Intervención del presidente del Gobierno en el almuerzo ofrecido por el presidente de los Estados Unidos Mexicanos

30.1.2019

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Gracias, presidente López Obrador; gracias, canciller; gracias a todos y a todas por la amable acogida, la amable hospitalidad.
Me permitirá el presidente López Obrador que comparta con todos ustedes una pequeña indiscreción, y es que, por lo general, cuando hay visitas oficiales, ya sea de presidentes o presidentas extranjeros a España o cuando viaja un presidente español a otro país, se suele intercambiar, nos solemos intercambiar regalos, y tratamos de que esos regalos sean lo más personales posibles, que quieran decir algo y que expresen una voluntad. En el caso mío, la voluntad y lo que quería expresarle con el regalo que le he hecho, que ha sido entregarle el acta de nacimiento de su abuelo, en 1893, en un pequeño municipio de Cantabria, es reivindicar precisamente los lazos, las raíces que al final tiene el pueblo mexicano y tiene el pueblo español en el otro país.
Y con eso he querido expresar, sobre todo, la gratitud, el orgullo y el honor que para el Gobierno de España, para nuestro país, representa el ser los primeros invitados oficiales a poder compartir con los empresarios y también con el Gobierno de México esta andadura que acaba de comenzar hace apenas dos meses. Expresarles todo nuestro deseo de suerte, de éxito porque, al final, el éxito y la suerte en la acción pública del Gobierno de López Obrador será para bien de los mexicanos y las mexicanas y, en consecuencia, también, para bien de España, que es un país hermano de México.
Y, como bien ha dicho antes el presidente López Obrador, es evidente que tenemos múltiples raíces, múltiples lazos. Aquí está el presidente de la CEOE, que es la principal organización de empresarios de nuestro país. Hay ilustres presidentes y presidentas, también, de grandes empresas españolas que tienen enormes intereses en el país que usted preside y lo que le quiero trasladar en el nombre de todos ellos --no he hablado con ellos, pero yo estoy convencido de que van a estar de acuerdo conmigo-, es su compromiso con la prosperidad, con el progreso de México.
Es un compromiso que dura ya muchos años y que, sin duda alguna, está al servicio de la prosperidad, el progreso y la igualdad de todos los mexicanos y mexicanas. Y, también, como sé que hay empresarios y empresarias mexicanos que invierten en España, yo como presidente del Gobierno de España lo único que puedo hacer es agradecer la confianza en un país como el mío que, sin duda alguna, ofrece grandes cosas: seguridad jurídica, diálogo social, paz social, pero, sobre todo, yo creo que un dinamismo de trabajadores y trabajadoras que quieren hacer lo mejor por su país como a buen seguro quiere también el pueblo mexicano cuando se pone a trabajar.
Por tanto, los lazos económicos, los lazos comerciales, los lazos culturales y, sin duda alguna, los lazos históricos. Una de las cuestiones, también, que me va a ocupar algo de tiempo y, sin duda alguna, también muy apetecible, es el poder ir al Colegio de México y el poder estar con algunos de ustedes compartiendo -yo creo-, que un momento muy importante de la historia común de México y de España, pero yo diría también de la historia de la humanidad y que está, que es de fuerte vigencia, y es la solidaridad que tiene que trascender las fronteras.
El exilio español, que cumple en este año 2019, 80 años, yo creo que encontró en la figura de Lázaro Cárdenas y en la sociedad mexicana esa nueva patria que le negó la patria española como consecuencia de la dictadura y la represión franquista. Aquí vinieron -lo he dicho antes-, grandes artistas, grandes cineastas, grandes intelectuales, pero también vino gente humilde, anónimos, que vinieron aquí a trabajar y que gracias, también, a la acogida y a la hospitalidad de México encontraron y sintieron en México su nueva patria.
Por eso, se lo he dicho antes al presidente López Obrador, esa deuda jamás podrá ser saldada por España, por la sociedad española, pero sirva esa voluntad de expresar nuestra relación afectuosa y de cariño eterna con el pueblo mexicano como consecuencia, también, de lo que recibimos en ese momento tan traumático para la sociedad española, y que la gente joven entienda y nunca olvide que en momentos en los que ahora mismo se ven estos movimientos migratorios tan acentuados en Latinoamérica o, también, en África y en Europa, que seamos conscientes de que no es la primera vez que nos enfrentamos a desafíos como este y que al final se respondieron gracias a valores colectivos como la solidaridad, como la fraternidad, como el respeto, como la tolerancia, como la diversidad, a los cuáles ha hecho antes referencia el presidente López Obrador.
Porque, efectivamente, al igual que la actividad empresarial, la actividad pública se encuentra hueca y vacía si no se llena de valores. Y esos valores yo creo que son los que ha expresado el presidente López Obrador en su intervención y a los cuáles yo me sumo.

Así que, ¡viva México y viva España!

Gracias.

(Transcripción editada por la Secretaría de Estado de Comunicación)