Presentación por parte del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de las prioridades de la Presidencia española del Consejo de la UE

15.6.2023

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La Moncloa

INTERVENCIÓN DEL PRESIDENTE DEL GOBIERNO, PEDRO SÁNCHEZ

Muchas gracias, Marta.

Me vais a permitir que en primer lugar dé las gracias a todos los que han hecho posible tanto el vídeo como el trabajo que durante este último año hemos venido desarrollando desde el Gabinete de la Presidencia del Gobierno de España, junto con el resto de ministros y ministras del Gobierno de España.

Vicepresidentas, ministro, ministra o ministros, en este caso, embajadores, embajadores, representantes diplomáticos, también a los medios de comunicación que nos acompañan en esta comparecencia, gracias por estar aquí. Gracias a todos y a todas por estar aquí.

Como bien sabéis, y antes ha dicho Marta, y creo que se ha quedado reflejado en el vídeo, España es un país profundamente europeísta. Y lo es porque Europa es una realidad que nos cohesiona como nación, que une a todos nuestros ciudadanos y ciudadanas, desde los más mayores a los más jóvenes, y que nos ha ayudado a convertir a nuestro país en uno de los países más prósperos y también más avanzados del mundo.

Somos lo que somos en buena medida gracias a Europa. Europa fue nuestra puerta a la modernidad, también a la consolidación de la democracia en nuestro país y, sin duda alguna, seguirá siendo el camino que nos conduzca al futuro mejor. Por eso asumimos esta Presidencia rotatoria del Consejo de la Unión Europea con un doble sentimiento, un sentimiento profundo de gratitud y al mismo tiempo de responsabilidad.

Si echamos la vista atrás, la última vez que España ostentó el honor de presidir el Consejo de la Unión Europea fue en el año 2010. En el año 2010. Han pasado muchas cosas, muchísimas cosas desde entonces. Hubo una crisis financiera, el Brexit, la peor pandemia del último siglo, un devastador conflicto que por desgracia aún nos afecta en la frontera oriental y que ya ha provocado más desplazados y también refugiados que la Primera Guerra Mundial.

Y en cada una de estas crisis -y recuerdo especialmente la COVID-19 y también, lógicamente, los efectos humanitarios, políticos, económicos y sociales de la guerra- han sido muchas las voces que han augurado o el final del proyecto europeo o, por qué no decirlo, el debilitamiento del proyecto europeo. Y han sido muchos también los partidos antieuropeístas que han ganado peso político e incluso presencia en nuestras instituciones.

Pero, sin embargo, Europa ha sido más fuerte que todos ellos. Ha superado las crisis y ha salido reforzado de ellas. Hoy la Unión está más unida que nunca. Lo estamos frente al agresor. Naturalmente, esto no significa que los desafíos hayan terminado ni que tampoco tengamos que caer en una autocomplacencia. Todo lo contrario. El orden internacional está cambiando. Los límites que separaban la tecnología, también, de lo humano está cambiando. La forma en la que concebimos la democracia y también el rol del sector público o de los estados nación están cambiando. Los principios que guían la actividad económica y también su relación con el medio ambiente ante la emergencia climática están cambiando. Y en el epicentro de todos esos cambios está en juego el bienestar de nuestros conciudadanos: los salarios, los empleos, la igualdad de género, la libertad que tendrán nuestros conciudadanos en el futuro.

Y es por eso que nuestro país, que España, asume la Presidencia rotatoria del Consejo de la Unión Europea, como he dicho antes, con gratitud, con humildad, pero también, quiero decirlo, con ambición, con una ambición decidida hacer de ella, de esta Presidencia, un instrumento útil, que mejore la vida de la gente y que acerque aún más, como decimos en nuestro vídeo, Europa a la ciudadanía.

Y para lograrlo, me van a permitir que enumere y centre en cuatro las prioridades de esta Presidencia, que creo que están muy en línea también con las principales preocupaciones y demandas de nuestros conciudadanos.

Primero, tenemos que reindustrializar Europa y, por tanto, tenemos que garantizar esa autonomía estratégica abierta.

En segundo lugar, debemos adaptar y seguir avanzando hacia la transición ecológica y la adaptación medioambiental. Todas las respuestas que estemos dando a la crisis energética tienen que ser coherentes y concordantes con la respuesta que tenemos que dar a un desafío aún mayor, que es la emergencia climática.

