Intervención del presidente del Gobierno en la clausura del Encuentro Empresarial España-Colombia

24.8.2022

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Bogotá

INTERVENCIÓN DEL PRESIDENTE DEL GOBIERNO, PEDRO SÁNCHEZ

Buenos días, ministra, ministros, secretaria de Estado, embajador, representantes de la comunidad empresarial española y también colombiana.

Para mí es un auténtico honor, un auténtico placer estar aquí en Bogotá.

Quisiera hacer una mención especial al ministro de Hacienda, que ha hecho el esfuerzo de contribuir con su presencia a abrir este importante foro empresarial entre Colombia y España en un día importante para su cartera porque, como bien ha señalado él, ahora mismo tendrá que marchar al Congreso de la República para abrir uno de los más importantes debates que tenemos en la política, yo diría, de cada una de las naciones, que es la política tributaria.

Y es verdad, y se ha dicho por parte del ministro de Hacienda, que no hay que olvidar las lecciones. Una de las lecciones que tenemos que extraer de esta pandemia de la COVID-19, que todavía perdura entre nosotros, es la importancia de tener sistemas de salud robustos. Es la importancia de tener sistemas de educación pública robustos, en momentos en los que tenemos que confinar a nuestros propios hijos y a nuestras propias hijas y tienen que acceder a la educación de manera telemática.

En definitiva, creo que la principal lección que tenemos que extraer, querido ministro, y por eso la pertinencia y el buen deseo de esa apertura del debate que van a tener sobre la reforma tributaria es la necesidad de nunca olvidar que el crecimiento tiene que ir acompañado de redistribución y también la redistribución tiene que ir acompañada de crecimiento.

Pero en fin, como decía antes, para mí, señoras y señores, es un auténtico placer iniciar esta gira latinoamericana en un país tan querido como Colombia. Y lo es más aún en un momento en el que la sociedad colombiana abre un nuevo capítulo de su historia democrática.

Y por lo tanto, quiero que mis primeras palabras sirvan para desear el mayor de los éxitos al nuevo gobierno del presidente Petro y también brindarle el apoyo, todo el apoyo del Gobierno de España y de la sociedad española en su labor.

Tuve el honor de visitar oficialmente Colombia hace ya cuatro años, en 2018 y volver, por tanto, a esos días nos hace tomar conciencia de hasta qué punto ha cambiado el mundo desde entonces. Emergencias globales como la pandemia o la emergencia climática que ahora mismo estamos atravesando nos hablan de la obligación de avanzar juntos hacia un modelo de desarrollo que tiene que ser mucho más sostenible e inclusivo.

La transición energética, la justicia tributaria, la creación de un empleo que sea de calidad, la distribución proporcionada de los costes de la crisis, ahora también derivada de la invasión de Putin en Ucrania, o el acceso generalizado a la revolución tecnológica, o también el dar las condiciones para el emprendimiento y la creación y el crecimiento de las empresas, creo que son debates de alcance global, como también lo son otros abiertos a causa de esta injustificada e ilegal en guerra de Putin en Ucrania.

Entre ellos, antes lo ha dicho el ministro de Hacienda, está la necesidad de garantizar una seguridad alimentaria global, de garantizar también un suministro energético compatible desde el punto de vista de la sostenibilidad financiera, con la creación de empresas y el funcionamiento de las empresas, y controlar, en consecuencia, la inflación desbocada que el mundo está sufriendo tras la invasión, sobre todo, de Putin en Ucrania.

Y no quiero olvidar que tanto en Europa como en América, y particularmente en América Latina y el Caribe, la evidencia obliga a asumir que reducir la desigualdad social y territorial a la cual antes se ha hecho referencia, ya sea entre naciones, entre miembros de una sociedad, es una prioridad ineludible, porque solo un crecimiento justo y sostenible, centrado en las necesidades de las personas y también del planeta, será capaz de generar progreso y estabilidad política y social de forma sólida y duradera.

No entiendan mis palabras, señoras y señores, como una mera recopilación de buenos deseos. Lo son, sin duda alguna. Pero no es solo eso. En un foro como este, de marcado carácter económico y empresarial, quiero apelar al valor intrínseco del progreso inclusivo. Porque el progreso que redescubre el valor de la palabra dignidad, el progreso que convierte la inclusión en un motor de cambio, en oportunidades para hombres y para mujeres acostumbrados a vivir en los márgenes, yo diría de una sociedad que no puede avanzar si muchos de sus integrantes pierden el paso casi al nacer.

