Intervención de Carmen Calvo

15.9.2020

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Muchas gracias, ministra. Buenas tardes. Gracias por su presencia aquí.

Como bien decía la ministra de Hacienda y ministra Portavoz del Gobierno, esta es una ley importante para para este Gobierno. Pero más allá de eso, lo que considera el Gobierno es que es importante para la democracia española. Así que voy a dar cuenta de ella de la mejor manera posible.

Estamos delante de un anteproyecto de la primera lectura de esta norma que el Gobierno tenía en su calendario legislativo y los compromisos de la investidura del presidente del Gobierno. Y me van a permitir que les diga que trae causa previa muy importante, de otra ley anterior, de 2.007, como bien sabe todo el mundo, que abrió la puerta al debate público y a la conciencia social y cívica de nuestro país para poder enfrentar nuestro pasado. Un pasado en el que se requiere un trabajo de verdad, de encontrarnos con la verdad, con la justicia, con la dignificación de las víctimas. Y, como es lógico, con perdón y con la convivencia de los españoles.

Es verdad que en la anterior legislatura, que fue breve, también hubo ya un esfuerzo importante con la creación de la Dirección General en el Ministerio de Justicia que ocupó, quien ahora tiene la Secretaría de Estado de Memoria Democrática, y por tanto venimos de un trabajo de compromiso y de esfuerzo importante por homologar a nuestra democracia, a la gran democracia que España significa ahora en el mundo, con países que han tenido también que reconocer situaciones traumáticas, trágicas, complicadas, parecidas a las nuestras y por tanto, movernos en el plano internacional con la dignidad que le corresponde al buen nombre de nuestro país.

Por eso esta ley se mueve estrictamente en los parámetros de la defensa, del reconocimiento de los derechos humanos, del Derecho Internacional Humanitario y toda la lectura de la misma para su aplicación, cuando llegue a feliz término de estar en el Boletín Oficial del Estado y entrar en el tráfico jurídico de nuestro país, tendrá que ser interpretada con arreglo al artículo 10 de nuestra Constitución, es decir, a la interpretación de todos los tratados internacionales que España tiene en materia de derechos.

Prácticamente con esto, está definida la arquitectura de la ley, su sentido en la importancia para el Gobierno y su compromiso de homologación de nuestra democracia, en términos jurídicos, con la defensa estricta de los derechos humanos y de los textos normativos a los que nos debemos como Estado de Derecho.

Me van a permitir que, sin extenderme mucho de algunas pinceladas, algunas de carácter procedimental, es la más importante en la sustancia.

Desde el punto de vista procedimental, esta es una primera lectura que inicia ahora su tramitación, conocen bien cuál es el procedimiento parlamentario de tramitación de una norma de esta envergadura, de una materia absolutamente compleja, importante, que va a ser consultada al Consejo General del Poder Judicial y al Consejo Fiscal, por algunas cuestiones que se entenderán con mucha facilidad porque conlleva obligaciones jurídicas importante.

Es una ley que tiene 66 artículos 5 títulos y disposiciones transitorias, derogatorias y finales.

Los dos objetivos fundamentales que quiere cubrir la ley, además del interior pormenorizado de decisiones para alcanzarlos son dos.

Uno, la defensa, el conocimiento y la necesidad de nuestro pasado democrático. Nuestro país incorpora el constitucionalismo histórico hace ya más de dos siglos y los españoles hemos venido como pueblo, luchando por nuestras libertades, por nuestros derechos y porque el poder de nuestra soberanía nos correspondiera como ciudadanos, hace ya mucho tiempo. Es una memoria muy larga que está llena de hitos, está llena de claroscuro. Pero hay un hilo conductor de la defensa de los derechos y de las libertades, de la dignidad del pueblo español desde hace más de 200 años. Esa es la Memoria Democrática. Por eso esta ley se llama de Memoria Democrática y abandona el término de Memoria Histórica. La memoria histórica puede serlo todo. La Memoria Democrática queda acotada por los valores que busca, y por el tiempo en el que nuestro país se plantea la misma lucha que otros países del mundo y particularmente de nuestros homólogos en Europa.

