Intervención de Nadia Calviño

4.10.2019

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Muchas gracias, ministro Planas. La ministra Calviño también tiene muchas cosas que yo creo que son de su interés.

Sra. Calviño.- En este contexto internacional complejo que acaba de describir mi compañero he tenido ocasión de informar al Consejo de Ministros sobre la situación de la economía española. Es un ámbito en el que el Gobierno ha seguido una línea claramente marcada por la prudencia, evitando sobre reaccionar ante un acontecimiento concreto o un dato concreto y atendiendo siempre a las líneas generales las grandes tendencias sobre las que regularmente informo, por supuesto, al Consejo de Ministros.

Como ven en la primera de las diapositivas que tienen en la presentación --que creo que se ha repartido-- la economía española está en una fase expansiva. Trimestre tras trimestre el Producto Interior Bruto de nuestro país aumenta. El crecimiento de este Producto se ha ido moderando, se ha ido ralentizando desde el máximo de velocidad o de incremento que se registró en 2015. Esta evolución, esta moderación, ha sido anticipada por nosotros y por todos los organismos de análisis e inversores nacionales e internacionales.

De hecho, como ven ustedes en el gráfico que tienen en esta diapositiva y como refleja la última revisión metodológica que ha realizado el Instituto Nacional de Estadística hace unas pocas semanas, uno de los resultados más interesantes de esta revisión es que la ralentización del crecimiento desde el máximo de 2015 fue más intensa de lo que pensábamos en 2016, estabilizándose en términos relativos en los últimos años, en los años siguientes.

Nuestra previsión de futuro, como la de todos los organismos nacionales e internacionales, es que en ausencia de una perturbación impredecible España se mantendrá en esta tendencia convergiendo hacia la tasa de crecimiento potencial o de equilibrio a medio plazo. Esta fase de recuperación --como ven en esta diapositiva-- está siendo menos intensa que en ciclos anteriores pero, también, más estable y equilibrada. No se han generado déficits de balanza de pagos por cuenta corriente, no hay burbujas en el mercado inmobiliario o en otros mercados de activos, la inflación está muy contenida --seguimos ganando competitividad en los mercados internacionales--, se está reduciendo el déficit y la deuda pública, el mercado financiero está en una situación más sólida que la de principios de siglo, las familias y las empresas tienen una posición financiera más saneada, han ido reduciendo el endeudamiento aprovechando esta fase de crecimiento económico y el aumento de la renta disponible, incluso, está permitiendo un repunte del ahorro.

Esta evolución es coherente con un mercado laboral que sigue siendo dinámico. Los últimos datos que hemos recibido esta misma semana referidos al mes de septiembre siguen registrando un ritmo de creación de empleo que está por encima del propio crecimiento económico; es decir, que nuestra economía no presenta los signos de vulnerabilidad que nos hicieron tener la larga y profunda recesión de la última crisis. Los fundamentos son más firmes para hacer frente a cualquier episodio de inestabilidad en el ámbito internacional.

España sigue manteniendo un claro diferencial de crecimiento con respecto a la zona euro que, incluso, se ha ampliado desde mediados de 2018; pero, ahora bien, la economía española está muy abierta y, por tanto, no podrá aislarse si se alarga o profundiza esta fase de enfriamiento de la economía europea y de otras partes del mundo, si sigue ralentizándose el comercio internacional, si se prolongan las tensiones comerciales a las que acaba de referirse el ministro de Agricultura o si aparecen nuevos focos de incertidumbre. En momentos de incertidumbre es todavía más importante una gestión por parte del sector público, por parte del Gobierno que sea responsable, prudente, rigurosa pero que ponga el interés y las preocupaciones de los ciudadanos, también, en el centro de la actuación.

