Rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros

Intervención del ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación en funciones, José Manuel García-Margallo

6.5.2016

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Sr. García-Margallo.- Yo voy a informar, sin perjuicio de responder a las preguntas que me sean planteadas después, de dos temas: el Informe de Acción Exterior al Consejo de Política Exterior, que necesitaba aprobación por parte del Consejo de Ministros; y un informe sobre la Marca España, del que he dado conocimiento pero que no necesita aprobación del Consejo de Ministros.

Seré muy breve. Lo tienen ustedes repartido y, por tanto, pueden consultar cualquier cosa que quieran, sin perjuicio de que yo pueda incidir en los temas que sean de su interés.

La presentación del Informe de Acción Exterior al Consejo de Ministros, previo informe en el Consejo de Política Exterior, se enmarca en la política y en los objetivos del Departamento a lo largo de estos cuatro años. Estoy haciendo un balance, no un elogio fúnebre en estos momentos.

El Informe lo que tiene son tres objetivos: ordenar el desorden, mejorar los mecanismos de seguimiento y proyectar la imagen de España en el exterior.

El primer epígrafe, ordenar el desorden, tiene a su vez dos vertientes: ordenar el desorden en materia jurídica y ordenar el desorden en materia conceptual. En materia jurídica, a lo largo de esta Legislatura se han aprobado tres leyes: la Ley de Acción Exterior, la Ley de Tratados y la Ley de Inmunidades, y el Reglamento de la Carrera. Habían sido intentos fallidos desde 1977 y que en esta Legislatura se han podido culminar. Desde el punto de vista conceptual, y respondiendo a uno de los mandatos incluidos en la Ley de Acción Exterior, se elaboró una Estrategia de Acción Exterior que plasma cuáles son los objetivos, los ejes de actuación, de España en el exterior a cuatro años; Estrategia que pide su actualización y revisión cada año, y eso es el Informe que hoy presentamos.

Voy a ser muy breve. Conocen ustedes cuáles son los principios en los que se ha inspirado la política exterior, que son cuatro:

  • Situar al ciudadano en el centro de la política. Aquí hemos hecho un enorme esfuerzo en materia de diplomacia pública y de diplomacia digital: la página web para informar a nuestros ciudadanos en sus salidas fuera de nuestras fronteras y la campaña "España contigo", que en los 192 países que no son España permite a cada español, en el momento en que pisa un territorio extranjero, conocer cuál es el teléfono de emergencia consular y cuál es el link con la página web del Ministerio de Asuntos Exteriores para saber cuáles son las zonas seguras, las zonas menos seguras y las zonas a evitar. Esto nos ha permitido ser mucho más eficaces en la atención y en la protección a nuestros ciudadanos fuera, sobre todo en casos extremos.
  • El segundo eje es proyectar la imagen de España como país avanzado. Somos un país tradicional, con un patrimonio cultural, con un patrimonio histórico y con un patrimonio natural muy importante, pero también somos un país muy moderno, como acredita que las licitaciones que las empresas españolas ganaron en 2015 superasen los cincuenta mil millones de euros. El instrumento claro es la Marca España, a la que me referiré posteriormente, además de la diplomacia económica.
  • El tercero es promover y proyectar nuestros valores y nuestros intereses fuera.
  • Y, en cuarto lugar, dar una mayor coherencia, eficacia y transparencia a la acción exterior. Se trata de que lo que es de los españoles, la opinión pública y la opinión publicada, se implica en lo que es nuestra actuación fuera de nuestras fronteras, que, por otra parte, condiciona el diseño de cualquier política interior. Cualquier política interior que esté fuera de los parámetros y los marcos de la política europea y de la política mundial no deja de ser un esfuerzo inútil que, en el mejor de los casos, sólo conduce a la melancolía.

En cuanto a mecanismos de seguimiento, de lo que se ha tratado es de que sepamos cómo se han ido cumpliendo estos objetivos en el tiempo, con mecanismos de seguimiento estadístico y, sobre todo, con el Informe Anual que va haciendo el balance del año y actualizando lo que haya que actualizar, a la vista de los acontecimientos.

Sobre el tercer apartado, el protagonismo de España, "España está de vuelta" fue el tema original del Ministerio. Aquí voy a ser todavía más breve.

Este es el segundo año que estamos en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Yo destacaría aquí --están en el Informe-- tres grandes actuaciones: la Resolución de Mujer, Paz y Seguridad, la Resolución 13/25; la apertura del Consejo de Seguridad, por primera vez en la historia de Naciones Unidas, a las víctimas del terrorismo: yazidíes, de Boko Haram y víctimas de ETA; y la convocatoria de un proceso de paz en Oriente Medio, una especie de Madrid-2, que analizaremos el día 30 de mayo. Es una propuesta española en nuestra Presidencia del Consejo de Seguridad en octubre, que ha retomado Francia, y de lo que se trata es de situar en la misma mesa a las partes que han hablado a lo largo de este período desde Oslo en 1993, y a la Comunidad Internacional, que ha hecho muchas resoluciones pero que nunca han estado juntos.

A esto le doy una enorme importancia, así como le doy una enorme importancia al Tribunal Penal Internacional en materia de terrorismo, que cubriría una laguna legal que ha permitido que en estos momentos en África nunca nadie haya sido llevado a los Tribunales en materia de terrorismo.

En materia de gobernanza global, nuestra colaboración a la definición de los Objetivos del Desarrollo Sostenible, que vienen a sustituir los Objetivos del Milenio; nuestra colaboración al cambio climático, París --ahora iremos a Marrakech--, y nuestra lucha en el tema de la igualdad de género.

