Intervención de María Jesús Montero

22.5.2020

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Buenas tardes. Son las dos y cuarto, una hora menos en Canarias. Esta es la rueda de prensa tras la celebración del Consejo de Ministros extraordinario y están con ustedes la ministra portavoz y ministra de Hacienda, María Jesús Montero y el ministro de Sanidad, Salvador Illa. Ministra portavoz. Buenas tardes.

Portavoz.- Hola. Muy buenas tardes. Muchas gracias, Miguel Ángel. Efectivamente, en la mañana de hoy hemos celebrado un Consejo de Ministros extraordinario para aprobar la nueva prórroga del estado de alarma. Como conocen, ésta es la quinta prórroga que se solicita. En esta ocasión una prórroga que tendrá vigencia hasta las 00:00 horas del próximo día 7 de junio. Saben que el pasado miércoles el Congreso volvió a avalar esta petición del Gobierno para ampliar un estado de alarma que consideramos imprescindible para seguir controlando la evolución de la pandemia y avanzar de forma segura, de forma prudente, en un proceso de desescalada que siempre hemos definido como ordenado y gradual. Desde el inicio de esta crisis hemos sido muy claros en relación con que la movilidad era y es la principal arma, el principal vector de transmisión del virus. De ahí que la limitación de la circulación de las personas sea clave para poder luchar contra esta enfermedad. Cuando se trata de contener la propagación del virus tenemos que intentar que los contactos efectivos entre los ciudadanos sean los mínimos posibles para posibilitar que, de esa forma, tengamos menos contagios, por tanto, menos hospitalización y menos fallecimientos. Y, de hecho, como después el ministro podrá dar a conocer, en estas últimas semanas hemos avanzado mucho -yo diría que muchísimo- hasta el punto de que a día de hoy el 70% de la población española se encuentra ya en la fase 1. De hecho, luego conoceremos cuáles han sido los avances en los diferentes territorios y lo hará el ministro al final de mi intervención. Pero no nos vamos a cansar de repetir que el estado de alarma no es un programa político, ni tampoco es una opción caprichosa de este Gobierno. Es justamente lo que nos está permitiendo salvar vidas y proteger la salud de los ciudadanos mientras encontramos un tratamiento eficaz, una vacuna, un remedio seguro para luchar definitivamente contra este virus.

Es por ello también que estamos ya cerca de ese objetivo. La ciencia se está afanando para encontrar ese remedio, esa investigación puntera que nos permita tener ya un remedio eficaz. Pero puede que también a esta altura del camino para algunos este tramo se haga cuesta arriba y seguro que otros están viviéndolo ya con un cierto agobio en relación con todos los días que llevamos vividos. Lo que desde el Gobierno queremos transmitir es que lo más duro ya lo hemos atravesado todos juntos como sociedad y que muy especialmente las familias que han vivido esta enfermedad en su seno o que han perdido alguno de sus seres queridos son las que se han encontrado, sin duda, de forma más afectada. Toda nuestra solidaridad. Pero ahora queda ya un pequeño tramo. Lo que tenemos que hacer es seguir teniendo la disciplina social, ser capaces de cumplir con esas recomendaciones que de forma permanente nos da el Ministerio de Sanidad porque -insistimos siempre- cada uno tenemos nuestra responsabilidad y es la única manera de mantener a raya al virus.

Todos tenemos que superar esta enfermedad juntos y tenemos que asumir esa parte de compromiso y de responsabilidad. Yo diría que no hay otra. En este entorno que hemos tenido que vivir lo más prudente, lo más sensato es seguir con esas instrucciones de distancia social, de lavado de manos, de utilización de la mascarilla cuando está indicada por parte de las autoridades sanitarias. En definitiva, cumplir las tareas en las que ninguno podemos ser sustituidos. Y vamos a seguir insistiendo en estos próximos días con este mensaje de prudencia y de cautela.

No podemos perderle el respeto al virus. Tenemos que seguir dando los pasos de forma inteligente, de forma segura para no echar por tierra todo el esfuerzo y todo el sacrificio que, como sociedad, hemos alcanzado. En este sentido me gustaría volver a recordar que el Gobierno no va a eludir en ningún momento la responsabilidad que tiene en este intento de proteger la salud de los españoles. Y es por ello que hablamos, dialogamos con el conjunto de fuerzas políticas. Hemos apelado a su responsabilidad. La que tienen por ser representantes de la soberanía popular. La que tienen porque han sido legítimamente votados por los ciudadanos. Y preservar la salud de nuestra población no es exclusivamente una responsabilidad del Gobierno. Es una tarea que nos compete a todos. Sobre todo, a aquellos que tenemos responsabilidad pública y que somos servidores del conjunto de los ciudadanos. Por eso la situación sanitaria, económica, social de nuestro país no puede permitirse la dinámica política que hemos vivido en los últimos años de hacer vetos contrapuestos que hacen inviable cualquier tipo de acuerdo. Y creo que es evidente que tenemos que resetear muchas actitudes, muchas posiciones prefijadas de antemano porque esta crisis demanda nuevas respuestas, nos pide nuevas aproximaciones y, sobre todo, quiere que le demos la mirada y darnos cuenta de este desafío que enfrentamos como sociedad.

