El Consejo Ejecutivo de la OPAQ solicitó en julio de 2016 ayuda para atender la llamada del Gobierno del Acuerdo Político Libio que quería destruir las armas químicas de categoría 2 que todavía permanecían en su poder. El Consejo de Seguridad autorizó la decisión. El objetivo era que estos precursores de armas químicas no cayeran en manos de los terroristas.
España y países como Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Dinamarca, Italia, Francia, Chipre, Nueva Zelanda, Malta y Finlandia respondieron a la llamada de la OPAQ prestando personal, ayuda técnica o financiación. Finalmente, las armas se han destruido en suelo alemán.
Esta operación demuestra el compromiso de España con la paz y la seguridad internacionales, y su disponibilidad para contribuir con la comunidad internacional hacia un mundo libre de armas químicas.