En tercer lugar, debemos consolidar el pilar social para hacer de Europa un continente y un proyecto político con mayor justicia social y también justicia económica.

Y finalmente, tenemos que reforzar la unidad europea.

Y a continuación compartiré con ustedes una breve síntesis de cada una de estas prioridades.

Como decía, nuestra principal prioridad tiene que ser impulsar la reindustrialización de Europa y garantizar la autonomía estratégica abierta.

Creo que a lo largo de estos últimos cuatro años hemos extraído muchas lecciones de cuál ha sido el proceso de desindustrialización de Europa y también cuáles han sido las consecuencias y las debilidades y vulnerabilidades que hemos ido acumulando como consecuencia de ello.

En todo caso, sí me permitirán que diga que la apertura internacional ha sido uno de los principales motores de progreso económico y social de la Unión Europea en estas últimas cinco décadas.

La evidencia empírica lo que nos indica es que nos ha hecho esa apertura mucho más productivos, mucho más innovadores, mucho más competitivos en consecuencia, y que ha sido una fuente inmensa de creación de empleo y también de bienestar, de prosperidad para el conjunto de la ciudadanía europea.

Sin embargo, sería ingenuo negar que esta apertura internacional también ha traído consecuencias negativas, que vivimos, por ejemplo, en forma de una carestía evidente de mascarillas a la hora de poder proteger a nuestros conciudadanos, en primera fase, a los profesionales sanitarios ante la emergencia sanitaria de la pandemia de la COVID 19.

La principal de esas consecuencias negativas, en consecuencia, ha sido el haber facilitado procesos de deslocalización que nos han hecho perder industrias en sectores estratégicos, y que nos han llevado a adquirir una dependencia, y subrayo, excesiva de terceros países en ámbitos tan importantes como la salud, como la energía ─lo estamos viendo también como consecuencia de la guerra de Putin en Ucrania─ de las tecnologías digitales y también de la alimentación.

Ahora, los cambios geopolíticos, los cambios tecnológicos, las transformaciones también derivadas de los desafíos medioambientales que estamos afrontando y que están produciendo, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras, enormes pues cambios disruptivos, nos brindan una oportunidad de invertir esta tendencia, de recuperar industrias perdidas y también de atraer unas nuevas, que generen riqueza en nuestro territorio y reduzcan en consecuencia las vulnerabilidades externas.

Estamos ante un cambio tecnológico trascendental en nuestras vidas. Debemos mantener el liderazgo del conjunto de la Unión Europea, y también en ese caso quiero decirlo de España, en el ámbito de la inteligencia artificial y de la transformación digital. Y necesitamos un marco regulatorio adecuado, que fomente el desarrollo tecnológico, que proteja nuestros derechos y nuestros valores. En definitiva, que tengamos una perspectiva humanista de lo que es la transformación digital, dando seguridad y confianza a nuestros conciudadanos. En estos tiempos de una extraordinaria incertidumbre global creo que Europa empieza a perfilarse a ojos del mundo como un espacio seguro, amigable, que cuenta con todos los ingredientes necesarios para liderar la economía del futuro, que es la innovación, que es el talento, que es una posición geopolítica, yo diría que privilegiada, estabilidad institucional, energía limpia, infraestructuras potentes y un ecosistema empresarial de primera.

Si hacemos las cosas bien en esta década, creo que la Unión Europea podría convertirse en un referente de producción de energía renovable, de electrolizadores, de servicios de conectividad digital, de robótica avanzada, de biofertilizantes, de productos farmacéuticos de última generación, por mencionar solo algunos de los ejemplos en los que Europa tiene un alto potencial si nos comparamos con el resto de nuestros competidores. Y para hacer que pase, nuestra Presidencia va a trabajar en dos frentes en todo lo relacionado con la reindustrialización y, por tanto, con la autonomía estratégica abierta.

Por un lado, lo que queremos es promover aquellos expedientes que van a permitir fomentar el desarrollo de industrias y de tecnologías estratégicas en Europa, impulsando la innovación, la política industrial, como he dicho antes, la mayor integración del mercado único, pero también aquellos otros expedientes que nos permitan ampliar y diversificar nuestras relaciones comerciales con terceros y reforzar nuestras cadenas de suministro.

