Intervención en el acto de presentación del Plan de Modernización de la Formación Profesional

22.7.2020

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La Moncloa

PEDRO SÁNCHEZ_Presidente del Gobierno
Lo primero, buenos días a todos y a todas, agradeceros que hayáis renunciado a un espacio de vuestra intensa agenda, que os hayáis desplazado desde distintos puntos de España para poder estar hoy aquí en vuestra casa, porque la casa de La Moncloa es la casa de todos ustedes. Y esto siempre me gusta recordarlo, porque, en muchas ocasiones, da la sensación, de que efectivamente, esto impone, venir aquí, hablar ante la vicepresidenta de Transición Ecológica, la vicepresidenta económica, la ministra de Educación y Formación Profesional, siempre subrayo lo de la Formación Profesional, pero en definitiva esta es una casa abierta, es la casa de todos los ciudadanos y ciudadanas y a mí me gusta mucho eso siempre reivindicarlo y recordarlo.
A los representantes de las organizaciones sociales, a los sindicatos, a los empresarios, la Cámara de Comercio, ilustres empresarios, muy importantes en el desarrollo económico y empresarial de nuestro país, también a los profesores, a los maestros de la Formación Profesional.
Buenos días a todos.
Quería empezar esta intervención -va a ser un poquito más extensa, porque quiero presentar el Plan de Formación Profesional con algunos detalles que me parecen importantes- pero quería empezar esta intervención haciendo una referencia personal que me llamó mucho la atención, en un momento de la pandemia que hemos atravesado o que estamos atravesando, porque desgraciadamente todavía no ha acabado.
El pasado 8 de abril hubo una página web que me llamó mucho la atención, que es la de la Asociación de Centros de Formación Profesional, que publicaba un listado bastante singular, y que dice mucho de lo que hemos pasado y de lo que representó ese momento para toda la sociedad española.
Allí aparecían, en esa página web, pues el IES de Villaverde en Madrid, el IES Extremadura de Montijo, aparecía el CIFP Hostelería y Turismo de la ciudad de Gijón, aparecía también el CIFP de César Manrique, se llama, de Santa Cruz de Tenerife, solamente por citar algunos de los más ilustrativos o de los que más me llamaron la atención. Todos eran noticia por lo mismo: y es que dedicaban, es lo que anunciaban entonces, todo su equipamiento, todo su saber, todo su esfuerzo en la fabricación de material para el personal sanitario hospitalario, centros de salud, policía, agentes de Protección Civil, entidades asistenciales. Todo un ejemplo, en definitiva, de adaptación, de emprendimiento y sobre todo y ante todo, en un momento tan crítico para lo que vivimos como sociedad, de compromiso social que es, en definitiva, lo que me parece que es la seña de identidad de la Formación Profesional en nuestro país.
Quisiera, por tanto, empezar mi intervención agradeciendo a esos jóvenes, a los trabajadores, a los profesores, a las profesoras su solidaridad, su iniciativa en aquellos días tan terribles por esta maldita pandemia que está atravesando la humanidad. Igual que ellos trabajaron por nosotros, pues justo es que nosotros trabajemos por ellos, por su futuro, por la dignificación de la Formación Profesional. Y hoy les recordamos con orgullo y también con inspiración, porque eso es al final lo que vertieron sobre el conjunto de la sociedad: inspiración.
En estas últimas semanas, el Gobierno viene realizando un decidido esfuerzo por tejer una amplia red de acuerdos, como decía antes el profesor Antón, en distintos terrenos de nuestra vida económica, social, formativa e institucional. Un proceso que representa algo muy importante en este momento, como bien decía la vicepresidenta de CEOE, que es la unión del conjunto de la sociedad española en torno a un mismo objetivo: y es el de recuperarnos cuanto antes, de manera fuerte de manera sostenible, lo más fuerte posible, de estos efectos económicos y sociales de la emergencia sanitaria derivada de la crisis del COVID, y hacerlo además no recuperando lo que teníamos antes, sino siendo conscientes de que esta pandemia ha acelerado cambios en lo digital y en otros muchos ámbitos, y que tenemos que dar una respuesta transformando nuestro sector productivo, mirando hacia adelante y no solamente mirando hacia atrás, para recuperar algo, que en buena parte valdrá para el futuro, pero que si queremos que valga más, que sea sostenible, que sea esa recuperación lo más pronta posible, tenemos que transformarlo.
