Intervención de Teresa Ribera

19.5.2020

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Muchas gracias ministra Portavoz, para mí es una gran satisfacción estar esta tarde con ustedes, buenas tardes, para remitir, para comunicarles la remisión, al Congreso de los Diputados de un Proyecto sólido, completo, participado, de un Anteproyecto de Ley de Cambio Climático que constituye la respuesta institucional a la emergencia climática que a todos nos obliga, cumpliendo con una petición, con un requerimiento firme, dirigido al Ejecutivo de la Nación desde el año 2011 por parte de la Comisión Mixta de Cambio Climático Congreso-Senado, con la que estábamos en deuda desde ese momento.

Es un Anteproyecto de Ley en el que nos retratamos en un momento en el que Europa debate sobre la recuperación, en la que Europa quiere verse reflejada junto con sus valores, la capacidad de innovación industrial, económica, social sin dejar a nadie atrás. Nosotros queremos dejar claro que este es el modelo de prosperidad, de estabilidad, de recuperación, que queremos ver delante.

Sabemos que con esta Ley reflejamos lo que queremos como país, aumentando nuestra contribución a la lucha contra el cambio climático y facilitando el cumplimiento del Acuerdo de París, por tanto cumpliendo con nuestras obligaciones internacionales, sabiendo que con esto remitimos un mensaje sólido sobre cómo queremos contribuir a la Europa que queremos, a la construcción de la Europa que queremos. Una Europa que juntos podemos hacer mejor, en un momento en el que el mundo se debate ante grandes temas de la agenda global que requieren el esfuerzo de la cooperación de todos y cumplimos también con España. Con España y con los españoles con la industria y su economía como un eje vertebrador de la innovación, de la modernización de nuestro sistema productivo, pero sobre todo cumplimos con los más jóvenes. Cumplimos con esas generaciones que no quieren heredar hipotecas que no les toca, porque sabemos que es lo que tenemos delante. No podemos volver al modelo anterior, tenemos que buscar una salida por arriba, una salida que nos permita, mirando al futuro, consolidar opciones de empleo, de innovación, de mejora de nuestra sociedad desde el punto de vista de la estabilidad, la seguridad y el empleo, y el texto que hoy presentamos es compatible, es congruente, se asienta en lo que la información que nos proporciona al conjunto de la comunidad científica pone de manifiesto; los últimos cinco años representan, en gran medida, lo que significa el cambio climático en nuestro país y puede seguir representándolo cada vez de manera más clara y más dura. Sólo el año pasado sufrimos tres olas de calor y varios episodios de lluvias torrenciales, hasta siete a finales de enero. En un territorio con clima semiárido en el que es probable que esto se incremente en los próximos 20 años de forma muy importante.

Por tanto nuestro compromiso es con el presente, con el futuro y queremos reflejarlo en este Anteproyecto de Ley que remitimos hoy al Congreso de los Diputados para su enriquecimiento y su aprobación por las Cortes Generales, facilitando que la economía española sea neutra en emisiones antes de mitad de siglo, promoviendo la implantación de un modelo de desarrollo sostenible e inclusivo, porque es un Anteproyecto de Ley que tampoco olvida la incidencia social en favor de los más desfavorecidos y evitando el incremento de las desigualdades. Un modelo que genera empleo decente y modernice nuestra economía y nuestra industria, que nos permita vivir en ciudades más habitables, seguros y saludables que reconozca el valor del desarrollo rural y que proteja la biodiversidad, nuestro capital natural.

Todo empezó en febrero del año pasado, hace año y medio ya, donde debatimos por primera vez en el Consejo de Ministros una primera redacción del Anteproyecto que ha sido sometida a información pública y se ha visto enriquecida con las aportaciones de distintos agentes sociales y económicos, de las comunidades autónomas y de los entes locales.

Es un Anteproyecto de Ley que pretende hacer posible ofreciendo certidumbre a todos los actores públicos y privados un cambio muy importante, una propuesta de transformación del conjunto de nuestra economía. Y lo hacemos en un momento particularmente delicado, en un momento, no lo podíamos ni imaginar, en el que tras la crisis sanitaria del COVID nos estamos presentando por primera vez un debate público sobre cómo queremos reconstruir España, cuál es el proyecto que queremos para nosotros, para nuestro futuro, el nuestro y el de nuestros hijos, ofreciendo por tanto una oportunidad, estupenda, para orientar ese proceso de recuperación hacia un modelo de prosperidad estable duradero y respetuoso con los límites del planeta, compatible, congruente con el modelo que los países de nuestro entorno y el conjunto de la sociedad global entiende es fundamental.

No partimos de cero España contaba ya con una cadena de valor consolidada y tiene un enorme potencial para situarse en posiciones de liderazgo. Su industria, su economía, su sociedad, el conjunto de los académicos y de los científicos, pero también de los actores políticos han entendido la trascendencia que tiene la revolución industrial y económica que este proyecto representa y nuestro país está preparado para dar este paso es una oportunidad fundamental, importantísima, no debemos perderla debemos construir y ahondar sobre ella.

