Rueda de prensa tras el Consejo de Ministros

Intervención de la ministra de Economía y Empresa, Nadia Calviño

11.1.2019

  • x: abre ventana nueva
  • Whatsapp: abre ventana nueva
  • Linkedin: abre ventana nueva
  • Enviar por correo: abre ventana nueva

Sra. Calviño.- Sí, muchas gracias, ministra. Feliz año a todos.

Como es preceptivo, el Gobierno ha actualizado su cuadro macroeconómico para acompañar al proyecto de Presupuestos Generales del Estado adoptado hoy, y quería señalar, como idea fundamental de guía de la elaboración de todo este cuadro macroeconómico, el principio de prudencia, tanto por lo que se refiere a los supuestos externos sobre los que se asientan las previsiones como a lo que se refiere a las consecuencias de las medidas de política económica.

Y les anticipo también dos mensajes fundamentales: en primer lugar, que la economía española sigue en una senda de crecimiento sólido. El Gobierno, igual que el resto de organismos de previsión, tanto nacionales como internacionales, espera que se mantenga en 2019, dentro de un ciclo, que ha ido madurando desde su punto máximo en 2015.

Segundo punto, que las previsiones macroeconómicas responden al hecho de que los Presupuestos Generales del Estado se han ajustado en línea con el objetivo de déficit del 1,3%, en lugar, del plan presupuestario que habíamos presentado en octubre, y como no puede ser de otra manera, este mayor ajuste fiscal, de cinco décimas, tiene un impacto también en términos, también, de crecimiento económico.

Antes de entrar en lo que son las previsiones para 2019, querría ilustrar brevemente, cómo estamos, cómo se ha cerrado el ejercicio 2018, y en qué contexto se elabora este nuevo cuadro macroeconómico.

Este gráfico refleja el perfil trimestral de crecimiento en nuestro país, comparado con el resto de la zona euro, y nos permite ver cómo nuestras tasas de crecimiento económico siguen siendo positivas, y siguen siendo notablemente superiores a las del resto de la zona euro. De hecho, como señalaré más adelante, todo apunta a que el cuarto trimestre de 2018 sería incluso mejor que los trimestres anteriores en término de crecimiento económico. Se trata, además, de una fase de crecimiento que tiene una serie de características positivas que lo hace más sostenible.

En primer lugar, estamos creciendo a buen ritmo, con una tasa de crecimiento de los precios, una inflación, muy contenida.

En este gráfico, como ven, se refleja el hecho de que en la última parte del ejercicio 2018 nuestra inflación estuvo, incluso, por debajo de la media comunitaria. Un elemento importante de cara a la competitividad de nuestras empresas. Esta inflación contenida es importante de cara a la sostenibilidad del crecimiento también a medio plazo. Un elemento adicional positivo es que la tendencia del mercado laboral sigue siendo muy positiva en el curso del ejercicio 2018. Como todos ustedes saben los últimos datos registrados en el año 2018, que en este momento son las afiliaciones a la Seguridad Social y el paro registrado en el mes de diciembre, han sido muy favorables. La Seguridad Social cerró el año con más de 19 millones de afiliados. En el conjunto del año el sistema ha ganado casi 564.000 afiliados, lo cual supone un incremento con respecto a 2017 del 3 por ciento. El paro registrado se redujo en más de 210.000 personas en 2018, lo que supone una reducción interanual del 6% y en el conjunto del pasado año se registraron casi 2.230.000 contratos indefinidos. Es la cifra más alta de toda la serie histórica y supone un incremento de más del 18% con respecto al año anterior. Me gustaría señalar este dato por la importancia que tiene para prever también el tono que puede tener en la demanda interna y el crecimiento económico en los trimestres primeros del ejercicio 2019. Se trata, además, de un modelo de crecimiento o de una tendencia de crecimiento más equilibrada por lo que respecta al sector exterior.

A diferencia de otros ciclos expansivos del pasado, en nuestro país estamos creciendo a buen ritmo sin generar un déficit exterior por cuenta corriente. Es más, durante 2018 se ha mantenido el superávit por cuenta corriente y España ha mantenido una capacidad positiva financiera con respecto al exterior, un elemento importante de cara a la reducción de nuestra deuda externa. Todo ello en un contexto que, a pesar de la volatilidad de los mercados financieros, se ha caracterizado por la reducción de los tipos de interés de nuestra deuda pública.

A lo largo de todo el ejercicio hemos tenido una prima de riesgo muy reducida, es más, gracias a la buena gestión de la deuda pública, hemos cerrado el ejercicio con una prima de riesgo similar a la del principio de año y veinte puntos inferior a la más elevada, que se alcanzó a finales de mayo. Por tanto, hemos tenido unas condiciones de financiación del Tesoro Público muy favorables en este contexto.