En el tema de la Unión Europea, que vive momentos especialmente preocupantes, hemos sido un socio activo. Saben ustedes que hemos tenido una posición muy clara: más Europa en materia de refugiados, en materia de emigración, en materia de Unión Económica y Monetaria y en materia de Política Exterior y de Seguridad Común. Precisamente, en ese aspecto hemos cooperado y estamos presentes en muchísimas operaciones de mantenimiento de la paz.

En el ámbito iberoamericano, se subraya en el Informe que en la última Cumbre por fin se dio cima al proceso que se inició en la primera Cumbre desde que nosotros estábamos en el Gobierno, que fue Cádiz. Se decidió actualizar las Cumbres Iberoamericanas, que tenían una cierta pereza para adaptarse a los tiempos, al nuevo clima. Eso lo aprobamos en Panamá y terminó en Veracruz; la siguiente será en Colombia.

En África subsahariana no tengo que recordar cuáles son las políticas que estamos haciendo en materia de mantenimiento de la paz, de cooperación al desarrollo y de colaboración política con las autoridades locales, lo cual nos ha permitido tener éxitos notables en la lucha contra la inmigración irregular. Si en los Balcanes la inmigración irregular en 2015 aumentó en un 1.000 por 100 y en Italia en un 277 por 10, en España en un 15 por 100. Y lo recuerdo porque, a medida que se vayan cerrando vías a la inmigración irregular, como esto que hemos hecho con el Acuerdo Unión Europea-Turquía, se irán desplazando a otras áreas. Ahora es Libia, pero probablemente tengamos que enfrentarnos a este tema.

En el Informe Anual se termina con lo que hay que hacer, porque no se trata, insisto, de un balance; se trata de un balance que sirva para extraer lecciones para el futuro.

Tenemos que seguir aumentando la colaboración entre las distintas personas, públicas y privadas, que actúan en acción exterior, que tienen acción exterior: los distintos Departamentos ministeriales, las Comunidades Autónomas, las Corporaciones Locales, las Organizaciones No Gubernamentales, así como nuestras empresas.

En segundo lugar, la adaptación del Servicio Exterior español a las necesidades del siglo XXI. Tenemos un servicio exterior que responde, más bien, a los principios del siglo XX que a los principios del siglo XXI. Tenemos, para poner un ejemplo, diez consulados en Francia y sólo tenemos dos consulados en India, lo cual no responde a las exigencias en el momento actual.

Y la tercera gran asignatura es que es evidente que hay que aumentar, a medida que las disposiciones presupuestarias lo permitan, la cooperación internacional, que está en estos momentos bajo mínimos. El presidente del Gobierno se comprometió en Naciones Unidas a ir avanzando hacia el compromiso del 0,7 por 100 del Producto Interior Bruto. Es un objetivo ambicioso, pero un objetivo posible y, sobre todo, es un objetivo necesario. Créanme que hacer política exterior sin cooperación internacional, aparte de violentar las normas de la decencia internacional, es extraordinariamente difícil desde un punto de vista práctico.

Marca España es, como ustedes saben, y lo he dicho alguna vez, la niña de mis ojos y hemos dedicado una enorme atención a la Marca España en situaciones complicadas, sin dotación presupuestaria y sin RPT, es decir, sin relación de puestos de trabajo. Hemos podido presentar un informe en el que se da cuenta de las variables objetivas que mejoran la autoestima de los españoles, primer objetivo, y la proyección de España en el exterior. Son una serie de indicadores, que han hecho fundamentalmente voluntarios --cuando no hay dotación presupuestaria, hay que tirar del orgullo patrio y de la solidaridad interna--, 170 profesionales, agrupados en diez grandes unidades, que han ido midiendo cuáles son las variables que nos permiten conocer dónde España está bien, dónde está mal --y me refiero a ámbitos geográficos--, en qué está bien, en qué está mal y qué tenemos que mejorar.

Haremos una presentación y por tanto, no voy a anticipar conclusiones, porque corresponde al presidente del Gobierno hacer el primer análisis; pero les diré que desde 2012 a ahora hemos mejorado sustancialmente en materia de imagen interna, de percepción interna, y de imagen exterior, en prácticamente todas las variables evaluadas científicamente. Aquí hemos manejado Indicadores de Inteligencia de la Marca España, de ESIC; el Observatorio de la Marca España, del Instituto Elcano; variables objetivas que configuran las percepciones sectoriales, en colaboración con los responsables dentro de cada uno de los Departamentos ministeriales, y la contribución de las empresas a la imagen exterior: un cuestionario de hasta qué punto consideran que el paraguas Marca España les sirve para mejorar sus oportunidades de negocios, hasta qué punto le ven utilidad, y los resultados son extraordinariamente satisfactorios.

Se trata de pasar los grandes índices, a lo gordo, en macro, como dicen los técnicos, al micro, a cómo afecta eso a la vida de cada español, desde la longitud o el tiempo en listas de espera, hasta el tiempo que se paga una factura, bienes culturales, gastos en educación, etcétera. Son muchísimas variables, están todas aquí, muy especificadas, porque, si algo fue mi preocupación, y con eso termino, es que la Marca España no fuese una operación de marketing, no fuese una operación de humo, y sí fuera una operación real, basada en análisis empíricos y, si puedo citar a Gramsci, ahora que está tan en la izquierda, que dé resultados concretos a las soluciones concretas del momento concreto que vive España. Y, en concreto, ya termino.