Y es que para funcionar, esa autonomía estratégica debe combinarse con una apertura estratégica. Y esa apertura estratégica ─esta semana en la que estamos viendo a la Presidencia de la Comisión Europea precisamente en algunos países latinoamericanos firmando memorándums de entendimiento muy importantes, como es, por ejemplo, para la importación de materias primas críticas para esa transformación digital o esa transición ecológica─ creo, como he dicho antes, que en esa apertura estratégica debemos dar una importancia crucial, no por ser España, sino por ser Europa, a esa cumbre entre la Unión Europea y la CELAC que vamos a celebrar el próximo mes de julio, a mediados del mes de julio, en Bruselas.

Y, por otro lado, vamos a proponer al Consejo una estrategia común que nos permita garantizar la seguridad económica y el liderazgo global de la Unión Europea de aquí al año 2023 y que nos permitiría dar continuidad y profundidad al trabajo de las instituciones europeas y a la hoja de ruta acordada por los líderes en Versalles.

Una estrategia que venimos elaborando desde septiembre del año pasado, en estrecha colaboración con unos 80 ministerios de los 27 Estados miembros en un ejercicio de prospectiva y de colaboración, que yo diría no tiene precedentes en la historia de Europa.

Y, en última instancia, nuestro objetivo será garantizar el liderazgo, la resiliencia, la centralidad de Europa en el nuevo orden global que se está conformando. Porque solo así creo que vamos a lograr garantizar la seguridad y la prosperidad futura de nuestros conciudadanos y conciudadanas.

Se acabaron, por tanto, las reflexiones binarias sobre el poder de China y de Estados Unidos. Creo que Europa puede y debe convertirse en el Gran arquitecto del nuevo orden internacional.

La segunda de las prioridades, junto con la reindustrialización y esa autonomía estratégica abierta, es sin duda alguna avanzar en la transición ecológica y en la adaptación medioambiental.

Tenemos dos cumbres muy importantes. Por supuesto la cumbre de los ODS, de la Agenda 2030, en Naciones Unidas. Y luego tenemos evidentemente la cumbre climática.

Yo creo que deben ser la transición ecológica y la adaptación medioambiental prioritarias, porque primero tenemos un deber y es adaptarnos y frenar los efectos del cambio climático, la degradación medioambiental que todos los ciudadanos todos los países estamos sufriendo de manera mucho más acelerada e intensa durante estos últimos años.

Y, por tanto, esto no es ya un deber político es una obligación legal y una obligación moral.

Y, por tanto, creo que tenemos que ser conscientes de que este desafío, si nos adaptamos y anticipamos, podemos convertirlo también en una oportunidad inmensa de prosperidad para el conjunto del continente.

Fíjense si ejecutamos bien esta transición ecológica nos va a permitir ayudar a reducir drásticamente las dependencias en materia de energía y en materia y en materias primas de la Unión Europea.

Vamos a abaratar sustancialmente nuestra factura eléctrica y estoy pensando sobre todo en los ciudadanos que hoy están pagando más como consecuencia de esta crisis energética provocada por la guerra en Ucrania.

Nos va a permitir ahorrar hasta 133 cero millones de euros en importaciones de combustibles fósiles de aquí al año 2030 y va a hacer a nuestras empresas mucho más competitivas y, en consecuencia, también a nuestras economías.

Y desde el punto de vista del empleo, podemos llegar a crear hasta 1 millón de empleos solo en esta década vinculados con la transición ecológica.

Creo que podemos todos constatar que Europa lidera esa carrera global hacia la sostenibilidad, que los embargos que estamos produciendo a la Rusia de Putin, lejos de frenar nuestra descarbonización, lo que ha hecho ha sido acelerar esa descarbonización.

Tanto es así que en los dos últimos años la Unión Europea ha ido logrando desengancharse de su dependencia del gas y de los petróleos rusos, aumentando en un 39% su capacidad instalada de energía solar y en un 14% su capacidad eólica y dando por tanto pasos importantes en materia de interconexión y circularidad de procesos.

Y, en ese contexto, la Presidencia española hará todo lo posible para que este avance hacia la sostenibilidad continúe.