En definitiva, lo que necesitamos es trabajar entre todos bajo una premisa, es que si España quiere, España puede. Y puede hacerlo, tanto dentro de España como en Europa. Si además nos concentramos en el objetivo, que eso lo hacemos muy bien el conjunto de la sociedad española y creemos en nosotros mismos, y creemos en nosotros mismos.
Antes cuando venía para acá hablaba con precisamente con mi secretaria aquí en el edificio de La Moncloa. Hablando, tiene un marido que es profesor de robótica, y efectivamente hay algunos sectores que ya venían algo dañados como consecuencia de la revolución digital que estamos atravesando durante estos últimos años, esta última década, y es que es evidente, es evidente, que los cambios tecnológicos, que la transición ecológica empieza a ser ya algo bastante compartido por el conjunto de la sociedad española, ya sea empresarios, grandes, pequeños medianos, como también los propios trabajadores.
Por tanto, creo que si queremos que la recuperación económica dure no un año o dos años, sino que sea sostenida en el tiempo, pues evidentemente tendremos que hacer nuestra tarea en todo lo que tiene que ver con esa sostenibilidad, con esa digitalización, con esa inclusividad social, y sin duda alguna, con el desarrollo del capital humano, con la formación, tanto de los chavales, los estudiantes, como también de los propios empleados, de los propios trabajadores y trabajadoras.
Es lo que hoy estamos haciendo, con este compromiso público, al que todos nos convocamos en este Plan Nacional de Formación Profesional.
En esta ocasión, además, lo hacemos con los representantes sindicales, empresariales, con el profesorado, con el alumnado, con personalidades del mundo de las finanzas, de la economía, con empresarios muy potentes en nuestro país, para formalizar un acuerdo que supone, y a mí me gusta también esto reivindicarlo, hablando precisamente con la ministra de Educación, una auténtica renovación, yo diría revolución, de la Formación Profesional en nuestro país. Una medida de enorme trascendencia: porque si hablamos de educación, si hablamos de formación, si hablamos de emprendimiento, si hablamos de empleabilidad, pues estamos poniendo el foco en el corazón de los desafíos estructurales que España tiene que abordar durante los próximos años.
Bastan algunos datos, que además algunos de ellos han sido ya adelantados por la vicepresidenta de la CEOE y que me parecen también importantes que yo dé voz a ellos:
• En la última década, el porcentaje de estudiantes que se han decantado por la Formación Profesional ha crecido un 77%. Es decir, hay muchos chavales, muchos jóvenes, que quieren estudiar la Formación Profesional, que ven, como bien hemos escuchado hoy, en la Formación Profesional, un vehículo para, primero, conocer cuáles son sus apetencias, cuáles son sus vocaciones, y en segundo lugar, materializarlo en formación y ulteriormente en un empleo.
Pero a pesar de que ha crecido un 77% a lo largo de estos últimos años, pues nuestro país desgraciadamente tiene una de las peores tasas de escolarización en Formación Profesional, grado medio, me estoy refiriendo: 12% frente al 26% de media de la OCDE y frente al 29%, casi el 30% de la media de la Unión Europea. Es decir, tenemos un recorrido enorme que hacer a lo largo de los próximos años. Y no tenemos mucho tiempo, no tenemos mucho tiempo porque las previsiones para España en 2025, es decir, pasado mañana, si me permiten esta expresión coloquial, identifican que el 49% de los puestos de trabajo que se van a requerir, que se van a ofertar en el mundo laboral, pues van a exigir una cualificación intermedia, y solo un 14% de esos puestos requerirán una baja cualificación. Hoy, a cinco años vista, no llegamos al 26% de personas con cualificación intermedia, el 26%, y tenemos un 35% de personas con baja cualificación. Para que veamos cuál es el salto que tenemos que dar, pero también la enorme potencialidad y oportunidad que tenemos, en un país, como bien comentaba usted, que sufre una tasa de desempleo superior al 30% cuando estamos hablando precisamente del futuro de nuestro país, que son la gente joven.
