Intervención de Irene Montero

18.2.2020

  • x: abre ventana nueva
  • Whatsapp: abre ventana nueva
  • Linkedin: abre ventana nueva
  • Enviar por correo: abre ventana nueva

Gracias. Buenas tardes.

Me veo obligada a empezar Informándoles de que está ya confirmada la nueva mujer asesinada por violencia machista. La Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género ha informado por los canales habituales de que estaba investigándolo, -por eso estaba atenta al móvil- esta está ya confirmada, una nueva víctima, una mujer de 37 años en Moraira, en Alicante. Desde aquí, por supuesto, por parte del Gobierno, pues expresar las condolencias a la familia y a las amistades de esta nueva mujer asesinada. Son ya 11, en lo que va de año, y un compromiso firme para poner todos los dispositivos y la fuerza de las instituciones públicas para que no haya ni una mujer asesinada más, porque nos queremos vivas, como dice el movimiento feminista, y como también hace suyo este Gobierno.

Lo que me trae aquí no es esto, aunque creía que era importante confirmárselo, es el Acuerdo de Declaración institucional que este Gobierno ha tomado en el Día de hoy, con motivo del Día en Defensa de la Igualdad Retributiva y, por tanto, en contra de la brecha salarial entre hombres y mujeres. Ya, Concepción Arenal, como podrán ustedes leer en la Declaración que hemos aprobado, una de las mujeres pioneras del feminismo en España alertaba de la imposibilidad que teníamos las mujeres para participar con igualdad en el empleo. Y esto lo hacía en 1869, fíjense, más de un siglo después, todavía estamos combatiendo, luchando para que mujeres y hombres cobremos lo mismo por el mismo trabajo y que no haya esa evidente discriminación, en el ámbito laboral.

Yo creo que es compartido que la desigualdad y, en concreto, la desigualdad de género es una de las principales, si no la principal brecha, que recorre nuestra sociedad. Y creo que, además, es una brecha que no solamente podemos observar en nuestro país, sino que tiene alcance internacional, y, por tanto, es importante poner el foco en esta brecha y en los mecanismos que podemos poner en marcha para revertirla. Más aun, teniendo en cuenta que la brecha que se abre en el empleo y la discriminación, que por este motivo, sufren las mujeres no es solamente una brecha en el empleo sino que es una brecha que se traslada después a las pensiones de una forma más acusada aún En este país, la brecha de las pensiones es aún mayor en términos porcentuales, que la brecha en el ámbito salarial, en el ámbito del trabajo. Y, también, en relación con esto, y esto pone de manifiesto la Declaración institucional, la relación no solamente entre el ámbito laboral y la brecha en el ámbito laboral entre hombres y mujeres y la brecha en las pensiones, sino también el necesario debate, que yo creo que cada vez se va a ver con más fuerza en el ámbito público, en España, sobre los cuidados y los usos del tiempo. Cómo las tareas de cuidados invisibilizadas, no remuneradas, ocupadas mayoritariamente por mujeres, efectivamente, producen riqueza en España, aunque no es contabilizada como tal, pero además produce, provoca, guarda relación con esas desigualdades que las mujeres sufrimos de forma mucho más acuciante por el hecho de serlo.

Así que, concluyo que creo que ya llevamos mucho tiempo de intervención para las horas que son, simplemente alegrándome de lo que creo que el movimiento feminista, las feministas, las mujeres de este país harán este 8 de marzo. Creo que este 8 de marzo las mujeres saldremos con contundencia a la calle a decir, por supuesto, como hemos dicho, siempre que nos queremos vivas y a luchar contra las violencias machistas, pero sobre todo, sobre todo, a decir con contundencia que, el feminismo es también redistribución de la riqueza y que hace falta en nuestro país hablar de tiempos, de cuidados, de cómo podemos reorganizar nuestra sociedad para que mujeres y hombres podamos vivir en pie de igualdad. Por tanto, que este 8 de marzo salgamos con contundencia a decir que queremos un país más justo, un país más sostenible y un país más feminista donde no solamente peleemos contra las violencias machistas en todas sus formas, como nos dice el Convenio de Estambul, sino también porque feminismo es redistribución de la riqueza y que para vivir en igualdad necesitamos hablar de mundo laboral, de pensiones, de cuidados y todo lo que nos permite, en definitiva, vivir iguales a hombres y mujeres en nuestro país y en el conjunto del mundo.