Vamos a impulsar, lo saben bien, sobre todo los embajadores, esa reforma aún pendiente en beneficio de nuestros conciudadanos, que es la reforma del mercado eléctrico, que acelere el despliegue de las energías renovables, por supuesto también en colaboración con las comunidades locales, que reduzca los precios de la electricidad, que mejore la estabilidad de un sistema que hemos visto durante estos últimos años como consecuencia de estas crisis, pues evidentemente, digamos, extraordinariamente voluble por decirlo de una manera políticamente correcta.

Tenemos que agilizar todos los trámites y los expedientes legislativos vinculados al famoso paquete del Fit for 55 como el paquete de gas de hidrógeno, los reglamentos de eficiencia energética. Tenemos que promover medidas para la reducción de residuos y microplásticos para el diseño de productos sostenibles y reparables y también la generación de combustibles ecológicos.

¿Todo para qué? Todo para que la Unión Europea siga liderando la adaptación y la mitigación contra el cambio climático y lo haga creando riqueza y nuevas oportunidades en todo nuestro territorio.

La tercera prioridad tiene que ser la consolidación del pilar social lograr una mayor justicia social y económica en nuestro continente.

En el futuro, evidentemente no va a bastar con que el producto Interior Bruto europeo crezca.

Habrá que lograr que esa riqueza generada llegue a todas las personas y sobre todo a las grandes mayorías de nuestros ciudadanos.

Debemos por tanto romper muchas cosas Tenemos que romper esa tendencia observada en estas últimas décadas de que las ganancias empresariales no siempre han servido para reducir la desigualdad o mejorar las oportunidades y las condiciones de vida de la gente de a pie.

Necesitamos una economía que tiene que ser mucho más competitiva, pero también, y no tiene por qué ser contradictorio más justa y más solidaria.

Y creo que una de las principales vías para lograrlo es reforzar nuestro Estado del bienestar, fortalecer las bases de recursos que sustentan ese Estado del bienestar. Por tanto, hablar de justicia fiscal, acabando de una vez por todas con todas esas vías de elusión fiscal, de evasión fiscal de las grandes fortunas y también de las grandes corporaciones globales.

Una evasión que cada año le cuesta a Europa 1,5 puntos del Producto Interior Bruto. Esto es lo mismo que invierte en construir viviendas protegidas y en proteger al medio ambiente.

Por tanto, la pregunta que tenemos que hacernos es cómo podemos pedir a nuestros ciudadanos que paguen sus impuestos si muchas de estas grandes corporaciones no lo hacen. Y por tanto creo que la Presidencia española va a fijarse como objetivo trabajar para acabar con esta injusticia e impulsar la fijación de unos estándares mínimos de tributación empresarial en todos los Estados miembros en particular en el ámbito digital y en combatir las vías de evasión fiscal, de elusión fiscal y el uso de sociedades fantasma.

Asimismo, tenemos que apostar por una revisión adecuada del marco financiero plurianual del año de 2021 al año 2027 y también tenemos que impulsar definitivamente ya para cerrar este expediente, una reforma de las reglas fiscales que nos permita a los Estados miembros mantener las cuentas públicas saneadas y al mismo tiempo financiar adecuadamente los servicios públicos y las transiciones ecológica y también la transformación digital.

Tenemos que seguir avanzando en la consolidación del pilar social europeo. Así, para crear un mercado de trabajo más justo desde la Presidencia española, lo que vamos a hacer es auspiciar varias reformas que vienen a ampliar y a garantizar los derechos de los trabajadores y trabajadoras en los distintos ámbitos laborales; impulsar también varios expedientes que mejorarán la protección de colectivos vulnerables, como son, por ejemplo, los niños, las mujeres que sufren violencia de género y las personas con discapacidad.

Todo ello en el marco de la Agenda 2030, con el cual este gobierno está comprometido y también donde desde la Unión Europea se promueve avanzar en sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Y, finalmente, la cuarta prioridad, que tiene que ver mucho con la coyuntura, pero también creo que, desde un punto de vista estratégico, con lo estructural, tenemos que reforzar la unidad de la Unión Europea.

En un mundo de gigantes con incertidumbres y tensiones geopolíticas crecientes, la Unión Europea debe permanecer unida si queremos hacer de Europa eso: uno de los principales arquitectos del nuevo orden internacional.

