Intervención de Teresa Ribera

8.3.2022

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Muchas, muchas gracias, ministra.

Y como ya has comentado muy bien, creo que mis primeras palabras deben ser, no solamente para las mujeres, sino muy en particular para las mujeres que sufren las durísimas consecuencias de la guerra de Putin, de la invasión de Ucrania.

Pero en este Día Internacional de la Mujer, Naciones Unidas decidió el pasado mes de diciembre que la referencia, que la dedicatoria de este año, estuviera dedicada y se acordara en particular de las mujeres que trabajan para un mañana sostenible, y, de hecho, su propuesta era calificar el día con un adjetivo, con un recordatorio, "igualdad de género hoy, para un mañana sostenible", diciendo que querían reconocer la contribución de mujeres y niñas de todo el mundo, que están liderando los esfuerzos de respuesta a mitigación y adaptación al cambio climático, para construir un futuro más sostenible para todas las personas. Así que quiero también que esas palabras de recuerdo para las mujeres tengan muy pequeño recuerdo, un pequeño homenaje, a las que desde la ciencia, desde su actividad cotidiana, trabajan cada día para ese mundo mejor, ese mundo más sostenible.

Y es cierto que hoy hemos dedicado el Consejo de Ministros a las mujeres y aspectos muy importantes asociados a esa guerra de Putin y la solidaridad que debemos mostrar, pero también a las nuevas prioridades sobre cómo orientar nuestra economía, para hacerla más resiliente, para poder asegurar que la sostenibilidad de hoy nos permita garantizar el empleo y el uso más inteligente de los recursos mañana.

De hecho, el Consejo de Ministros ha aprobado esta mañana un nuevo proyecto estratégico de recuperación y transformación de la economía, vinculado, precisamente, al proceso de transición hacia un modelo más ecológico, más eficiente y competitivo, el PERTE en Economía Circular, un PERTE que contribuirá, de manera decisiva, a los esfuerzos de España por conseguir una economía sostenible, descarbonizada, eficiente, inteligente en el uso de los materiales, de los recursos y, por tanto, más competitiva y con mayor autonomía estratégica.

En estos días, que hablamos mucho de cuál es el mejor modo para fortalecer la autonomía estratégica de la industria europea, este es uno de los ejes clave. La pandemia, la crisis de suministros, la crisis energética, la guerra, la invasión de Ucrania, las incertidumbres en el panorama internacional, no hacen sino ratificar apuestas en las que venimos trabajando desde hace años, reducir nuestra dependencia y reducir nuestra vulnerabilidad.

Y no podemos sustituir la dependencia de combustibles fósiles por otras dependencias de otros materiales, sin antes, averiguar, entender y poner en valor el uso de esos nuevos materiales. Fíjense hasta qué punto es importante que, ayer mismo, la Bolsa de Londres adoptó medidas en la cotización de los mercados de aluminio, cobalto, plomo, níquel, estaño y zinc, y hoy ha suspendido el mercado de níquel.

Es una clara muestra de hasta qué punto la economía circular no solamente representa un nuevo paradigma desde el punto de vista de la producción y el consumo, es también una de las medidas más inteligentes, desde el punto de vista de la viabilidad económica de nuestra industria, del modo en el que producimos, del modo en el que consumimos, como decía antes.

Recordábamos no hace tanto tiempo que España necesita dos países y medio para producir lo que consumimos. Cada año agotamos nuestros recursos a mayor velocidad. El año pasado entramos en números rojos el 25 de mayo y este año lo haremos el 12 de mayo.

La economía circular tiene, por tanto, una vocación transversal, que permita, precisamente, reducir el consumo de materias primas vírgenes, por tanto, reducir la presión sobre el entorno ambiental, pero también, facilitar la modernización de nuestra industria, la innovación y el aprovechamiento, de tal modo que resulte mucho más eficiente el poder liberar recursos a mayor innovación, mayores medidas sociales, mayor calidad en el empleo.

Y las medidas contenidas en este PERTE facilitan, precisamente, el avance en la consecución de los objetivos previstos en la Estrategia Española de Economía Circular, que aprobamos hace ahora dos años, pero también, acompañar a la industria en un campo por el que muestran un gran interés y que les permitirá, como decía antes, el poder ir orientando esa competitividad presente y futura hacia algo cada vez más demandado por sus clientes, pero también, evidentemente, por la sociedad en general y por la regulación.

Los productos, servicios y modelos de negocio deberán ser sostenibles. El mercado único con materias primas secundarias de alta calidad es importante y por tanto hay que acompañar su construcción a nivel nacional.

