier decisión que adopta el Gobierno es electoralista. Electoralismo es prometer y no cumplir, y lo que hace el Gobierno es justo todo lo contrario.
Desde el primer día hemos cumplido con nuestros compromisos. Quiero recordarlo porque a veces la memoria es un poco frágil: desde el primer día de este Gobierno, desde la retirada de las tropas de Iraq hasta hoy mismo, en donde en la reunión del Consejo de Ministros hemos vuelto a adoptar decisiones para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.
Fíjese, le voy a decir más: con la reunión del Consejo de Ministros de hoy han sido 170 veces las que este Gobierno se ha reunido en Consejo de Ministros, 170 Consejos de Ministros, y en esas reuniones hemos visto, debatido y aprobado más de dieciséis mil asuntos. Y, fíjese, siguiendo con las estadísticas, le diré que cerca de dos mil quinientas decisiones de esas dieciséis mil afectan directa e indirectamente a la vida de la gente de este país, una media que nos acerca a las quince decisiones semanales.
Cuatro años dan para mucho y trabajar todos los días por los ciudadanos forma parte de los compromisos que este Gobierno adquirió. Eso es, sencillamente, lo que estamos haciendo y eso es, sencillamente, lo que vamos a hacer hasta el último día.
P.- Tres preguntas para el Vicepresidente tres preguntas. Primera, decía usted que en el debate que se ha abierto sobre Cataluña y Andalucía no hay que olvidar que tienen incluidas en sus Estatutos unas previsiones que usted debe cumplir. ¿No le parece entonces a usted lamentable el mensaje de que el que ha sido listo en contra de la opinión de usted, creo y ha incluido capítulos financieros en los Estatutos muy rápidamente tiene ahora una ventaja que no tienen otras Comunidades Autónomas?
Segunda pregunta: ¿cómo argumentar que una Comunidad como Cataluña, por muy justificado que tenga el déficit en infraestructuras, pueda recibir cantidades similares, si no mayores, a otras Comunidades con mucha menor renta?
Y la tercera: ya que ha desvelado usted la trampa de los 2.500 millones de julio, usted se deja 2.500 millones, pero el coste de las nuevas es de 2.290 millones. Entonces, ¿los 210 millones que quedan son para el plan buco-dental o para alguna medida que queda en la recámara?
Vicepresidente.- El plan buco-dental está incluido en el Presupuesto; el restante que queda, evidentemente, lo hemos puesto en términos de gasto en aquellos márgenes que hemos tenido. Pero tampoco era preciso gastarse 2.500 millones; más o menos era el entorno de la cifra que teníamos en la cabeza en su momento.
Yo creo que todos los Estatutos están incluyendo normas de tipo financiero y, sobre todo, de tipo de inversión. Yo siempre he dicho lo mismo: en el tipo de financiero, digan lo que digan los Estatutos, al final, hay una norma global, que es la LOFCA, que tendrá que modificarse para ir a un modelo que sea coherente y consistente.
En inversión es cierto que hay unas demandas establecidas en algunos Estatutos y otras, en otros que vienen. En estos momentos, que yo sepa, fundamentalmente están estas dos: la de Andalucía y la de Cataluña. Pero yo no creo que las cifras de Andalucía o de Cataluña en estos momentos sean muy distintas de las cifras que les iban a corresponder por la evolución normal de la inversión.
Dicho de otra forma, las inversiones públicas son inversiones que, como saben ustedes, no es un continuo, sino que corresponde a, digamos, cambios en función del tipo de inversiones que se están llevando a cabo. Cuando uno hace un aeropuerto o termina el aeropuerto, no se puede volver a hacer otro. Cuando uno termina una infraestructura, un AVE, no se puede hacer otro.
¿Que, por ejemplo, es lógico que en Aragón la inversión en ferrocarril decaiga? Evidentemente, una vez que llegó a Lérida el ferrocarril, ya no habría inversión de cara al ferrocarril. ¿Es lógico que en Cataluña la inversión en estos momentos, con el AVE y con el aeropuerto, con la ampliación de El Prat, aumente? Es lógico, como también es lógico que aumente en la Comunidad Valenciana, cosa que, lógicamente, se debe producir. ¿Y que en Sevilla hay también, un problema de AVE hacia la zona de Málaga y otros sitios..?
Todo eso responde a los datos y yo creo que, lógicamente, y era un poco cuando se aprobaban los Estatutos la razón por la cual consideramos que, aun prefiriendo, y es cierto que yo lo he dicho muchas veces, que este tipo de temas no se cristalicen tanto en normas que al final nos complican la vida; yo creo que se pueden cumplir estas ventajas manteniendo, lógicamente, una igualdad de trato a lo largo del tiempo entre todos los españoles. En algunos momentos unas zonas tendrán más y otras tendrán menos, pero lo importante es que razonablemente prestemos los servicios que cada uno tiene que recibir. Incluso, en el concepto de prestación de servicios o el concepto de inversiones ya sabe usted que no todos los territorios son exactamente iguales. No vale lo mismo un kilómetro de autopista en Galicia que en Castilla-La Mancha, por poner un ejemplo. O sea, es un tema complicado.