Creada la medalla conmemorativa de la Operación Balmis

28.7.2020

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El Consejo de Ministros ha aprobado el Real Decreto por el que se crea la medalla conmemorativa de la "Operación Balmis" para reconocer la labor del personal de las Fuerzas Armadas y del personal civil adscrito al Ministerio de Defensa que ha participado en la lucha contra la COVID-19 en el marco de dicha Operación.

El Real decreto faculta a la ministra de Defensa a establecer los aspectos relativos al procedimiento para la concesión de la condecoración, su descripción, y las medidas que resulten necesarias para su tramitación y anotación.

La "Operación Balmis" fue activada a partir de la declaración del estado de alarma, el 14 de marzo de 2020, y requirió la adopción de medidas inmediatas y eficaces en todo el territorio nacional, lo que supuso la urgente integración de las capacidades operativas, sanitarias, logísticas, de policía militar y de infraestructuras, pertenecientes tanto a la Unidad Militar de Emergencias, la Inspección General de Sanidad, el Ejército de Tierra, la Armada y Ejército del Aire, para ponerlas a disposición de las autoridades competentes, con el objetivo de proteger la salud y seguridad de los ciudadanos, contener la progresión de la enfermedad y reforzar el sistema de salud pública en territorio nacional, con el objetivo final de salvar vidas.

El nombre de la operación es un homenaje al médico militar Francisco Javier Balmis (1753-1819), quien, tras el descubrimiento de la viruela por Edward Jenner, logró convencer al monarca Carlos IV, para liderar una expedición científico militar, a fin de intentar erradicar la viruela en los dominios de América pertenecientes a la Corona.

La expedición partió de La Coruña, el 30 de noviembre de 1803, a bordo de la corbeta "María Pita", en la que además de Francisco Javier Balmis viajaban el cirujano militar catalán José Salvany, subdirector de la empresa, dos practicantes, tres enfermeros, 22 niños de la casa de expósitos de La Coruña, para inocular y conservar la vacuna durante la navegación, y, por último, para cuidarlos, la rectora de la casa, Isabel Zendal. Esta última se considera la primera mujer enfermera participante en una operación militar internacional.

La misión se caracterizó por procurar una constante cooperación con las autoridades locales implicadas. Tras tres años, la expedición regresó a España, habiendo conseguido inmunizar a las poblaciones de Canarias, América, Filipinas, Macao, Cantón y la isla Santa Elena, constituyendo una de las más importantes gestas promotoras de la salud pública y de la educación sanitaria en el ámbito internacional.