La soberanía de los Estados miembros debe respetarse lógicamente en todo momento, pero solo aprendiendo a pensar juntos y actuar unidos como una sola fuerza lograremos superar los desafíos de nuestro tiempo.

Por eso desde nuestro país, desde España, vamos a aprovechar también esta Presidencia europea para abogar por una mayor profundización del mercado interior, para culminar con la unión bancaria, con la unión de los mercados de capitales, incluido el desarrollo de una agenda de finanzas sostenibles y por una consolidación y una mejora de los instrumentos comunes, como son por ejemplo los fondos Next Generation, que evidentemente están contribuyendo, y mucho, no solamente a amortiguar los efectos de esta crisis energética derivada de la guerra en Ucrania, sino también lógicamente a modernizar nuestro tejido productivo.

Y, al mismo tiempo, vamos a trabajar por una optimización de los procesos de toma de decisiones, vamos a tratar también de conseguir avances en debates que van a marcar inevitablemente el futuro de la Unión Europea, como es la próxima agenda estratégica o también el Pacto de Migración y Asilo. Y en este punto pues, evidentemente, no puedo dejar de hacer mención a la terrible tragedia, una más, vivida ayer en el mar Jónico, con el naufragio de una embarcación repleta de seres humanos. Y este dramático suceso creo que vuelve a interpelar al conjunto de las sociedades democráticas y sin duda alguna, también a Europa.

En paralelo, vamos a seguir apoyando a Ucrania, a otros países de nuestro entorno que quieren unir su futuro al de la Unión Europea.

En definitiva, creo que los pueblos europeos somos muy diferentes los unos de los otros, pero al mismo tiempo somos solo uno, con valores semejantes y aspiraciones comunes y por eso, hoy más que nunca, debemos continuar en ese camino de unión. Y además de impulsar estas cuatro prioridades, España tendrá el honor de acoger y coordinar negociaciones al más alto nivel sobre multitud de asuntos vitales para el bienestar y la prosperidad de nuestras sociedades y de velar por la aprobación de docenas de expedientes que van a terminar transformándose en leyes y en medidas concretas también en todos y cada uno de nuestros países.

Este proceso no se va a hacer de espaldas a la ciudadanía. Hemos tenido mucho interés en hacer esto de acuerdo y con la mano de la ciudadanía. No lo queremos hacer en edificios cerrados de la capital. Al contrario, nuestra presidencia se va a guiar por una premisa, y es la de la cercanía, como podemos ver precisamente en este mapa. Por eso será la primera vez que se produzca en todo el país la celebración de muchas de estas cumbres.

Todas las comunidades autónomas van a acoger al menos un encuentro ministerial y podrán mostrar a las delegaciones del resto de Estados miembros y también a la opinión pública europea la riqueza de nuestra tierra y la diversidad que define a España.

Y, además, bueno, pues se va a ofrecer un fantástico programa cultural y de divulgación que va a permitir al conjunto de ciudadanos y ciudadanas participar en la Presidencia de la Unión Europea y, por qué no decirlo, también disfrutar de ella.

Así que, estimados embajadores y embajadoras, queridos compatriotas, los españoles, como he dicho al principio de mi intervención, creemos en Europa; creemos en Europa. A lo largo de estas últimas cuatro décadas pues la Unión ha hecho mucho por nosotros y por nosotras y ahora ha llegado el momento de que enseñemos al mundo lo mucho que los españoles y las españolas podemos hacer por esa Unión Europea.

El próximo 1 de julio vamos a abrir las puertas de nuestro país, de nuestras ciudades, de todas nuestras instituciones, a nuestros hermanos y hermanas europeos.

Así que vamos a aprovechar esta oportunidad para mostrarles nuestra gratitud y nuestro afecto, pero también la grandeza de un país que ha crecido, que se ha modernizado y que ahora mira de igual a igual al resto de Estados miembros y sobre todo a los más avanzados.

Estamos muy ilusionados, muy esperanzados con esta Presidencia. Creo que podamos dar ese impulso transformador que necesita Europa antes de que lleguemos a las elecciones europeas del año 2024 y vamos a poner todo nuestro empeño porque en efecto sigamos haciendo avanzar al conjunto de la Unión Europea.

Nada más y muchas gracias.

