Niza (Francia)
INTERVENCIÓN DEL PRESIDENTE DEL GOBIERNO, PEDRO SÁNCHEZ
Presidente de la conferencia.
Excelencias, señoras y señores.
La ciencia nos dice que los mares y los océanos actúan como la memoria de largo plazo del clima en nuestro planeta. Se trata de una tarea esencial para mantener el delicado equilibrio que permite la vida en nuestro planeta.
Hoy los científicos y las científicas nos dicen que esa memoria se está debilitando año tras año a consecuencia de la emergencia climática que padecemos. Y, por tanto, es una evidencia que algunos ya ni se esfuerzan en negar, simplemente la omiten. Como si no hablar de ella nos hiciera inmunes a sus efectos.
Señoras y señores, les hablo en nombre de un país, España, que ha forjado su historia mirando de frente al mar, al océano.
Un país en el que la Economía Azul emplea hoy a 900.000 personas. Factura casi 100.000 millones de euros. Un país que es rico en biodiversidad marina, con cerca de 14.000 especies conocidas, 10.000 kilómetros de costa y 1 millón de kilómetros cuadrados de aguas marinas.
Un país, España, al que le mueve, por tanto, el interés, como a todos los presentes en esta conferencia. Pero, además, nos mueve un sentimiento compartido de urgencia ante el deterioro de los mares y los océanos.
El deterioro, en definitiva, de ecosistemas que proveen el 20% de proteínas a más de 3.000 millones de seres humanos en el planeta. El deterioro de un bien global esencial para la supervivencia de nuestro planeta.
Una urgencia, por tanto, para conservar nuestros mares y nuestros océanos, pero también para utilizar de forma sostenible los recursos que atesoran.
Habrá quien interprete esta apelación a la urgencia en términos ideológicos. Y se equivoca. No se trata de ideologías ni de opiniones. No es la primacía de una ideología sobre la otra la que debiera empujarnos a actuar. Es el porvenir de las generaciones presentes y futuras y, por tanto, de nuestros hijos y nuestros nietos. Es, nada más y nada menos, que una cuestión de supervivencia.
Esta Tercera Conferencia de los Océanos de Naciones Unidas llega en un momento de cuestionamiento de la acción multilateral. Y eso no podemos negarlo.
Desde mi punto de vista, España cree profundamente en el multilateralismo. Es una aportación única a las relaciones internacionales, a la paz, a la convivencia en este último siglo y la única vía para proteger bienes públicos globales de amenazas que no entienden de fronteras ni de muros, como las que se enfrentan nuestros mares y nuestros océanos.
Y, desde esa convicción por defender el multilateralismo en estos tiempos convulsos ─lo vamos a hacer dentro de poco también en Sevilla, en la Conferencia sobre Financiación al Desarrollo─ me gustaría hacer tres líneas prioritarias de actuación.
En primer lugar, cada país debe adoptar medidas concretas en el ámbito nacional sustentadas en la evidencia empírica y científica de protección.
España está haciendo su parte. Vamos a tramitar la creación de cinco nuevas áreas protegidas en nuestro litoral, el 25,7% de protección en nuestro mar, un 5,8% más que en 2023 y avanzando en nuestro compromiso de llegar al 30% en el año 2030.
En segundo lugar, debemos acompañar las políticas de recursos suficientes, es decir, pasar de las palabras a los hechos. Y, por eso, España va a realizar una contribución de 8,5 millones de euros al Fondo Azul de Cooperación para el Mediterráneo. Y, por tanto, nos vamos a convertir así en el mayor donante de esta iniciativa.
Y, finalmente, es fundamental seguir dotándonos de un marco normativo internacional adecuado para proteger nuestros océanos.
España fue, como saben, el primer país de la Unión Europea en ratificar el Acuerdo sobre la Conservación y el Uso Sostenible de la Biodiversidad Marina más allá de las Jurisdicciones Nacionales. Y celebramos, además los avances para su adopción.
Defendemos la aplicación de una pausa precautoria hasta que exista un código que regule la minería submarina, al igual que la consecución de un acuerdo ambicioso que contribuya a reducir la contaminación marítima por plásticos.
Y, por último, quisiera destacar el compromiso de España con el Convenio sobre la protección del medio marítimo del Atlántico Nordeste o Convenio OSPAR del que hemos sido copresidentes.
Precisamente en unos días, presidente, asumiremos la Presidencia en la reunión ministerial que tendrá lugar en la ciudad española de Vigo.
Señoras y señores, concluyo.
Nuestros océanos son la memoria de largo plazo del clima. Si la perdemos, serán nuestros hijos y nuestras hijas quienes pagarán las consecuencias.
Así que actuemos en consecuencia. Porque lo que está en juego no es la primacía de una visión ideológica o de otra, sino el futuro de la humanidad.
Muchas gracias.
(Transcripción editada por la Secretaría de Estado de Comunicación)
(Intervención original en español)