Creemos que la introducción de modelos circulares refuerza la competitividad de nuestra industria, supone más eficiencia, como decía antes, más innovación y menos dependencia, y así lo mostramos en el Plan de Recuperación.

El Plan de Recuperación de España tiene una llamada específica a este capítulo y en ese contexto, quisimos hacer una convocatoria de manifestaciones de interés que forma parte de las cinco convocatorias con mayor respuesta. Más de 1200 solicitudes por un monto muy importante de recursos, para proyectos de todo tipo, que trabajaban el diseño, la producción, la gestión de residuos o la eficiencia en el uso de los recursos, confirmando que se trata de un motor de empleo fundamental, un motor de empleo que ha sido interiorizado ya por la industria española, que representa, en el mercado laboral, unas cifras por encima de las que lo hacen en otros países de nuestro entorno. Según Eurostat, hemos pasado de un 1,6% del empleo asociado a la economía circular en el año 2008 a más de un 2% en el año 2021. En todo caso, todavía tenemos mucho recorrido para los años por venir.

Este PERTE incluye tres objetivos básicos, el mejorar el ecodiseño de los productos, haciéndolos más duraderos, reparables, separables, recuperables, reciclables; el mejorar la gestión de los residuos clave para la industria, incluyendo materias primas preciosas, como estas a las que aludía con anterioridad; y el facilitar la digitalización de los procesos, que nos permita aplicar estos dos objetivos anteriores de un modo más eficaz.

Cuenta con dos grandes líneas de actuación, la primera de tipo transversal, destinada a todos los sectores. Será la primera convocatoria que saquemos a información pública la semana que viene. Va dirigida a impulsar la circularidad de los procesos productivos, cualquiera sea el sector o la empresa en la que haya una buena idea en este ámbito, en el ámbito de la empresa, mejorando competitividad e innovación en el tejido industrial, permitiendo apoyar los proyectos que estén dirigidos al cumplimiento de los objetivos anteriores.

Piensen que en Europa solamente el 37% del total de los residuos es recuperado de nuevo para la cadena de producción. Un desaprovechamiento que tenemos que corregir muy rápidamente.

Sabemos que esta convocatoria tiene que completarse con una visión estratégica de medio plazo mayor, identificando cuáles son los sectores en los que el volumen de recursos puede crecer, en los que contamos con un tejido industrial, particularmente preparado para acometer el despliegue de nuevas líneas de negocio, fundamentales para la reducción de esos residuos. Y en este sentido es en el que explicamos por qué hemos identificado tres sectores particularmente importantes, con un peso notable en el PIB y en el empleo de nuestro país, y que, sin embargo, todavía no cuentan con una cadena de valor al final de la vida útil de los productos, que les permita recuperar esas materias primas.

Estoy hablando de sectores como los plásticos, el textil y los bienes de equipo de las energías renovables. Una nueva energía genera nuevos residuos derivados de una apuesta que supondrá, asimismo, un desafío y una oportunidad por el empleo de los recursos que hace por materiales valiosos que integran estos bienes de equipo y que serán cada vez más demandados, y afrontan ya, según los analistas, cuellos de botella en un horizonte relativamente próximo.

Por tanto, tendremos que recuperar la gestión sostenible de las materias primas, con una hoja de ruta que esperamos presentar en las próximas semanas, pero también, por una dedicación específica en este PERTE.

Por ejemplo, IRENA, la Agencia Internacional de Energías Renovables, estimaba que habrá hasta 8 millones de toneladas de residuos de paneles fotovoltaicos en 2030 a nivel mundial. En España, y esto se adelantará en torno al año 2028, esos paneles, al igual que las baterías, al igual que los aerogeneradores de los primeros parques eólicos, cuentan con una serie de materiales críticos que deben ser bien gestionados, para poder volver a ser aprovechados.

Sabemos que estos tres sectores son aquellos donde la previsión de crecimiento de volúmenes es mayor, en términos de residuos, donde hay dificultades, porque no hay una historia previa de acceso a las tecnologías, que permita la recuperación de estos materiales, que cuentan con un elevado coste de los procesos para la reutilización y el tratamiento de residuos y que, sin embargo, presentan una alta potencialidad para reintroducir, en el ciclo productivo, gran cantidad de recursos que ahora son desaprovechados. Por tanto, constituyen una oportunidad importante para posicionar España como referente a nivel internacional en ámbitos donde la industria ya es un referente.