• El 63% de nuestras empresas tienen problemas para cubrir sus ofertas de empleo con candidatos con la formación adecuada.
• En 2018, es decir, hace dos años, por primera vez en nueve años, las ofertas de empleo que requerían un título de FP (el 42%) superaban a las que demandaban la titulación universitaria, (que era de un 38,5%). Y la tendencia continúa. No solamente en España, en EE.UU, lo estamos viendo, mucha gente, los chavales jóvenes están dedicándose más a la Formación Profesional, a la formación técnica, a la cualificación intermedia que a los grados superiores. Y al mismo tiempo, únicamente el 7,35% de los jóvenes con una titulación de Formación Profesional está en situación de desempleo, como bien se ha comentado antes en las distintas intervenciones.
Como en tantos otros terrenos, pues la pandemia, como he dicho antes, ha supuesto una aceleración feroz en las agendas nacionales. Hoy es el momento de la Formación Profesional. Y con él, como bien comentaba el presidente de Bankia, estamos abriendo la 2ª fase del Plan Estratégico de Formación Profesional que tuvimos la ocasión de presentar en 2018 gracias al liderazgo de Isabel, de la ministra de Educación y Formación Profesional, que tanto cree en la Formación Profesional. Una fase que, ante la nueva situación generada por la pandemia, incorpora un Plan para la Formación Profesional, el crecimiento económico y social y la empleabilidad. Nuestra misión se resume en una idea sencilla pero poderosa que está cargada de enorme futuro: crear un ecosistema de relanzamiento económico desde la apuesta por el capital humano y por el talento en la Formación Profesional, teniendo en cuenta que no existe una formación profesional de calidad sin la empresa, y por eso es tan importante el acto, y por eso agradezco de nuevo que viendo a personalidades con las agendas muy apretadas, pues hayan cedido su tiempo para estar presentes en este acto y con ello testimoniar su compromiso con la Formación Profesional, y con la colaboración público-privada que me parece determinante para el éxito de esta empresa en la que nos estamos embarcado. Por eso os queremos convocar en el desarrollo de este Plan a todas las voluntades y el saber hacer de los interlocutores sociales, de los empresarios, del tercer sector, tan importante también, de los centros de formación, de los docentes, de los formadores. Porque solo desde la participación y la corresponsabilidad podremos construir una Formación Profesional como merecen nuestros jóvenes.
Hay dos grandes novedades en esta segunda fase, en este Plan Nacional de Formación Profesional que hoy presentamos.
La primera, pues es como dice el profesor Costa, pues el dinerillo, los presupuestos, la memoria económica, porque me parece importante de cara a imagino que ustedes habrán estado presentes y testigos de muchas presentaciones de planes nacionales de Formación Profesional, pero siempre ha faltado, bueno, pues el compromiso presupuestario, que a fin de cuentas es lo que cuenta tanto en el mundo privado como en el mundo público.
El Plan está dotado con recursos por valor de 1.500 millones de euros, y quiero hacer mención expresa de este punto, porque significa no solamente el compromiso, sino también porque atestigua que este es el plan más ambicioso en cuanto a dotación presupuestaria en Formación Profesional que a lo largo de toda la historia de la democracia se haya puesto en marcha. 1.500 millones de euros. Y les digo más: podrá ser ampliable precisamente por esos fondos de recuperación que afortunadamente hemos podido acordar en unos días bastante intensos y maratonianos pero que al final han tenido éxito en Bruselas.
Y la segunda novedad, es que queremos darle también esa perspectiva de la internacionalización que comentaba antes el profesor en su intervención. Es decir, la Formación Profesional, los 1.500 millones de euros tienen que estar volcados al prestigio, a la dignificación, a la modernización de la Formación Profesional.