Así que tendrá una serie de decisiones, que la tienen muy larga en el tiempo. Los lugares de memoria tendrán que ser protegidos, porque los lugares de memoria democrática de nuestro país son muchos. Los personajes de la historia de nuestro país son mucho, luchando en post de las libertades y en muchas ocasiones en la defensa del orden constitucional de turno, el que correspondía en ese momento y que era emanación de la soberanía del pueblo. Y por tanto, tenemos que reencontrarnos con una historia brillante también de las libertades de nuestro país, que tiene que estar en la conciencia colectiva como ciudadanía y tiene que estar en las aulas.

Esta es una ley que hace caso estricto a las recomendaciones de las Naciones Unidas, el Consejo de Europa, del Parlamento Europeo, de nuestra propia ley del 2.007 y de dos pronunciamientos del Congreso de los Diputados bajo el paradigma de nunca más, nunca más España debe perder sus libertades, el horizonte de ser un Estado moderno, representativo tanto en su fase liberal como democrática. Y ahora nos toca profundizar la democracia, mejorarla en todo lo posible y trasladarla a las generaciones futuras, que tendrán que hacer una defensa y un desarrollo constante de la misma. Por eso esta es una ley para la democracia española, que tiene que ver con el pasado, pero que tiene mucho que ver con el presente y con el futuro.

Hay decisiones de carácter educativo que colocarán esta ley cuando entre en vigor en los currículums de la enseñanza secundaria obligatoria, del bachillerato y de la formación de nuestros profesionales de la docencia, de los hombres y de las mujeres, a los que entregamos una parte muy importante de la formación de nuestros niños y de nuestras niñas. Nunca más, requiere que todos sepamos, estemos informados y podamos ser conscientes y responsables del sostenimiento de la democracia siempre.

Y tiene un segundo objetivo importante que cubrir esta ley. El reconocimiento, la reparación, la dignidad y la justicia para las víctimas. Para nuestros compatriotas, que en momentos difíciles lucharon contra el fascismo, en muchos casos perdieron la vida de muy diversas maneras, en el exilio, en las cárceles, en la represión de la dictadura, de manera ignominiosa, y que la democracia no puedo olvidar. No solamente para reponerlos en su dignidad y para repararlos en la gratitud que le debemos, sino porque eso será, a estas alturas, tras más de 40 años de democracia, prácticamente todo lo que podemos y debemos hacer, como han hecho otras democracias en el contexto europeo y también en otros estados y en otras democracias del mundo.

Por eso ese segundo objetivo lleva aparejada una serie de decisiones importantes para la reparación de las mismas.

Distinguimos en este asunto quienes fueron objeto de juicios y descendencia que condujeron a su muerte, que consideramos nulos de pleno derecho con arreglo a nuestro orden constitucional. La Constitución española y la democracia española y nuestro orden constitucional vigente no pueden reconocer de ninguna de las maneras, en la memoria, a quienes fueron sometidos a juicios sin ningún tipo de garantías procesales, al margen de la legalidad propia de cualquier Estado de derecho, condenados y ejecutados de manera absolutamente vil.

Reconocemos a quienes en este momento todavía están sin identificar en fosas comunes con el enorme sufrimiento que ha provocado durante la dictadura y durante la democracia a sus familias, en esa situación absolutamente injusta e impropia de una democracia. Es el Estado, la Administración General del Estado, en coordinación con otras administraciones públicas, quién va a hacerse cargo, no solamente en términos económicos, sino también en términos de seguridad en sus identificaciones, en la medida de lo posible, identificarlos, entregarlos a sus familiares, a quienes quieran hacerlo, y rendirle el tributo de paz que se merecen.

Esta parte de la ley es una parte importante. No sabemos a ciencia cierta, desde el punto de vista numérico, a qué mapa de fosas exactamente, todavía nos tenemos que enfrentar, a qué listado de víctimas, en esas sepulturas sin identificar, afrontamos y por tanto, haremos una lista de las víctimas que pudieron ser sometidas a esta situación de tragedia ignominiosa, un banco de ADN que ofrezca garantía estricta de la identificación de cada uno de ellos, y movilizaremos, como es lógico, coordinación y recursos públicos para poder identificarlos y enterrarlos con paz y con la dignidad que se merece.

