Intervención de Teresa Ribera

2.6.2020

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Muchas gracias portavoz, buenas tardes a todos, es un gusto volver a ver esta esta sala con una participación por parte de los medios en formato presencial. Y voy a introducir los temas que hemos visto hoy en el Consejo de Ministros asociado al paquete de economía circular, en un momento oportuno, en un momento en el que se inicia el debate sobre la reactivación, sobre la reconducción de nuestra economía para volver a recuperar un ritmo de generación de empleo y actividad importantes y es una segunda referencia que se suma a la ya presentada, remitida al Parlamento hace quince días, el Proyecto de Ley de Cambio Climático y transición energética a ese pilar ambiental que consideramos fundamental, para que junto con el pilar social da como resultado una recuperación robusta, sostenible y justa, inclusiva.

Es importante este paquete por muchos motivos. Alrededor de la mitad de las emisiones de gases de efecto invernadero, el 90 % de la pérdida de biodiversidad o el estrés hídrico están asociados, directamente, al modo en el que extraemos y tratamos las materias primas, los recursos, hasta el punto de que necesitaríamos dos Españas y media para poder abarcar aquello que el conjunto de los españoles consumimos cada año algo que es absolutamente imposible de gestionar y que nos acumula un déficit ambiental, un déficit de recursos, de grandes proporciones.

Tres ejemplos con respecto a los residuos. Primer ejemplo si acumulamos el conjunto de los residuos que se producen en España al año nos daría para llenar 2900 veces, a rebosar, el estadio Santiago Bernabéu de los que quinientas veces serían residuos domésticos, los residuos que proceden de nuestros hogares, o 45 veces, 45 Bernabeús, llenos a rebosar serían solamente envases de plástico procedentes de nuestros hogares. Otro ejemplo si acumulamos el total de restos de textiles, de residuos textiles, tendríamos material suficiente para hacer 1500 millones de vaqueros, nos daría para regalar un vaquero a cada uno de los habitantes de China y todavía nos sobrarían unos cuantos millones de vaqueros. O tercer ejemplo, y éste a escala mundial, cada año acaban en nuestros mares ocho millones de toneladas de plástico, con una vida residual muy larga, que nos lleva según "Science" a disponer de un volumen de residuos plásticos contaminando no solamente la cadena trófica o el conjunto de la biodiversidad marina, sino que genera grandes dificultades para la seguridad en algunas de las actividades marinas que desarrollamos, el equivalente de todo este volumen de residuos plásticos marinos daría para que cada 30 centímetros de la superficie terrestre encontráramos cinco bolsas de la compra llenas de plástico. De eso estamos hablando, de un uso absolutamente desmedido, irracional y irresponsable pero con un alto coste económico en nuestras vidas.

Y es verdad que es una realidad que ha entrado de forma muy clara en nuestra vida cotidiana, piensen ustedes en esas imágenes que arrasaron en redes sociales como una cebolla plastificada en una bandeja de poliespán, o un plátano envuelto en plástico. Son un ejemplo del sobreenvase que no queremos seguir encontrando en nuestras tiendas y que es, obviamente, innecesario.

Tiramos envases y tiramos comida. Ocho de cada diez hogares españoles desperdician alimentos y se calcula que alrededor de 1.200 millones de kilos de comida al año se tiran sin probarla, sin tocarla, sin cocinarla, simplemente porque compramos de más, no gestionamos, no supimos utilizarla. Por tanto creemos que en línea con lo que han sido las líneas maestras de la economía circular, las recomendaciones de las Naciones Unidas, no solamente por razones ambientales, también por razones de solidaridad, no es razonable que haya personas que pasen hambre o personas que no tengan recursos ante semejante nivel de desperdicios, sabiendo que también constituye uno de los grandes despilfarros económicos, con menos sentido, hemos decidido impulsar una renovación, una actualización, de nuestro marco de economía circular, de tal modo que nos familiarizamos con hablar de conservación, más que de caducidad, que nos acostumbremos a hablar de usar, reusar, reciclar, materiales, materiales útiles para la cadena de valor de nuevo y no tanto de residuos para destruir.