También tiene que ser bilingüe: la FP tiene que dar un paso decisivo hacia el bilingüismo. Tiene que darse en castellano, en los idiomas cooficiales en aquellos territorios que tengan su idioma propio pero también tenemos que ofrecer la posibilidad de dar algunos de los módulos, alguna de las asignaturas, en inglés. Porque el inglés es ya el idioma universal sobre todo para las generaciones que están aquí representadas. Habrá títulos, en consecuencia, bilingües: comenzaremos por el inglés, porque es estratégico, pero también queremos que el bilingüismo se expanda a otros idiomas como puede ser el francés, como puede ser el alemán, y por qué no, el portugués. Creo que son idiomas que merece la pena también que tengamos en consideración. Por tanto, una formación profesional internacional, con centros de formación en centros extranjeros, y en la que se obtendrá una titulación con validez en diferentes países.
Vamos a incrementar también la formación profesional, y esto lo hemos hablado mucho la ministra y yo, para desempleados y también para los ocupados, atendiendo a las necesidades reales de recualificación de la población activa. Este plan va a contemplar fondos extraordinarios adaptados a las necesidades de actualización de las empresas y sus plantillas, y de los desempleados para restablecer su itinerario profesional.
El Plan Estratégico es sólido, porque cuenta con un sólido presupuesto, una sólida memoria económica, y cuya ambición queda reflejada en los 11 ámbitos de actuación.
Prometo ser muy breve en cada uno de ellos pero me gustaría contemplarlos y explicarlos todos, porque cada uno de ellos tiene igual importancia, al menos, para el Gobierno y estoy convencido de que también para ustedes.
1º- Reconocimiento y acreditación de las competencias básicas y profesionales adquiridas a través de la experiencia laboral.
Esto es clave. El 48% de la población activa en nuestro país carece de un reconocimiento formal de sus capacidades profesionales. Aunque lo tenga. Y no puede ser. El 48% de la población activa. La acreditación de las competencias profesionales mediante un sistema abierto y permanente va a suponer la una mejora de la empleabilidad de muchísimos trabajadores, de millones de trabajadores, y un incentivo para su formación continua. Tenemos que dar un impulso a ello y queremos darlo de la mano de las CCAA. Aspiramos a acreditar las competencias del 40% de esta población en 4 años, para lo que vamos a destinar un presupuesto total de 853 millones de euros.
Esto a mí me parece clave. Tenemos que impulsar la acreditación y el reconocimiento. Esta es una de las tareas que llevamos pendientes yo no sé cuánto tiempo. Cuando era Presidente José Luis Rodríguez Zapatero ya se hablaba de la acreditación, y llevamos desde entonces en esta situación estancados en esta situación y tenemos que resolverla.
2º- Flexibilización y accesibilidad de la formación para un sistema único de la Formación Profesional. Creo que si podemos hacer un balance objetivo, nada partidario, pero sí objetivo de cómo ha funcionado la FP durante estos últimos años, es evidente, al menos esta es la visión que tiene el gobierno de España, de que la división desde 2009 de la FP en dos subsistemas, el de educación y el del empleo, se ha demostrado claramente ineficaz. Por eso, la primera medida a adoptar es la de la integración de ambas vías en un único sistema de Formación Profesional, con la multiplicación de una oferta flexible y modular en centros y en empresas, que dé respuesta a las necesidades de cada persona en cada momento.
Queremos, además, porque este es un gobierno comprometido con el reto demográfico, que la Formación Profesional llegue a todos los rincones, también a los municipios con menor acceso a la formación. Para ello, vamos a multiplicar las Aulas Mentor hasta llegar a 3.000 municipios en 4 años. Y para esto vamos a dotar, vamos a apoyar esta iniciativa con 135 millones de euros.
3º- Digitalización y Formación Profesional. Esto es evidentemente clave. Recuerdo que en un Consejo de Ministros, y no vulnero para nada la confidencialidad de los Consejos de Ministros, la Vicepresidenta tercera de Economía y Transición Digital, hablaba, en reconocimiento de la labor que hace la Ministra de Educación, de todos los acuerdos que en Consejos de Ministros se están tomando en favor la adaptación, de la modernización de los cursos de Formación Profesional, que no están en el radar de la opinión pública de manera mayoritaria, que pasan desapercibidos en las noticias, pero que, poco a poco, la ministra de Educación y Formación Profesional, va colocando en los Consejos de Ministros y vamos avanzando centímetro a centímetro. Y yo también querría reconocer esa labor.