Quiero comunicarles que en este camino el Gobierno no va a escatimar ningún esfuerzo -ninguno- para preservar la salud del conjunto de la ciudadanía y también para ser un colchón de seguridad para todos los españoles. Y lo vamos a hacer -aunque eso pueda generar múltiples lecturas externas o incluso hacer ruido-. De hecho, en las últimas horas se ha hablado mucho de los pactos que se han llevado a cabo para sacar adelante la última prórroga. Les quiero decir que este Gobierno está haciendo lo que es su deber y su obligación: dialogar, amarrar los apoyos necesarios para que el estado de alarma sea aprobado por los grupos parlamentarios, de manera que -como he dicho- la seguridad y la salud de los españoles esté por encima de ninguna otra cuestión. Lo lógico, lo deseable, lo que todos hubiéramos querido es que el principal partido de la oposición, este partido que ha gobernado durante tantos años, no hubiera dimitido de su responsabilidad. Lo lógico es que la dirección nacional del Partido Popular fuera lo suficientemente sensata para dejar de mirar de reojo lo que hace la ultra derecha y escuchar más lo que dicen sus presidentes en los territorios donde gobiernan. Lugares donde yo estoy convencida de que prefieren una desescalada ordenada, una desescalada segura, para evitar la llegada sin control de personas procedentes de otras zonas con mayor riesgo de transmisión del virus, para que no se tire por tierra todo ese trabajo que se ha realizado con el esfuerzo de todos, incluido el esfuerzo de los presidentes autonómicos. También lo lógico hubiera sido que las fuerzas que se consideran progresistas no hubieran entrado en una dinámica de negociación imposible con la esperanza de que la responsabilidad de otros partidos salvara la prórroga del estado de alarma -como así ha sido finalmente-. Estoy convencida de que algunos votan en contra con los dedos cruzados para que salga adelante una situación que todos -y hay un consenso internacional- creemos absolutamente necesaria. La realidad es que esta aritmética parlamentaria en la que vivimos y que necesita altura política necesita consenso de todo, no encuentra, a veces, en ese entorno, ese ámbito para poder ejercer cada uno su responsabilidad. Ante esta situación el Gobierno nunca va a mirar para otro lado. El Gobierno va a garantizar este bien superior que es preservar la salud de los ciudadanos. Algunos podrán seguir en su recuento particular de votos anteponiendo intereses electoralistas o partidistas pero por eso nosotros seguiremos buscando apoyos, alianzas. Volveremos a tender la mano a todos, ofreciendo nuestra lealtad institucional y nuestro diálogo para llegar a acuerdos con los diferentes grupos políticos, con las instituciones y con los agentes sociales. Acuerdos que tienen que tener como objetivo la seguridad sanitaria y la reconstrucción social y económica del país. Tenemos que lograr un refuerzo de nuestro sistema sanitario, un apoyo a nuestras empresas y a nuestros autónomos, la protección del conjunto de los trabajadores, la ayuda a las familias y, sobre todo, a los colectivos que son más vulnerables. Estos son los principios y las guías que nos mueven y, de hecho, en apenas dos meses hemos puesto en marcha una batería de medidas -la más importante de nuestra historia reciente- justamente para proteger la salud, pero también la renta de los españoles.

Hemos hecho un esfuerzo extraordinario que supera los 138.000 millones de euros, con especial hincapié en todas las iniciativas que buscan evitar la destrucción de empleo y acompañar a nuestro tejido productivo de la mano del diálogo social. La Comisión Europea justamente este jueves ha avalado las medidas de respuesta que ha aprobado este Gobierno y que se han puesto en marcha en las últimas semanas. Todas las medidas adoptadas en el ámbito laboral han sido negociadas, acordadas y respaldadas por los agentes sociales y por eso queremos insistir en que el diálogo con organizaciones de empresarios y sindicales es más importante que nunca. Solo de la mano del diálogo social vamos a ser capaces de llegar a acuerdos importantes, beneficiosos para todas las partes y que luego puedan ser implementados, puestos en marcha de forma eficaz.

En este sentido volvemos a trasladar que la intención del Gobierno ha sido, es y será la negociación de todas las cuestiones laborales que tenemos planteadas en nuestra hoja de ruta en el marco del diálogo social. Primero, porque consideramos que este es el lugar idóneo y segundo porque nuestro interés es que justamente el diálogo fructifique en medidas que redunden en un trabajo más digno, más seguro, en unas empresas que sea más competitivas, por tanto, más fuertes y en una mejor cualificación de nuestra fuerza laboral. Con ese ánimo, con esa voluntad vamos a seguir trabajando sin descanso como hasta la fecha y solicitando una vez más al conjunto de las fuerzas políticas que estén a la altura del momento del país en el que nos encontramos. Porque este país está afrontando grandes retos que demandan del concurso de todos, del compromiso de todos y cada uno de los servidores públicos y aquí no sobra nadie. No sobra ninguna propuesta. Todos tenemos que mirar por este bien común y por el progreso de la sociedad. Aquel que persiga este fin nos encontrará trabajando para perseguir este bienestar general y, sobre todo, preservar la salud de los ciudadanos.

Y en este punto le voy a pasar la palabra al ministro de Sanidad que nos pondrá al día de las cuestiones sanitarias y también de cómo se encuentra la situación en los diferentes territorios.