Se trata de elementos fundamentales que nos van a acompañar no solamente en una buena gestión de los recursos sino también en una reducción de la volatilidad. La Fundación Ellen MacArthur daba un dato muy significativo al respecto. La primera década del siglo XXI fue la década con mayor volatilidad de precios de materias tan importantes como metales, alimentos o productos agrícolas, imputables a esa visión lineal de la economía en la que se utiliza, se produce se utiliza, se genera, un residuo sin aprovechar, con toda la potencialidad que tiene cada uno de esos materiales cuya producción ha tenido un elevado coste.

Dos elementos fundamentales, que quedan reflejados en la Estrategia Española de Economía Circular, "España circular 2030" y el Anteproyecto de Ley de Residuos y Suelos Contaminados. Dos referencias que nos deben ayudar a reducir ese consumo desproporcionado de recursos, que pasan a ser desperdicio y facilitar un sistema circular en el que logremos un consumo, producción y consumo, acorde con nuestros recursos limitados, que luche contra el desperdicio masivo, que nos permita hacer un uso más eficiente de las cosas, que reduzca nuestra huella ecológica y la sobreexplotación de recursos. Este marco la estrategia junto con el Anteproyecto de Ley y un Real Decreto de traslado de residuos, se verá acompañado en las próximas semanas de otros Reales Decretos para mejorar la gestión de los vertederos, para gestionar el tratamiento de los neumáticos fuera de uso, las pilas y residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, los vehículos fuera de uso y los envases y residuos de envases.

Un marco que, a nuestro juicio, es una palanca fundamental para la innovación de materiales y de procesos, la creación de empleo, nuevos modelos de negocio, fomento de la economía local a través del consumo de proximidad reducir nuestra dependencia de recursos del exterior y por tanto limitando o mejorando la capacidad de disponer de recursos para otras políticas, en un momento particularmente frágil de las cadenas de suministro, que se han visto interrumpidas, complicadas, por esa limitación en la movilidad a escala global.

Serán necesarias nuevas tecnologías, nuevos materiales y nuevos procesos, nuevas formas de colaboración, nuevos servicios y modelos empresariales y en general los sectores productivos y de distribución de nuestro país están preparados y demandan un marco regulatorio que facilite un proceso de transformación y de modernización a gran escala. Por tanto con un impacto muy importante en nuestro tejido productivo.

Permítanme unas palabras para introducir algunas de las referencias de los objetivos que nos marcamos en la Estrategia de Economía Circular, en esa "España circular 2030", que a modo de paraguas nos permite identificar las grandes líneas maestras que a lo largo de esta década tendremos que ir reflejando en planes de acción cuyo objetivo debe ser conseguir una reducción del 30%del consumo nacional de materiales en relación con el PIB respecto a 2010, una disminución en la generación de residuos de un 15%, permitiendo situar las emisiones de gases de efecto invernadero imputables al sector residuos por debajo de los 10 millones de toneladas anuales, reducir la generación de residuos de alimentos de toda la cadena alimentaria, logrando hasta un 50% de reducción per cápita en los hogares y consumos minoristas y un 20% en las cadenas de producción y suministro a partir del año 2020, reutilizar hasta un 10% los residuos municipales y mejorar hasta un 10% la eficiencia en el consumo de agua.

Hemos identificado seis grandes sectores productivos que consideramos prioritarios y que están preparados para iniciar este recorrido; construcción, sector agroalimentario pesquero y forestal, industrial, el de bienes de consumo, el turismo y el sector textil. Junto a la estrategia, disponible en la página web, tenemos el Anteproyecto de Ley de Residuos y Suelos Contaminados, que es la referencia fundamental desde el punto de vista normativo que a partir de esta tarde pasará a estar a disposición de cualquiera, sometido al trámite de información pública. El Anteproyecto prevé un objetivo de reducción de residuos del 15% en 2030 respecto a 2010, objetivos de reutilización y reciclado para los años 2025, 2030 y 2035, y se introduce, a partir del año 2025, la recogida separada de textil, aceites de cocina usados y residuos domésticos peligrosos. Además se adelanta la recogida separada de bioresiduos a 2022 para los municipios con más de 5.000 habitantes y en 2024 para el resto de los municipios. Se introducen, por primera vez, limitaciones en los plásticos, al uso de plásticos de un solo uso, desde julio de 2021 se prohíben determinados artículos que cuentan con materiales que permiten la sustitución de esa misma utilidad con otro tipo de materia prima; pajitas, bastoncillos, cubiertos, platos de plástico o productos cosméticos y de limpieza, que utilizan, que añaden microplásticos en su producción final. Los productores de los materiales plásticos serán responsables de hacerse cargo financiar la recogida y gestión de residuos; como recipientes de alimentos, bebidas, bolsas de plástico, toallitas húmedas, globos, colillas y artes de pesca. El objetivo de recogida separada de botellas de plástico se eleva a un 77 % en el año 2025 y un 90%en el año 2029 y los recipientes alimentarios de un solo uso deberán reducirse en un 50%, debiendo ser sustituidos por otro tipo de materiales y en un 70% en el año 2030.