En esa misma dirección tenemos que rendir también tributo al exilio, a quienes tuvieron que salir de nuestro país por persecución política, ideológica, religiosa, por cualquier circunstancia represiva que impedía el reconocimiento de sus libertades, de sus derechos y, naturalmente, la protección de sus familiares, los herederos de las personas que fueron al exilio, para recuperar también la dignidad de su propia memoria.

Todo lo haremos de común acuerdo con sus familias, de la voluntariedad de sus familias para hacerlo, y de la protección de sus datos y de su intimidad en cada caso, con el rigor propio de los procedimientos de un Estado de derecho como el nuestro, tanto en el ámbito de la justicia como en el ámbito del trabajo de las administraciones públicas. Para ello, esta ley da pie a la creación de una Fiscalía de Sala en el Tribunal Supremo. No hay mayor garantía para defender los intereses generales, los intereses públicos y los derechos y libertades de los ciudadanos y ciudadanas, que el Ministerio Fiscal, como contempla nuestra Constitución, y además de ello, un espacio interterritorial en el que coordinarnos con otras administraciones públicas que también comparten competencias constitucionales para la memoria democrática.

Hay 12 leyes autonómicas en este momento que respetamos, con las que nos queremos coordinar y todos, absolutamente todos los responsables públicos institucionales están concernidos con el cumplimiento de esta ley y por tanto, en la cooperación necesaria de todos.

Queremos contar de manera muy principal con las asociaciones memorialista de nuestro país y con las familias. Queremos que a cada paso puedan ser escuchadas, puedan influir sobre las decisiones que esta ley conlleva y que hay que desarrollar. Y para eso contaremos con ellas en un consejo de asesoramiento al titular que en cada momento sea responsable de la materia de la Memoria Democrática.

A mí me honra extraordinariamente ser el miembro del Gobierno que en este momento puede llevar esta ley adelante. Pero esta es una ley que tardará mucho en el tiempo para poder aplicarse hasta el final, con todas sus consecuencias y con todas las metas que se plantea. Y para ello haremos planes cuatrienales con sus correspondientes recursos presupuestarios, para poder sacar adelante, repito, uno de los grandes objetivos que es la reparación de las víctimas, particularmente de quienes tenemos en fosas comunes sin identificar y sin la sepultura debida.

Con esos tres ejes, tenemos una estructura de trabajo importante, ordenada y pretendemos que eficiente para alcanzar objetivos lo más rápidamente posible. De hecho, muy pronto las subvenciones de este año entran al Consejo de Ministros la semana que viene. Y agradezco mucho, no sólo porque esté aquí como ministra Portavoz, la disposición de la ministra Hacienda para saber que este, es un asunto en el que a este país le va su buen nombre consigo mismo y también en el plano europeo e internacional.

Elegimos dos fechas de homenaje, que son algo más que dos fechas simbólicas, son dos fechas que cada año renovarán el compromiso conjunto de la conciencia cívica de todos los españoles, de la democracia española con su recuerdo. El 31 de octubre, en relación a las víctimas del golpe de Estado contra el orden constitucional, la dictadura y la represión y el exilio. Un recuerdo importante para ellas es el 31 de octubre, que fue el día en el que ambas cámaras votaron definitivamente el texto actual de nuestra Constitución y de nuestra madura y sólida democracia en la historia de España. Esa es una fecha absolutamente armoniosa y determinante para recordarlo, por cuanto ellos pelearon para proteger la democracia y contra el fascismo.

Y el 8 de mayo, para recordar en el contexto europeo la lucha de los antifascistas españoles, de los hombres y de las mujeres que plantaron cara al fascismo también en su país, teniéndolo que pagar con la salida del mismo. Esa es la fecha en la que Europa recuerda también que se levantó del yugo de los fascismos europeos, del nazismo y nosotros estamos plenamente incorporados a la lucha por la democracia que hicieron también otros países que forman parte de nuestro contexto, no solamente geográfico, sino ahora, por fortuna, en el proyecto europeo también, como las democracias que somos en el plano internacional.