El progreso y el bienestar requieren respeto, sin duda alguna, a las normas, a la resolución de los conflictos a través del diálogo y no la confrontación, la negociación y el acuerdo. Y en este punto me van a permitir expresar mi… nuestra apuesta, yo diría, del Gobierno de España, también la sociedad española por la paz, por la paz internacional y, en consecuencia, por condenar la ilegal, injusta y justificada agresión militar de Rusia contra Ucrania. Estamos celebrando, desgraciadamente, los seis meses desde que se inició esa invasión y, por tanto, creo que es obligado también el recordar ahora mismo a los millones de desplazados como consecuencia de esta invasión y sin duda alguna, los cientos de miles de hombres y mujeres que han perdido la vida como consecuencia de esta guerra.

Mientras Colombia lucha contra, o mejor dicho, para consolidar una paz justa y duradera tras décadas de conflicto, hoy en Ucrania hay hombres y mujeres inocentes que mueren bajo los misiles y las balas de un régimen que está violentando uno de los principales principios sagrados de un orden internacional basado en reglas, que es precisamente la integridad territorial y la soberanía nacional de los pueblos.

Creo que las consecuencias de esta guerra van mucho más allá del frente de la batalla. Son especialmente crueles cuando el mundo apenas empezaba a levantar la cabeza tras una pandemia que ha asolado a millones y millones de seres humanos en el planeta.

Ningún país, por distante que se encuentre geográficamente, está libre de las consecuencias económicas de la guerra en Ucrania, de su impacto en la inflación desbocada, de la crisis que provoca, sobre todo en el ámbito de la seguridad alimentaria, de los fertilizantes, como bien decía antes el ministro de Hacienda; de subvertir, en definitiva, el orden internacional basado en reglas, en el respeto a las fronteras, a la soberanía y a la integridad territorial de los países.

Y quiero señalar que ante esta crisis, la Unión Europea ha reaccionado con solidaridad y también con humildad. Y esa solidaridad y esa unidad que le ha dado la razón y la trágica experiencia de la propia historia de la Unión Europea a lo largo del siglo XX.

Ese ideal europeo que nace de la memoria brutal de dos guerras mundiales es el que nos guía en la defensa de la fuerza de la razón frente a la razón de la fuerza.

Pocos países, señoras y señores, han sufrido tanto y durante tanto tiempo como Colombia las consecuencias de los conflictos violentos. Por eso sé que tanto el pueblo colombiano como su nuevo gobierno comparten la condena sin matices a la invasión de Ucrania y se ha unido, junto con otros muchos países, a las sanciones económicas contra Rusia por su agresión.

Como acabo de mencionar, uno de los aspectos más dramáticos de este conflicto está relacionado con la crisis alimentaria que se está causando como consecuencia de ella.

Y quiero señalar en este punto algo que me parece bien claro y que quisiera también compartir con nuestros hermanos colombianos y colombianas: No hay relación alguna entre las sanciones individuales contra personas consideradas responsables de esta invasión y la amenaza global de la inseguridad alimentaria. Esas sanciones no prohíben el comercio, la importación o la exportación de productos agrícolas o el pago mismo de esas operaciones comerciales. La única responsabilidad recae en el bloqueo ruso a la navegación por el Mar Negro. Y, en último término, el único propósito de estas sanciones económicas es que Rusia, y sobre todo su oligarquía y en particular Putin, tengan que sopesar los enormes costes que la agresión implica para el país y, en consecuencia, reconsidere su posición. Los avances para reanudar las exportaciones del grano ucraniano serán insuficientes si la Federación Rusa no levanta las restricciones impuestas al comercio de alimentos y fertilizantes.

Y en ese escenario sí quisiera también recordar que la Unión Europea ya ha destinado siete mil millones de euros, o va destinarlos de aquí al año 2024, para apoyar la respuesta global a la crisis alimentaria y también a la estabilidad macroeconómica, sobre todo y en particular de los países más vulnerables. No es momento, señoras y señores, de añadir más trabas al comercio, porque solo provocarían mayor volatilidad en los precios, y es, en cambio, el tiempo de la búsqueda de soluciones conjuntas desde el multilateralismo que garantice la estabilidad frente a tanta incertidumbre provocada por esta guerra. Y en ese camino estoy convencido de que España y Colombia pueden y deben seguir trabajando unidas con la autoridad moral que nos otorga una historia repleta de extraordinarios y enormes sacrificios.