Estamos implementando nuestra Formación Profesional con titulaciones digitales que van desde la Fabricación inteligente a la Ciberseguridad, las Infraestructuras 5G, la Inteligencia artificial y Big data, o los Vehículos eléctricos. Esta es una formación absolutamente actualizada y diseñada con el sector productivo.
Nuestra apuesta es por el desarrollo de las competencias digitales en todos los profesionales de todos los sectores. Ya estamos incorporando un módulo formativo de digitalización aplicada a todos los títulos y a la totalidad de nuestra oferta, para ocupados, para desempleados, así como en planes de formación a la carta para la digitalización de la plantilla de las empresas.
El profesorado de Formación Profesional también va a ocupar un lugar destacado en esta formación, facilitando a todos los docentes una formación específica en digitalización aplicada a su familia profesional en el plazo de 2 años. Y para ello vamos a destinar 5 millones de euros de este Plan a la consecución de este objetivo.
4º- Innovación y Formación Profesional. Aquí se ha dicho por parte de algún otro interviniente. El Plan promueve medidas concretas para incrementar nuestra capacidad innovadora, como la apertura de hubs tecnológicos, el clúster de innovación en torno a centros de Formación Profesional y empresas vinculadas a los mismos, la identificación de una Red de "centros de excelencia en innovación", o la creación de la plataforma FPCONECTA, que va a permitir la relación e intercambio entre centros de Formación Profesional, empresas, interlocutores sociales y administraciones públicas... Para ello vamos a destinar 61 millones de euros a este objetivo.
5º- Emprendimiento y Formación Profesional. Se van a destinar 21 millones de euros a la incorporación del emprendimiento a los títulos y proyectos de Formación Profesional.
6º- La Renovación del catálogo formativo y definición de sectores estratégicos. Esto ya lo estamos haciendo, pero, en esta segunda fase, lo que hacemos es identificar 11 sectores estratégicos, en distintas áreas, tanto tecnológicas como de servicios, que se priorizarán en la renovación de las titulaciones de FP. Vamos a acelerar así el proceso ya iniciado en 2018 para responder con rapidez a las nuevas demandas evidentes de los sectores productivos y la necesidad de formación de su capital humano. Y para ello vamos a destinar 800.000 euros a este objetivo.
7º - El redimensionamiento de la oferta de la formación profesional. Aquí se ha dicho antes. Ha habido una injusticia con la formación profesional y es esa consideración social de estas enseñanzas como una vía de segunda categoría, destinada a jóvenes que no son capaces de continuar con su formación académica. Y esto ha lastrado la percepción, tanto por parte del alumnado como por parte de las familias, como por parte también de las autoridades educativas y empresariado, pues han tenido sobre la formación profesional y este es un fenómeno que ha introducido profundos elementos de disfuncionalidad en nuestro mercado laboral, haciéndonos más débiles frente a nuestros competidores. Y ahí están las tasas de empleabilidad que tienen aquellos titulados de formación profesional y aquellos que tienen otro tipo de formación.
Hoy a formación profesional compite con éxito y además, con un creciente prestigio. Las altísimas tasas de empleabilidad, de inserción laboral, lo atestiguan y por ello el Plan lo que va a hacer es destinar 375 millones de euros a la creación en cuatro años de 200.000 nuevas plazas de formación profesional en los sectores más dinámicos de nuestra economía. 200.000 nuevas plazas de formación profesional en los sectores más dinámicos de nuestra economía.
8º- Potenciar la formación profesional dual, incorporando a las empresas de cada sector, también incluidas las pequeñas empresas, porque nuestros ecosistemas empresariales es fundamentalmente pequeña empresa, micro empresa, al ecosistema en consecuencia de la formación profesional, ampliando la duración del módulo de formación en centros de trabajo y creando un tipo de contrato específico para cualificar a jóvenes de 16 a 20 años.
Este es uno de los temas que he compartido en muchas ocasiones la preocupación. La ministra Celaá me lo ha dicho en muchas ocasiones, de cómo los jóvenes abandonan sus estudios porque son llamados por sus empresas o por las empresas para encontrar un puesto de trabajo. Entonces, lo que necesitamos es crear un contrato específico, para cualificar a los jóvenes de 16 a 20 años, a fin de garantizar la cualificación a los jóvenes que abandonen el sistema educativo sin una titulación profesionalizada.