Tres novedades importantes en cuanto a su contenido. Esta es una ley que lleva perspectiva de género. Esta es una ley que contempla a las mujeres. La invisibilidad histórica de las mujeres y lo abarca todo, también ha abarcado la negación de lo que ellas aportaron intelectual y políticamente a la democracia y a su defensa. La desaparición de sus nombres, la escasa investigación, en muchos casos, las deja, nos deja, como siempre, fuera de una historia, como si no hubiésemos estado. Y además, contempla las especiales maneras en las que fueron represaliadas, más allá de la represalia propia y común del fascismo y de la dictadura contra quienes la defendieron, sino de manera particularmente indignante por su condición de mujeres. Muchas de ellas fueron represaliadas por el hecho simple de compartir sus vidas con personajes significados de la política o de la lucha antifascista, con nombres más o menos conocidos, incluso en el anonimato de cualquier rincón de nuestro país. Estas mujeres tienen que ser reconocidas, rescatadas para la memoria y el recuerdo, también para el agradecimiento.

Nuestro país tiene una etnia ancestral propia, afortunadamente, los gitanos y las gitanas españoles. Ellos sufrieron también una particular represión por el hecho de formar parte de su etnia, de manera absolutamente también indignante. Serán objeto también, creamos un comité para recuperar la memoria de esa represión contra los gitanos y las gitanas españoles y para recomponer también su reconocimiento y su dignidad.

Y también para aquellos hombres y mujeres que, en el orden de su libertad sexual de su propia identidad, fueron represaliados también por un orden político dictatorial que no entendía de las libertades, de la diversidad, de los derechos que forman parte del desarrollo íntegro de la personalidad de cada uno de nosotros, de nuestra propia intimidad, como si reconoce y protege, por fortuna, nuestro orden constitucional y nuestra democracia. Son tres ejes particularmente queridos, por cuanto esta ley se dirige también de manera muy específica y pretendemos que muy eficiente también al honor de todos ellos y de todas ellas.

Con esa meta que nos trazamos, nos dirigimos también a la protección de algunas circunstancias que tienen que ver con nuestro presente y con nuestro futuro. Esta ley contempla una importante transformación del ya existente Panteón de Hombres Ilustres. Nuestro país tiene un Panteón de Hombres Ilustres que se podrán ustedes imaginar solo con esa denominación es completamente definitorio de algo que acabo de decirles, las mujeres desaparecidas, las mujeres invisibles, las mujeres como adminículo naturalmente ajeno a los proyectos independientes de sus vidas. Ese panteón va a ser impulsado, se denominará Panteón de España y rendiremos tributo, agradecimiento y reconocimiento a los hombres y a las mujeres que a lo largo de la historia han aportado de manera importante a nuestro país, desde la política, desde la ciencia, desde el deporte, desde las diferentes profesiones, donde alguien, alguno, alguna de entre nosotros, ha destacado de manera admirable y ha acabado uniendo su nombre al prestigio de España desde siempre. Estamos hablando de un panteón donde hay enterrados figuras insignes de la política de nuestro país y donde tendrán que estar, de aquí al futuro, todas aquellas personas significadas, importantes y naturalmente con la presencia de mujeres que las hay. Si me lo permiten, les diré que el gran personaje de la política española, a la que le debemos la aplicación exacta y precisa de lo que entendemos como soberanía popular, es decir, la soberanía recaída en el pueblo por parte de todo, se llama Clara Campoamor. La gesta de Clara Campoamor fue mucho más que la defensa del sufragio de las mujeres. Fue la comprensión exacta de lo que es la democracia sobre la base de la soberanía popular.

Y además pretendemos para el futuro proteger los archivos de la Presidencia del Gobierno de España, de las que ya han existido hasta ahora, desde que entró en vigor nuestra Constitución, de la que existan en un futuro como parte también de la Memoria Democrática de nuestro país.

Nuestro país, a través de esta ley se propone a iniciativa del Gobierno, recuperar un espacio de lo público, de la idea del Estado que somos y de la necesidad también de repotenciar los valores con los que los españoles y las españolas hemos aportado a nuestro país y al mundo. Será un proyecto que nos llevará también el correspondiente tiempo, pero que se desgaja también de los objetivos de esta ley.

Para ir terminando, les diré que tomamos algunas decisiones importantes y que tienen que ver con los archivos españoles. Necesitamos tener útiles los archivos hasta el momento en el que entra en vigor nuestra Constitución, porque de ello no solamente se va a impulsar la investigación de la memoria, tan necesaria por parte de los investigadores y de las investigadoras, sino una parte importante de los datos que necesitamos para acometer el mapa de fosas, la lista de las víctimas de represión y de la violencia de la dictadura, los bancos de ADN. Y necesitamos información y noticia de la historia para poder hacer, como ustedes comprenden, bien estas tareas que la ley se plantea.