Termino este marco que da el contexto de nuestro cuadro macroeconómico refiriéndome a que los indicadores que conocemos hasta este momento, los más recientemente publicados con respecto al cuarto trimestre de 2018, son también positivos. Más positivos de lo esperado. Es decir, que la economía española entra en el ejercicio 2019 con una dinámica muy positiva para hacer frente a los posibles retos que nos encontremos de ahora en adelante.

Esta visión positiva con respecto al desempeño de la economía española no es solo del Gobierno, es compartida por todos los organismos de previsión, tanto nacionales como internacionales. Insisto, todos los organismos de previsión tanto nacionales como internacionales prevén que la economía española no solo ha crecido a buen ritmo en 2018, sino que seguirá teniendo tasas robustas de crecimiento económico en 2019, en una horquilla que está entre el 2,2% y el 2,4% en el ejercicio 2019. Es más, como ya he señalado anteriormente, la buena marcha de los indicadores más recientes, la caída de los precios del petróleo y el aumento de la renta disponible de las familias que cabe prever a la luz de las decisiones ya adoptadas por el Gobierno: por ejemplo, el aumento del salario mínimo interprofesional, el aumento de las pensiones, el aumento de los salarios públicos, la devolución del IRPF correspondiente a las indemnizaciones por maternidad y paternidad.

Todos estos elementos cabe prever que aumentarán la renta disponible de las familias y que tendrán, por tanto, un impacto positivo de cara al consumo, sobre todo en la primera parte de 2019. Todos estos elementos positivos nos hubieran llevado, normalmente, a revisar al alza nuestras previsiones de crecimiento para el ejercicio en curso.

No obstante, a la luz del mayor ajuste fiscal correspondiente al proyecto de Presupuestos Generales del Estado que hoy presentamos, la previsión de crecimiento para el 2019, en este momento, es del 2,2%.

El siguiente gráfico les permite ver en una tabla brevemente los componentes de esta previsión de crecimiento económico. Nuestra previsión, absolutamente en línea con los principales organismos nacionales e internacionales, es que la demanda nacional siga siendo el principal motor de crecimiento. Cabe señalar, en particular, el notable dinamismo de la inversión.

Y de acuerdo con la menor previsión de crecimiento internacional, el sector exterior tendría una contribución ligeramente negativa al crecimiento en nuestro país.

Otro elemento que cabe señalar es la reducción de la tasa de paro, que pasaría del 15,5% de media registrada en 2018 al 14% en el ejercicio 2019, lo cual se corresponde con una reducción de unas 800.000 personas paradas entre 2018 y 2019. Un dato importante desde el punto de vista económico, como señalaba anteriormente.

Finalmente, este cuadro macroeconómico y los Presupuestos Generales del Estado nos permiten mantenernos en una senda decreciente de la ratio de deuda pública sobre el PIB, uno de los desequilibrios más importantes heredados en nuestro país. Gracias a la menor inversión de deuda pública durante el ejercicio 2018 con respecto a lo previsto a principios de año prevemos que la ratio de deuda-PIB durante el ejercicio 2018 se cierre en el 96,9%, es decir, una décima menos de lo que preveíamos en octubre. Habría una reducción desde el 98,1% en 2017 al 96,9% en 2018. Esta senda más intensa de reducción de la deuda nos permitiría tener un objetivo de 95,4% para 2019.

Con estos objetivos en el caso de 2018, la previsión de cierre en el caso de 2019, la previsión, el objetivo para el ejercicio en curso, se doblaría el ritmo de reducción de la ratio de deuda pública sobre el PIB con respecto a lo logrado en los años anteriores.
En definitiva, permítanme concluir con tres mensajes fundamentales. El mensaje que hoy lanzamos es un mensaje de compromiso con la disciplina presupuestaria, pero también con un crecimiento más justo y sostenible, como ya ha señalado la ministra portavoz. Por lo que se refiere a la disciplina presupuestaria quiero insistir en la importancia de que se aprueben los Presupuestos Generales del Estado hoy adoptados por el Gobierno, y que vamos a presentar a las Cortes el lunes. Es muy importante que se aprueben estos Presupuestos para dar claridad, certidumbre y reforzar la confianza que los mercados financieros internacionales están teniendo nuestro país.

Por lo que se refiere al compromiso con los ciudadanos, como verán ustedes, los Presupuestos Generales del Estado incorporan un esfuerzo muy importante en el ámbito de las políticas sociales para reducir la desigualdad, para invertir en nuestro futuro, para buscar ese futuro mejor que también señalaba la ministra Portavoz. Con esta idea dejo el podio a la ministra de Hacienda. FIN

(Transcripción editada por la Secretaría de Estado de Comunicación)