9º - Centros de Formación Profesional como organizadores de tecnología aplicada, redes de innovación y creatividad y estructuras de apoyo. La aplicación del plan supondrá redimensionar la importancia de la formación profesional en la arquitectura educativa y laboral del país, resaltando su especificidad. Es imprescindible, en consecuencia, que las aulas y los centros de formación profesional simulen entornos laborales y que entre los docentes haya cabida para los profesionales, los especialistas de los sectores productivos, que faciliten un flujo permanente de transferencia de conocimiento, como bien comentaba antes el profesor. Para ello se ha calculado una inversión total de 47 millones de euros.
10º- En décimo lugar, la orientación profesional, sabemos que aquellos países con un potente sistema de orientación profesional tienen unas reducidas tasas de abandono educativo temprano y post obligatorio. El plan contempla potenciar la orientación profesional como elemento fundamental de apoyo personalizado, incorporando de manera más integrada en el sistema educativo y, en consecuencia, los orientadores deben tener un papel muy relevante en la nueva formación profesional. Yo he tenido ocasión en alguna reunión con el colectivo de Formación Profesional, lógicamente, de reivindicar, escuchar la reivindicación de los orientadores en todo el entramado de la formación profesional y creo que esto da respuesta precisamente a esa demanda.
Y por último, el plan recoge una aportación específica de un millón de euros para el desarrollo de un instrumento de evaluación y de calidad del sistema.
Y creo que es muy importante también que hagamos esa autoevaluación para saber exactamente cuáles son los elementos de mejora en el presente y en el futuro.
Y fruto de esta implementación implantaremos las certificaciones de calidad de formación profesional destinadas a centros y empresas o entidades.
En definitiva, me parece, estoy convencido de que estamos ante un acuerdo enormemente ambicioso, realizado desde la convicción de que con él estamos abordando uno de los elementos clave que entorpecen el potencial crecimiento de nuestra economía, del futuro de nuestro país, porque estamos hablando fundamentalmente de gente joven y del progreso de España.
Y quisiera concluir haciendo una llamada de atención y reconocimiento hacia el plan que hoy presentamos.
La llamada es la relevancia pública que tenemos que dar entre todos a lo que hoy estamos presentando. Debemos ser capaces de entender y transmitir la importancia real de estas acciones, porque lo tiene y mucho, transformadoras. Debemos calibrar bien el peso real de la agenda política, no sólo en función de la actualidad más inmediata, que es evidente que es importante, sino de la trascendencia real de ciertas medidas y, además, lo que ofrecen al conjunto de la sociedad de acuerdo con sus efectos en el medio y en el largo plazo.
Hoy esa trascendencia está muy presente en las palabras de todos los intervinientes y en el contenido del plan que presentamos. Tras la automoción, el sector turístico, la ciencia, la innovación pues ha llegado el momento, el impulso a la formación profesional de calidad y bilingüe.
Tenemos las ideas muy claras, gracias también al aporte de las empresas, de la comunidad educativa. Cuando hablamos de formación profesional bilingüe, pues estamos hablando de empleo, estamos hablando de formación, estamos hablando de creación de riqueza, de creación de empresas, de impulso a los negocios, al bienestar social, a la prosperidad inclusiva que comentaba antes el profesor.
Cuando hablamos, en definitiva, de formación profesional, estamos hablando de un futuro brillante para nuestro país. Y es esa, en definitiva, es la España en la que creemos todos, por encima de a quien votemos y cuáles sean nuestras creencias o nuestra ideología. La España en la que creemos es la España de los empleos cualificados, de las empresas internacionalizadas. La España en la que creemos es la España que no se ha resignado durante estos meses duros de pandemia, que avanza. La España en la que creemos es la España que se forma a lo largo de toda la vida. La España que creemos es la España que estamos reivindicando, que es la España de la formación profesional.
Así que enhorabuena a todos, a todas, gracias de nuevo por hacer un hueco en su agenda y por estar en la casa de todos, que es este Palacio de la Moncloa.
(Transcripción editada por la Secretaría de Estado de Comunicación)