P.- [Hans Christian Rössler, Frankfurter Allgemeine Zeitung] Usted ha mencionado la migración, el reto de la migración. Me interesa qué peso tendrá en la lucha contra la migración irregular, cuál sería la contribución española para profundizar el acuerdo de asilo, el acuerdo reciente de Bruselas.

Presidente.- Muchísimas gracias, Hans, por su pregunta. Yo creo que la Presidencia sueca -tuve ocasión de poder reunirme con el primer ministro hace escasos días aquí, precisamente, en el Palacio de la Moncloa- ha logrado un avance muy importante, al menos así lo vemos desde España, del que nos alegramos yo diría que muchísimo, ¿no?, y al que España …, además, ha contribuido enormemente su ministro del Interior, en este caso, el ministro Marlaska. Y es que el Consejo haya fijado una posición sobre dos reglamentos importantes, uno, el de Procedimiento de Asilo, y dos, el Reglamento sobre la Gestión de Asilo y Migración.

Evidentemente, queda uno muy importante y es el Reglamento de Gestión de Crisis, en el que ya estamos trabajando, y yo espero que, en fin, que antes de que termine este semestre podamos definitivamente ya haber alcanzado y logrado cerrar este Pacto de Migración y Asilo tan importante para el conjunto de Estados miembros.

Nosotros hemos tenido lógicamente nuestra visión sobre todos y cada uno de estos asuntos. Al ser un país de primera entrada, lo que hemos siempre defendido es que no puede en este debate dividirse Europa porque todos al final somos víctimas también de esta migración irregular. Todos abordamos este desafío de la migración de manera conjunta y en ese sentido hemos defendido siempre -y esto es lo que hemos planteado a la Comisión Europea y he compartido con el resto de colegas- que tenemos que reforzar, y mucho, la dimensión exterior del fenómeno migratorio; que la mejor manera de combatir contra las mafias que trafican con seres humanos, también que la mejor manera de colaborar con aquellos países que sufren la migración, es la dimensión exterior, es reforzar esa cooperación con los países de tránsito y con los países de origen.

Esa siempre ha sido la aproximación de España al debate migratorio. Un debate que evidentemente tiene que estar equilibrado entre lo que representa la responsabilidad y la solidaridad. Pero insisto, creo que el que se haya fijado posición sobre dos reglamentos muy importantes, como es el de Procedimiento de Asilo y también el de la Gestión de Asilo Migración, creo que ha sido un éxito de la Presidencia sueca y nosotros esperamos que, en efecto, con nosotros se cierre, bueno, pues ese Reglamento de Gestión de Crisis, que está muy avanzado, también, y estamos empezando a trabajar en él, intentar conseguir finalizar el acuerdo global en el Pacto de Migración y Asilo en este semestre.

P.- [Carlos Cué, El País] Sí, presidente, hablaba usted de algunas prioridades, por ejemplo, los estándares mínimos de tributación. Ahora le preguntaba el compañero del Frankfurter por la migración. Yo le quería preguntar, tenemos unas elecciones en medio de esta Presidencia europea. ¿Qué pasaría con este tipo de cuestiones si hay un cambio de gobierno? No creo que las posiciones sean iguales. ¿O si están consensuadas este tipo de posiciones sobre la Presidencia española? ¿Qué efecto tendría? ¿Y si va a hablar con el líder de la oposición para consensuar algunas de estas posiciones de la Presidencia? Y luego, como segundo elemento, uno de los grandes debates europeos, evidentemente, es qué hacer con la extrema derecha en Europa. Hay varios países que lo están afrontando de manera diferente. En Italia hay una alianza, en otros países no existe. Lo que le quería preguntar es, si en España se abre esa vía de una alianza entre los dos grandes partidos de la derecha y la extrema derecha, ¿cree que habría un desequilibrio dentro de la Unión Europea? Gracias.

Presidente.- Muchas gracias, Carlos, por sus preguntas. Bueno, en relación con los asuntos de política doméstica, me van a permitir que no responda a ellos por una sencilla razón, y es que, por un lado, estamos en un proceso electoral y, por tanto, la Junta Electoral Central nos ha dicho claramente cuáles son los límites de las intervenciones y de las cosas que tenemos que decir en instituciones públicas, como es el caso del Palacio de la Moncloa. Y, en segundo lugar, porque, en efecto, estamos hablando de la Presidencia española de la Unión Europea. La democracia nunca ha sido un problema, nunca es un problema.