Señoras y señores, quiero también decir que España quiere reforzar aún más su presencia en esta nueva etapa que se abre en Colombia. En un contexto geopolítico tan complejo es yo diría que vital reforzar los lazos que nos unen con el resto de las naciones de la comunidad de América Latina y el Caribe, y con Colombia en particular. Debemos dar un nuevo impulso a esa relación de máxima colaboración basada en la dignidad, en el respeto y en la confianza mutua. Y, en ese sentido, quiero anunciarles que vamos a aprovechar la presidencia española del Consejo de la Unión Europea el segundo semestre del año 2023, para cumplir con un objetivo prioritario, y es poner a América Latina en el lugar que merecen sus relaciones con la Unión Europea. España va a ser, y va a seguir siendo durante muchos años, la gran impulsora de los intereses latinoamericanos en la Unión Europea. Y para ello vamos a celebrar, durante dicha presidencia el segundo semestre del año 2023, una Cumbre Unión Europea-CELAC, que supondrá, no me cabe duda, un éxito sin paliativos.

2023 también va a ser un año en el que haya una nueva reunión del sistema de Cumbres Iberoamericanas, esta vez en Santo Domingo, en la República Dominicana. Y, en ese sentido, quiero resaltar el compromiso compartido por España y por Colombia en el desarrollo del sistema y en su importancia crucial para coordinar las distintas agendas nacionales y para fijar posiciones compartidas en el escenario internacional.

Yo creo que la comunidad iberoamericana puede aportar, y mucho, en debates como la transición energética, como también la transformación digital, hablando, por qué no, de una aproximación iberoamericana con una carta de derechos digitales que reconozca derechos y también deberes, lógicamente, a las grandes corporaciones tecnológicas en el ámbito digital.

Este acto, señoras y señores, es fiel reflejo de las relaciones económicas que unen a nuestros países, el semillero de nuevas oportunidades para avanzar en la excelencia de esas relaciones que se puede abrir. Una excelencia que me gustaría que se viera reflejada en la enorme expectación generada por este encuentro, cuya ampliación en asistentes agradezco a los organizadores.

Se han dado cifras por parte de los distintos ministros. Yo tampoco quiero reiterarlas. Lo que sí que quiero decir es que esta relación funciona en ambas direcciones, no solamente de España a Colombia, sino también de Colombia a España.

Y hay un dato que a mí me ha llamado muchísimo, muchísimo, la atención y que agradezco además también a la comunidad empresarial colombiana presente en España. El stock de inversiones colombianas en España, que ha aumentado desde los cuatro mil ochocientos millones de euros en el año 2017, hasta situarse por encima de los siete mil cien millones de euros en la actualidad. Empresas colombianas como Avianca, como Carvajal, como Crepes & Waffles (espero decirlo bien, la pronunciación), Juan Valdez, Grupo Sura o Grupo Totto, entre otras muchas, forman parte ya de nuestro propio ecosistema empresarial español. Y aparte de los casos de éxito como IDOM y como Supracafé, que hemos visto aquí ya y a quienes, por cierto, felicito su labor, me acompaña un grupo de reconocidas empresas españolas de distintos sectores, además de representantes de la CEOE y de la Cámara de Comercio, a quienes lógicamente quiero agradecer su implicación en la tarea de impulsar la internacionalización de las empresas españolas.

Pero entre las empresas españolas que me acompañan hay algunas con una larga trayectoria colombiana, como hemos visto en la empresa IDOM, con una apuesta constante y leal. Pero también hay otras que acuden por primera vez a este foro, y quiero decirlo con mucho y gran entusiasmo, dispuestas a ofrecer su experiencia en campos como el desarrollo de infraestructuras, como la modernización de equipamientos.

Y, en ese sentido, reitero la importancia que tiene la convergencia de las respectivas agendas políticas y económicas entre ambos países, entre ambos Gobiernos. Miren, las prioridades establecidas por el nuevo Gobierno colombiano en la transición energética, en las infraestructuras, especialmente en el ferrocarril, en la conectividad, en la digitalización, en la mejora de la producción agrícola, en el saneamiento y la gestión de agua, representan una oportunidad única para aquellas empresas españolas que ya son líderes mundiales en estos sectores.

Empresas valientes, sin miedo ni complejos a la hora de afrontar proyectos emblemáticos, como bien ha mostrado el vídeo que hemos visto anteriormente.

Quiero celebrar en particular la importancia que otorga el nuevo gobierno colombiano a la lucha contra el cambio climático.