Queremos seguir trayendo a nuestro país los archivos que, estando fuera, de personalidades insignes del exilio, puedan seguir nutriendo de una manera completamente científica y afortunada para la investigación histórica, cada día, donde podamos y en relación a la figura que desde el exilio puedan aportárnoslos. También, evidentemente, hacernos con archivo que estando en otros países se referencian con la historia de nuestro país.

Somos un país que ha tenido muchos exilios, nos podemos acordar del último, pero somos un país que ha tenido muchos exilios. Tenemos una Constitución, ésta que en la primera Constitución que no la hizo ningún partido, que se hizo para todos, que lleva más de 40 años ocupando el espacio estelar de la brillante reciente historia de España. Pero tenemos episodios de exilios continuos, de una España que no respetaba y no reconocía a otra. El nunca más, que ya hemos alcanzado los españoles tras más de 40 años de democracia, hay que seguir apuntándolo y trabajando por él en el futuro.

Esta es una ley para encontrarnos todos. Esta es una ley para producir sobre la verdad y la justicia la paz de la que disponemos, por fortuna, los españoles hace mucho tiempo, la paz que necesitan también las familias de estas víctimas y algunas de ellas que todavía viven en muy avanzada edad. No seríamos una gran democracia si no somos capaces de enfrentarnos con justicia, con valor y con prudencia a nuestro propio pasado, como han hecho otros países.

En muchas ocasiones hemos dicho que íbamos tarde, pero en esta ocasión el Gobierno ha decidido ir hacia donde en este momento tocaba ir después de la ley del 2.007. Es una ley que en 13 años ha dado extraordinario fruto. Pero también nos ha permitido hacer un diagnóstico más certero de donde todavía teníamos que seguir avanzando y trabajando. Por fortuna para nosotros, disponemos de un texto que era urgente. La democracia española no se podía permitir un solo día más sin tener sobre la mesa del debate político parlamentario y saliendo de la mesa del Consejo de Ministros una ley como ésta. Si la del 2.007 ya fue tarde, imagínense como llega la del 2.020.

Y además necesaria y es necesaria por el registro pedagógico que tiene. Porque nuestros jóvenes, además de proteger a las víctimas, necesitan saber de dónde venimos y necesitan saber cómo hay cada día que trabajar por las libertades, por los derechos, por expandir y por mejorar la democracia que afortunadamente ahora somos. Y porque eso requiere información y certeza, conocimiento cierto de lo ocurrido y de lo que no puede volver a ocurrir nunca más. Y porque con esto hacemos también caso a lo que el Congreso de los Diputados en 2 ocasiones, además de la ley del 2.007, ya les indicó a otros gobiernos.

Este Gobierno no ha querido obviar las indicaciones del Congreso de los Diputados. No lo hizo en la anterior legislatura de Gobierno en solitario, cuando exhumamos los restos del dictador del Valle de los Caídos, no lo va a hacer este Gobierno en esta legislatura por ningún motivo. El Valle de los Caídos quedará en el futuro con la resignificación que estudiaremos como un cementerio civil, protegido por el Patrimonio Nacional, donde las más de 30.000 víctimas de los dos bandos de la guerra tengan paz y respeto por parte de todos, sus familias, también, para la recuperación de quienes así lo de quienes así lo deseen para su propia paz familiar.

Tomamos muchas decisiones puntuales, además de la estructura general de la ley, pero hoy el Gobierno siente un compromiso importante que lo fue en nuestros propios esfuerzos electorales y sobre todo en el debate de la propia investidura, del compromiso del presidente del Gobierno y del plan normativo que ahora se convierte ya en plan legislativo, puesto que la ley empieza su camino de tramitación.

Nos gustaría mucho que esta fuera una ley respaldada por todos. Esa es la ambición con la que la queremos trabajar, que todos podamos reconocernos en ella y reconocer a nuestro país en ella y sobre todo, que todos puedan alcanzar la paz que desde sus familias no han alcanzado durante tanto tiempo, y los más jóvenes entiendan que en este momento, en el futuro les toca el testigo de sostener la gran democracia que por fin es España. Gracias.