En este momento no resulta productivo, en absoluto, caer en la complacencia, pero tampoco en el catastrofismo o en el alarmismo. Tampoco caer en la sobrerreacción. Y eso es lo que hemos estado haciendo. Cuando el Gobierno realizó sus previsiones de crecimiento del Producto Interior Bruto para 2019 y 2020 a principios del año ya sabíamos que en otoño iba a haber un momento de gran tensión e incertidumbre relativo al Brexit. Por eso, no nos sumamos a la euforia de muchos analistas e instituciones que en mayo o junio revisaron al alza el crecimiento de nuestro país porque el resultado final de este ejercicio dependerá mucho de lo que suceda con respecto al proceso de salida de la Unión Europea por parte del Reino Unido, así como otros focos de incertidumbre como la tensión comercial a la que nos estamos refiriendo de forma específica en esta rueda de prensa. De la misma manera que no nos sumamos a esa euforia tampoco cabe entrar en una espiral negativa a medida que se acerca la fecha del Brexit.

Volviendo a la situación actual, recientemente el Instituto Nacional de Estadística --ya lo he mencionado-- ha realizado un ajuste técnico, una revisión, de las estadísticas de los últimos 23 años de nuestra historia económica. Tendremos en cuenta este ajuste técnico en nuestras previsiones que servirán de base para el Plan Presupuestario que se enviará a Bruselas hacia el 15 de octubre junto a toda la información disponible, todos los indicadores, todos los datos de los que dispongamos en ese momento. Los indicadores que se van publicando son mixtos; algunos son negativos, como los que muestran caídas en la producción manufacturera, o debilidad en la cifra de negocios de la industria y otros son relativamente positivos, como las ventas de grandes empresas, las ventas minoristas o el gasto turístico que sigue creciendo con vigor.
En definitiva, como ya he señalado, creo que no corresponde en absoluto caer en la complacencia pero tampoco en el alarmismo. Seguimos muy de cerca la evolución internacional; de hecho, la semana que viene tendré el Ecofin en Luxemburgo, la siguiente me voy a Washington para las reuniones del G20 del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial para tener información de primera mano sobre cómo están evolucionando las principales magnitudes internacionales, que es lo que debe de hacer un gobierno responsable, además de responder con gran celeridad, como así se está haciendo --junto con las comunidades autónomas, por supuesto, y del resto de autoridades públicas--, a los posibles desarrollos negativos, preparándonos lo mejor posible para lo que pueda derivarse en el ámbito del Brexit; actuando -en definitiva-con prudencia, rigor y responsabilidad pero sin dejar de lado la atención al bienestar de los ciudadanos.

Y en esta agenda de acción de gobierno he tenido, también, ocasión de presentar a mis compañeros y se ha aprobado por parte del Consejo de Ministros el lanzamiento de una segunda oleada de proyectos piloto para el desarrollo de la tecnología 5G. Se ha aprobado ese acuerdo de Consejo de Ministros para poder seguir impulsando el desarrollo de esta 5ª generación de tecnologías de telefonía móvil. Se trata de un desarrollo tecnológico muy importante en el que España quiere estar a la vanguardia. Creemos que tenemos numerosos elementos para situarnos entre los países líderes de una tecnología que va a cambiar de manera fundamental la realidad económica y la realidad social del futuro.

Desde el primer día hemos tenido muy clara la importancia de impulsar esta nueva tecnología 5G y, por eso, estamos siguiendo una hoja de ruta muy clara por lo que respecta a la liberación del espectro y la subasta de espectro. La semana pasada, por ejemplo, aprobamos precisamente las ayudas para que los ciudadanos y las comunidades de propietarios reciban apoyo para la reantenización necesaria para esta liberación de espectro. Espero que en breve podamos, también, aprobar las ayudas a los operadores de televisión que se pueden ver afectados y, en este contexto, hoy aprobamos el lanzamiento de una segunda oleada de proyectos piloto. La primera oleada llevó a la puesta en marcha de dos proyectos, en Galicia y en Andalucía, y con esta segunda convocatoria, que de nuevo va a ser cofinanciada con los fondos comunitarios, con los Fondos FEDER, vamos a doblar el presupuesto de la primera con 45 millones de euros para un máximo de 11 proyectos y de acuerdo con las reglas FEDER podrán optar a estas ayudas proyectos en Andalucía, Canarias, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Cataluña, la Comunidad Valenciana, Extremadura, Galicia, Madrid, País Vasco y Murcia. La convocatoria será publicada por red.es en las próximas semanas.

Muchas gracias.