En el sector textil, es notable la gran importancia que tiene para nuestro país, tanto desde el punto de vista del empleo, la producción, el PIB y la exportación. Sabemos que tanto en la producción de fibras de origen natural o de fibras sintéticas, el empleo de agua, de suelo, de materiales derivados de productos petrolíferos, orientan la necesidad de pensar el modo en el que aprovechar mejor estos recursos, o el modo en el que utilizar los tintes, de manera que generen una menor afección ambiental, reduciendo las repercusiones asociadas a la producción y el modelo de consumo rápido de textiles, hacia algo que podríamos llamar smart fashion, algo que nos permita la incorporación de materias primas con bajo impacto, algo que nos permita la inversión en infraestructuras y tecnologías de recuperación de estos textiles, algo que permita la trazabilidad de los productos y materiales.

Lo mismo ocurre con el sector del plástico, la industria petroquímica, la industria del plástico en España es particularmente importante, y está comprometida con la búsqueda de alternativas eficientes para el reciclaje y valorización de los residuos, debido, entre otras razones, a los elevados impactos ambientales derivados de su abandono, a una demanda social creciente, hasta el punto de que, la semana pasada, la Asamblea Ministerial del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, acordó en lanzar un proceso de negociación para llegar a un acuerdo internacional vinculante, para la eliminación de residuos de plástico en alta mar.

Pues bien, debemos acompañar a nuestra industria para que la gestión y recuperabilidad de estos materiales, la sustitución de estos materiales por otros, sea una realidad y como digo, una oportunidad industrial, y no una fuente de frustración, por llegar tarde a esta carrera tecnológica, así que contemplamos medidas tendentes a fomentar el ecodiseño, promover el impulso de los envases reutilizables, potenciar el reciclado mecánico y químico, y buscar alternativas.

Apuntaba antes la trascendencia que tiene esto en el ámbito de las energías renovables, las palas, los paneles fotovoltaicos, las baterías, cuentan con materiales preciosos que pueden ser reutilizados y que, sin embargo, hasta la fecha, son gestionados de forma manifiestamente mejorable. Debemos construir las infraestructuras, pero también los procesos, para poder aprovechar recursos que irán incrementándose en su empleo a lo largo de los próximos años.

Piensen que en las baterías tenemos presentes cinco materiales esenciales para todo el despliegue de las renovables, absolutamente críticos, cuya producción está concentrada en Asia, hasta en un 85%. Litio, níquel, cobalto, magnesio, grafito, son algunos de los elementos que están presentes en toda la industria de bienes de equipo de las energías renovables, algo que debemos recuperar, para poder ser utilizados en las nuevas versiones más eficientes.

Señalaba que este PERTE cuenta con varias convocatorias, que irán saliendo a lo largo del año.

La primera, esa convocatoria de apoyo transversal a todos los sectores, con 100 millones ampliables por otros 92, y que sacaremos la información pública la semana que viene.

La segunda, unas convocatorias de hasta 300 millones de euros, que financiarán actuaciones en cada uno de estos tres sectores con mayor potencial, y que esperamos poder tener en el Boletín Oficial del Estado en torno al verano.

Tanto tiempo, por tanto, a que acaben de madurar aquellos proyectos, aquellas iniciativas de las que ya han dado cuenta las empresas en las manifestaciones de interés, pero que precisamente, por dirigirse a sectores particularmente novedosos, es bueno que cuenten con un plazo suficiente de maduración.

Promovemos nuevos modelos sostenibles en el ámbito industrial, abren nuevas oportunidades de negocio y empleo, ayudan a consolidar esa visión de la economía con autonomía estratégica suficiente para reducir nuestras vulnerabilidades del exterior.

Por último, me gustaría indicarles que en este Consejo de Ministros hemos aprobado también el Real Decreto de Recarga de Vehículos Eléctricos, un Real Decreto que constituye una pieza facilitadora fundamental de cara al desarrollo de la movilidad eléctrica. Junto a las iniciativas de las convocatorias móviles, para acompañar la inversión, la adquisición de vehículos o instalación de puntos de recarga y las medidas flexibilizadoras y facilitadoras de todo el despliegue de los puntos de recarga en los espacios públicos de toda nuestra geografía, en este Real Decreto queremos consolidar algo clave, la fiabilidad de las infraestructuras de recarga, las obligaciones a las que quedan sometidos aquellos que instalan en un espacio público un punto de recarga, incluidas las de información importante para poder no solamente mapear, sino, la disponibilidad de cada punto de recarga o el precio de la recarga en cada una de las instalaciones que estén en vía pública y, por tanto, ayudando a ganar confianza en algo que será fundamental para poder conseguir 100 mil puntos de recarga a finales de 2023 y una penetración paulatina, progresiva, de la movilidad eléctrica en nuestro país, atendiendo a las necesidades de protección siempre de los consumidores. Muchas gracias.