No es la primera vez que en Europa durante una Presidencia rotatoria se celebran elecciones durante esa Presidencia. Ha habido cambios de Gobierno también. Bueno, lo que es importante es subrayar lo que hemos venido subrayando durante todo este tiempo, y que también he hecho al principio de mi intervención, y es que este es un trabajo que hemos venido elaborando desde hace un año a esta parte, en el que han participado todos los operadores y todos los actores, tanto institucionales como sociales y políticos.

Es más, no solamente los ministros y ministras han comparecido en las Cortes Generales, sino que hasta incluso la propia Comisión Mixta de la Unión Europea ha elaborado una ponencia con los objetivos y con las prioridades que marcaríamos desde la política española y también desde las instituciones españolas a esa Presidencia de la Unión Europea.

Con lo cual, desde el punto de vista de la participación, de la interlocución con los actores políticos institucionales, eso está garantizado, porque venimos, insisto, desde hace un año trabajando conjuntamente con todos y cada uno de ellos.

Sobre, digamos, la mayor representación de fuerzas antieuropeístas, yo creo que esa es una mala noticia para el conjunto de la Unión Europea, entre otras cuestiones, porque, si algo hemos aprendido, uno, con la pandemia y, dos, ahora con la guerra, es que lo que tenemos que hacer para ser más fuertes es unirnos.

Por eso creo que es fundamental el cuarto objetivo, la cuarta prioridad que he manifestado en mi primera intervención. Y es que tenemos que estar mucho más unidos el conjunto de Estados miembros en torno a los desafíos comunes que afrontamos todos y cada una de nuestras sociedades. Y, por tanto, bueno pues, tener movimientos políticos que cuestionan o que niegan esos desafíos, como pueda ser la emergencia climática, como pueda ser la respuesta conjunta a una amenaza real cierta que tenemos en el Frente oriental, como es precisamente un cuestionamiento de las fronteras y de la seguridad europea, es una mala noticia para el conjunto de Europa. Pero, en todo caso, la derivada que pueda tener en España eso, ya tendría ocasión en otras declaraciones y en otros formatos y también ruedas de prensa de poder responder a ello rotundamente.

Y sobre los estándares de tributación, sobre las elecciones. En fin, yo creo, Carlos, que he respondido a todas esas preguntas.

P.- [Alonso Soto, Bloomberg] Sí, muchas gracias. Buenas tardes, presidente. Le quería preguntar, la ratificación del Tratado de Mercosur ha sido un tema muy importante en su Gobierno. Dado las elecciones que vamos a tener en julio, y también algunos reveses que ha tenido Lula en temas medioambientales en el Congreso en Brasil, ¿a usted le parece que todavía es factible poder firmar ese acuerdo este año?

Y, también en la misma línea, la incertidumbre que están generando las elecciones generales en julio acá en España, ¿puede afectar la habilidad de la Unión Europea para tener avances en temas como el green deal y las reglas fiscales?

Presidente.- Muchas gracias por sus preguntas.

En relación con la primera pregunta empezaré por una anécdota. Cuando empezamos a pensar en la celebración de la Cumbre Unión Europea-CELAC, pues evidentemente uno de los planteamientos fue celebrar esa cumbre aquí en España, pero rápidamente nos dimos cuenta de que estábamos hablando de una relación estratégica entre Europa y la comunidad latinoamericana y el Caribe y, por tanto, la necesidad de que esa cumbre se celebrara en Bruselas, en la capital de Europa, y no en España, porque, pues la Presidencia rotatoria la ostentáramos desde un país evidentemente muy cercano a la América Latina y el Caribe.

Por lo tanto, al igual que hicimos con la Unión Africana, al igual que hemos hecho con otras partes del mundo, creo que es una muy buena noticia que Europa celebre la primera cumbre desde el año 2015 con la CELAC, una comunidad, un continente, una parte del continente americano con la que yo creo que tenemos muchísimas afinidades, no solamente desde el punto de vista de valores culturales, de intereses económicos, sino hasta incluso también de comprender el sistema multilateral y de afrontar multilateralmente muchos desafíos de los desafíos globales que tenemos encima de la mesa.