Cuáles son algunas de las principales referencias que incluye en este Anteproyecto de Ley; en primera instancia cumpliendo con el Acuerdo de París fijamos los objetivos de alcanzar la neutralidad de emisiones en el año 2050 y antes de esta fecha, antes de mitad de siglo, queremos que nuestro sistema eléctrico alcance un 100%de energía de origen renovable mucho más participado, con muchos más actores implicados en el funcionamiento de este sistema. Un Proyecto de Ley que establece, además, objetivos nacionales a 2030 pasan a ser de obligado cumplimiento, coherentes con el aumento de ambición que ha fijado la Unión Europea y con el Acuerdo de París en el que se determina que en 2020 los países tenemos que presentar nuestros compromisos al alza. En concreto en 2030 España deberá haber reducido sus emisiones en un 20 % con respecto al año 1990, lo que en la práctica supone retirar una de cada tres toneladas que emitimos en la actualidad, tal y como recogimos en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima. Para este año, el año 2030, el 35% del consumo final de energía, que incluye todas las fuentes, debe ser de origen renovable y el 70%de la energía que genera el país ha de ser procedente de fuentes renovables. Con este objetivo se activa el despliegue de las energías limpias que son, ya, la fuente de energía más barata, más sencilla, más productiva, pero, también, la que tiene una cadena de valor industrial más interesante para nuestro país.

También en 2030 habremos aumentado de manera significativa nuestra eficiencia energética. Esto es fundamental, liberar recursos que pueden ser empleados en otras políticas públicas o en otras decisiones por parte de los agentes privados, incluidas las familias, que se ven beneficiadas por un ahorro energético en el consumo en las facturas de sus hogares. El objetivo es reducir en al menos el 35% el consumo primario de energía gracias a las medidas de eficiencia, que serán especialmente importantes en el sector de la edificación, otro importante vector de generación de empleo estable y con futuro y de reducción de afección directamente en el origen de aquello que en alguna medida hemos identificado con la pobreza energética, sienta las bases para una movilidad sostenible permitiendo que el sector de la movilidad, clave en nuestra cadena de valor, pueda aprovechar las oportunidades de un mercado que demanda cada vez más opciones de movilidad segura y limpia. Es un sector al que debemos acompañar, es un sector en el que las distintas alternativas están viendo como cambios muy profundos en la demanda, en la oferta, en el enriquecimiento de las soluciones tecnológicas generan desafíos pero también inmensas oportunidades en el tiempo por venir.

Es un Anteproyecto de Ley en el que se establece un marco para que el mundo de las finanzas se oriente hacia inversiones sostenibles, no desperdiciar un euro, que cada una de las decisiones públicas o privadas de inversión vayan en la dirección correcta, movilizando el cambio y evitando que el dinero acabe en la basura. Se introducen obligaciones de reporte del riesgo de cambio climático en mercados regulados, entidades de crédito, aseguradoras en el sistema financiero y energético.

Se promueve la inclusión de la educación ambiental en los currículos y apuesta por la capacitación en los empleos del futuro, vinculados a una economía baja en carbono que estamos construyendo.

Se incorpora por primera vez la necesidad de activar políticas de adaptación a los efectos del cambio climático con los que ya convivimos. Piensen en la disminución de los recursos hídricos, en esos episodios extremos en los que o bien nos vemos sometidos a terribles inundaciones o bien a sequías extremas. Es un ámbito de actuación tan importante como el de la mitigación de las emisiones de gases de efecto invernadero sobre el que hemos focalizado durante mucho tiempo nuestra atención. Se aborda desde una perspectiva sectorial, identificando áreas claves como la hidrológica, a la que antes aludía, la costa, la territorial, la urbanística, la de desarrollo urbano, la de edificación infraestructuras del transporte, la agraria forestal y por supuesto la conservación de la biodiversidad. Todos ámbitos en los que un clima distinto impacta de forma muy importante y por ende impacta, también, en nuestro modo de vida, en nuestro bienestar, sin nuestro capital natural sería imposible conseguir la neutralidad climática.

Articula los necesarios instrumentos para garantizar que la transición energética no deje a nadie atrás. Por eso prestamos particular atención a las estrategias y a los convenios de transición justa. Y activa el resto de resortes de la transición hacia una economía de emisiones neutras focalizándose la capacidad de reforzar institucionalmente la participación y el debate para lograr mejoras y una evaluación externa de todo aquello que se impulse desde las distintas administraciones. Que España tenga por fin una Ley del Clima sería una excelente noticia para todos; dispondríamos entonces en un marco legal que nos permitiría entender a dónde vamos, acompasar el camino y los esfuerzos de cada uno de los responsables institucionales públicos y privados en las próximas décadas, aprovechando todas las oportunidades, sin desperdiciar ninguna. Es un momento crucial para nuestro presente y para nuestro futuro, y alcanza esta propuesta, este debate público, en una circunstancia especial particularmente sensible, particularmente dolorosa, pero donde sabemos que la referencia más importante es cómo construir el país que queremos en el tiempo por venir. Porque si sentamos las bases de un nuevo modelo de prosperidad, respetuoso con los límites ambientales y centrado en el bienestar de las personas, seremos capaces de proveer empleos de calidad, estables, en un sistema económico industrial puntero, líder en la economía baja en carbono, justo aquello que necesitamos aquí y ahora, pero, también, en el mundo. Hago, por tanto -y con esto termino querida ministra portavoz, querido ministro de Sanidad- un llamamiento a los grupos parlamentarios a hacer suyo el texto a enriquecerlo, a utilizarlo para que nos facilite un debate clave en un momento clave de la historia de nuestro país. Muchas gracias.

Me pongo evidentemente a su disposición para cualquier cuestión que quieran aclarar al respecto en este texto. Gracias.