Les contaré una anécdota, una de las principales: la primera vez que tuve ocasión de conocer al presidente electo, al presidente Petro, en Madrid, en la sede del Partido Socialista Obrero Español - como secretario general del partido, le recibí allí -, una de las cosas que más me llamó la atención fue su compromiso con la transición energética y su compromiso con el cambio climático.

Esto creo que es algo que debería trascender la ideología de uno u otro gobierno, porque es en definitiva, el futuro común de la humanidad. Y en consecuencia, creo que es importante ese compromiso personal que tiene el presidente Petro con el cambio climático.

Y el Gobierno de España y sus empresas desean y pueden contribuir a esta causa, no solo con inversión, también podemos hacerlo compartiendo experiencia regulatoria y conocimiento técnico especialmente en ámbitos como, por ejemplo, la gestión de la integración de las energías limpias descentralizadas en la red eléctrica convencional, en el avance para la electrificación del transporte y la mejora de la eficiencia, y en el ahorro energético del parque de viviendas que es, sin duda alguna, uno de los debates presentes y futuros de mayor importancia para el conjunto de nuestras sociedades.

En fin, con sus inversiones y productivas, su tecnología, con su know how, creo que las empresas españolas contribuyen tanto al crecimiento de proyectos estratégicos como al bienestar de la sociedad colombiana desde una alta responsabilidad social corporativa, como aquí se ha hecho referencia.

Y de igual manera me gustaría reconocer la determinación de Colombia para abrir y reforzar su comercio, distinguiéndose como destino de inversión extranjera en general y en España en particular.

Así lo refleja, por ejemplo, su incorporación a la OCDE donde España, lógicamente, ha estado siempre apoyando a Colombia en un proceso que implica, evidentemente, una modernización de sus instituciones, también del marco regulatorio, la apuesta por la transparencia, por la sostenibilidad, la adopción de reformas estructurales que lo que tienen que hacer es ayudar a sentar las bases de un crecimiento económico equilibrado, sostenible y sólido.

Y es fundamental mantener un buen nivel de seguridad jurídica y de estabilidad macroeconómica que ha permitido a Colombia ser potente, un potente polo de atracción de inversiones.

Por eso creo que es importante algo que ha dicho la ministra de Industria, Comercio y Turismo en el Gobierno de España. Para nosotros es muy importante la renovación del acuerdo de Promoción, protección recíproca de Inversiones que firmamos hace menos de un año, que ofrece un importante marco de transparencia y de protección a las inversiones entre ambos países.

Y también lo es, y me gustaría compartirlo con el nuevo Gobierno, mantener el sistema de la ventanilla única para España, querido ministro, un canal de interlocución directo entre las empresas y la administración colombiana, que creo que ha contribuido a resolver contenciosos, a reducir los plazos burocráticos y, en consecuencia, a generar una mayor inversión desde el punto de vista de la riqueza y del empleo.

Y por último, quiero destacar la forma en que el acuerdo comercial multipartes entre la Unión Europea y Colombia, junto con el Perú y con Ecuador, ha servido para algo muy importante a mi juicio, y es con lo que quiero concluir, y es reforzar los vínculos institucionales y económicos existentes entre Colombia y España.

Somos ambiciosos.

No basta con mantener una buena evolución de nuestras relaciones comerciales, que es sin duda alguna, sobresaliente. Aspiramos a mejorarlas y tenemos que hacerlo decisivamente en estos próximos meses. Y por eso quiero ofrecerle al gobierno de Colombia toda la colaboración de España para trabajar en los puntos de mejora pendientes, como bien reflejaba el ministro colombiano, en la aplicación del acuerdo entre la Unión Europea y Colombia.

Hoy creo que nuestros países, queridos empresarios, empresarios, autoridades, aspiran a liderar con el ejemplo, con el ejemplo y con los hechos el cambio global de paradigma que estamos viviendo.

Contamos con un tejido productivo capaz de aportar un enorme valor añadido, a este tiempo tan trascendental de transformaciones que están viviendo nuestras sociedades.

Tenemos las capacidades, contamos con los fundamentos y también con los valores. Los valores son importantes también en la economía y en la política para aprovechar las oportunidades que tenemos ante nosotros.

Este yo creo que es nuestro momento y no me cabe duda de que lo vamos a aprovechar y que vamos a saber aprovecharlo, sobre todo en beneficio de nuestras sociedades y en particular de aquellos que más necesitan del compromiso público y el compromiso político.

Nada más, muchas gracias.

Para mí es un honor estar aquí en Bogotá.

(Transcripción editada por la Secretaría de Estado de Comunicación)
(Intervención original en español))