Con lo cual yo creo que es una extraordinaria noticia.

Vamos a dar avances, yo creo que muy importantes en los términos que tienen que ver con una cooperación estratégica, con un diálogo político estructurado entre la Unión Europea y la CELAC para el presente y para el futuro, de manera regular, como estamos haciendo con otras partes del mundo.

En segundo lugar, también con una, digamos, hoja de inversiones pública que represente y visualice ese compromiso que tiene Europa con América Latina y el Caribe.

Y finalmente, como he dicho antes, y, además, la presidenta de la Comisión Europea está estos días en la región reforzando todo lo que tenga que ver con esa idea de la autonomía estratégica abierta.

Y en eso, en ese concepto de abierta, de esa autonomía estratégica abierta, pues, como he dicho al principio de mi intervención, creo que es fundamental que se cierren tres acuerdos comerciales uno con Chile, otro con México y el del Mercosur.

Y si no se cierra el acuerdo con el Mercosur, pues evidentemente que demos pasos sustantivos para que, más pronto que tarde, podamos tener una de las principales áreas de libre intercambio y de desarrollo económico compartido entre el Mercosur y el conjunto de la Unión Europea.

Y respecto a la tercera de las cuestiones, nosotros desde España, y creo que además hay muchísimos gobiernos que están en la misma línea y también dentro del Parlamento Europeo, creo que no podemos mirar hacia otro lado. No podemos hacer la técnica del avestruz.

La emergencia climática es una realidad que estamos viviendo en forma de desertificación, de carestía, de agua, de incendios, en definitiva, de fenómenos adversos climatológicos a los cuales tenemos que dar una respuesta coherente.

Yo siempre lo he dicho y esa es la acción que he hecho desde el Gobierno de España.

Todo lo que hagamos en el plano energético y medioambiental tiene que ser coherente y debe estar alineado con ese desafío mayor que es la emergencia climática.

P.- [Virginia Mayoral, Mediaset] Buenos días, presidente. Yo le quería preguntar, en el caso de que haya un cambio de Gobierno durante la Presidencia española de la Unión Europea, si más allá de la información que se ha trasladado a los grupos políticos ─entiendo que también por supuesto al Partido Popular─, existe algún protocolo específico para trasladar y traspasar todas estas políticas que se están preparando, todo esto mismo que nos han informado esta misma mañana para traspasarlo a un nuevo gobierno. Si existe algún tipo de protocolo. Y también le quería preguntar qué imagen cree que da España ante la Unión Europea, justo al inicio de la Presidencia española de la Unión Europea, que haya gobiernos en regiones tan importantes como la Comunidad Autónoma de Valencia, en la que hay un pacto entre el Partido Popular y una fuerza como VOX.

Gracias.

Presidente.- Bueno, yo, Virginia, como le he dicho antes a su compañero Carlos Cué, no voy a entrar en cuestiones de política doméstica. Vamos a tener otros formatos, otras comparecencias de prensa donde vamos a poder opinar ya de otra manera sobre estas cuestiones que estamos viendo a nivel institucional en distintos gobiernos autonómicos.

Y sobre la primera de las preguntas, a ver, tienen también que entender que la Presidencia rotatoria del Consejo de la Unión Europea sitúa a España como, digamos, un actor de construcción de puentes para tratar de sacar adelante expedientes que ya están, no que imponemos desde España, sino que ya están en tramitación en Europa. Desde el Pacto de Inmigración y Asilo hasta todo lo que tiene que ver con las plataformas digitales y los derechos de los trabajadores, hasta infinidad de expedientes en los cuales yo creo que desde España se tiene que dar ese impulso para poder cerrarlos cuanto antes en este segundo semestre del año.

Pero, insisto, nuestro papel como Presidencia rotatoria del Consejo de la Unión Europea no es imponer expedientes ni debates sino orientar esos debates de esos expedientes ya existentes para que lleguen a buen puerto antes de que finalice el año.

Muchísimas gracias a los embajadores y embajadoras. Gracias a los ministros y ministras, vicepresidentas, a todo el equipo que ha hecho posible la preparación de esta aventura tan formidable y positiva que tenemos por delante y gracias a los medios de comunicación por cubrirla.

(Transcripción editada por la Secretaría de Estado de Comunicación)
(Intervención original en español)