Pero además de restringir la introducción en el mercado de algunos de estos materiales, algunos de estos productos hechos con plástico, el Anteproyecto de Ley establece un impuesto a los envases de plástico no reutilizables. Se trata de un impuesto de carácter indirecto que recaerá sobre la fabricación, importación, o adquisición intracomunitaria de envases de plástico no reutilizables que vayan a ser objeto de utilización en el mercado español. Adaptamos así nuestra legislación a las recomendaciones que en esta materia viene emanando de la Comisión Europea, que en numerosos informes ha señalado como España cuenta con un margen muy amplio de actuación en materia de fiscalidad verde y lo queremos hacer en la ley bandera, en la ley señera, de este sector. Según los últimos datos disponibles España tiene el quinto porcentaje más bajo de ingresos medioambientales respecto al PIB del conjunto de los países de la Unión Europea.

Por otro lado la lucha contra el desperdicio alimentario tiene un papel relevante en esta Ley, incluye medidas como facilitar la donación cuando están a punto de cumplir con las fechas indicadas o aprovecharlos para otro tipo de usos en el supuesto de que no sea recomendable su consumo humano, para piensos o para comida animal. Se favorece el consumo de agua del grifo de modo que las administraciones públicas deberán adoptar las medidas necesarias para reducir el consumo de agua embotellada en los lugares propios de las dependencias ministeriales y oficinas públicas y en los establecimientos del sector de la hostelería y restauración se tendrá que ofrecer siempre a los clientes la posibilidad de consumo de agua no envasada de manera gratuita y complementaria a la oferta del propio establecimiento.

También en el ámbito de la prevención queda prohibida a partir de 2021 la destrucción de excedentes no vendidos de productos no perecederos, tales como textiles, juguetes aparatos eléctricos, entre otros, salvo que dichos productos deban destruirse por otras razones expresamente previstas en la norma, cuestiones que normalmente tendrían que ver con aspectos relacionados con seguridad.

El Anteproyecto incluye medidas para acabar con la llamada obsolescencia programada, con obligaciones de fabricar y usar productos que sean eficientes en el uso de recursos, duraderos reparables, reutilizables, es decir pensar inicialmente en el diseño en la construcción en la fabricación del producto en una duración más amplia y se promueven las actividades de reparación y reutilización que habían ido perdiendo su espacio a lo largo de los años.

Por último el Consejo de Ministros ha aprobado un Real Decreto relativo al traslado de residuos por el territorio nacional, con la intención de mejorar el control movimientos de residuos repercutiendo en una gestión más adecuada de los mismos, en una mejor orientación a la orientación a la reutilización y el reciclado e impulsando y fomentando la innovación en los tratamientos que faciliten la reintroducción de este tipo de productos obtenidos en el mercado, reduciendo otras operaciones con mayor incidencia ambiental, es decir, controlar y facilitar su reutilización. Con ello, intentando promover desde el primer día un paso importante hacia un modelo de producción y consumo en el que el valor de los productos no quede reducido a un único uso y mantenga su capacidad de ofrecer servicios de ofrecer rendimiento en la economía el mayor tiempo posible.

Seguimos con ello dando cumplimiento, como decía antes, al conjunto de compromisos incluidos en la declaración de emergencia climática, procurando que la recuperación de España sea sostenible descarbonizada, eficiente, innovadora, modernizando nuestra industria y facilitando oportunidades de empleo. Muchas gracias.